¿Quiénes fueron los ángeles caídos y cuántos había?

Aunque el más famoso es Lucifer, el ‘Libro de Enoc’ señala que más de 200 ángeles provocaron la ira de Dios y fueron expulsados del Paraíso por sus pecados.
Pintura angel alado

La narrativa de los ángeles caídos, profundamente arraigada en la dualidad del bien y el mal, ha capturado la imaginación humana desde tiempos inmemoriales. En el cristianismo, los ángeles caídos son aquellos seres celestiales que se rebelaron contra Dios, siendo Lucifer y los Vigilantes, o Grigori, los más destacados. Según el Libro de Enoc, un texto apócrifo, doscientos ángeles descendieron a la Tierra para vigilar a la humanidad, pero sucumbieron a la desobediencia.

La dualidad entre el bien y el mal en la historia y las religiones

La idea de que el mundo está dividido por una dualidad entre el bien y el mal es muy antigua. Lo propio y lo ajeno, los unos y los otros, nosotros y ellos. Se trata de un principio de oposición fácil de vender que podemos encontrar en la literatura, la política o el deporte. Todas las guerras, de una forma o de otra, acaban por transmitir ese mismo mensaje de destrucción del enemigo como motivación para continuar con la lucha. Las religiones también aprovechan esta idea adaptada a su propio sistema de creencias, pero si hay un caso que le ha sacado verdadero partido ese es el cristianismo que defiende como nadie la confrontación del bien (Dios) y el mal (el demonio).

Satanás y su representación en el cristianismo

El primer nombre que a cualquiera se le vendrá a la cabeza al pensar en la encarnación del mal según la religión cristiana será el de Satanás (aunque también valdrían Lucifer, el Príncipe de las Tinieblas, Belcebú, Mefistófeles…), señor del infierno y enemigo declarado de Yahveh. Se trata de la personificación de todos los males y pecados que pueden existir, responsable de extender esta oscuridad por el corazón de los hombres y con la eterna mancha de haber intentado usurpar el lugar del propio Dios. Sin embargo, lo que tal vez sea menos conocido para el público general es que Lucifer no fue el único que se rebeló contra los dictados del altísimo.

Satanás es mencionado en varias ocasiones en la Biblia, aunque su representación varía según el contexto y la interpretación. En algunos pasajes, se le describe como un adversario que pone a prueba la fe de los creyentes, mientras que en otros se le presenta como un ser maligno que busca corromper a la humanidad. Esta dualidad en su representación refleja la complejidad de su papel dentro de la narrativa cristiana, donde actúa tanto como un enemigo declarado de Dios como un instrumento para probar la fe y la lealtad de los hombres.

¿Dónde y cuándo nació Satanás?
Satanás encarna todas las manifestaciones del mal en la Biblia. Foto: Sarah Romero/Midjourney.

La figura de Satanás ha sido utilizada a lo largo de la historia para representar el mal en sus diversas formas. En el arte y la literatura, su imagen ha sido empleada para explorar temas como la tentación, la caída y la redención. A través de estos relatos, el cristianismo ha buscado enseñar lecciones morales sobre las consecuencias del pecado y la importancia de la fe y la obediencia a Dios. Satanás, en su rol de antagonista, sirve como un recordatorio constante de los peligros del orgullo y la desobediencia, y de la necesidad de mantenerse firme en la fe.

Lucifer en la Biblia: mito y realidad

Como suele pasar en el ámbito teológico, la historia de estos ángeles caídos se construye a partir de distintos autores, relatos y debates que han ido surgiendo a lo largo de los siglos. Resulta curioso saber que estos demonios apenas son mencionados en la Biblia y que Lucifer, el que más protagonismo tiene, aparece mencionado poco más de cincuenta veces entre los dos testamentos y muchas veces de forma confusa ya que algunos expertos piensan que ‘Satán’ no era su nombre sino una especie de cargo y una forma de referirse a alguien que se te oponía.

En el Antiguo Testamento, el nombre "Lucifer" aparece en el libro de Isaías, donde se refiere a la caída de un "hijo de la mañana", aunque muchos estudiosos sostienen que el pasaje alude al rey de Babilonia y no a un ser celestial. A lo largo de los siglos, la figura de Lucifer ha sido objeto de reinterpretaciones que han enriquecido su mitología. En la literatura apócrifa, como el Libro de Enoc, se le describe como el ángel más bello y poderoso creado por Dios, quien, debido a su orgullo, se rebeló contra su creador.

El Libro de Enoc: la fuente principal sobre los ángeles caídos

La fuente más completa que se tiene sobre los ángeles caídos la encontramos en el Libro de Enoc, manuscrito escrito entre el siglo IV a.C. y el siglo I a.C. por un supuesto antepasado de Noé. El Libro de Enoc solo es considerado canónico por la Iglesia cristiana ortodoxa de Etiopía pero otras vertientes del cristianismo y del judaísmo sí reconocen su interés histórico.

Ángeles caídos - Ángeles siendo expulsados del Cielo. Imagen: WIkimedia Commons.

Los Vigilantes o Grigori: protectores de la humanidad

En este texto, escrito originalmente en hebreo y arameo, se cuenta que los ángeles caídos eran los llamados Vigilantes o Grigori, seres celestiales que el mismo Dios envió a la Tierra para que vigilaran y protegieran al hombre durante sus primeras etapas. Sin embargo, el contacto directo con la humanidad llevó a estos ángeles a contradecir los mandatos divinos. Algunos fueron acusados de haber revelado secretos a los hombres que no debían conocer y otros de haber caído en el pecado de la lujuria al haber mantenido relaciones con mujeres y haber concebido a los Nefilim, gigantescos híbridos de humano y ángel.

La narrativa del Libro de Enoc describe a los Vigilantes como seres celestiales que, al interactuar con los humanos, comenzaron a revelarles secretos que no debían conocer. Algunos de estos ángeles enseñaron a los hombres el uso de las armas, la astrología, la meteorología y el conocimiento de las plantas y raíces para su beneficio. Además, varios de los Vigilantes sucumbieron a la lujuria, manteniendo relaciones con mujeres humanas y engendrando a los Nefilim, gigantes que causaron estragos en la Tierra.

La historia de los Vigilantes es una advertencia sobre los peligros de la desobediencia y la transgresión de las leyes divinas. A través de su relato, el Libro de Enoc busca ilustrar las consecuencias de desafiar la autoridad de Dios y las repercusiones que esto puede tener en el orden celestial y terrenal. Los Vigilantes, en su intento de proteger y guiar a la humanidad, terminaron convirtiéndose en ángeles caídos, un recordatorio de la fragilidad de la naturaleza divina cuando se enfrenta a las tentaciones y desafíos del mundo terrenal.

Lucifer - Imagen: Wikimedia Commons.

La caída de los ángeles por desobediencia

Ante esta afrenta Dios expulsó a los doscientos Vigilantes del Paraíso con la ayuda del arcángel san Miguel. Hay que señalar que, si bien el enfado por haber mantenido relaciones con humanos podría ser comprensible desde la perspectiva de Dios, la revelación de secretos es un motivo más que cuestionable para el destierro. Haberles enseñado a fabricar armas y el arte de la guerra tiene un pase, pero también condenó a aquellos ángeles que enseñaron a la humanidad los ciclos lunares, astrología, meteorología y el uso de las hierbas y raíces para su beneficio. Tan malos no eran…

La desobediencia de los ángeles caídos no solo se limita a los Vigilantes, sino que también incluye a Lucifer y su séquito. Lucifer, el ángel más bello y poderoso creado por Dios, fue expulsado del cielo debido a su soberbia y su deseo de igualarse a su creador. Esta narrativa, que se encuentra en diversas tradiciones cristianas, ilustra cómo la desobediencia y el orgullo pueden llevar a la caída de incluso los seres más elevados. La historia de Lucifer y los Vigilantes es un recordatorio de que el poder y la belleza no son garantía de rectitud y que la obediencia a la voluntad divina es fundamental para mantener el orden celestial.

Recreación de Satanás con IA
Recreación de Lucifer con IA. Foto: Sarah Romero/Midjourney.

La intervención del arcángel San Miguel

El arcángel San Miguel es una figura central en la narrativa de la caída de los ángeles, reconocido por su papel como líder de las fuerzas celestiales que lucharon contra Lucifer y los ángeles rebeldes. Según la tradición cristiana, San Miguel fue el encargado de dirigir a los ejércitos de Dios en la batalla contra los ángeles caídos, una confrontación que culminó con la expulsión de Lucifer y sus seguidores del cielo. Este episodio resalta la importancia de la lealtad y la obediencia a Dios, valores que San Miguel encarna como el defensor del bien y la justicia divina.

La intervención de San Miguel en la caída de los ángeles es un tema recurrente en el arte y la literatura cristiana, donde se le representa como un guerrero celestial, armado con una espada y dispuesto a defender el orden divino. Su figura simboliza la victoria del bien sobre el mal y la protección de los fieles frente a las fuerzas del mal. A través de su historia, el cristianismo busca inspirar a los creyentes a mantenerse firmes en su fe y a luchar contra las tentaciones y desafíos que puedan enfrentar en su vida espiritual.

San Miguel es venerado en diversas tradiciones cristianas como el protector de la Iglesia y el defensor de los fieles. Su intervención en la caída de los ángeles es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, la justicia divina prevalecerá y el bien triunfará sobre el mal. La figura de San Miguel sigue siendo un símbolo poderoso de fe y esperanza, inspirando a generaciones de creyentes a seguir su ejemplo de lealtad y valentía en la defensa de lo que es justo y verdadero.

Los ángeles caídos más importantes

Los doscientos Vigilantes expulsados habría que sumarlos a Lucifer y su tropa (un tercio de la Corte Celestial según algunos textos), que habrían sido desterrados al Infierno antes por la soberbia de su líder.

La creación de Lucifer: el más bello de los ángeles

Y es que Lucifer (portador de luz) fue creado por Dios como el más bello, inteligente y capaz de todos sus ángeles pues deseaba que fuera su mano derecha y que liderara a los demás querubines. Se dice que Dios le concedió total libertad de obra y de pensamiento y esto le llevó a cuestionarse las enseñanzas de su señor y, a la larga, a pensar que era su igual e incluso que podía sobreponerse a él.

La soberbia de Lucifer y su expulsión

Fue este pecado de soberbia el que desencadenó un enfrentamiento entre los seguidores de Lucifer y los ángeles que no ponían en duda la voluntad divina. La cosa terminó con Lucifer desterrado en el infierno y con Dios habiendo creado al que supuestamente es su mayor enemigo y que acabaría sirviendo de chivo expiatorio para promover su fe.

Estudio de tres demonios para el Juicio Final, Miguel Ángel
Estudio de tres demonios para el Juicio Final, Miguel Ángel. Imagen: Wikimedia Commons.

Semyazza, Azazel, Gadreel y Remiel: líderes de la rebelión

Pero Luzbel, como también se le conocía, no es el único ángel caído que merece ser destacado. Los Vigilantes tenían a veinte líderes  que fueron los principales incitadores a cometer pecados y cuyos nombres e historias conocemos. El más importante de todos es Semyazza, líder supremo de los Grigori que promovió la desobediencia contra Dios y convenció a su hueste de que debían tener progenie con las humanas. También podemos destacar a Azazel, que enseñó a los hombres lo que era la guerra y la brujería; Gadreel, quien se convirtió en serpiente y engañó a Eva para que fueran expulsados del Edén; o a Remiel, que antes de su caída había sido el encargado de guiar a los fallecidos en su ascenso al Cielo.

Belcebú y otros enemigos de Dios

Belcebú es otro nombre prominente en la narrativa de los ángeles caídos y se le considera uno de los principales enemigos de Dios. Conocido también como el Señor de las Moscas, Belcebú es a menudo identificado con Satanás o como uno de sus principales lugartenientes en el infierno. Su figura ha sido utilizada a lo largo de la historia para representar el mal en sus diversas formas, y su historia está intrínsecamente ligada a la rebelión de los ángeles caídos y su lucha contra el bien.

En la tradición cristiana, Belcebú es visto como un ser maligno que busca corromper a la humanidad y desafiar la autoridad divina. Su figura ha sido objeto de numerosos mitos y leyendas, donde se le describe como un demonio poderoso que ejerce influencia sobre los hombres y los incita al pecado. A través de estas historias, Belcebú se convierte en un símbolo de la lucha eterna entre el bien y el mal, y de la necesidad de mantenerse firme en la fe para resistir sus tentaciones.

Además de Belcebú, la tradición cristiana menciona a otros ángeles caídos y demonios que se consideran enemigos de Dios. Estos seres, que alguna vez fueron ángeles de luz, sucumbieron al orgullo y la desobediencia, y fueron desterrados del cielo. Su historia es un recordatorio de las consecuencias del pecado y de la importancia de la obediencia a la voluntad divina. A través de sus relatos, el cristianismo busca inspirar a los creyentes a mantenerse fieles a Dios y a resistir las tentaciones del mal en su vida diaria.

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  • Eugenio M. Fernández Aguilar
  • Miguel Ángel Sabadell