10.000 años antes que las pirámides: el desconocido arte rupestre de Egipto

Escenas de caza y rituales antes de que el Sáhara fuera un desierto y los faraones gobernaran el valle del Nilo.
Cueva de las Bestias

Todos conocemos las famosas pirámides de Egipto, sus fascinantes jeroglíficos y la personalidad inconfundible de su estilo artístico en las pinturas que decoran los templos y las tumbas del valle del Nilo. Sin embargo, en Egipto ya hubo artistas antes de que el país se unificara bajo el poder de los faraones y, en cambio, el gran público desconoce la existencia de estas pinturas prehistóricas. Con un estilo que recuerda al arte rupestre descubierto en Europa, las escenas más antiguas del arte egipcio nos muestran un mundo totalmente distinto al que atribuimos a la región. Jirafas, antílopes, leones, barcos y hasta personas nadando. Desde el Paleolítico al Neolítico y conectando con la cultura de los faraones, las pinturas rupestres de Egipto son un tesoro arqueológico aún por descubrir para muchos aficionados a la historia.

Pintura rupestre en la Cueva de los Nadadores. Roland Unger / Wikimedia

Nadadores en el desierto

Lázló Almásy fue un explorador húngaro que en 1933 hizo un descubrimiento tan inaudito que harían falta varias décadas para que se tomara como cierto. Se vivió una situación similar con las pinturas rupestres descubiertas en Altamira, tachadas como una farsa en un principio. Almásy entró en una cueva de la meseta de Gilf Kebir, en el suroeste de Egipto, una zona en medio del Sáhara. En una de las paredes levantó su antorcha para ver mejor unas extrañas marcas. Allí vio pinturas rupestres que representaban lo que parecían personas nadando. ¿Qué significaba aquellas escenas pintadas en unos de los lugares más secos del mundo?

Claro está, aquella manifestación artística era tan antigua que incluso el Sáhara era un mundo distinto. Sin embargo, Egipto ya tenía maravillas de sobras más llamativas en sus templos, pirámides y demás tumbas, así que hasta 1996 no se prestó mucha atención a aquellos descontextualizados nadadores. El detonante fue la aparición de la cueva en la película El paciente inglés, que ganó varios premios Óscar y generó un interés que llevó a numerosos turistas hasta la conocida como Cueva de los Nadadores. El interés del público zarandea muchas veces a la olvidadiza ciencia. Fue a partir de entonces cuando se tomaron medidas de protección para las frágiles pinturas y se dataron en algo más de 10 000 años de antigüedad.

En cuanto al misterio pictórico, diversos estudios afirmaron que el Sáhara no fue siempre el desierto que conocemos hoy, sino que albergó un clima más benigno, húmedo y contó con lagos rodeados de flora y fauna donde acudieron las sociedades prehistóricas en busca de recursos. Desde luego, no faltan teorías que atribuyen un sentido simbólico a las pinturas: almas flotando en las aguas del océano primordial que los antiguos egipcios llamaron Nun. Sin embargo, está más extendida la idea de que la mayoría de las pinturas rupestres son de carácter narrativo y muestran escenas de la realidad de aquellos tiempos.

Grabado prehistórico egipcio con personas arrastrando tirando de una barca. Mohamed Abdel Hay Abu Baker / uni-bonn.de

La prehistoria del Sáhara y el Nilo

Ni mucho menos estamos ante un caso aislado de este arte. En Egipto hay arte rupestre variado y repartido por la cronología y geografía del noreste de África. No muy lejos de la Cueva de los Nadadores se descubrió en 2002 la Cueva de las Bestias, con pinturas datadas con unos 7000 años de antigüedad, un milenio antes de que la desertización del Sáhara hiciera inviable la vida para los humanos. Antes de esto, tal y como muestran las pinturas y grabados de esta cueva, los humanos convivieron con antílopes, avestruces y jirafas.

En 2011, un equipo de investigación dató otras obras rupestres con una cronología más antigua aún. La existencia de este arte paleolítico en el norte de África se siguió poniendo en duda durante mucho tiempo, pero Dirk Huyge y su equipo dataron paneles de petroglifos hallados en Qurta, en el valle del Nilo, con una edad mínima de 15 000 años. Otras escenas de caza fueron descubiertas en Qubbet el-Hawa, cerca de Asuán, en 2015, por un equipo de la Universidad de Bonn, que dataron las escenas en el IV milenio a. C. Entre los motivos conservados destaca también una escena que muestra una barca arrastrada por 25 hombres que tiran de una cuerda. Es posible que se trate de la representación de un ritual, una procesión que conectaría con las creencias del antiguo Egipto y sus barcas sagradas que surcaban el Nilo.

El arte rupestre de Egipto es toda una galería con cientos de escenas en rocas tan desconocidas para el gran público como fascinante resulta admirar su estilo tan distinto a lo que será canónico en tiempos de faraones. Con suerte, otra película tomará estas pinturas como escenario de su historia y removerá el interés y puesta en valor de algunas de las muestras de arte más antiguas de la humanidad.

Referencias:

  • Huyge, D. et al. 2007. ‘Lascaux along the Nile’: Late Pleistocene rock art in Egypt. Antiquity 81, 313.
  • Huyge, D. et al. 2001. First evidence of Pleistocene rock art in North Africa: securing the age of the Qurta petroglyphs (Egypt) through OSL dating. Antiquity 85, 330, 1184-1193. DOI: 10.1017/S0003598X00061998.
  • Morenz, L. 2023. Götterkult in der vor-ägyptischen Gesellschaft. Uni-bonn.de.

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