Normalmente, la temperatura de los perros se encuentra entre los 38 y 39 grados. Sin embargo, nuestros amigos de cuatro patas podrían desarrollar fiebre debido a una lesión, una infección, una sustancia venenosa o incluso la reacción a una vacuna. La fiebre en los perros se considera cuando la temperatura corporal supera los 39 grados, lo que requiere atención inmediata y cuidados apropiados. Es crucial llevar a tu mascota al veterinario sin demora y asegurarte de mantenerla hidratada en todo momento para garantizar su bienestar.
¿Qué es la fiebre en los perros?
La fiebre en los perros es un síntoma que puede indicar la presencia de un problema subyacente en la salud de nuestras mascotas. Al igual que en los humanos, la fiebre es una respuesta del organismo ante infecciones, inflamaciones o enfermedades. Es importante saber identificarla y actuar de manera adecuada para garantizar el bienestar de nuestros amigos de cuatro patas. A continuación, exploraremos las causas, síntomas y tratamientos para la fiebre en perros, así como consejos sobre cuándo es necesario acudir al veterinario.
Temperatura normal y cuándo preocuparse
La temperatura corporal normal de un perro oscila entre los 38 y 39 grados centígrados. Cuando la temperatura supera los 39 grados, se considera que el perro tiene fiebre. Esta elevación en la temperatura puede ser una señal de que el cuerpo está luchando contra una infección o inflamación. Es fundamental monitorear la temperatura de tu mascota con un termómetro rectal, ya que es el método más preciso para determinar si realmente tiene fiebre.
Es importante tener en cuenta que las variaciones en la temperatura pueden ocurrir en cachorros, hembras a punto de parir y perros mayores. Estos grupos pueden presentar temperaturas ligeramente diferentes, por lo que es crucial conocer el rango normal para cada caso. Si observas que la temperatura de tu perro se acerca a los 40 grados o más, es momento de actuar rápidamente y buscar ayuda veterinaria.
Además, es esencial recordar que la fiebre no es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma de que algo más está ocurriendo en el cuerpo de tu perro. Identificar la causa subyacente es clave para tratar la fiebre de manera efectiva y evitar complicaciones mayores en la salud de tu mascota.
Síntomas comunes de la fiebre en perros
La fiebre en perros puede manifestarse a través de varios síntomas que pueden variar en intensidad. Uno de los signos más comunes es la nariz caliente y seca, en contraste con la nariz húmeda y fría que suele tener un perro sano. También es posible que notes que tu perro está más apático de lo habitual, mostrando poco interés por jugar o salir a pasear, y que prefiera dormir más de lo normal.

Otros síntomas de fiebre en perros incluyen la falta de apetito, diarrea, vómitos y malestar general. Además, algunos perros pueden presentar escalofríos o temblores, lo que indica que su cuerpo está intentando regular su temperatura. También es posible observar secreción nasal o jadeos, que son señales de que el organismo está luchando contra una posible infección.
Es fundamental estar atento a estos síntomas y actuar rápidamente si sospechas que tu perro tiene fiebre. La detección temprana y el tratamiento adecuado son cruciales para evitar complicaciones y asegurar una pronta recuperación de tu mascota.
Causas de la fiebre en perros
Infecciones y enfermedades subyacentes
Las infecciones son una de las causas más comunes de fiebre en perros. Estas pueden ser de origen bacteriano, viral o fúngico, y afectan diferentes partes del cuerpo, como el tracto respiratorio, el sistema digestivo o la piel. Las infecciones respiratorias, por ejemplo, pueden causar fiebre acompañada de tos y secreción nasal, mientras que las infecciones gastrointestinales pueden provocar vómitos y diarrea.
Además de las infecciones, existen enfermedades subyacentes que pueden causar fiebre en perros. Enfermedades autoinmunes, problemas hormonales o trastornos inflamatorios son ejemplos de condiciones que pueden elevar la temperatura corporal de tu mascota. Es importante que un veterinario evalúe a tu perro para determinar la causa exacta de la fiebre y establecer el tratamiento adecuado.
En algunos casos, la fiebre puede ser un mecanismo de defensa del cuerpo frente a agentes patógenos. Sin embargo, si la fiebre persiste o alcanza niveles peligrosos, es crucial buscar atención veterinaria para evitar complicaciones graves en la salud de tu perro.
Reacciones a vacunas y sustancias tóxicas
Las reacciones a vacunas son otra causa potencial de fiebre en perros. Aunque las vacunas son esenciales para proteger a las mascotas de enfermedades peligrosas, en algunos casos, pueden desencadenar una respuesta inmunológica que eleva la temperatura corporal. Esta fiebre suele ser temporal y leve, pero es importante monitorear a tu perro después de recibir una vacuna y consultar al veterinario si la fiebre persiste.
La ingestión de sustancias tóxicas también puede provocar fiebre en perros. Productos químicos, plantas venenosas o alimentos inadecuados para perros pueden causar una reacción tóxica en el organismo, elevando la temperatura corporal. Si sospechas que tu perro ha ingerido algo tóxico, es fundamental acudir al veterinario de inmediato para recibir el tratamiento adecuado.
Es importante prevenir el acceso de tu perro a sustancias potencialmente peligrosas y estar atento a cualquier cambio en su comportamiento o salud después de recibir una vacuna. La prevención y el monitoreo son clave para evitar episodios de fiebre relacionados con estas causas.
Lesiones y golpes de calor
Las lesiones físicas, como cortes o heridas, pueden causar fiebre en perros debido a la inflamación y la respuesta del sistema inmunológico para combatir posibles infecciones. Si tu perro ha sufrido una lesión, es importante limpiar y tratar la herida adecuadamente para prevenir infecciones y controlar la fiebre.
El golpe de calor es otra causa de fiebre en perros, especialmente en climas cálidos o durante el ejercicio intenso. Los perros regulan su temperatura corporal principalmente a través del jadeo, y si no pueden enfriarse adecuadamente, su temperatura puede elevarse peligrosamente. Los síntomas de un golpe de calor incluyen jadeos excesivos, debilidad y colapso, y requieren atención veterinaria inmediata.
Para prevenir lesiones y golpes de calor, es importante proporcionar un entorno seguro para tu perro, evitar el ejercicio en las horas más calurosas del día y asegurarse de que siempre tenga acceso a agua fresca y sombra. La prevención es el mejor enfoque para evitar que tu perro sufra fiebre debido a estas causas.
¿Cómo bajar la fiebre en perros?

¿Cómo bajarle la fiebre a un perro en casa?
Si has confirmado que tu perro tiene fiebre, existen algunos métodos caseros que puedes intentar para ayudar a bajar su temperatura. Uno de los pasos más importantes es asegurarte de que tu perro esté en un ambiente fresco y cómodo. Evita exponerlo a temperaturas extremas y proporciona un lugar tranquilo donde pueda descansar.
Puedes utilizar un ventilador para mejorar la circulación del aire en la habitación donde se encuentra tu perro. Esto puede ayudar a mantener su entorno fresco y aliviar la fiebre. Además, es importante monitorear a tu perro de cerca y estar atento a cualquier cambio en su comportamiento o síntomas adicionales que puedan requerir atención veterinaria.
Recuerda que estos métodos son solo medidas temporales y que es fundamental consultar a un veterinario si la fiebre persiste o si tu perro muestra signos de decaimiento. Nunca mediques a tu perro sin la supervisión de un profesional, ya que algunos medicamentos humanos pueden ser tóxicos para los perros.
Hidrata a tu mascota adecuadamente
La hidratación es fundamental para ayudar a tu perro a combatir la fiebre. Asegúrate de que siempre tenga acceso a agua fresca y limpia, y anímalo a beber regularmente. Si tu perro se muestra reacio a beber, puedes intentar ofrecerle agua en pequeñas cantidades con una jeringa o una cuchara para asegurarte de que se mantenga hidratado.
La deshidratación puede agravar la fiebre y causar complicaciones adicionales en la salud de tu perro. Si observas que tu mascota está deshidratada, con encías secas o letargo extremo, es crucial acudir al veterinario de inmediato. La atención oportuna puede prevenir problemas graves y garantizar una recuperación más rápida.
Además del agua, puedes ofrecerle alimentos húmedos o caldos bajos en sodio para incentivar su ingesta de líquidos. Sin embargo, siempre consulta con tu veterinario antes de introducir nuevos alimentos en la dieta de tu perro, especialmente si está enfermo.
Usa paños húmedos para bajar la temperatura
El uso de paños húmedos es una técnica sencilla y efectiva para ayudar a bajar la temperatura de un perro con fiebre. Moja un paño limpio con agua tibia y aplícalo suavemente sobre las patas, orejas, pecho y abdomen de tu mascota. Evita usar agua fría, ya que puede causar un choque térmico y empeorar la situación.
Repite este proceso varias veces al día, asegurándote de que el paño esté siempre tibio. Esta técnica ayuda a disipar el calor del cuerpo de tu perro y puede proporcionar alivio temporal de la fiebre. Sin embargo, es importante recordar que esta no es una solución definitiva y que debes consultar a un veterinario para abordar la causa subyacente de la fiebre.
Después de usar los paños húmedos, seca bien a tu perro con una toalla suave para evitar que se enfríe demasiado. Mantener a tu perro seco y cómodo es esencial para prevenir resfriados y otras complicaciones.
Baños tibios: cuándo y cómo aplicarlos
Los baños tibios pueden ser una opción efectiva para ayudar a bajar la fiebre en perros, siempre que se realicen con precaución. Llena una bañera o barreño con agua templada, asegurándote de que no esté demasiado fría ni caliente. Coloca a tu perro en el agua y utiliza una esponja para aplicar el agua suavemente en las orejas, patas, pecho y abdomen.
Durante el baño, habla con tu perro de manera calmada para ayudarlo a relajarse y reducir el estrés. Mantén el baño corto y asegúrate de secar bien a tu perro después, utilizando una toalla o un secador de pelo en un nivel bajo. Esto evitará que se resfríe y ayudará a mantener su temperatura corporal estable.
Es importante recordar que los baños tibios son solo una medida temporal para aliviar la fiebre y no sustituyen la atención veterinaria. Si la fiebre persiste o si tu perro muestra signos de empeoramiento, busca ayuda profesional de inmediato.
Cuándo acudir al veterinario

Señales de alarma y fiebre persistente
Existen ciertas señales de alarma que indican que es necesario acudir al veterinario cuando un perro tiene fiebre. Si la fiebre persiste durante más de 24 horas o si la temperatura supera los 40 grados, es crucial buscar atención médica. La fiebre alta puede ser peligrosa y potencialmente mortal si no se trata adecuadamente.
Además, observa si tu perro muestra signos de decaimiento extremo, dificultad para respirar, vómitos persistentes o diarrea severa. Estos síntomas pueden indicar una condición médica subyacente que requiere atención urgente. No esperes a que los síntomas empeoren antes de buscar ayuda veterinaria.
Recuerda que la fiebre es solo un síntoma y que es esencial identificar y tratar la causa subyacente para garantizar la recuperación de tu mascota. Un veterinario puede realizar pruebas diagnósticas para determinar la causa de la fiebre y recomendar el tratamiento adecuado.
Importancia de la consulta veterinaria
La consulta veterinaria es fundamental cuando se trata de fiebre en perros. Un veterinario tiene el conocimiento y las herramientas necesarias para diagnosticar la causa de la fiebre y proporcionar el tratamiento adecuado. Esto puede incluir medicamentos, como antibióticos o antiinflamatorios, para tratar infecciones o inflamaciones subyacentes.
Además, el veterinario puede ofrecer orientación sobre cómo cuidar a tu perro en casa durante su recuperación, incluyendo recomendaciones sobre la dieta, el ejercicio y el monitoreo de la temperatura. La atención veterinaria oportuna no solo ayuda a tratar la fiebre, sino que también previene complicaciones y garantiza el bienestar a largo plazo de tu mascota.
Nunca intentes medicar a tu perro sin la supervisión de un veterinario, ya que algunos medicamentos humanos pueden ser tóxicos para los perros. La consulta profesional es esencial para asegurar que tu perro reciba el tratamiento más seguro y efectivo posible.
Prevención y cuidados adicionales

Evitar la deshidratación en perros con fiebre
La deshidratación es un riesgo común en perros con fiebre, por lo que es importante tomar medidas para prevenirla. Asegúrate de que tu perro siempre tenga acceso a agua fresca y limpia. Además, considera ofrecerle alimentos húmedos para aumentar su ingesta de líquidos. Estos pueden ser más atractivos para un perro que no tiene apetito debido a la fiebre. Sin embargo, siempre consulta con tu veterinario antes de introducir nuevos alimentos en la dieta de tu perro.
La hidratación adecuada no solo ayuda a combatir la fiebre, sino que también es esencial para el funcionamiento óptimo del cuerpo de tu perro. Mantener a tu mascota bien hidratada es una de las mejores maneras de apoyar su recuperación y prevenir complicaciones.
Cómo prevenir episodios de fiebre en el futuro
Prevenir episodios de fiebre en el futuro implica tomar medidas para proteger la salud general de tu perro. Mantén al día su calendario de vacunación y visitas al veterinario para detectar y tratar cualquier problema de salud de manera temprana. Las revisiones regulares pueden ayudar a identificar infecciones o enfermedades subyacentes antes de que causen fiebre.
Además, proporciona un entorno seguro y limpio para tu perro, evitando el acceso a sustancias tóxicas y asegurándote de que su dieta sea equilibrada y adecuada para su edad y tamaño. El ejercicio regular y el enriquecimiento mental también son importantes para mantener a tu perro saludable y feliz.
Finalmente, está atento a cualquier cambio en el comportamiento o la salud de tu perro, y no dudes en consultar al veterinario si tienes preocupaciones. La prevención y el monitoreo constante son clave para evitar que tu perro sufra fiebre y otras complicaciones de salud en el futuro.
Referencias:
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