El misterioso túnel de los emperadores al descubierto: el Coliseo abre al público el legendario pasadizo del Imperio romano atribuido a Cómodo

Desde 2025, ya es posible visitar el pasadizo de Cómodo y revivir un fragmento de la historia romana. Un acceso exclusivo que conecta el poder y la privacidad de los emperadores.
Pasadizo de Cómodo
Imagen del pasadizo de Cómodo. Fuente: Simona Murrone/ Parque Arqueológico del Coliseo. Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto - Pasillo imperial bajo el Coliseo

El 7 de octubre de 2025, el Parco archeologico del Colosseo anunció un acontecimiento de enorme relevancia patrimonial: la apertura al público del pasadizo de Cómodo, un corredor subterráneo que, durante siglos, permaneció oculto bajo el Anfiteatro Flavio. Este pasaje, que conectaba el pulvinar —el palco reservado a las élites del Imperio romano— con el exterior del Coliseo, había permanecido inaccesible. Con su restauración y apertura, la ciudad de Roma recupera una nueva pieza de su historia imperial. El pasadizo de Cómodo simboliza el tránsito entre la representación pública del poder y su esfera más privada que los emperadores reocorrían protegidos de la vista de la ciudadanía.

El origen del pasadizo imperial

La galería subterránea, conocida como Pasadizo de Cómodo (Passaggio di Commodo, en italiano), se construyó entre los últimos años del gobierno de Domiciano (81-96 d.C.) y la administración de Trajano (98-117 d.C.), según indican los sellos latericios conservados en sus paredes. El pasaje no formaba parte del proyecto original del Coliseo, que se inauguró en el año 80 d.C., sino que se excavó posteriormente bajo las cimentaciones del anfiteatro. Este corredor cubierto, en parte iluminado por lucernarios y ventilado mediante pequeñas aberturas, servía como pasillo exclusivo que conectaba el palco imperial con el exterior del edificio. Por tanto, permitía a los emperadores acceder al anfiteatro sin ser vistos por la multitud.

La atribución al emperador Cómodo (180-192 d.C.) se debe a un episodio narrado por el historiador Dión Casio, quien relató el atentado que sufrió el dignatario en un “lugar oscuro del anfiteatro”. Aunque tal identificación no es segura, la tradición decimonónica acabó por asociar este pasadizo con aquel suceso y con la figura de Cómodo, el emperador que soñaba con ser gladiador.

Pasadizo de Cómodo
Pasadizo de Cómodo. Fuente: Simona Murrone/Parque Arqueológico del Coliseo

Un recorrido simbólico de lujo

El corredor estaba concebido como un espacio de lujo reservado al poder imperial. La estructura se compone de tres brazos —dos con orientación este-oeste y un tercero, central, dispuesto siguiendo el eje norte-sur—, con lucernarios distribuidos a intervalos regulares. Las paredes, en origen, estaban revestidas de mármol con cornisas y zócalos, mientras que la bóveda mostraba una fastuosa decoración de estucos y relieves. Con el tiempo, los mármoles se sustituyeron por pinturas de motivos vegetales y figuras sobre fondo blanco.

Los estucos de la bóveda representaban escenas de contenido dionisíaco. Entre ellas, figuraban el mito de Dioniso y Ariadna, las bodas divinas y la historia de Ero y Leandro, todo ello sobre un cielo de estrellas y piedras preciosas. En las hornacinas de acceso, en cambio, se conservan escenas vinculadas a los espectáculos del anfiteatro, como las cacerías de jabalíes, las luchas con osos, las acrobacias y las fieras que irrumpen desde las puertas. Estos temas, de fuerte carga simbólica, vinculaban el poder del emperador con el dominio sobre la naturaleza y el espectáculo, en una suerte de alegoría visual del control imperial.

Pasadizo de Cómodo
Restos de los estucos. Fuente: Simona Murrone/Parque Arqueológico del Coliseo

El redescubrimiento y la restauración del pasadizo de Cómodo

El pasadizo se redescubrió durante las campañas de excavación promovidas, entre 1810 y 1814, por el gobierno francés bajo la dirección del arquitecto Carlo Lucangeli. Más tarde, Pietro Rosa lo exploró de nuevo en 1874. Sin embargo, su delicado equilibrio estructural y las infiltraciones impidieron que pudiese abrirse al público durante más de dos siglos. Solo a partir de los años noventa del siglo XX se emprendieron nuevas investigaciones arqueológicas, seguidas de una serie de restauraciones parciales en 2020 y 2021.

El gran proyecto de rehabilitación integral se desarrolló entre octubre de 2024 y septiembre de 2025, bajo la dirección de la arqueóloga Federica Rinaldi, responsable del proyecto, y de la arquitecta Barbara Nazzaro. Este esfuerzo combinó la recuperación estructural, la conservación de las decoraciones y la creación de un sistema de acceso plenamente inclusivo.

Uno de los elementos más delicados del proyecto fue la reconstrucción de la porción colapsada de la bóveda, obra del ingeniero Stefano Podestà. La nueva cubierta, realizada en acero Cor-ten, se diseñó para que pudiera distinguirse de la estructura antigua, al mismo tiempo que se mantenía la función de los lucernarios antiguos que filtran la luz natural. El diseño, por tanto, permite percibir la continuidad entre lo antiguo y lo contemporáneo.

En cuanto a la recuperación de los estucos y de los restos pictóricos, los trabajos incluyeron la limpieza láser, la eliminación de los depósitos y la adhesión de las capas pictóricas desprendidas. Las superficies han recuperado, así, su antiguo esplendor que permite apreciar en el presente la riqueza del conjunto.

Pasadizo de Cómodo
Pasadizo. Fuente: Simona Murrone/Parque Arqueológico del Coliseo

El pasadizo de los emperadores, entre la arena y el cielo

La reapertura del pasadizo de Cómodo no solo restituye al público una estructura monumental, sino que también reconecta a Roma con su pasado. Este túnel, que comunicaba el espacio del espectáculo con el ámbito reservado del poder, encarna de modo ejemplar la dialéctica romana entre visibilidad y control, entre la masa y el soberano.

A partir del 27 de octubre de 2025, el pasadizo puede visitarse los lunes y miércoles, con itinerarios guiados en italiano, inglés y español. El recorrido, de unos 25 minutos de duración, se incluye en la modalidad Full Experience Passaggio di Commodo, con entrada por la plaza del Coliseo y salida por el mismo anfiteatro. Por primera vez, los visitantes contemporáneos pueden recorrer el mismo camino que los emperadores usaban para acceder a la arena.

En el tramo final del recorrido, además, una puerta de vidrio permite observar los trabajos de restauración, aún en curso, que se están realizando en una parte de la galería. Esta decisión forma parte de una estrategia museográfica innovadora que invita al visitante a compartir la experiencia de la conservación en tiempo real, eliminando la frontera entre el público y el trabajo arqueológico.

Emperador que camina por un corredor
Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto

El futuro de un proyecto en evolución

La apertura del pasadizo de Cómodo representa un hito en la gestión del patrimonio arqueológico romano. Por primera vez, el público general puede acceder a un espacio reservado a la élite imperial, recuperado gracias a una intervención que combina precisión técnica, sensibilidad histórica y visión inclusiva. Este túnel, en el que mito, poder y arte se entrelazan bajo las piedras del Coliseo, se convierte ahora en un nuevo símbolo de la Roma contemporánea: una ciudad que sigue abriendo puertas entre el pasado y el futuro, entre la historia y la experiencia viva de sus monumentos.

Referencias

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