La transición de las sociedades cazadoras-recolectoras a comunidades agrícolas y ganaderas sedentarias, ocurrida hace unos 12 000 años, marcó un hito crucial en la historia de la humanidad. Un cambio que tuvo sus raíces en el Próximo Oriente, en zonas que hoy día ocupan países actuales como Israel/Palestina, Siria, Turquía, Irak e Irán. Un cambio en la manera de vivir del ser humano que los historiadores marcamos como un cambio de era, una de las revoluciones más importantes en la historia de la humanidad, el paso del Paleolítico al Neolítico.

Y el hombre se hizo sedentario
Uno de los lugares clave para comprender esta transición es el yacimiento de Kharaysin, ubicado en el Próximo Oriente, en la actual Jordania. Los restos arqueológicos revelan cuatro fases de ocupación, desde el llamado Neolítico Precerámico A Final hasta el Neolítico Precerámico B Final. Durante este periodo, se observa la evolución de las estructuras que servían como hogares, desde cabañas semienterradas hasta construcciones con muros monumentales. En las primeras fases, se documenta la domesticación incipiente de plantas como trigo y cebada, así como de animales como ovejas, cabras, vacas y cerdos. La presencia de restos humanos junto a huesos de cabras sugiere una conexión cercana entre humanos y animales en proceso de domesticación. Sin embargo, aún hay ciertos aspectos relacionados con la domesticación de plantas y animales en Kharaysin que necesitan más investigación.
El poblado experimentó un crecimiento gradual hasta convertirse en un "megapoblado" neolítico de más de 10 hectáreas. Sin embargo, este fenómeno fue efímero, ya que a principios del noveno milenio a. C., se produjo un colapso, marcando el abandono de los grandes asentamientos del Neolítico Precerámico. La causa de este colapso es objeto de interrogantes: ¿fue debido a un impacto ambiental, a conflictos sociales o a una incapacidad para alimentar a una población numerosa?

Prehistoria en Europa
Por otro lado, la investigación genética realizada a través de muestras recogidas de sitios como Hungría, Alemania y España, revela que los primeros agricultores europeos se cruzaron con cazadores locales durante aproximadamente 3000 años. Este cambio de cazadores-recolectores a agricultores representó la mayor transición demográfica en la historia humana. El análisis genómico muestra que, después de la llegada inicial de los agricultores, hubo un mestizaje continuo con los cazadores locales a lo largo de varios siglos. Este descubrimiento complejiza la narrativa de la neolitización, ya que implica migraciones, intercambios genéticos y una historia más rica de adaptación.
Durante la era prehistórica de cazadores-recolectores, las sociedades eran diversas y se adaptaban al entorno de manera única. Desde el Pleistoceno hasta el Paleolítico Tardío, estas comunidades vivían en grupos pequeños, desarrollando herramientas especializadas para sobrevivir. La dependencia del medio ambiente era crucial: la disponibilidad de alimentos determinaba la permanencia en un lugar o la necesidad de desplazarse, de ahí la condición de nómadas que prevalecía en la época.
En el Pleistoceno, Homo erectus se aventuró desde África hacia Eurasia, China e Indonesia, adaptándose a diversos entornos. A medida que los humanos se dispersaron, se enfrentaron a desafíos ambientales y climáticos, pero su capacidad de adaptación les permitió prosperar y conquistar vastas regiones. La transición al Paleolítico Superior vio el desarrollo de herramientas más especializadas, reflejo de una creciente complejidad en la interacción humana con el entorno. La caza, la pesca, la recolección y la fabricación de herramientas definieron las sociedades cazadoras-recolectoras, que utilizaban refugios naturales como cuevas y riscos. La dependencia del medio ambiente y la movilidad eran características fundamentales. A medida que las sociedades avanzaron, se evidenció una diversidad en las estrategias de supervivencia y adaptación al entorno.

La gran revolución
La llegada del Neolítico, hace unos 12 000 años, marcó un cambio trascendental con la aparición de la agricultura. El cultivo de la tierra permitió a las comunidades humanas establecerse en lugares fijos, dando lugar a poblados sedentarios. La domesticación de plantas y animales, como trigo, cebada, ovejas y cabras, fue un componente fundamental de esta revolución.
Las hipótesis sobre el origen de la agricultura incluyen explicaciones poblacionales, climáticas y culturales. Sea como respuesta a una crisis alimentaria, a cambios climáticos que limitaron los recursos o al desarrollo tecnológico y social, la agricultura se expandió desde el Próximo Oriente mediante movimientos de población. Este proceso se caracterizó por la difusión de un "paquete neolítico", que incluía herramientas y tecnologías agrícolas. En cuanto a las comunidades neolíticas, tradicionalmente se ha contado que las tareas estaban distribuidas entre los géneros, con hombres dedicados a la caza y la fabricación de herramientas, mientras las mujeres se ocupaban del tratamiento de la piel y otras actividades, sin embargo, las últimas investigaciones ponen en duda esta división, con un papel de las mujeres más activo de lo que se creía en actividades como la caza. Las creencias espirituales también evolucionaron, pasando de enfoques chamanísticos a una espiritualidad dirigida hacia seres míticos representados por figuras humanas.
En conclusión, el camino desde las sociedades cazadoras-recolectoras hasta las comunidades agrícolas y ganaderas sedentarias representa una transformación compleja y multifacética en la historia de la humanidad que se dio a distintos ritmos a lo largo de varias épocas y zonas del planeta. Desde las adaptaciones en el Pleistoceno hasta la revolución neolítica, las comunidades humanas experimentaron cambios profundos en su forma de vida, marcando el inicio de una era dominada por la agricultura y la domesticación. Este proceso, aunque desafiante, demostró la increíble capacidad de adaptación y evolución de la especie humana a lo largo de milenios.

Referencias:
- Harari, Y. 2018. Sapiens. De animales a dioses. Breve historia de la humanidad. Debate.
- Ibáñez, J. J. y Muñiz, J. 2019. De cazadores-recolectores nómadas a agricultores y ganaderos sedentarios. fundacionpalarq.com.
- Lipson, M. et al. 2017. Parallel palaeogenomic transects reveal complex genetic history of early European farmers. Nature 551, 368–372. DOI: 10.1038/nature24476.