¿Sucios o aseados? Curiosidades sobre la higiene en la Edad Media

A diferencia de lo que se nos ha transmitido, las personas del medioevo se preocuparon por la higiene, si bien sus condiciones de vida eran muy diferentes a las actuales.
Curiosidades sobre la higiene en la Edad Media

La idea de que la Edad Media era una época de extrema suciedad y que la falta de higiene acampaba a sus anchas es un mito que ha persistido durante siglos y que ha llegado a nuestros días. La realidad es muchos más compleja de lo que se podría pensar a priori y requiere ser matizada. Así funcionaba la higiene en la Edad Media.

Rompiendo mitos sobre la higiene medieval

La Edad Media no era tan sucia como piensas

Para comprender la higiene en la Edad Media es importante tener en cuenta, al menos, tres aspectos: las diferentes fuentes de información que disponemos (crónicas, tratados médicos y excavaciones arqueológicas), el contexto histórico (estamos ante un periodo de mil años con cambios sociales, económicos y políticos) y las diferentes clases sociales (variaba considerablemente según los diferentes recursos).

La influencia de las clases sociales en la higiene

La higiene en la Edad Media estaba fuertemente influenciada por las diferencias de clase social. Las clases altas, como la aristocracia, tenían acceso a baños privados y productos de limpieza y cuidado personal más sofisticados, lo que les permitía mantener estándares de higiene más altos. En contraste, las clases bajas, como los campesinos, tenían menos recursos y un acceso limitado a instalaciones de baño, lo que hacía que sus prácticas higiénicas fueran más esporádicas.

Curiosidades sobre la higiene en la Edad Media. Ilustración: Istock

Prácticas de higiene en la Edad Media

Del hedor al perfume: importancia y simbolismo

Los perfumes y los aromas jugaron un papel muy importante en la vida cotidiana del medievo y se usaban para enmascarar el olor corporal, como símbolo de riqueza y estatus, con fines afrodisiacos, para purificar el ambiente y en rituales religiosos para sacralizar la atmósfera.

Entre los ingredientes más utilizados en la elaboración de los perfumes medievales nos encontramos las flores (rosa, jazmín, azahar), las hierbas (menta, albahaca, romero, tomillo), las especias (clavo, canela, nuez moscada), la madera (sándalo, cedro), las resinas (incienso, mirra) y elementos del reino animal (almizcle, ámbar gris). Todo ello nos indica un elevado grado de profesionalización y una amplia gama de perfumes.

Sabemos que se elaboraban de forma artesanal a través de un complejo proceso en el que había un proceso de maceración de flores, hierbas y especias en alcohol o aceite, para luego extraer la esencia de las plantas mediante un proceso de destilación y envasado en frascos de vidrio, cerámica o metal.

Algunos de los perfumes más populares en la Edad Media eran el agua de rosas (un perfume ligero y floral), el agua de azahar (un perfume fresco y cítrico elaborado a partir del azahar), el agua de lavanda (un perfume relajante y aromático hecho de lavanda) y el aceite de almizcle (un perfume muy sensual).

Baños medievales, espacios de higiene y socialización

Los baños medievales eran espacios públicos donde la gente no solo se bañaba, sino que también lavaba la ropa y socializaba. Había varios tipos de baños, desde los públicos, que eran los más comunes, generalmente propiedad de la ciudad o de un señor feudal, hasta los privados, ubicados en casas de nobles. El baño jugaba un aspecto fundamental en la higiene personal, al tiempo que se pensaba que tenía propiedades curativas.

En cuanto a la frecuencia del baño, variaba según la clase social, la época del año y la disponibilidad del agua. Las clases sociales altas podían bañarse una vez a la semana e incluso con más frecuencia, mientras que las clases sociales bajas tal vez lo hacían una vez al mes o incluso menos.

En el ámbito médico consideraba que debe tratar a cada paciente de forma individual, inspirando confianza y seguridad. Foto: Istock

Técnicas y productos utilizados en el baño medieval

A lo largo de la Edad Media también hubo diferentes métodos para bañarse, desde las bañeras –de madera o metal y a menudo portátiles-, hasta las tinas, pasando por los baños de vapor o, simplemente, el lavado de diferentes partes del cuerpo por separado.

Sabemos que no siempre utilizaban jabón para lavar el cuerpo, ya que era un producto relativamente caro, por lo que en algunos usaban otros productos de limpieza, como la ceniza, la arcilla o las hierbas.

Escuela de Salerno: recomendaciones higiénicas y médicas

La Escuela de Salerno fue una institución docente de gran relevancia en la Edad Media, especializada en la enseñanza de la medicina. Se encontraba ubicada en la ciudad italiana de Salerno y es considerada la primera escuela médica de la Europa Occidental.

Aunque no se conoce la fecha exacta de su fundación se estima que fue alrededor del siglo IX cuando surgió este centro de conocimiento médico basado en la tradición grecorromana. Hasta allí fueron estudiantes de todos los rincones de Europa, convirtiéndose en un referente en la formación médica del medioevo.

Sabemos que desde allí se dictaron algunas recomendaciones sobre la higiene corporal que permanecieron vigentes durante mucho tiempo. Los galenos recomendaban bañarse al menos una vez a la semana, ya que consideraban que el baño ayudaba a mejorar la circulación sanguínea y eliminar la sociedad del cuerpo. Recomendaban, así mismo, peinarse y lavarse el cabello con regularidad para prevenir la caída del mismo y usar ungüentos para evitar la aparición de irritaciones cutáneas.

Fuentes de información sobre la higiene medieval

Crónicas, tratados médicos y arqueología

Para entender las prácticas higiénicas de la Edad Media, es fundamental recurrir a diversas fuentes de información. Las crónicas y relatos de la época ofrecen descripciones detalladas de la vida cotidiana y las costumbres higiénicas.

Por otro lado, los tratados médicos de la época, como los producidos por la Escuela de Salerno, contienen recomendaciones sobre el cuidado personal y la salud. Estos textos médicos reflejan la influencia de la medicina grecorromana y árabe en la Europa medieval. Finalmente, la arqueología ha aportado pruebas tangibles de las prácticas higiénicas, como los restos de instalaciones de baños y sistemas de alcantarillado, que confirman la existencia de una infraestructura dedicada a la higiene.

En realidad, la Edad Media no fue una época de extrema suciedad y falta de higiene. Ilustración: Istock

El papel de los perfumes y especias en la vida cotidiana

Los perfumes y especias tenían un papel destacado en la vida cotidiana de la Edad Media. Las especias, como el clavo, la canela y la nuez moscada, eran ingredientes valiosos en la elaboración de perfumes y productos de limpieza. Estas especias, importadas de regiones lejanas, eran altamente apreciadas y simbolizaban el poder adquisitivo y el estatus de quienes las poseían.

Por otro lado, los perfumes elaborados con estas especias también se utilizaban en ceremonias religiosas y eventos sociales. El comercio de especias y perfumes impulsó el desarrollo económico de la época, y se convirtió en un motor de intercambio cultural y comercial entre diferentes regiones del mundo medieval.

Impacto de la higiene en la salud y sociedad medieval

La higiene personal y del hogar como valor social

La higiene personal y del hogar era un valor social importante en la Edad Media, y su práctica era vista como un reflejo de la moral y el carácter de las personas. Además, la higiene personal funcionaba como un indicador de estatus social. Las clases altas, que podían permitirse productos de limpieza y baños privados, eran vistas como más refinadas y civilizadas. Sin embargo, incluso entre las clases más humildes, existía una conciencia de la importancia de la higiene, y se valoraba la limpieza como un signo de respeto y dignidad.

Normas higiénicas promovidas por médicos de la época

Los médicos de la Edad Media desempeñaron un papel fundamental en la promoción de la higiene. A través de tratados y enseñanzas, los galenos medievales difundieron conocimientos sobre la importancia del baño, la limpieza del cabello y el cuidado de la piel. Estas recomendaciones incluían prácticas como el lavado regular de las manos y el uso de ropa limpia, que eran vistas como medidas para proteger la salud y el bienestar. Aunque la comprensión de la higiene y la enfermedad era limitada en comparación con los estándares modernos, estas prácticas reflejan un esfuerzo consciente por mejorar las condiciones de vida y la salud en la sociedad medieval.

En definitiva, la Edad Media no fue una época de extrema suciedad y falta de higiene, como se nos ha hecho creer, y es que en aquella época existían normas higiénicas, había baños públicos para garantizar el aseo, se valoraba tanto la limpieza personal como del hogar, y los médicos promovían ciertas normas mínimas de higiene.

Referencias

  • Gargantilla Madera, P. Historia de la Medicina. Editorial Pinolia, 2023.
  • Gargantilla Madera, P. Breve historia de la medicina. Editorial Nowtilus, 2011.

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