El código de Hammurabi: las primeras leyes de la humanidad

Con sus 282 artículos, fue la culminación de los primeros cuerpos de leyes de Mesopotamia.
Código Hammurabi

Todo comenzó en el Próximo Oriente. Las leyes también. El nacimiento de las sociedades necesitó de normas que establecieran un orden. El nacimiento de la escritura permitió fijar esas leyes por escrito y ponerlas a la vista de todos. A finales del III milenio a. C. aparecieron los primeros cuerpos de leyes escritas. En 1901 se descubrió el Código de Hammurabi, una recopilación de leyes que supone una fuente esencial para estudiar la antigua Mesopotamia. Conocer sus leyes es, en gran medida, saber cómo pensaban en muchos aspectos de la vida. Sin embargo, aún tenemos dudas acerca de la aplicación de estas leyes: ¿se cumplían los artículos legales de manera literal, o solo eran textos morales que servían para intimidar?

La historia de las leyes empezó siglos antes de que Hammurabi mandase escribir su código. Hacia el 3 000 a. C. tenemos restos de textos cuneiformes en los que se registraron transacciones legales sencillas como el caso de una compraventa de tierras. El código de Hammurabi no es la primera ley de la humanidad. Se trata del primer gran código, la primera gran recopilación. Sin embargo, en su texto de reúne toda la tradición legal anterior, por lo tanto sí que podemos conocer a través de esta fuente cómo fueron las primeras leyes (en plural) de la humanidad.

El origen de las leyes

Las relaciones económicas y sociales necesariamente se encontraban dentro de unos parámetros de comportamiento y fueron reguladas por usos y costumbres no escritos. De la necesidad de dejar constancia de ciertas cuestiones nació la escritura. Las primeras anotaciones cuneiformes, tal y como decimos, tienen un contenido económico. Según el especialista en historia antigua del Próximo Oriente, Josef Klíma:

Las primeras medidas que conocemos fueron dictadas por Entemena, soberano de Lagash, hacia el año 2 430 a. C. Le sigue la reforma de Urukagina de Lagash alrededor del 2320 a. C. El hecho de que estemos ante una reforma, ya indica que había leyes anteriores a las de Urukagina, consideradas las primeras leyes de la humanidad hasta el descubrimiento de las leyes de Entemena. La reforma de Urukagina responde a una difícil situación socioeconómica y se trata de una obra que contaba con la complicidad de la clase sacerdotal de Lagash, perjudicada por Lugallanda, el predecesor de Urukagina.

El texto de las reformas fue escrito en tres conos de arcilla y ya muestra características fundamentales que se repetirán en los siguientes cuerpos legales. Las leyes se exponen en forma de contrato con Ningirsu, dios principal de Lagash. Estamos ante un elemento esencial en las medidas que tomaron los soberanos del Próximo Oriente: la sanción divina para legitimar las decisiones del rey, quien cumplía la función de servir como contacto entre los dioses y los humanos.

El primer legislador con entidad que conocemos de la historia es Urnammu, el fundador de la III dinastía de Ur. En su conjunto de leyes se reúnen las propiedades de la práctica legal de la época: artículos sobre casos ejemplarizantes, castigos muy severos y ya se muestra la conocida como ley del Talión, el ojo por ojo: “si un hombre cometía un homicidio, a ese hombre se le da muerte”.

Lipit-Ishtar, soberano de la ciudad de Isin, fue el artífice del siguiente código legal conocido. Destaca por la ampliación a diversos casos y categorías. En sus 38 leyes se regula el homicidio, la evasión de impuestos, la herencia, el matrimonio, la gestión de tierras, la situación de los esclavos, y hasta el alquiler de barcos y de bueyes. Hacia el 1800 a. C., casi contemporáneo al rey Hammurabi, Dadusha promulgó el código legal de su ciudad, Eshnunna.

El descubrimiento del Código de Hammurabi

Jacques de Morgan encabezó una expedición en Susa, al suroeste del actual Irán. En 1901, el equipo francés encontró piezas como la estela del rey acadio Naram-Sin o la estela de diorita en la que aparecía grabado el Código de Hammurabi. La localización de estos hallazgos responde al botín de guerra que el rey Shutruk-Nahunte rapiñó en sus guerras al sur de Mesopotamia, seiscientos años después de Hammurabi. La estela fue reconstruida ya que estaba rota en tres fragmentos. Se transportó al Museo del Louvre, allí fue estudiada y, en 1904, el asiriólogo Jean Vincent Scheil publicó la traducción del texto.

La ley de Mesopotamia

Los amorreos fueron los nómadas que se hicieron con el poder en Mesopotamia tras la caída de la III dinastías de Ur y pusieron en Babilonia la capital del país. Hammurabi fue el sexto rey de la dinastía implantada por estos amorreos. En el 1758 a. C. mandó escribir su recopilación de leyes para exponerla al público.

El código de Hammurabi se talló en idioma acadio con escritura cuneiforme sobre una estela de basalto negro de 2,25 metros de altura por 50 centímetros en su lado más ancho. En la parte superior se puede ver un relieve de Hammurabi recibiendo las leyes de Marduk, el dios del sol y de la justicia. Contiene 282 artículos que regulan temas tan diversos como haría cualquier cuerpo legal moderno.

Todos los artículos siguen una misma estructura dividida en dos partes. La primera parte, llamada prótasis, es donde se expone un hecho en condicional. La segunda parte, llamada apódosis, es donde se detalla la sentencia o castigo. Por ejemplo: “Si un hombre, después de muerto su padre, se acuesta con su madre, [hasta aquí la prótasis y ahora inicia la apódosis] que los quemen a ambos”.

La pena de muerte es una sentencia muy recurrente al igual que las mutilaciones, empalamientos y la ordalía o juicio divino, sobre todo la ordalía fluvial. Esta pena consistía en arrojar al imputado al río, si se salvaba es porque los dioses lo consideraban inocente; en caso contrario moriría ahogado porque las divinidades lo declaraban culpable. Además, estamos ante un código legal clasista, en el que las penas varían en función de quien cometía el delito, si un hombre libre, una mujer o un esclavo.

Las relaciones económicas y sociales fueron reguladas por usos y costumbres no escritos. Imagen: Wikimedia

Contexto histórico y descubrimiento del Código de Hammurabi

El origen de las leyes en el Próximo Oriente

Las leyes en el Próximo Oriente surgieron de la necesidad de establecer un orden en sociedades cada vez más complejas. A medida que las comunidades se expandían, la escritura se convirtió en una herramienta esencial para fijar normas que regulasen la vida diaria. Los primeros textos legales, escritos en cuneiforme, documentan transacciones económicas y acuerdos sociales, reflejando la importancia de la escritura como medio para preservar y comunicar leyes. En este contexto, la aparición de códigos legales fue un paso natural para consolidar el poder de los gobernantes y asegurar la cohesión social.

El nacimiento de las leyes escritas se remonta a los primeros registros cuneiformes, que datan de alrededor del 3000 a.C. Estos documentos, aunque rudimentarios, sentaron las bases para lo que más tarde se convertiría en códigos legales más complejos. La necesidad de un sistema legal se hizo evidente a medida que las sociedades se enfrentaban a desafíos económicos y sociales, como el aumento de la producción agrícola y las relaciones comerciales. Los gobernantes del Próximo Oriente, como Entemena y Urukagina, comenzaron a establecer leyes que regulaban estas actividades, introduciendo conceptos de justicia que evolucionarían con el tiempo.

El Código de Hammurabi, aunque no fue el primero, representa la culminación de una tradición legal que se había estado desarrollando durante siglos. Su creación fue posible gracias a la consolidación de una estructura social y política que permitía a los reyes legislar y hacer cumplir sus decretos. En este sentido, el código no solo refleja las normas de su tiempo, sino también el poder de los gobernantes para imponer su autoridad a través de la ley escrita.

El descubrimiento del Código de Hammurabi y su importancia

El descubrimiento del Código de Hammurabi en 1901 por una expedición francesa liderada por Jacques de Morgan marcó un hito en la arqueología y la historia del derecho. La estela de diorita, hallada en Susa, contenía grabados en escritura cuneiforme que detallaban un extenso cuerpo de leyes promulgadas por el rey Hammurabi de Babilonia. Este hallazgo no solo proporcionó una visión detallada de la vida en la antigua Mesopotamia, sino que también ofreció una comprensión más profunda de cómo se administraba la justicia en una de las primeras civilizaciones del mundo.

La importancia del Código de Hammurabi radica en su detallado registro de leyes y su enfoque sistemático para abordar diversas cuestiones legales. A través de sus 282 artículos, el código abarca una amplia gama de temas, desde el comercio y la propiedad hasta el matrimonio y el crimen. Esta codificación de leyes refleja un intento de unificar y estandarizar la justicia en el imperio babilónico, proporcionando un marco legal que podía aplicarse de manera uniforme a todos los súbditos del rey. Su descubrimiento permitió a los historiadores y arqueólogos comprender mejor las dinámicas sociales, económicas y políticas de la época.

El hecho de que el Código de Hammurabi fuera tallado en una estela de basalto y expuesto públicamente subraya su función como herramienta de poder y control social. Al hacer que las leyes estuvieran disponibles para todos, Hammurabi no solo consolidaba su autoridad, sino que también establecía un precedente para futuros sistemas legales. Este enfoque hacia la transparencia y la accesibilidad de la ley es uno de los aspectos que ha asegurado la relevancia continua del Código de Hammurabi en el estudio del derecho antiguo.

La escritura cuneiforme como herramienta legal

La escritura cuneiforme, desarrollada por los sumerios, fue una de las primeras formas de escritura en el mundo y desempeñó un papel crucial en la administración legal de las sociedades mesopotámicas. Este sistema de escritura, que utilizaba signos impresos en tablillas de arcilla, permitió registrar leyes, transacciones comerciales y acuerdos sociales de manera permanente. La capacidad de documentar leyes por escrito facilitó la creación de códigos legales complejos, como el Código de Hammurabi, proporcionando un medio para comunicar y hacer cumplir las normas de manera efectiva.

El uso de la escritura cuneiforme en la codificación de leyes no solo garantizaba la precisión y la consistencia, sino que también permitía la preservación de las normas a lo largo del tiempo. Las tablillas cuneiformes, al ser duraderas, podían ser almacenadas y consultadas cuando fuera necesario, asegurando que las leyes permanecieran vigentes incluso a medida que las sociedades evolucionaban. Esta capacidad de registrar y conservar leyes escritas fue fundamental para el desarrollo de sistemas legales más sofisticados y para la administración de justicia en el antiguo Próximo Oriente.

La escritura cuneiforme también facilitó la difusión de las leyes más allá de las fronteras locales, unificando regiones bajo un conjunto común de normas. Esto era especialmente importante en imperios como el babilónico, donde la diversidad cultural y lingüística podía representar un desafío para la implementación de leyes uniformes. Al utilizar un sistema de escritura ampliamente reconocido, los gobernantes podían asegurar que sus decretos fueran entendidos y respetados por todos los súbditos, independientemente de su origen étnico o lingüístico.

El uso de la escritura cuneiforme en la codificación de leyes permitía la preservación de las normas a lo largo del tiempo. Imagen: Wikimedia

Características y estructura del Código de Hammurabi

La sanción divina y la ley del Talión

El Código de Hammurabi es conocido por su invocación de sanciones divinas y la aplicación de la ley del Talión, principios que reflejan la intersección entre la religión y la justicia en la antigua Mesopotamia. La sanción divina se manifestaba en la figura del rey, quien era visto como un intermediario entre los dioses y los hombres. Hammurabi, en particular, afirmaba recibir sus leyes de Marduk, el dios del sol y de la justicia, lo que otorgaba a sus decretos una autoridad casi sagrada y aseguraba su cumplimiento.

La ley del Talión, que se traduce como "ojo por ojo, diente por diente", es uno de los principios más famosos del Código de Hammurabi. Este enfoque retributivo de la justicia buscaba garantizar que el castigo fuera proporcional al delito, estableciendo un sistema de penas que reflejaba la gravedad de las ofensas. La aplicación de la ley del Talión no solo servía como disuasión para los potenciales infractores, sino que también proporcionaba un marco claro para la resolución de disputas, asegurando que la justicia fuera vista como equitativa y justa.

El uso de sanciones divinas y la ley del Talión en el Código de Hammurabi destaca la importancia de la religión en la administración de justicia. Al vincular las leyes con la voluntad divina, Hammurabi no solo legitimaba su autoridad como legislador, sino que también reforzaba la idea de que el orden social estaba respaldado por los dioses. Este enfoque teocrático de la justicia aseguraba que las leyes fueran respetadas y obedecidas, ya que desobedecerlas equivalía a desafiar el orden divino.

Estructura de las leyes: prótasis y apódosis

El Código de Hammurabi se caracteriza por su estructura meticulosa, en la que cada ley se presenta en dos partes: la prótasis y la apódosis. La prótasis establece la condición o situación hipotética, mientras que la apódosis detalla la consecuencia o el castigo correspondiente. Este formato condicional no solo facilita la comprensión de las leyes, sino que también asegura que las penas sean claras y específicas, eliminando la ambigüedad en la aplicación de la justicia.

La estructura de prótasis y apódosis es una característica distintiva del Código de Hammurabi y refleja un enfoque sistemático para abordar las cuestiones legales. Al presentar las leyes de esta manera, el código proporciona un marco coherente para la administración de justicia, asegurando que las penas sean proporcionales a los delitos y que las normas sean aplicadas de manera uniforme. Esta claridad en la formulación de las leyes es uno de los aspectos que ha contribuido a la duradera influencia del código en la historia del derecho.

Además de su claridad, la estructura de las leyes en el Código de Hammurabi permite una flexibilidad que es crucial para abordar la diversidad de situaciones que pueden surgir en una sociedad compleja. Al establecer condiciones específicas y sus correspondientes consecuencias, el código puede adaptarse a una amplia gama de circunstancias, asegurando que la justicia se administre de manera justa y equitativa. Esta capacidad de adaptarse a diferentes contextos es una de las razones por las que el Código de Hammurabi sigue siendo relevante en el estudio del derecho antiguo.

El Código de Hammurabi es conocido por su invocación de sanciones divinas y la aplicación de la ley del Talión. Imagen: Wikimedia

Diversidad de temas: homicidio, herencia, esclavos

El Código de Hammurabi abarca una amplia gama de temas, reflejando la complejidad de la vida en la antigua Mesopotamia y la necesidad de un sistema legal que pudiera abordar diversas cuestiones sociales y económicas. Entre los temas más destacados se encuentran las leyes sobre homicidio, herencia y el trato a los esclavos, cada una de las cuales se aborda con un nivel de detalle que demuestra la sofisticación del sistema legal babilónico.

Las leyes sobre homicidio en el Código de Hammurabi son particularmente notables por su rigidez y severidad. El código establece penas claras para los delitos de asesinato, a menudo aplicando la ley del Talión para asegurar que el castigo sea proporcional al crimen. Esta enfoque retributivo no solo servía como disuasión para los potenciales infractores, sino que también proporcionaba un marco claro para la resolución de disputas, asegurando que la justicia fuera vista como equitativa y justa.

La regulación de la herencia y el trato a los esclavos en el Código de Hammurabi refleja la importancia de estas cuestiones en la sociedad mesopotámica. Las leyes sobre herencia aseguraban la transmisión ordenada de propiedades y riquezas, mientras que las disposiciones sobre esclavos regulaban su tratamiento y derechos dentro del marco legal. Estas leyes no solo garantizaban la estabilidad social y económica, sino que también proporcionaban un medio para proteger los derechos de los individuos, asegurando que todos los miembros de la sociedad estuvieran sujetos a las mismas normas.

Clasismo en las penas y jerarquías sociales

El Código de Hammurabi es conocido por su enfoque clasista en la administración de justicia, reflejando las jerarquías sociales de la antigua Mesopotamia. Las penas varían significativamente según la condición social del infractor, con castigos más severos para los delitos cometidos por personas de menor estatus. Este enfoque refleja la estructura social jerárquica de la época, donde la posición social influía en la aplicación de la justicia y el acceso a los derechos legales.

La variación de penas según el estatus social en el Código de Hammurabi subraya la desigualdad inherente en el sistema legal mesopotámico. Mientras que los hombres libres podían enfrentar penas más leves por ciertos delitos, los esclavos y las mujeres a menudo recibían castigos más duros, reflejando su posición subordinada en la sociedad. Esta distinción en las penas no solo reforzaba las jerarquías sociales existentes, sino que también aseguraba que el sistema legal sirviera para mantener el orden social establecido.

A pesar de su enfoque clasista, el Código de Hammurabi representa un intento temprano de codificar y estandarizar la justicia, proporcionando un marco legal que podía aplicarse de manera uniforme a todos los súbditos del rey. Aunque las penas variaban según el estatus social, el hecho de que las leyes estuvieran escritas y fueran accesibles para todos los ciudadanos representaba un paso significativo hacia la transparencia y la equidad en la administración de justicia.

Monumento a Hammurabi. Imagen: Wikimedia

Comparación con otros códigos legales antiguos

Antecedentes: reformas de Entemena, Urukagina y Urnammu

Antes del Código de Hammurabi, ya existían intentos de codificar leyes en Mesopotamia, como las reformas de Entemena y Urukagina en Lagash, y el código de Urnammu en Ur. Estas primeras leyes reflejan el desarrollo gradual de un sistema legal que buscaba regular la vida social y económica en las ciudades-estado del Próximo Oriente. Aunque menos extensos que el Código de Hammurabi, estos cuerpos legales sentaron las bases para la codificación de normas más complejas en el futuro.

Las reformas de Entemena y Urukagina, que datan de alrededor del 2400 a.C., se centraron en abordar problemas socioeconómicos específicos, como la protección de los derechos de los ciudadanos y la regulación de las relaciones comerciales. Estas primeras leyes, aunque limitadas en alcance, reflejan un intento de los gobernantes por establecer un orden social y económico que pudiera sostener el crecimiento y la estabilidad de sus ciudades-estado.

El código de Urnammu, promulgado alrededor del 2100 a.C., representa uno de los primeros intentos de crear un cuerpo legal más sistemático y coherente. Este código incluía leyes sobre homicidio, robo y daños a la propiedad, y es notable por su enfoque en la compensación monetaria en lugar de castigos físicos, una característica que lo distingue del Código de Hammurabi. A pesar de sus diferencias, estos primeros códigos legales comparten el objetivo común de establecer un marco legal que pudiera regular la vida en las crecientes ciudades-estado de Mesopotamia.

El legado literario y jurídico del Código de Hammurabi

El Código de Hammurabi ha dejado un legado duradero tanto en el ámbito literario como en el jurídico, influyendo en el desarrollo de sistemas legales posteriores y sirviendo como fuente de inspiración para la literatura y la cultura. Su estructura meticulosa y su enfoque sistemático para abordar cuestiones legales han sido admirados y estudiados a lo largo de los siglos, convirtiéndolo en un modelo para futuros códigos legales en diversas culturas.

En el ámbito jurídico, el Código de Hammurabi ha influido en el desarrollo de sistemas legales posteriores, incluidos los códigos de leyes en el antiguo Israel y el derecho romano. Su enfoque en la codificación de leyes y la estandarización de penas ha servido como base para la creación de sistemas legales más complejos y sofisticados, que han perdurado hasta nuestros días. La influencia del Código de Hammurabi en la historia del derecho es un testimonio de su importancia como uno de los primeros intentos de crear un sistema legal coherente y equitativo.

En el ámbito literario, el Código de Hammurabi ha sido objeto de numerosos estudios y análisis, inspirando a autores y académicos a explorar su significado y su impacto en la sociedad mesopotámica. Su lenguaje claro y su estructura lógica lo convierten en una obra literaria en sí misma, reflejando la sofisticación de la cultura babilónica y su capacidad para abordar cuestiones complejas de manera sistemática y coherente. El legado del Código de Hammurabi en la literatura y el derecho continúa siendo relevante en la actualidad, ofreciendo una visión única de la civilización mesopotámica y sus contribuciones al desarrollo de la humanidad.

Vaso de Entemena. Imagen: Wikimedia

La influencia del Código de Hammurabi en la legislación posterior

Impacto limitado en la práctica y comparación con la ley mosaica

Aunque el Código de Hammurabi es una de las recopilaciones de leyes más antiguas y completas, su impacto en la práctica legal de su tiempo fue limitado. El código fue promulgado al final del reinado de Hammurabi, lo que significa que no hubo suficiente tiempo para que sus leyes se implementaran de manera efectiva en todo el imperio babilónico. Sin embargo, su influencia perduró, sirviendo como base para futuros sistemas legales y siendo comparado con otras leyes antiguas, como la ley mosaica.

La comparación con la ley mosaica, contenida en la Biblia, es particularmente interesante, ya que ambas colecciones de leyes comparten principios similares, como la importancia de la justicia divina y la aplicación de penas proporcionales a los delitos. Sin embargo, mientras que el Código de Hammurabi se centra en la retribución y la ley del Talión, la ley mosaica pone un mayor énfasis en la moralidad y la ética, reflejando diferencias culturales y religiosas entre las dos sociedades.

A pesar de su impacto limitado en la práctica, el Código de Hammurabi sigue siendo una fuente invaluable para el estudio del derecho antiguo y su influencia en la legislación posterior es innegable. Su enfoque sistemático y su estructura clara han servido como modelo para la creación de sistemas legales en diversas culturas, asegurando su lugar en la historia como uno de los primeros intentos de codificar y estandarizar la justicia.

La publicación al final del reinado de Hammurabi

La publicación del Código de Hammurabi al final del reinado de Hammurabi plantea preguntas sobre su implementación y efectividad en la práctica. Aunque el código fue tallado en una estela de basalto y expuesto públicamente, su promulgación tardía significa que no hubo suficiente tiempo para que sus leyes se aplicaran de manera uniforme en todo el imperio. Este hecho limita su impacto inmediato en la administración de justicia, aunque su influencia perduró en la historia del derecho.

A pesar de estas limitaciones, la publicación del código representa un intento significativo de hacer que las leyes fueran accesibles para todos los ciudadanos, asegurando que todos estuvieran sujetos a las mismas normas. Este enfoque hacia la transparencia y la accesibilidad de la ley es uno de los aspectos que ha asegurado la relevancia continua del Código de Hammurabi en el estudio del derecho antiguo. Al hacer que las leyes estuvieran disponibles para todos, Hammurabi no solo consolidaba su autoridad, sino que también establecía un precedente para futuros sistemas legales.

La publicación del Código de Hammurabi al final de su reinado también refleja la importancia de la ley como herramienta de poder y control social. Al codificar y estandarizar las leyes, Hammurabi buscaba unificar su imperio bajo un conjunto común de normas, asegurando la estabilidad y la cohesión social. Aunque su impacto inmediato fue limitado, su legado perduró, influyendo en el desarrollo de sistemas legales posteriores y sirviendo como modelo para la codificación de leyes en diversas culturas.

Referencias

  • Klíma, J. 2013. Sociedad y cultura en la antigua Mesopotamia. Akal.
  • Sanmartin, J. 1999. Códigos legales de tradición babilónica. Trotta.

Recomendamos en