Pocas instituciones han sido objeto de más leyendas, escándalos y mitos que el papado y su sede en el Vaticano. Una de las más sonadas tiene que ver con una mujer que ha despertado acalorados debates entre historiadores y cristianos de toda índole, de la que se escribieron datos contradictorios, imposibles de contrastar o directamente falsos. La mujer en cuestión ha pasado a la historia conocida como la papisa Juana, una leyenda con elementos tan impactantes que se extendió entre el gran público al punto de considerarse como una realidad por muchos. Sin embargo, las evidencias históricas solo pueden tachar esta historia en un sentido: es una leyenda.
En la vasta historia del papado, pocas narraciones han capturado tanto la imaginación popular como la leyenda de la Papisa Juana. Esta historia, que ha sido objeto de intensos debates y especulaciones, relata la vida de una mujer que, disfrazada de hombre, ascendió en la jerarquía eclesiástica hasta convertirse en papa. La leyenda, rica en detalles sorprendentes y dramáticos, ha sido transmitida a lo largo de los siglos, a pesar de la falta de pruebas históricas que la respalden. La figura de Juana, la mujer que supuestamente llegó a ser papa, se ha convertido en un símbolo de controversia y misterio dentro de la Iglesia católica.
¿Quién fue la Papisa Juana?
La historia de la Papisa Juana
La leyenda de la Papisa Juana describe a una mujer de gran inteligencia que, disfrazada de hombre, logró infiltrarse en las filas de la Iglesia católica. Según la narración más popular, Juana no solo se convirtió en cardenal, sino que también alcanzó el puesto más alto como papa. Durante años, mantuvo su verdadera identidad en secreto, hasta que un día, en medio de una procesión en Roma, dio a luz a un hijo. Este acontecimiento, presenciado por el público, reveló su identidad femenina, lo que resultó en su castigo y muerte a manos de una multitud enfurecida. La historia, por su naturaleza fantástica, ha sido objeto de escepticismo, pero su persistencia en la cultura popular es innegable.

Jean de Mailly y el origen de la leyenda
El primer relato documentado sobre la Papisa Juana proviene del cronista dominico Jean de Mailly en el siglo XIII. En su obra "Chronica Universalis Mettensis", Mailly menciona a una figura femenina que ascendió al papado, aunque no proporciona detalles extensos. Este relato inicial fue posteriormente ampliado por otros escritores, como el obispo Martín de Opava, quien situó el supuesto papado de Juana en el año 855. Según Martín, Juana era conocida como "Juan el Inglés" y había sido excluida de las listas oficiales de papas debido a su sexo. La historia fue adaptada y enriquecida por diversos cronistas, lo cual incrementó la confusión y el aura legendaria que envuelve a Juana.
El mito del papa mujer: ¿realidad o ficción?
A pesar de su popularidad, la historia de la Papisa Juana carece de evidencia histórica sólida. No existen registros contemporáneos que confirmen la existencia de una mujer que haya ocupado el trono de San Pedro. Muchos historiadores coinciden en que la leyenda es, probablemente, una sátira o una crítica velada hacia el papado, usada para minar la autoridad de la Iglesia. Aun así, la idea de una “papa mujer” conserva un gran atractivo, alimentando debates sobre la veracidad de la historia y su repercusión en la percepción del papado. El hecho de que este mito permanezca en la cultura popular revela cómo, más allá de su autenticidad, la leyenda de Juana continúa intrigando a las personas que buscan explorar los secretos del Vaticano.
El impacto de la leyenda en la Iglesia Católica
Sátira y propaganda: el uso de la historia contra la Iglesia
La leyenda de la Papisa Juana ha servido, a lo largo de la historia, como un medio de crítica contra la Iglesia católica. En la Reforma Protestante, se empleó esta historia a manera de propaganda para desprestigiar al papado y exhibirlo como proclive a fraudes y escándalos. Juana se convirtió en un emblema de la supuesta corrupción interna de la Iglesia, y su caso fue aprovechado para cuestionar su autoridad moral. Más allá de la ausencia de pruebas, la leyenda persiste como un ejemplo de la manipulación de narraciones con fines políticos y religiosos.

La “Sedia Stercoraria” y su relación con la leyenda
Un elemento curioso que se asocia a la leyenda de la Papisa Juana es la “Sedia Stercoraria”, una silla con un orificio en el asiento. Según el mito, servía para examinar el sexo de los nuevos papas tras el escándalo de Juana. Sin embargo, los expertos apuntan que la “Sedia Stercoraria” era en realidad un trono empleado por los papas en ceremonias medievales, posiblemente como símbolo de humildad. Vincular este objeto con la historia de Juana demuestra cómo un mito puede distorsionar la interpretación de un elemento histórico. Pese a ello, el relato de la silla persiste como parte del anecdotario que gira en torno a la Papisa Juana.
La evolución de la leyenda a través de los siglos
Del siglo XIII al XV: cambios en la narrativa
Desde su primera mención en el siglo XIII, la leyenda de la Papisa Juana se ha transformado de forma considerable. A medida que se difundía de manera oral y escrita, se integraron nuevos matices y detalles. Para el siglo XV, la historia ya incorporaba elementos como el presunto examen genital a los papas, y la figura de Juana se había convertido en una herramienta para desacreditar la reputación del papado. No obstante, en este mismo periodo, comenzaron a aflorar posturas escépticas que ponían en duda la veracidad del relato, señalando la falta de evidencia y lo fantasioso de su contenido.

La caída de la credibilidad histórica de Juana
Con el paso del tiempo, la credibilidad histórica de la Papisa Juana fue cuestionada cada vez con mayor énfasis. Investigadores del Renacimiento y la Ilustración, con una visión más crítica de las fuentes, descartaron la historia como una leyenda sin bases objetivas. La falta de documentos contemporáneos y la inexistencia de pruebas materiales llevaron a la mayoría de los estudiosos a concluir que la Papisa Juana nunca existió. Sin embargo, su impacto cultural no desapareció, sino que continuó como un mito fascinante que interpelaba la visión tradicional del papado.
El examen genital a los papas: mito derivado de la Papisa Juana
El mito de que se realizaba un examen genital a los nuevos papas antes de su coronación se vincula directamente con la historia de la Papisa Juana. Si bien no hay indicio de que tal práctica fuera real, la idea ha pervivido en la imaginación colectiva, quizás por su cariz escandaloso y su asociación con la leyenda. Este episodio subraya la capacidad de los relatos para moldear la visión de las instituciones, incluso sin fundamentos históricos. Aunque carece de validez, su persistencia testimonia la fuerza que pueden cobrar las leyendas en la conciencia popular.
Referencias:
- Smith, A. The Medieval Papacy: Fact and Fiction. Religious Studies Journal
- García, L. Legends and Controversies: The Papisa Juana. Ecclesiastical History Review