Arqueólogos descubren un trilobite de 450 millones de años usado como amuleto en el Imperio romano: fue hallado en el vertedero de una casa de élite en Galicia

Un trilobite de 450 millones de años apareció en el vertedero de una casa romana en Galicia. El fósil fue modificado y usado como amuleto protector. Este hallazgo único revela cómo los romanos atribuían poderes mágicos a los restos fósiles.
Recreación del trilobite hallado en Galicia como colgante romano, en base a la propia simulación del equipo, sobre un mapa de la región y junto al rostro de un ciudadano del Imperio. Fuente: ChatGPT / E. F.

Un pequeño fósil marino de aspecto segmentado ha revelado una sorprendente conexión entre el pasado remoto de la Tierra y la vida cotidiana en el Imperio romano. El hallazgo no se produjo en un laboratorio ni en una vitrina de museo, sino en el vertedero de una antigua casa romana situada en Galicia, al noroeste de la península ibérica. Allí, en lo que alguna vez fue el basurero doméstico de una familia acomodada, se encontró un trilobite de hace más de 450 millones de años.

Lo más llamativo no es solo la edad del fósil, sino su función: todo indica que fue usado como un amuleto con fines mágicos o protectores. Así lo revela un nuevo estudio publicado en la revista Archaeological and Anthropological Sciences, que describe por primera vez un trilobite hallado en contexto romano y manipulado intencionadamente por seres humanos. El descubrimiento añade un capítulo fascinante a la historia del uso simbólico de fósiles, y sugiere que los romanos atribuían propiedades especiales a estos vestigios del pasado más profundo de la vida.

Un trilobite en la basura, pero no por casualidad

El trilobite fue hallado en 2021 en el nivel arqueológico SU.204 del yacimiento de A Cibdá de Armea, en el municipio de Allariz (Ourense). Se trata de una antigua ciudad romana ubicada en una zona minera que prosperó entre los siglos I y III de nuestra era. El fósil apareció entre fragmentos de cerámica, vidrio y restos orgánicos acumulados en una zona probablemente utilizada como vertedero común de una vivienda señorial.

Los investigadores han documentado hasta siete superficies de desgaste artificial en la parte inferior del fósil, lo que demuestra que fue modificado a propósito. Según el estudio, "las modificaciones observadas en la cara inferior del espécimen, que presenta hasta siete facetas de desgaste artificial para aplanar y dar forma al fósil, se interpretan como indicios de su posible uso como colgante o pulsera, probablemente como amuleto con propiedades mágicas o protectoras".

A pesar de no presentar perforaciones, los autores del estudio consideran que podría haber estado montado en un soporte metálico. En palabras de los investigadores, "fuera cual fuera la forma en que se montó el trilobite, o si no se montó en absoluto, fue sin duda concebido para cumplir una de las funciones propuestas: como objeto mágico, propiciatorio y apotropaico (es decir, un talismán o amuleto con un propósito sobrenatural)".

Distintas vistas del trilobite de 450 millones de años hallado en Galicia, con marcas de desgaste humano que indican su uso como objeto simbólico en época romana. Fuente: Archaeological and Anthropological Sciences

Un fósil muy viajero: del Ordovícico al Imperio romano

El trilobite pertenece al género Colpocoryphe, un tipo de artrópodo marino extinto que vivió durante el Ordovícico medio, hace entre 453 y 460 millones de años. Fue identificado a partir de un fragmento que conserva parte del tórax y el pigidio, con características morfológicas bien definidas. El fósil no procede del lugar donde fue hallado, sino de una región situada a más de 430 kilómetros al sureste, en la actual Castilla-La Mancha o Extremadura.

La roca que contiene el fósil, compuesta por óxidos de hierro con tonalidades rojizas, coincide con la que se encuentra en los afloramientos ordovícicos de la Zona Centroibérica, especialmente en las formaciones conocidas como “Tristani Beds”. Esta zona contiene nódulos silíceos con fósiles similares que han resistido procesos de alteración geológica durante millones de años. La comparación de la textura, color y estado de conservación del fósil con otros conocidos permitió a los investigadores proponer una fuente geográfica concreta para su origen.

Lo más probable es que el fósil llegara a Galicia a través de las rutas comerciales romanas que atravesaban la península. Estas rutas, como la Vía de la Plata, conectaban zonas mineras del centro con los puertos del sur y con regiones del norte como Gallaecia. El trilobite pudo haber viajado junto a metales preciosos o en posesión de algún funcionario o colono que se trasladó desde Lusitania, región a la que pertenecía la zona de origen del fósil durante el periodo imperial.

Localización del yacimiento romano de A Cibdá de Armea en Galicia, al noroeste de la península ibérica, junto a antiguas rutas comerciales y vías modernas. Fuente: Archaeological and Anthropological Sciences

Entre creencias mágicas y posibles juegos de mesa

Los romanos sentían fascinación por los fósiles y los restos del pasado remoto. Fuentes clásicas mencionan que el emperador Augusto coleccionaba huesos fósiles, que mandaba excavar y exhibía en su villa de Capri, donde incluso estableció un museo dedicado a estas reliquias naturales. También se sabe que algunas culturas del mundo antiguo ofrecían fósiles como ofrendas religiosas o los empleaban con fines medicinales.

En este caso concreto, los investigadores plantean varias hipótesis sobre el uso del trilobite de Armea. La más sólida lo interpreta como un amuleto, por su forma pulida, el desgaste controlado en ciertas áreas y el hecho de que la parte superior —donde se reconocen los segmentos del animal— se haya dejado intacta. Otra posibilidad es que se usara como ficha en juegos de mesa como el ludus latrunculorum o el terni lapilli, populares en el mundo romano.

Aunque esta segunda opción es más especulativa, se han encontrado fichas fabricadas con dientes de mamut y otros materiales fósiles en contextos similares en Polonia. Sin embargo, el tamaño, la forma y el cuidado en el tratamiento del trilobite gallego lo sitúan más cerca de la función simbólica y personal que del uso lúdico.

Recreaciones digitales del trilobite de Armea como adorno personal: montado en un brazalete de cuero o engastado como colgante de metal. Fuente: Archaeological and Anthropological Sciences

Un objeto singular en una casa de élite

El contexto donde apareció el trilobite refuerza la idea de que se trataba de un objeto valioso y cargado de significado. Fue hallado en el basurero asociado a la denominada domus del Hexasquel, una gran casa romana con atrio, patio, varias estancias y zonas de producción de vino. Los restos indican que esta vivienda estaba habitada por una familia adinerada, probablemente vinculada a la administración o al comercio local.

La posibilidad de que el fósil formara parte de un larario —el pequeño altar doméstico de las casas romanas— ha sido considerada por los autores del estudio. En las inmediaciones apareció una inscripción parcialmente conservada con el nombre "MAXSIMVS", lo que sugiere la existencia de un espacio ritual dentro del hogar. Si el trilobite se empleaba como talismán familiar, su presencia allí podría reflejar un uso votivo o protector asociado al bienestar del hogar.

Otra posibilidad es que el objeto perteneciera a una mujer o un niño, ya que otras investigaciones han documentado el uso de fósiles y piedras oscuras con fines apotropaicos en contextos femeninos e infantiles. En el mundo romano, materiales como el azabache y el vidrio negro se usaban para elaborar cuentas con apariencia segmentada, similares a los trilobites, conocidas como trilobitenperlen. Estas piezas, aunque más comunes en otras regiones del imperio, no se han encontrado en Armea, pero el paralelismo es sugerente.

Más allá del hallazgo: una ventana al pasado simbólico

El descubrimiento del trilobite de Armea es excepcional no solo por lo inusual del objeto, sino por lo que revela sobre las conexiones culturales, económicas y simbólicas del Imperio romano. Nos recuerda que los fósiles, antes de ser comprendidos científicamente, fueron interpretados como objetos con poder, capaces de proteger, curar o conectar con lo sobrenatural.

Se trata del primer trilobite documentado en un contexto romano y del tercero en todo el mundo en haber sido manipulado y utilizado por seres humanos hace más de mil años. La propia rareza del hallazgo subraya su importancia: "El trilobite descubierto en el asentamiento romano de Armea es un ejemplo paradigmático de cómo un solo artefacto recuperado en un contexto arqueológico puede ampliar significativamente nuestro conocimiento sobre múltiples aspectos de la antigüedad".

Este fósil, procedente de un mar prehistórico, viajero entre regiones y portador de significados ocultos, es un testigo silencioso de cómo los romanos relacionaban el mundo natural con el ámbito mágico y personal. Su estudio nos permite ver con más claridad una faceta poco conocida del pasado: la de los objetos antiguos que cruzan fronteras temporales y culturales para seguir contando historias.

Referencias

  • Adolfo Fernández-Fernández, Patricia Valle-Abad, Alba Antía Rodríguez-Nóvoa, Manuel García-Ávila, Sara Romero, Juan Carlos Gutiérrez-Marco. Significance of fossils in Roman times: the first trilobite find in an early Empire context. Archaeological and Anthropological Sciences (2025) 17:166. https://doi.org/10.1007/s12520-025-02266-8.

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