Piratas modernos: así actúan y viven

Asaltos a yates y emboscadas en las bahías. Los piratas siguen siendo una amenaza en los mares del siglo XXI.
Piratas actuales: así actúan y viven

Los piratas existen desde que el ser humano aprendió a navegar. En cuanto un navegante decidió robar algo de otro barco, ahí, en ese mismo instante, tuvo comienzo la historia de la piratería. A lo largo de los siglos, multitud de hombres y mujeres han optado por dedicar sus días a la vida pirata. Aún hoy hay quien lo ve como una solución a sus necesidades. Si eres de los que alguna vez ha soñado con hacerse a la mar bajo una bandera negra, un mapa en una mano y una botella de ron en la otra, hay barcos piratas que siguen reuniendo tripulantes y zarpan en busca de botín por los mares del siglo XXI. Ahora bien, es una práctica que desaconsejamos por completo.

La evolución de la piratería: de la antigüedad a la actualidad

La piratería ha sido una actividad presente desde que los humanos empezaron a surcar los mares. En sus inicios, los piratas eran principalmente oportunistas que atacaban barcos mercantes para hacerse con sus valiosas cargas. Con el paso del tiempo, la piratería se convirtió en una forma de vida para muchos, especialmente en épocas y regiones donde las oportunidades económicas eran limitadas. Durante la Edad de Oro de la Piratería, en los siglos XVII y XVIII, los piratas se convirtieron en figuras legendarias, temidos y a la vez admirados por su audacia y espíritu de independencia.

En la actualidad, la piratería ha sufrido una transformación significativa. Aunque la esencia de la actividad sigue siendo la misma —el robo en el mar—, las motivaciones y métodos de los piratas modernos han cambiado. Muchos de ellos actúan por necesidad económica, impulsados por la pobreza y la falta de oportunidades en sus regiones de origen. Sin embargo, también hay quienes se ven atraídos por la posibilidad de obtener grandes beneficios de sus actividades ilícitas, lo que lleva a una mezcla de necesidad y codicia en el mundo de la piratería contemporánea.

Los piratas modernos se enfrentan a un contexto global diferente al de sus predecesores. La vigilancia internacional y las medidas de seguridad han aumentado considerablemente, obligando a los piratas a ser más ingeniosos y adaptativos en sus tácticas. A pesar de estos desafíos, la piratería sigue siendo una amenaza en varias regiones del mundo, donde los piratas han aprendido a aprovechar las debilidades del sistema para continuar con sus actividades.

Piratas somalíes en una nave capturada.

Los piratas modernos: ¿necesidad o codicia?

Obviamente un barco. Un pirata es, literalmente, un ladrón en el mar. Hasta donde sabemos, no hay registros de piratas que hayan tenido éxito asaltando un barco a nado. Ahora bien, la mayoría de piratas lo son por necesidad. Por tanto, ¿cómo consigue un barco un grupo de piratas arruinados? En las décadas de 1920 y 1930 hubo piratas chinos que secuestraban embarcaciones hasta saquearlas por completo. Por entonces había vapores británicos que transportaban correo y otras mercancías además de pasajeros. Atracaban en Hong Kong y allí los piratas se hacían pasar por inocentes pasajeros. Subían a bordo repartidos entre la primera y la tercera clase para abarcar cuanto más mejor la embarcación. Durante el viaje iniciaban su ataque y se hacían rápidamente con el control de la sala de máquinas y el puente de mando. Detenían el barco o cambiaban el rumbo mientras robaban todo cuanto podían.

Regiones clave para la actividad pirata en la actualidad

En el Caribe siguen actuando los piratas. Ahora se hacen pasar por marineros o personal de servicio. Algunos logran sortear los procesos de investigación y acaban contratados en un yate o cualquier otra embarcación de recreo privada. Una vez en el mar, atan a los propietarios del barco o los matan directamente y utilizan el yate para introducir drogas en Estados Unidos.

“El Amazonas es igualmente famoso por esta clase de ataques piratas oportunistas. El 7 de diciembre de 2001, sir Peter Blake, el famoso regatista y campeón del mundo neozelandés, fue asesinado a bordo de su yate Seamaster cuando intentó defenderse de siete u ocho piratas ribereños armados que habían conseguido subir a bordo sin ser vistos en torno a las diez de la noche”.

Imagen generada por IA de un pirata moderno junto a un pirata del siglo XVII. Distintos medios, mismo concepto. Foto: DALL-E, Daniel Gómez

Emma Kelty era una kayakista británica que practicaba por el Amazonas. El 12 de septiembre de 2017 escribió en su cuenta de Twitter:

“Hoy empecé a luchar remando a través de 20 kilómetros de tormentas. Llegué a un pueblo sin problemas y pasó la tormenta para mi alivio... pero luego ¡¡¡doblé un recodo y me encontré con 50 tipos en lanchas de motor con flechas!!! […] Vale 30 tipos... pero en cualquier caso... son un montón de tipos en una zona de lanchas con flechas y rifles”.

A pesar de los avisos que había recibido, no le dio importancia a los piratas. Emma Kelty fue asesinada al día siguiente a orillas del río Solimões, un afluente del Amazonas.

Estrategias y tácticas de los piratas modernos

Los piratas actuales han desarrollado una serie de estrategias y tácticas para llevar a cabo sus ataques de manera efectiva y minimizar el riesgo de ser capturados.

El barco pirata del siglo XXI

En la edad dorada de la piratería, cuanto más grande era el barco, mejor. Los grupos de piratas que actúan hoy en el mar de la China Meridional, el estrecho de Malaca, el mar Arábigo o el golfo de Guinea no quieren barcos grandes. Lo último que desea alguien que está cometiendo o pretende cometer una ilegalidad es llamar la atención. Los piratas de hoy día se mueven en barcos que pasen desapercibidos y se confundan con el resto de embarcaciones pesqueras de sus respectivas zonas. La única diferencia entre un barco pirata y una embarcación de pesca en la actualidad es que el primero está equipado con escalerillas para el abordaje y su tripulación suele ir armada con rifles de asalto y lanzagranadas. De hecho, a veces ni siquiera esto último, pues en zonas como la costa somalí o el golfo de Guinea es habitual que los pescadores también lleven armas en sus barcos, precisamente para defenderse de un posible ataque pirata.

Los piratas de hoy se enfrentan a una vigilancia extrema, no solo por mar, sino por aire con los helicópteros y drones. Los grandes piratas de los siglos modernos eran expertos en difundir una propaganda de terror para que sus rivales se rindieran sin siquiera oponer resistencia. Los grandes piratas de la actualidad dominan el arte de ocultarse a plena vista.

Los motores facilitan los viajes y desplazamientos más rápidos. Las neveras ayudan a conservar los víveres y el agua potable. Algunos han cambiado el ron por el khat, unas hojas que mascan y produce un efecto estimulante. Pero los piratas siguen siendo igual de despiadados.

El buque petrolero MV Sirius Star es uno de los barcos más grandes en ser capturado por piratas modernos.

Nuevos tiempos, misma picardía

Algunos piratas modernos “contratan” a tripulantes para que se encarguen del mantenimiento del barco. Los mantienen como rehenes para exigir un rescate a cambo de su liberación y también tienen la función de “escudos humanos” para evitar que el barco pirata sea contratacado por miedo a matar a inocentes (como de he hecho ha ocurrido en ocasiones).

A pesar del avance tecnológico y la diferencia de contextos, los piratas modernos se siguen pareciendo a los antiguos en algo:

“Siguen prefiriendo las calas, las pequeñas bahías o los promontorios rocosos que habían buscado las generaciones anteriores por la misma razón: estos lugares permiten a los piratas esperar al acecho, salir precipitadamente y atacar antes de que el barco elegido como objetivo tenga tiempo de reaccionar y se aleje a toda velocidad o solicite ayuda”.

El impacto de la vigilancia y las medidas de seguridad

La vigilancia internacional y las medidas de seguridad han tenido un impacto significativo en la actividad pirata, aumentando la dificultad de llevar a cabo ataques exitosos. Las patrullas navales, los sistemas de radar y los drones son solo algunas de las herramientas utilizadas para detectar y disuadir a los piratas modernos en las rutas marítimas internacionales. Estas medidas han obligado a los piratas a ser más ingeniosos y adaptativos en sus tácticas, pero también han mermado bastante las capacidades de la delincuencia marítima.

El pirata Barbanegra en una ilustración. Foto: Collection of Don and Martha Dewee.

A pesar de estos avances, la piratería sigue siendo una amenaza en varias partes del mundo. En regiones como el golfo de Guinea y el mar de China Meridional, los piratas han aprendido a evadir la vigilancia y encontrar formas de llevar a cabo sus ataques sin ser detectados. Esto ha llevado a un juego del gato y el ratón entre los piratas y las fuerzas de seguridad, que continúan desarrollando nuevas estrategias para combatir esta amenaza.

Incremento de sistemas de vigilancia y su efectividad

El aumento de los sistemas de vigilancia ha sido una respuesta directa al resurgimiento de la piratería en las últimas décadas. Las patrullas navales internacionales, los aviones de reconocimiento y los satélites juegan un papel crucial en la detección y disuasión de actividades piratas. Estos sistemas permiten a las fuerzas de seguridad monitorear grandes áreas del océano en tiempo real, lo que facilita la identificación de embarcaciones sospechosas y la rápida respuesta a cualquier incidente.

A pesar de la efectividad de estos sistemas, los piratas han encontrado formas de evadir la detección. Utilizan embarcaciones pequeñas y poco llamativas que se mezclan con el tráfico marítimo regular, lo que dificulta su identificación por parte de los sistemas de radar. Además, los piratas son expertos en el uso del camuflaje, ocultando sus armas y equipos hasta que están listos para atacar. Esta capacidad de adaptarse a las medidas de seguridad es una de las razones por las que la piratería sigue siendo una amenaza en varias regiones del mundo.

La efectividad de los sistemas de vigilancia también depende de la cooperación internacional y la coordinación entre las diferentes fuerzas de seguridad. En algunas regiones, la falta de recursos y la corrupción han limitado la capacidad de las autoridades para combatir la piratería de manera efectiva. Sin embargo, en otras áreas, la colaboración entre países ha dado lugar a operaciones exitosas que han reducido significativamente el número de ataques piratas. Esta cooperación es esencial para garantizar la seguridad de las rutas marítimas internacionales y proteger el comercio global.

Estas son las diez barbas más famosas de la Historia. Foto: Midjourney/Juan Castroviejo.

Retención de tripulantes y exigencia de rescates

Una táctica común entre los piratas modernos es la retención de tripulantes como rehenes para exigir rescates. Este enfoque no solo les permite obtener ganancias económicas significativas, sino que también les proporciona una forma de protegerse de posibles ataques por parte de las fuerzas de seguridad. Al mantener a los tripulantes como "escudos humanos", los piratas aumentan las probabilidades de que las autoridades duden en intervenir por miedo a causar daño a los inocentes.

La retención de tripulantes es una táctica especialmente prevalente en regiones como Somalia, donde los piratas somalíes han perfeccionado esta técnica a lo largo de los años. Estos piratas, a menudo mejor armados y organizados que sus contrapartes en otras regiones, exigen rescates sustanciales a cambio de la liberación de los rehenes. Esta práctica ha llevado a un aumento en el costo del seguro marítimo y ha obligado a las empresas navieras a tomar medidas adicionales para proteger a sus tripulaciones.

A pesar de la efectividad de esta táctica, la retención de tripulantes también conlleva riesgos significativos para los piratas. Las fuerzas de seguridad internacionales han intensificado sus esfuerzos para rescatar a los rehenes y llevar a los piratas ante la justicia, lo que ha llevado a varios enfrentamientos violentos. Además, la presión internacional para abordar esta amenaza ha resultado en la implementación de medidas más estrictas para proteger a las tripulaciones y disuadir a los piratas de llevar a cabo estos actos.

La vida libre y alegre sigue siendo una idealización

En vez de Tortuga, los piratas modernos pueden pasar un buen rato en Harardhere o Eyl, ambos enclaves en Somalia. Aquí encuentran todo tipo de negocios dispuestos a satisfacer sus demandas, desde cafeterías a concesionarios de coches. Sin embargo, las historias de jóvenes piratas con mansiones o coches de lujo vuelven a ser producto de una idealización sensacionalista. Jay Bahadur fue un periodista que visitó uno de estos refugios de piratas:

“Si Eyl estaba llena de dinero en efectivo de los piratas, sus habitantes lo ocultaban muy bien. Como refugio de piratas, fue una profunda decepción; las mansiones opulentas, las fiestas salvajes y los excesos exacerbados por las drogas que la cobertura de los medios internacionales me había inducido a esperar brillaban por su ausencia”.

La imagen sobria de los piratas modernos

La vida de un pirata moderno está lejos de ser glamorosa. A menudo, los piratas viven en condiciones de pobreza extrema, con recursos limitados y pocas oportunidades de mejorar su situación. En lugares como Somalia, los piratas encuentran refugio en pueblos costeros donde las infraestructuras son mínimas y las condiciones de vida son duras. Aunque algunos piratas logran obtener ganancias significativas de sus actividades, la mayoría vive al día, gastando sus ganancias en necesidades básicas y evitando la atención de las autoridades.

Además de las dificultades económicas, los piratas modernos también enfrentan un alto riesgo de captura o muerte. Las fuerzas de seguridad internacionales están constantemente patrullando las rutas marítimas, y los enfrentamientos violentos son comunes. Los piratas también deben lidiar con la competencia de otros grupos y la posibilidad de traición dentro de sus propias filas. Esta realidad sobria contrasta fuertemente con la imagen idealizada de los piratas como aventureros audaces y libres.

A pesar de estos desafíos, la vida de un pirata moderno sigue atrayendo a algunos individuos, especialmente en regiones donde las oportunidades económicas son escasas. La promesa de ganancias rápidas y la posibilidad de escapar de la pobreza son incentivos poderosos, aunque la realidad de la piratería sea mucho menos atractiva de lo que la ficción sugiere.

Referencias:

  • Lehr, P. 2021. Piratas. Una historia desde los vikingos hasta hoy. Crítica.
  • Miguens, S. 2012. Breve historia de los piratas. Nowtilus.

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