Arqueólogos descubren un espectacular relieve elamita de 4000 años que representa al rey invocando al dios del sol

Un nuevo relieve rupestre hallado en Alhak, Irán, proporciona nuevos datos históricos y culturales sobre el arte conmemorativo elamita.
Relieve rupestre
Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto. Reconstrucción del relieve de Alhak. Fuente: Ostani et al. 2026 - Arte rupestre elamita

El descubrimiento de un nuevo relieve rupestre en el suroeste de Irán amplía de forma significativa el corpus del arte conmemorativo elamita. Los resultados del descubrimiento realizado en la localidad de Alhak, en el distrito central de Izeh (Juzestán), se han publicado en 2025 en la revista Sinus Persicus. El estudio que firman Ayoub Soltani, Hossein Feyzi, Farzad Najafi y Mehdi Faraji identifica la pieza como una de las más antiguas representaciones conocidas de la iconografía regia de Elam, datada en torno al 2000–1970 a. C., dentro del horizonte cultural de la dinastía Shimashki.

Según los autores, el relieve muestra a un soberano sentado en actitud de adoración ante un disco solar, una escena que combina elementos religiosos y políticos de enorme valor histórico. Por su datación, ubicación y singularidad técnica, este hallazgo no solo amplía la geografía del arte elamita, sino que permite reconstruir la evolución de los símbolos de poder en los albores del segundo milenio antes de nuestra era.

Relieve elamita
Dibujo del relieve elamita hallado recientemente. Fuente: Soltani et al. 2026

El contexto histórico y geográfico del hallazgo

Elam y la cuenca de Izeh

Elam, una de las civilizaciones más antiguas del Próximo Oriente, llegó a ocupar un territorio que se extendía desde las llanuras de Susa hasta las montañas de los Zagros. La región de Izeh, en el actual Juzestán, se ha revelado como un enclave privilegiado para el estudio de su arte rupestre. Allí se concentran otros grandes conjuntos con representaciones de escenas rituales y procesionales como los de Kūl-i Farah, Eshkaft-i Salman, Shahsavar y Khung-i Azhdar.

El relieve de Alhak, descubierto durante una prospección dirigida por Ayoub Soltani para el Instituto de Investigación del Patrimonio Cultural de Irán, se sitúa a 1050 metros sobre el nivel del mar, en la vertiente sudoriental de la aldea homónima. Esta ubicación, cercana a antiguas rutas de tránsito como el camino Atabaki, sugiere un emplazamiento estratégico dentro del paisaje ritual y político de la zona.

Un soporte inusual: el conglomerado

A diferencia de otros relieves de Izeh, que se tallaron en piedra caliza o arenisca compacta, el de Alhak se esculpió en una roca de conglomerado, compuesta por guijarros y arenas cementadas. Esta elección, poco habitual, explica tanto su difícil visibilidad como el avanzado estado de erosión que presenta hoy la superficie, un rasgo que lo vuelve prácticamente invisible a distancia. Los investigadores destacan que la fragilidad del material contribuyó a que el relieve se identificase de manera tardía.

Kul-e Farah III
Kul-e Farah III. Fuente: J. Alvarez-Mon/Elamite Museum/Wikimedia

Un relieve del rey con el sol

Una escena de devoción regia

El panel, de aproximadamente 5 por 3 metros, muestra una composición sencilla, pero cargada de simbolismo. En el lado derecho se distingue la figura de un hombre sentado en un trono de líneas rectas. La figura mide unos 26 centímetros, viste una túnica larga y parece portar una banda diagonal y un cinturón. Su brazo derecho se eleva hacia el rostro, mientras que el izquierdo descansa sobre el asiento.

Pese al desgaste, se aprecian los restos de una barba esculpida con incisiones en zigzag. Frente al monarca, se conservan dos plataformas escalonadas esculpidas en la roca, interpretadas como posibles altares. Sobre la cabeza del personaje, un disco circular en relieve sugiere la presencia del dios solar Nahhunte, aunque los autores advierten que la ausencia de atributos divinos impide identificarlo como una deidad.

La orientación y el estilo

El rey está orientado hacia la izquierda, un rasgo excepcional entre los relieves de Izeh, donde las figuras suelen mirar hacia la derecha. Este detalle, junto con la simplicidad del trono y la frontalidad del torso, acerca la obra a los cilindro-sellos y las estelas de la Mesopotamia del III milenio a. C., más que a las composiciones elamitas tardías.

Los arqueólogos subrayan, además, la similitud entre esta pieza y el Relieve IV de Kūl-i Farah, donde otro personaje entronizado levanta la mano en gesto de súplica ante un altar. La coincidencia refuerza la hipótesis de que la escena de Alhak podría representar un ritual de invocación o plegaria real ante el astro solar, más que una apoteosis divina.

Relieve de Alhak
Relieve de Alhak. Fuente: Soltani et al. 2026

Paralelos iconográficos: entre Elam y Mesopotamia

En su análisis, los autores han establecido un amplio repertorio de paralelos entre el relieve de Alhak y los sellos cilíndricos de la dinastía de Ur III y del periodo Shimashki. Así, han podido comprobar que, en muchos de ellos, las figuras sedentes aparecen bajo discos o crecientes celestes, símbolos del sol y la luna. En estos casos, la composición resulta casi idéntica: cuerpo en posición frontal, rostro y piernas de perfil, y la mano derecha alzada en actitud reverente.

De hecho, la datación propuesta para el relieve —2000-1970 a. C.— coincide con el ocaso de la dinastía de Ur III y el ascenso de los reyes de Shimashki, entre ellos Kindattu, responsable de la caída de Ur. Este contexto político de transición podría explicar la hibridación artística entre motivos mesopotámicos y elamitas. Esta cronología la sitúa, además, entre las más antiguas representaciones de realeza entronizada conocidas en Irán, contemporánea de los sellos de Ur-Nammu y Shulgi en Mesopotamia y anterior a los relieves más elaborados de Eshkaft-i Salman y Kūl-i Farah.

Relieves rupestres en Kul-e Farah
Seis relieves rupestres en Kul-e Farah. Fuente: Elamite Museum/Wikimedia

Un arte de frontera: técnica, datación y significado

El relieve, tallado en una superficie irregular y asimétrica, muestra bordes toscos y diferentes profundidades de talla que varían entre 60 y 120 centímetros. La erosión ha borrado buena parte de los detalles, pero las mediciones y el registro fotogramétrico han permitido reconstruir parcialmente su forma original. Según Soltani y sus colegas, la elección de un soporte tan frágil revela la adaptación de los escultores a los recursos locales, quizás en coincidencia con un periodo de menor centralización política.

El significado del relieve, aunque incierto, parece vincularse a una ceremonia regia de adoración solar. El gesto del monarca, la disposición de los altares y el disco celeste componen una escena de súplica y legitimación, en la que el rey actuaría como intermediario entre el mundo humano y el divino. Los investigadores subrayan que las nuevas técnicas de documentación, como el escaneo láser y la fotogrametría 3D, serán esenciales para recuperar los detalles perdidos y confirmar las hipótesis sobre su composición original.

Referencias

  • Soltani, A.; Feyzi, H.; Najafi, F.; Faraji, M. 2025. "The Newly Discovered Elamite Rock Relief of Alhak, Izeh, Iran". Sinus Persicus, 3(5): 65–83. DOI: 10.22034/sp.2025.533750.1032

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