Las pinturas medievales que se arrancaron de una ermita española y se vendieron a Estados Unidos

Los frescos de San Baudelio son pinturas del siglo XI y la mayor parte de ellas están repartidas en varios museos estadounidenses.
Cubierta de la Ermita de San Baudelio

En la provincia de Soria, en una ermita casi olvidada, se ocultaba un tesoro de incalculable valor artístico y espiritual. Descubiertas en el siglo XIX, las pinturas murales de San Baudelio capturaron escenas de la vida medieval y religiosa, el alma de un pasado lejano. Sin embargo, el destino de estas obras sería tan dramático como su descubrimiento: un viaje polémico que las llevaría a cruzar el océano Atlántico, desembocando en las salas de varios museos en Estados Unidos. Este es el relato de su expolio, pérdida y la huella que dejaron a su paso.

Pinturas en la capilla de la ermita. Diego Delso / Wikimedia

La ermita de San Baudelio

Emplazada en la campiña de Soria, la ermita de San Baudelio data de finales del siglo XI. Este templo mozárabe, construido con sencillez monástica, se adosa a una roca, creando un espacio único que combina arquitectura con entorno natural. Su interior, un salón dominado por una sorprendente columna central que se ramifica en arcos de herradura, evoca la imagen de una palmera, uniendo simbolismo cristiano y musulmán. Redescubierta en el siglo XIX, el encanto de la ermita cautivó de inmediato a historiadores y artistas, quienes quedaron fascinados por sus frescos vibrantes que narraban desde escenas bíblicas hasta cacerías, revelando un vínculo visual entre culturas y épocas. Este sitio reflejaba la confluencia de estilos artísticos y encarnaba la rica historia religiosa y cultural de España.

Fresco que representa a San Baudelio. José Luis Filpo Cabana / Wikimedia

‘Autoexpolio’

El conflicto sobre las pinturas de San Baudelio se inició en 1922 cuando los vecinos de Casillas de Berlanga, desentendidos de su valor patrimonial, vendieron los frescos a Leone Leví, un marchante italiano. Esta transacción despertó la inmediata preocupación de las autoridades culturales españolas. El director del Museo Numantino intervino, alertando a la Comisión de Monumentos y a Patrimonio Nacional sobre la gravedad del asunto. Sin embargo, las limitaciones burocráticas y la falta de recursos eficaces para custodiar la ermita facilitaron el proceso de expolio.

La situación se agravó rápidamente, convirtiéndose en un complejo entramado legal. A medida que Leví comenzaba a extraer las pinturas, la Guardia Civil intervino, deteniendo temporalmente el desmonte tras una inspección sorpresa. No obstante, la batalla legal ya estaba en marcha. Pese a los esfuerzos locales y nacionales por detener la exportación de estas obras de incalculable valor histórico, el Tribunal Supremo finalmente falló en favor de los compradores, citando un vacío en las restricciones legales aplicables a la propiedad y venta de arte sacro en propiedades privadas.

Esta decisión no solo legalizó la venta, sino que además permitió que las pinturas fueran definitivamente arrancadas y sacadas del país, marcando un precedente doloroso en la historia del patrimonio cultural español. El fallo del Tribunal Supremo dejó una cicatriz en la legislación patrimonial, impulsando cambios futuros en la protección de los bienes culturales de la nación.

La ermita de San Baudelio. Julio Prieto / Wikimedia

De España a América

Tras la aprobación judicial, el proceso de extracción de las pinturas de la ermita de San Baudelio fue meticuloso y delicado. Especialistas italianos emplearon la técnica del "strappo" para separar los frescos del yeso, trasladándolos cuidadosamente a lienzos. En 1926, estas obras partieron hacia América, envueltas en un halo de controversia y expectación.

Una vez en Estados Unidos, las pinturas fueron adquiridas por distintos museos, diseminándose entre algunas de las instituciones más prestigiosas. El Museo Metropolitano de Arte en Nueva York se hizo con varias piezas significativas, mientras que otros fragmentos encontraron hogar en el Museo de Bellas Artes de Boston, el Museo de Arte de Cincinnati, y el Museo de Arte de Indianápolis. Estas obras se exhiben ahora como ejemplos destacados del arte medieval europeo, integradas en colecciones que narran la historia cultural y artística de la Europa medieval, aunque siempre bajo la sombra de su polémica procedencia.

¿Retorno a España?

Hoy en día, las pinturas de San Baudelio atraen a numerosos visitantes en los museos estadounidenses, siendo admiradas por su belleza y la complejidad de su historia. Sin embargo, el conocimiento de su origen polémico despierta también un debate ético sobre la propiedad y el legado cultural. Recientemente, se han intensificado las voces que reclaman su retorno a España, especialmente en el contexto de conmemoraciones y exposiciones que buscan reunir y celebrar el patrimonio nacional.

Este caso ha tenido un impacto profundo en la legislación sobre patrimonio en España, fortaleciendo las leyes de protección y prohibiendo la exportación de obras significativas sin autorización expresa. Globalmente, el expolio de San Baudelio ha servido como un llamado de atención sobre la necesidad de cooperación internacional en la preservación y repatriación del patrimonio cultural, marcando un antes y un después en cómo los países abordan la protección de sus tesoros artísticos frente a las demandas del mercado global.

Pilastra central con los espacios vacíos de los frescos que faltan. Julio Prieto / Wikimedia

La saga de San Baudelio no es solo una historia de pérdida, sino también una reflexión sobre la responsabilidad colectiva en la conservación del patrimonio mundial. A medida que las generaciones futuras heredan este legado, se enfrentan al desafío de proteger la riqueza cultural para que historias como esta no se repitan.

Referencias:

  • García Martín, P. 2015. La ermita de San Baudelio. Descubrir el arte 201, 82-84.
  • González Martín, J. 2017. Ermita de San Baudelio de Berlanga: cronología de un expolio. Crónica Mozárabe: boletín informativo de la Ilustre Comunidad Mozárabe de Toledo 95, 4-17.

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