Lluís Companys, el mártir del nacionalismo que proclamó el Estado Catalán

Presidente de la Generalitat tras la muerte de Macià, Luís Companys fue fusilado en 1940 por orden de Franco tras serle negado el asilo en Francia y ser capturado por la Gestapo
Lluis Companys

Gran icono y mártir del nacionalismo catalán, Lluís Companys, nacido en 1882 en la localidad leridana de Tarròs, estudió Derecho en la Universidad de Barcelona, donde comenzó a interesarse por el mundo de la política, y en especial por los ideales republicanos. Fundó en sus tiempos de estudiante la Asociación Escolar Republicana y, una vez graduado, allá por 1903, se adscribió a la Unión Republicana de Alejandro Lerroux y Nicolás Salmerón. 

Companys, líder de Esquerra Republicana de Catalunya y ministro de Marina de España durante 1933, fue presidente de la Generalitat de Catalunya desde 1934 hasta 1940. Foto: Album.

La formación se integró posteriormente en la Unión Federal Nacionalista Republicana y Companys ejerció como presidente de la sección juvenil, con un entusiasmo que le costó hasta quince detenciones. Cuando sus compromisos políticos se lo permitían era también un activo y comprometido periodista, que llegó a fundar publicaciones como los semanarios La Aurora o La Barricada, pero el salto definitivo a la primera plana de la escena política catalana lo dio en 1915 cuando fundó el Bloc Republicà Autonomista y su terminal mediático, La Lucha, que él mismo se ocupaba de dirigir.

Presidente de la Generalitat

Entre tanto, trabajó como abogado laboralista de trabajadores sin recursos hasta que en 1921, finalmente, logró su primer escaño de diputado por Sabadell, en medio de un período tumultoso y violento en las calles de Barcelona. Tras el paréntesis provocado por el ascenso al poder de Primo de Rivera, Companys volvió a la carga con la proclamación de la II República el 14 de abril de 1931. Ese día, Francesc Macià, cabeza visible de ERC, proclamó a su vez la República Federal Catalana. El propio Companys izó la bandera en el Palacio de la Generalitat. Fue un gesto más simbólico que efectivo, pero en 1932 se aprobó el primer Estatuto de Autonomía catalán y, a la muerte de Macià en diciembre de 1933, Companys se convirtió en presidente de la Generalitat.

El día 27, Alcalá-Zamora anunció el Estatuto de Autonomía en Barcelona, acompañado por el primer presidente de la Generalitat, Francesc Macià. Foto: EFE.

La victoria de la CEDA, que auguraba un brusco giro hacia la derecha, empujó al nuevo mandatario a proclamar desde el balcón del Palacio de la Generalitat el Estado Catalán dentro de la República Federal Española, con el consentimiento de Azaña, pero el Estado español reaccionó y pronto se produjeron enfrentamientos entre los efectivos del gobierno y los independentistas, que causaron una cruenta batalla en la plaza de San Jaime con noventa y seis muertos como resultado. Companys no tuvo más alternativa que rendirse, e inmediatamente se clausuró el parlamento autonómico y se suspendió el Estatuto de Autonomía. Companys fue inhabilitado y condenado a treinta años de prisión.

Preso y fusilado

No cumplió la condena, puesto que fue inmediatamente liberado tras el triunfo en las elecciones de 1936 del Frente Popular. Volvió a situarse al frente de la Generalitat hasta que, en febrero de 1939, con los sublevados a punto de hacerse con el control de Cataluña, se exilió en Francia. Pero las autoridades francesas le negaron asilo en el país al considerarlo un elemento radical, y poco tiempo después Companys fue capturado por la Gestapo en la Bretaña francesa y repatriado a España. Tras permanecer preso en el castillo de Montjuïc, el 15 de octubre de 1940 fue fusilado por orden de Franco.

El secreto mejor guardado

Companys se llevó un secreto a la tumba que se desveló en 2017. El líder catalán, casado con Mercè Micó, mantuvo una relación extramatrimonial con una mujer llamada María Antonia Bernardó. Fruto de esa relación nació una niña, Montserrat Capdevilla, a la que durante toda su vida se le ocultó la verdad sobre su origen. Bernardó se hizo pasar por su tía, pero a su muerte sólo le dejó en herencia una caja, que Lidia Jiménez, hija de Montserrat, se negó a abrir durante años, indignada como estaba por lo exiguo del legado recibido. Montserrat nunca se sintió parte de su familia (de adopción) e intuía que algo acerca de sus raíces se le había ocultado siempre. 

De manera fortuita, se encontraron documentos que desvelaron un secreto de Companys. Foto: Lidia Jiménez.

Cuando finalmente Lidia, de manera fortuita, abrió la caja, su madre tenía ya 86 años de edad. Las cartas de Companys que contenía y el diario personal de María Antonia resolvieron el misterio: Montserrat era en realidad la hija secreta del político catalán.

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