La mujer conquistadora: doña Inés y la defensa de Santiago de Chile

La extremeña Inés Suárez cruzó el océano en busca de su marido y, a pesar de la muerte de éste, acabó formando parte de la expedición liderada por Valdivia para la conquista de Chile. Fue la figura fundamental en la defensa de la recién fundada ciudad de Santiago frente a los indios mapuches en 1541
Inés Suárez

Inés Suárez, una figura clave en la historia de la conquista de Chile, desafió las normas del siglo XVI para dejar una huella indeleble. Nacida en Plasencia, Extremadura, en 1507, su vida estuvo marcada por el coraje y la determinación. Casada con Juan de Málaga, Inés viajó al Nuevo Mundo en busca de su esposo, enfrentando peligros y desafíos hasta llegar a Cuzco, donde recibió la trágica noticia de su muerte. En lugar de regresar a España, se estableció en América, ganando el respeto de Francisco Pizarro y convirtiéndose en terrateniente.

Fotograma de la serie inspirada en la figura de Inés Suárez, 'Inés del alma mía'. Foto: RTVE.

Su relación con Pedro de Valdivia la llevó a participar en la expedición a Chile, donde su habilidad para encontrar agua en el desierto de Atacama fue crucial. Inés jugó un papel vital en la fundación y defensa de Santiago de Nueva Extremadura, demostrando su liderazgo en los conflictos con los mapuches. Su valentía en la batalla, incluida la controvertida decisión de decapitar a caciques mapuches, consolidó su legado como heroína. Aunque su relación con Valdivia terminó, su matrimonio con Rodrigo de Quiroga marcó una etapa de estabilidad. Inés Suárez es recordada como una pionera y defensora en la historia de Chile.

Inés Suárez: Una figura clave en la conquista de Chile

Orígenes humildes y primeros años

Nacida en 1507 en Plasencia, Extremadura, Inés Suárez provenía de un entorno humilde, sin linaje noble ni riqueza. Su madre era costurera y su padre permaneció en el anonimato, lo que no impidió que Inés desarrollara un carácter fuerte y decidido. Desde joven, aprendió a coser y a manejarse en las labores domésticas, habilidades que le serían útiles en su vida futura. La sociedad de la época esperaba que las mujeres se casaran y se dedicaran al hogar, pero Inés tenía otros planes para su vida.

El destino de Inés cambió cuando conoció a Juan de Málaga, un aventurero andaluz que soñaba con hacer fortuna en el Nuevo Mundo. La atracción entre ellos fue inmediata y, desafiando las normas sociales, Inés decidió seguir su corazón. En 1526, se casaron en Plasencia, sellando una unión que la llevaría a emprender un viaje que cambiaría su vida para siempre. La historia de Inés Suárez es un ejemplo de cómo las mujeres de su tiempo podían romper barreras y tomar decisiones audaces en busca de su felicidad.

La vida de Inés en Plasencia era sencilla, pero su espíritu inquieto la llevó a anhelar algo más allá de su entorno. A pesar de las limitaciones impuestas por su origen, Inés se atrevió a soñar con un futuro diferente, uno en el que pudiera explorar el mundo y encontrar su propio camino. Su historia es un recordatorio de que la determinación y el coraje pueden abrir puertas incluso en las circunstancias más adversas.

Claustro del Convento de Santo Domingo de Plasencia, ciudad natal de Inés de Suárez, y donde conoció a su esposo, Juan de Málaga. Foto: Shutterstock.

El viaje hacia América: Reencuentro con Juan de Málaga

El matrimonio de Inés con Juan de Málaga fue el primer paso hacia una vida llena de aventuras. En 1527, Juan partió hacia las Indias en busca de fortuna, dejando a Inés en Plasencia. Durante años, ella esperó noticias de su esposo, pero las cartas se hicieron cada vez más escasas hasta que cesaron por completo. Inés, decidida a reencontrarse con Juan, solicitó y obtuvo una licencia real en 1537 para viajar al Nuevo Mundo, demostrando una vez más su temple y determinación.

El viaje de Inés a América no fue fácil. Enfrentó un largo y peligroso trayecto hasta llegar a Cartagena, en la actual Colombia. Allí, se enteró de que Juan de Málaga había seguido a los pizarristas hacia el Perú. Sin dudarlo, Inés continuó su búsqueda, enfrentándose a las dificultades del camino con valentía. Su travesía fue una prueba de su fortaleza y de su compromiso con el amor que sentía por su esposo.

La búsqueda de Juan de Málaga llevó a Inés a través de territorios inhóspitos y peligrosos. En cada paso de su viaje, demostró ser una mujer de recursos, capaz de enfrentarse a los desafíos que se le presentaban. Su determinación la llevó finalmente a Cuzco, donde descubrió la trágica noticia de que Juan había muerto en combate. Este momento marcó un punto de inflexión en su vida, impulsándola a forjar un nuevo camino por sí misma.

La travesía por territorios inhóspitos hasta Cuzco

El viaje de Inés Suárez a Cuzco fue una odisea llena de peligros y desafíos. A pesar de las dificultades, Inés se mantuvo firme en su objetivo de encontrar a Juan de Málaga. Atravesó la selva colombiana, navegó por la costa atlántica incaica y cruzó la imponente cordillera de los Andes, enfrentándose a las inclemencias del clima y a la hostilidad de un territorio aún por conquistar. Su valentía y determinación la llevaron a superar obstáculos que habrían desalentado a muchos.

En su camino hacia Cuzco, Inés se encontró con la realidad de un continente en constante conflicto. Las guerras internas y las revueltas eran comunes, pero Inés no se dejó intimidar. Armada con un puñal toledano y su carácter indómito, se enfrentó a sus compatriotas y a las adversidades del entorno. Su capacidad para adaptarse y sobrevivir en circunstancias extremas la convirtió en una figura respetada y admirada.

Al llegar a Cuzco, Inés comenzó a preguntar por su esposo en tabernas, iglesias y audiencias. Aunque pocos lo recordaban, algunos sí tenían noticias de él. Finalmente, descubrió que Juan había muerto en la guerra civil entre almagristas y pizarristas. Esta revelación fue devastadora, pero Inés no se dejó vencer por el dolor. En lugar de regresar a España, decidió quedarse en el Nuevo Mundo y construir una nueva vida para sí misma.

Vista de la ciudad de Cuzco. Grabado de Civitates Orbis Terrarum de G. Baum y F. Hogenberg. Foto: Album.

Encuentro con Francisco Pizarro y su nueva vida como terrateniente

Tras la muerte de su esposo, Inés Suárez se encontró en una situación precaria. Sin embargo, su determinación la llevó a buscar una audiencia con Francisco Pizarro, el conquistador del Perú. Pizarro, impresionado por su historia y su valentía, le otorgó una hacienda y una encomienda de indios, permitiéndole establecerse como terrateniente en el Nuevo Mundo. Este cambio marcó el inicio de una nueva etapa en la vida de Inés, en la que demostró su capacidad para adaptarse y prosperar.

La relación de Inés con Pizarro fue un testimonio de su habilidad para navegar las complejidades de la política y la sociedad colonial. A pesar de su origen humilde, logró ganarse el respeto y la admiración de aquellos que la rodeaban. Su reputación como costurera y curandera la precedía, y su habilidad para sanar a los heridos la convirtió en una figura valiosa en los nuevos territorios.

Como terrateniente, Inés no se conformó con una vida tranquila. Su espíritu inquieto la llevó a involucrarse en las actividades de la comunidad y a forjar alianzas con otros colonos. Fue durante este tiempo que conoció a Pedro de Valdivia, un militar experimentado con quien compartiría una relación profunda y significativa. Este encuentro cambiaría el curso de su vida y la llevaría a participar en una de las expediciones más importantes de la conquista de Chile.

Relación con Pedro de Valdivia y la expedición al sur

La relación entre Inés Suárez y Pedro de Valdivia fue un capítulo crucial en su vida. Ambos compartían un origen extremeño y un deseo común de explorar nuevas tierras. Valdivia, un veterano de guerra con una visión clara de conquistar el sur, encontró en Inés una compañera valiente y decidida. Juntos, emprendieron una expedición hacia Chile, un territorio desconocido y desafiante que prometía gloria y riqueza.

La expedición al sur no fue fácil. Valdivia y sus hombres se enfrentaron a un camino lleno de dificultades, desde la falta de recursos hasta la resistencia de las tribus mapuches. Inés, por su parte, demostró ser una aliada invaluable, no solo como compañera de Valdivia, sino también como líder en el campo. Su capacidad para encontrar agua en el desierto de Atacama, utilizando sus habilidades como zahorí, fue un factor decisivo para la supervivencia de la expedición.

La relación entre Inés y Valdivia trascendió lo personal, convirtiéndose en una asociación estratégica que impulsó la conquista de Chile. Su amor y respeto mutuo los unió en la búsqueda de un objetivo común, y su historia es un testimonio del poder de la colaboración y el entendimiento en tiempos de adversidad. Juntos, dejaron una marca indeleble en la historia de la conquista de América.

Retrato de Francisco Pizarro, quien dio una hacienda y una encomienda de indios a doña Inés. Foto: ASC.

La importancia de la Aguada de Doña Inés en el desierto de Atacama

El desierto de Atacama, uno de los lugares más áridos del mundo, representó un desafío monumental para la expedición de Valdivia. La falta de agua y recursos amenazaba con desbaratar sus planes, pero Inés Suárez, con su ingenio y habilidades, se convirtió en la salvadora de la situación. Utilizando su conocimiento como zahorí, logró encontrar agua en medio del desierto, un acto que no solo salvó a la expedición, sino que también reforzó su reputación como líder y figura clave en la conquista.

La Aguada de Doña Inés, como se conoció al lugar donde encontró agua, se convirtió en un punto crucial en la travesía hacia Chile. Este descubrimiento permitió a la expedición continuar su camino y mantener la moral alta en momentos de desesperación. La habilidad de Inés para encontrar agua en un entorno tan inhóspito fue vista como un milagro por sus compañeros, consolidando su posición como una figura respetada y admirada.

El acto de encontrar agua en el desierto no solo fue un testimonio de la capacidad de Inés para enfrentar desafíos, sino también un ejemplo de cómo las mujeres podían desempeñar roles cruciales en la conquista. Su contribución fue reconocida por Valdivia y sus hombres, quienes vieron en ella a una líder capaz de influir en el curso de la historia. La Aguada de Doña Inés sigue siendo un símbolo de su legado y de su impacto en la expedición al sur.

Pedro de Valdivia, vencedor de los indios del valle del Mapocho y fundador de Santiago de Chile. Foto: Getty.

Fundación de Santiago de Nueva Extremadura

El 12 de febrero de 1541, Pedro de Valdivia y sus hombres fundaron Santiago de Nueva Extremadura, un hito en la conquista de Chile. La elección del lugar, enclavado entre dos colinas junto al río Mapocho, fue estratégica, permitiendo a los conquistadores establecer una base sólida en el nuevo territorio. Inés Suárez, como compañera de Valdivia, jugó un papel crucial en la consolidación de la ciudad, contribuyendo a su desarrollo y defensa.

La fundación de Santiago no estuvo exenta de desafíos. Los enfrentamientos con las tribus mapuches eran constantes, y la ciudad se encontraba en un estado de alerta permanente. Inés, junto con otras mujeres, se dedicó a cuidar de los heridos, gestionar los recursos y apoyar a los soldados en la defensa de la ciudad. Su participación activa en la vida de Santiago la convirtió en una figura central en su historia.

La fundación de Santiago marcó un nuevo capítulo en la vida de Inés Suárez. Su papel en la ciudad fue reconocido por sus contemporáneos, quienes la vieron como una líder natural y una defensora incansable de la nueva colonia. Su valentía y dedicación fueron fundamentales para el éxito de la expedición de Valdivia, y su legado como fundadora de Santiago perdura hasta el día de hoy.

Heroísmo en la batalla: el acto de decapitar a los caciques mapuches

Uno de los momentos más dramáticos en la defensa de Santiago fue el ataque de los mapuches liderados por Michimalonco, un jefe militar decidido a expulsar a los españoles de su tierra. Durante este asalto, Inés Suárez tomó una decisión audaz y controvertida que cambiaría el curso de la batalla. En un acto de desesperación y valentía, ordenó la ejecución de los siete caciques mapuches capturados, utilizando sus cabezas como una táctica para desmoralizar a los atacantes.

Este acto, aunque brutal, tuvo un impacto decisivo en el desarrollo de la batalla. Los mapuches, al ver las cabezas de sus líderes, se retiraron, dejando a los españoles con el control de Santiago. La acción de Inés, aunque polémica, fue vista por sus contemporáneos como un acto de heroísmo que salvó la ciudad de la destrucción. Su capacidad para tomar decisiones difíciles en momentos críticos la consolidó como una líder respetada y admirada.

El heroísmo de Inés Suárez en la batalla de Santiago es un testimonio de su valentía y determinación. Su disposición para enfrentar el peligro y tomar decisiones difíciles en defensa de su comunidad la convirtió en una figura legendaria en la historia de Chile. Su legado como heroína de la defensa de Santiago perdura como un ejemplo de cómo las mujeres pueden desempeñar roles cruciales en la historia militar.

Valle de la Luna, cerca de San Pedro de Atacama, el desierto cuya belleza y dureza sobrecogió a los conquistadores españoles. Foto: Shutterstock.

Reconocimiento y honor entre los conquistadores españoles

El papel de Inés Suárez en la defensa de Santiago no pasó desapercibido entre los conquistadores españoles. Su valentía y liderazgo fueron reconocidos por sus compañeros, quienes la vieron como una figura clave en la supervivencia de la colonia. Inés, a pesar de las dificultades y desafíos que enfrentó, se ganó el respeto y la admiración de aquellos que lucharon a su lado.

El reconocimiento de Inés Suárez como líder y defensora de Santiago fue un testimonio de su capacidad para influir en el curso de los acontecimientos. Su historia fue contada y celebrada por aquellos que presenciaron su valentía, y su legado perduró en la memoria colectiva de los conquistadores. Su contribución a la defensa de Santiago es un recordatorio de que las mujeres pueden desempeñar roles cruciales en la historia, incluso en tiempos de guerra.

El honor y el respeto que Inés Suárez recibió de sus contemporáneos son un reflejo de su impacto en la historia de la conquista de Chile. Su legado como heroína y líder es un ejemplo de cómo las mujeres pueden desafiar las expectativas y dejar una marca indeleble en el mundo. La historia de Inés Suárez es un testimonio de la capacidad de las mujeres para enfrentar desafíos y superar obstáculos en busca de un futuro mejor.

La vida personal de Inés Suárez

Separación de Valdivia y matrimonio con Rodrigo de Quiroga

A pesar de su profunda relación con Pedro de Valdivia, Inés Suárez enfrentó la presión de la Iglesia y las autoridades coloniales para poner fin a su unión. En 1548, Pedro de La Gasca, presidente de la Real Audiencia de Lima, exigió que Valdivia renunciara a su relación con Inés y trajera a su esposa, Marina Ortiz de Gaete, a Chile. Ante la amenaza de excomunión, Inés y Valdivia se separaron, marcando el fin de una etapa significativa en sus vidas.

Tras su separación de Valdivia, Inés Suárez encontró un nuevo compañero en Rodrigo de Quiroga, uno de los capitanes más fieles de Valdivia. En 1549, se casaron, formando una unión basada en el respeto y el cariño mutuo. Rodrigo de Quiroga, quien más tarde se convertiría en gobernador de Chile, compartió con Inés una vida de dedicación y compromiso con la comunidad que habían ayudado a construir.

El matrimonio de Inés Suárez con Rodrigo de Quiroga fue un capítulo de estabilidad y felicidad en su vida. Juntos, continuaron contribuyendo al desarrollo de Santiago y al bienestar de sus habitantes. La relación de Inés con Rodrigo fue un testimonio de su capacidad para encontrar amor y compañerismo en medio de las dificultades, y su legado como pareja perduró en la historia de Chile.

Atlas Sive Cosmographicae Meditationes de la América meridional,el territorio que tuvo que atravesar Pedro de Valdivia con sus hombres a los que se unió doña Inés. Foto: Album.

El legado de Inés Suárez como heroína y fundadora de Chile

Inés Suárez dejó un legado duradero como heroína y fundadora de Chile. Su valentía y determinación en la defensa de Santiago la convirtieron en una figura legendaria, recordada por su papel crucial en la supervivencia de la colonia. Su historia es un testimonio del poder de las mujeres para influir en el curso de la historia y desafiar las expectativas de su tiempo.

El impacto de Inés Suárez en la historia de Chile va más allá de sus logros militares. Su vida es un ejemplo de cómo las mujeres pueden superar obstáculos y dejar una marca indeleble en el mundo. Su legado como fundadora de Santiago y defensora de la ciudad es un recordatorio de su contribución a la historia de la conquista de América.

Inés Suárez, la Juana de Arco hispanoamericana, es recordada como una de las figuras más importantes de la historia de Chile. Su valentía, determinación y liderazgo la convirtieron en una heroína admirada y respetada, cuyo legado perdura hasta el día de hoy. La historia de Inés Suárez es un ejemplo inspirador de cómo las mujeres pueden desafiar las convenciones y dejar una huella duradera en el mundo.

Inés de Suárez acabando con la vida de los siete caciques toquis durante el ataque de los indios a Santiago. Foto: ASC.

* Este artículo fue originalmente publicado en la edición impresa de Muy Historia.

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