El primer crucero de la historia

El 29 de junio de 1900 inició su andadura el Prinzessin Victoria Luise, un barco de vapor alemán considerado el primer crucero del mundo.
Prinzessin Victoria Luise

La historia de la exploración por parte del ser humano es uno de los relatos más apasionantes de cuantas cosas hemos hecho desde que existimos en el planeta Tierra. Pero a partir del siglo XIX, la experiencia de viajar se ha ofrecido como una opción recreativa que une ese afán por conocer nuevos territorios con la comodidad y con el ocio como objetivo principal. La máxima expresión de esta idea se materializa en los cruceros.

Embarcación fluvial del antiguo Egipto. The Yorck Project / Wikimedia

¿Desde cuándo existen los cruceros?

Sabemos que los antiguos egipcios utilizaban lujosas embarcaciones por el Nilo con fines principalmente rituales. Los romanos también viajaron por el Mediterráneo sin más pretensión que disfrutar la travesía. Sin embargo, el concepto moderno que tenemos de crucero no se fraguó hasta el siglo XIX y, de hecho, el turismo de masas no se inició hasta que terminó la Segunda Guerra Mundial. Con todo, hubo antecedentes que marcarían el nacimiento de los cruceros.

El periódico inglés Shetland Journal anunció el primer viaje en crucero en 1835. La propuesta consistía en partir desde el norte de Gran Bretaña para visitar Escocia, Islandia y las Islas Feroe. Varios lectores se mostraron muy interesados en el anuncio, pero pronto descubrieron que se trataba de publicidad falsa. Eso sí, la demanda sirvió para comprender que aquello podía ser un negocio rentable. Arthur Anderson y Brodie Wilcox se cuentan entre los primeros en palpar esta oportunidad. Fundaron la Steam Navigation Company en 1837, una compañía naviera que más tarde pasó a llamarse P&O Cruises. En la década de 1830 ya se había extendido el barco de vapor como transporte marítimo para distancias largas, lo cual abrió una nueva época de viajes transatlánticos más rápidos y cómodos, es decir, cada vez más aptos para el gran público. Anderson y Wilcox organizaron rutas marítimas consideradas antecedentes de los cruceros.

El ‘inventor’ de los cruceros

El siguiente paso clave tiene como protagonista a Samuel Cunard. Apodado “el Príncipe de los Océanos”, se hizo con el permiso para transportar correo entre Inglaterra y Estados Unidos. En 1840 tenía a su disposición el Britannia, una embarcación que zarparía de Liverpool hacia Boston. Le sobraba capacidad para incluir pasajeros además de la tripulación y el cargamento de correos, así que Cunard vio una buena oportunidad ofrecer el viaje a turistas para sacarle más beneficio a su empresa. La idea resultó un éxito, Cunard fue pionero en ofrecer viajes transatlánticos entre Europa y Estados Unidos y la actividad pronto se puso de moda. Junto a él, otro inglés se encargó de “inventar” el turismo. Thomas Cook es reconocido como el primer agente de viajes y su oferta turística por Europa terminó de aupar la fama de los cruceros. De hecho, en 1869 organizó un viaje por el Nilo que muchos autores consideran el primer crucero turístico de la historia.

El Prinzessin Victoria Luise se considera el primer crucero de la historia. Detroit Publishing Company / Wikimedia

La fabricación del primer crucero

Claro que muchos de estos viajes fueron realizados en barcos de transporte con pasajeros que se unían como turistas. La típica fase híbrida de los antecedentes a una reinvención exitosa. Este tipo de embarcación ofrecía pocas posibilidades de ocio, limitando su prestación más al mero hecho del transporte para llegar algún puerto y allí realizar visitas turísticas guiadas, para luego volver al barco y navegar hasta el siguiente punto de la excursión. Fue Albert Ballin, director de la Hamburg-America Line quien mandó a construir el primer barco pensado específicamente para viajes turísticos que pudiera ofrecer comodidades, ocio y fuera capaz de navegar durante todo el año, pues hasta entonces los viajes quedaban limitados a la época de buen tiempo para cruzar los mares más calmados.

El 29 de junio de 1900 inició su andadura el Prinzessin Victoria Luise, un barco de vapor alemán considerado el primer crucero de la historia. Diseñado para realizar viajes de placer por las Antillas, Samoa y Nueva Guinea. Tenía 16 metros de manga y casi 140 metros de eslora en los que se distribuían 120 camarotes equipados con todo el lujo posible en la época, una biblioteca, gimnasio, un gran comedor y hasta un cuarto oscuro para el revelado de fotografías para uso y disfrute de los aficionados a bordo.

Se inició entonces la era de los cruceros para viajes de placer con una proliferación de empresas que pugnaban por fabricar el buque más rápido y el más grande, donde ofrecer todas las comodidades y opciones para la diversión de los turistas. Uno de los hitos en la historia de los cruceros fue el Titanic. El nivel ofrecido por este buque confirmaba la popularidad de este tipo de viajes marítimos. La catástrofe que supuso su naufragio fue el toque de atención necesario para atender a la seguridad de los cruceros, descuidada hasta entonces. En 1914, dos años después del hundimiento del Titanic, se publicó la primera versión del Convenio internacional para la seguridad de la vida humana en el mar, vigente hasta el día de hoy con las actualizaciones pertinentes propias del avance en marinería y las modernas embarcaciones. En la actualidad continúa la lucha por presentar el crucero más grande del mundo, con barcos que se han convertido en auténticas ciudades flotantes donde los pasajeros tienen a su disposición todo cuanto deseen para el ocio, la diversión, las compras, la restauración y, en definitiva, el placer de viajar en un crucero, cuya popularidad no ha hecho más que aumentar y extenderse entre el turismo de masas desde su invención a mediados del siglo XIX.

Referencias:

  • Berger, Arthur. 2004. Ocean Travel and Cruising: A Cultural Analysis. Haworth Hospitality Press.
  • Dickinson, R. y Vladimir, A. 2008. Salling the Sean: An Inside Look at the Cruise Industry. John Wiley & Sons.

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