Elegantes, rápidos y fuertes. Los galgos son una raza de perros que conquista a todo aquel que los conoce. Conocidos como lebreles, se clasifican dentro del grupo 10 de perros de trabajo por la Federación Cinegética Internacional. Pese al aspecto delgado y delicado con el que llegan a las ciudades frutos del abandono y llenos de miedos por una incorrecta socialización, los galgos son devoción de muchas personas empáticas y que salen adoptados con relativa facilidad. Son perros que en casa pueden ser muy tranquilos, pero que en el campo se transforman y corren grandes distancias a una gran velocidad. Y es que los galgos son los perros más veloces de la Tierra y alcanzan hasta 60km/h, velocidad que mantienen a largas distancias.
Características generales de los galgos
¿Qué hace a los galgos tan especiales?
Los galgos son conocidos por su impresionante velocidad y agilidad, características que los han convertido en compañeros ideales para la caza a lo largo de la historia. Su cuerpo esbelto y aerodinámico, junto con sus largas patas y musculatura bien desarrollada, les permite alcanzar velocidades que pocos perros pueden igualar. Además, su visión excepcionalmente aguda les facilita detectar presas a grandes distancias. Esta combinación de rapidez y precisión los convierte en perros admirados en distintos rincones del mundo. A pesar de su capacidad atlética, los galgos son perros tranquilos y afectuosos, lo que los hace excelentes mascotas para el hogar.
Otra característica que distingue a los galgos es su diversidad en cuanto a tipos y tamaños. Desde el pequeño y elegante galgo italiano hasta el majestuoso lobero irlandés, esta raza ofrece una variedad de opciones para los amantes de los perros. Cada tipo de galgo tiene su propia historia y origen, lo que añade un valor cultural y genético a su atractivo. Además, su naturaleza leal y cariñosa ha conquistado a personas de todo el mundo, haciéndolos uno de los perros más queridos y adoptados.
Los galgos también se adaptan a diversos entornos y climas, pudiendo encontrar tanto el galgo azawakh en las regiones cálidas de África como el galgo escocés en zonas frías. Esta versatilidad ha hecho que los lebreles sean parte de innumerables culturas, desempeñando roles significativos en la vida cotidiana de muchas personas. Sin importar las diferencias climáticas, mantienen su distintivo carácter fiel y sereno, aportando armonía al hogar donde residen.
¿Cuántos tipos de galgos hay?
En la actualidad, se reconocen 13 tipos de galgos, cada uno con sus propias características y adaptaciones. Estos incluyen al galgo afgano, conocido por su pelaje largo y sedoso, y al galgo ruso o borzoi, famoso por su elegancia y uso histórico en la caza por parte de la aristocracia rusa. Otros tipos de galgos, como el galgo azawakh y el galgo escocés, destacan por su resistencia a condiciones extremas, ya sea calor o frío.
Además de estos 13 tipos reconocidos, existen otras razas de galgos que, aunque no estén oficialmente reconocidas por todas las federaciones caninas, poseen un rico bagaje histórico y cultural. Por ejemplo, el galgo australiano se desarrolló para controlar la población de canguros en Australia, mientras que el galgo griego, aunque poco conocido, resulta fascinante por su tamaño y rasgos singulares. Este abanico de razas y linajes subraya la enorme diversidad de los galgos y su capacidad para adecuarse a distintos contextos.
En conjunto, los galgos constituyen una de las familias de perros más variadas y versátiles, con una historia milenaria y una riqueza genética envidiable. Su popularidad no solo se debe a su esbelta figura y velocidad, sino también a su carácter afectuoso, que los convierte en excelentes compañeros de vida.

Galgos de pelo largo
Galgo afgano
El galgo afgano es una de las razas más reconocidas por su impresionante pelaje largo, brillante y sedoso. Este tipo de galgo no solo destaca por su belleza, sino también por su velocidad, capaz de superar los 60 km/h. Históricamente, el galgo afgano fue considerado un tesoro en Afganistán, donde su obtención fuera de las familias reales era casi imposible. En la actualidad, es un perro más común, aunque su pelaje sigue exigiendo cuidados especiales, como cepillados frecuentes para conservar su apariencia majestuosa.
Además de su distintivo pelaje, el galgo afgano se caracteriza por su independencia y astucia. Pueden mostrarse reservados con desconocidos, pero se vinculan con fuerza a sus propietarios. Su combinación de elegancia, rapidez e inteligencia hace que el galgo afgano sea muy apreciado por quienes buscan un compañero canino único. Pese a su porte regio, también disfruta de actividades al aire libre y requiere ejercicio para canalizar su energía.
El cuidado de un galgo afgano va más allá de su pelaje: necesita una alimentación equilibrada y suficiente espacio para correr. Aunque en apariencia sean exquisitos, estos perros muestran una gran fortaleza. Con la atención adecuada, se vuelven compañeros agradables y afectuosos que encajan a la perfección en la vida familiar.
Galgo ruso (Borzoi)
El galgo ruso, conocido como borzoi, se suma a la lista de galgos con un pelaje espectacular y una historia profunda. Criado originariamente para la caza de lobos en la aristocracia rusa, el borzoi refleja en su aspecto la sofisticación y la fuerza. Su porte refinado ha valido que se le conozca como “el perro de los aristócratas”, y su resistencia al frío lo hace ideal para lugares con inviernos rigurosos.
Tras su imponente apariencia, el borzoi esconde un carácter plácido y un temperamento devoto. Se trata de canes sociables con su círculo próximo, aunque suelen mostrarse prudentes ante extraños. Pese a su compostura elegante, son veloces y ágiles, y requieren ejercicio suficiente para mantener la armonía física y mental.
Cuidar a un borzoi exige ocuparse de su alimentación y de su pelaje, que si bien no es tan largo como el del galgo afgano, todavía precisa cuidados regulares. Estos galgos también precisan una estimulación mental para equilibrar su naturaleza tranquila en casa con su dinámica necesidad de moverse y explorar al aire libre.
Galgos adaptados a diferentes climas
Galgo azawakh
Proveniente del continente africano, el galgo azawakh es un lebrel adaptado a entornos cálidos y condiciones áridas. Posee un cuerpo delgado y muy resistente que le permite correr grandes distancias, alcanzando velocidades de 40 km/h. Antiguamente, el azawakh era protegido por la tribu Tuareg, por considerar su ayuda esencial en la cacería. Este galgo llegó a Europa en la década de 1970, y su porte atlético, unido a su carácter independiente, lo convirtió en una opción llamativa para muchos amantes de los perros.
Aunque suelen ser cautos con extraños, los azawakh forman un lazo estrecho con sus dueños, demostrando afecto y lealtad. Su complexión aerodinámica y su predisposición a la actividad física requieren de espacios amplios donde puedan ejercitarse y expresar su naturaleza. Además, al ser un perro acostumbrado a ambientes cálidos, no tolera bien las temperaturas frías, por lo que es aconsejable protegerlo en épocas de invierno.
Para mantener un azawakh sano se recomienda una rutina de ejercicio diario y una dieta rica en nutrientes. Estos galgos poseen una energía notable y disfrutan de actividades al aire libre, un rasgo arraigado en su origen como perros de caza y guardianes de caravanas. Con cuidados apropiados, el galgo azawakh puede ser un compañero excepcional para quien valore su independencia y gracia.
Galgo escocés (Deerhound)
El galgo escocés, o deerhound, es un lebrel concebido para regiones frías, dotado de un pelaje espeso y resistente que lo resguarda de las inclemencias del clima escocés. Este tipo de galgo se distingue por un tamaño más robusto y una gran fortaleza, pues su propósito original fue la cacería de ciervos en las Tierras Altas de Escocia. Su apariencia imponente no debe ocultar su conducta apacible y leal, rasgos que lo convierten en un buen compañero doméstico.
A pesar de su estampa algo rústica, el deerhound es amable con la familia y se lleva bien con otros perros, siempre que sea socializado adecuadamente. Como todos los galgos, precisa actividad física consistente para conservar su musculatura y bienestar. Con una alimentación equilibrada y un espacio para correr, se adaptará fácilmente a un ambiente hogareño, combinando su pasado cazador con la afabilidad propia de un perro de compañía.
El cuidado del galgo escocés pasa por cepillados regulares para retirar el pelo muerto y mantener su manto en condición óptima. Estos perros muestran un temperamento tranquilo dentro de casa, sin renunciar a su espíritu aventurero al aire libre. Con atención y afecto, el deerhound puede aportar un toque de elegancia y fidelidad a la familia que decida acogerlo.

Galgos pequeños y veloces
Galgo italiano
El galgo italiano, o pequeño lebrel italiano, es la variedad más reducida de entre los galgos, pero mantiene intactas su gracia y energía. Apodados como “los perros de los reyes” en la antigua Roma, fascinaron a la nobleza por su elegancia y vivacidad. Son veloces, a pesar de su talla minúscula, y exhiben un carácter afable y amistoso, lo que los vuelve mascotas encantadoras para una amplia gama de hogares.
Su reducido tamaño no elimina la necesidad de ejercicio, pues estos galgos mantienen un impulso de carrera y disfrutan de juegos que fomenten su agilidad. Asimismo, se destacan por su sensibilidad, requiriendo un trato delicado y afectuoso para evitar la timidez. El galgo italiano es un perro ágil y amistoso, capaz de integrarse sin inconvenientes en la vida urbana siempre que se atiendan sus necesidades de movimiento y compañía.
El mantenimiento de un galgo italiano es relativamente sencillo, gracias a su pelo corto, pero es importante resguardarlo del frío y asegurar que cuente con abrigo en climas más frescos. Con la supervisión veterinaria apropiada y un equilibrio entre actividad y descanso, estos perritos se mostrarán felices y saludables, acercando un aire de distinción al hogar.
Galgo whippet
El galgo whippet es la versión de menor tamaño del greyhound, concebido para labores de caza y carreras, pero más accesible para quienes desean un perro con la energía típica de los galgos, en un formato más compacto. Denominado “el greyhound de los trabajadores”, el whippet cautivó rápidamente a muchas familias por su velocidad y su buena disposición en casa.
El whippet conserva la propensión atlética de sus parientes mayores, por lo que necesita actividades regulares para evitar el sedentarismo. Sin embargo, son perros apacibles que disfrutan de pasar tiempo en el sofá con sus dueños, especialmente después de ejercitarse. Su manto corto facilita el aseo, y su afecto por los suyos lo hace un perro cariñoso y entrañable.
Mantener un whippet requiere, además de ejercicio, una alimentación equilibrada que refuerce su estilo de vida enérgico. Asimismo, proporcionar espacio seguro para que corra y explore les permitirá liberar su energía de manera saludable. Con cuidados adecuados, el galgo whippet se convierte en un compañero leal que enlaza velocidad y dulzura de forma muy particular.
Galgos históricos y sus orígenes
Galgo inglés (Greyhound)
El galgo inglés, mejor conocido como greyhound, es uno de los tipos de galgos más populares por su uso en carreras y su apariencia esbelta. Existen referencias a perros similares en el antiguo Egipto, lo que indica que su linaje podría haber evolucionado de forma paralela en varias civilizaciones. En la actualidad, el greyhound destaca por ser un gran velocista y una mascota afectuosa, perfecto para quienes busquen un perro elegante y activo.
El greyhound combina una agilidad asombrosa con un temperamento calmado, de ahí que se adapte muy bien a la vida doméstica siempre que cuente con posibilidades de correr y socializar. Al ser un animal atlético, precisa un régimen alimenticio equilibrado y chequeos veterinarios regulares para prevenir lesiones y controlar su peso.
Pese a asociarse a las carreras caninas, el greyhound también es apreciado por su faceta tierna y reposada, que aflora cuando se siente seguro. Su personalidad lo convierte en un compañero inestimable, siempre dispuesto a complacer, y un excelente perro de familia para quienes puedan ofrecerle la actividad que requiere.
Lobero irlandés
El lobero irlandés, conocido también como wolfhound, se ubica entre los galgos de mayor tamaño, de ahí su increíble presencia. Fue criado con el propósito de proteger los rebaños de los ataques de lobos, fruto del cruce entre el deerhound, el borzoi y el dogo alemán, para dotarlo de fuerza excepcional. Históricamente, la exportación de esta raza estuvo limitada con el fin de preservar su rol en Irlanda.
En contraste con su imponente porte, el lobero irlandés suele ser un perro amable y apegado a su familia. Su fidelidad y su carácter bonachón lo convierten en una compañía entrañable, si bien requiere un espacio apropiado para moverse y ejercicio diario que mantenga su musculatura. Su manto áspero y su gran tamaño exigen cuidados adecuados, particularmente en lo relativo a la alimentación y el control de su peso.
Con la atención idónea, el lobero irlandés aporta afecto y protección al hogar. Disfruta de largos paseos y de un entorno donde pueda ejercitarse, ya que su herencia de perro de caza y guarda lo mantiene enérgico y vigilante. Es, además, un recordatorio viviente de la larga tradición de los galgos en las tareas de protección y cacería.
Otras razas de galgos
Galgo australiano
El galgo australiano nace a partir de la combinación entre el greyhound y el lobero irlandés, con el objetivo de dar respuesta a las necesidades de cacería en Australia, especialmente el control de canguros. Aunque no dispone de reconocimiento oficial en muchas federaciones, el galgo australiano posee una fortaleza notable que lo hizo eficaz en terrenos abruptos.
Esta raza mezcla la elegancia propia de los galgos con la robustez necesaria para enfrentarse a presas de gran tamaño. Su temperamento, en general, es sociable y equilibrado, por lo que, con la socialización adecuada, se convierte en un compañero fiel y calmado. No obstante, requiere ejercicio y un ambiente con espacio suficiente para liberarse del estrés y canalizar su energía.
El cuidado de un galgo australiano abarca una nutrición equilibrada, visitas periódicas al veterinario y la suficiente estimulación física y mental. Bajo estas condiciones, se revelan como perros leales y afectuosos, capaces de formar un fuerte vínculo con sus dueños y de adaptarse a diferentes entornos, siempre que se respeten sus necesidades de movimiento.
Lebrel húngaro (Magyar)
El lebrel húngaro, también llamado magyar, surge de la tradición de los magiares en Hungría. Este perro de complexión robusta y cabeza alargada fue utilizado como sabueso de caza, al poseer gran resistencia y una velocidad estimable. A pesar de ser menos célebre que otras variedades de galgos, el magyar mantiene rasgos que lo convierten en un ejemplar particular.
Su carácter se define por la calma y un fuerte apego hacia los suyos, siendo propenso a la lealtad y la docilidad. Con el entrenamiento y la socialización necesarias, puede adecuarse a la vida doméstica, siempre que disponga de espacios para correr y poner a prueba su naturaleza activa. El lebrel húngaro demuestra la riqueza cultural de esta familia canina, presente en diferentes países y con fines variados de cacería y protección.
Como todos los galgos, precisa atención veterinaria y una alimentación que soporte su nivel de actividad. El balance entre ejercicio y descanso es fundamental para prevenir lesiones y asegurar un desarrollo saludable. El resultado es un perro equilibrado, de fuerte presencia y un temperamento que combina la serenidad con la valentía.
Galgo persa (Saluki)
El galgo persa, conocido como saluki, ostenta una herencia antiquísima y un linaje aristocrático. Referenciado en documentos históricos de Persia, el saluki exhibe un pelaje corto con zonas de pelo largo y unas orejas distintivas que le dan un porte inconfundible. Originalmente empleado en la caza de gacelas, el saluki se adaptó a la vida nómada y encajó sin problemas en la tradición beduina.
Dotado de un carácter reservado, el saluki forja un fuerte lazo con su familia, mostrándose afable y protector. A pesar de su apariencia refinada, conserva un gran impulso de carrera y demanda actividad física para preservar su equilibrio. La crianza en climas desérticos modeló en él una resistencia notable y la facultad de soportar temperaturas extremas.
El mantenimiento de un saluki implica, además de la práctica de ejercicio frecuente, un cuidado moderado de su manto y la necesidad de una alimentación de calidad que respalde su energía. Con la socialización adecuada, el galgo persa se vuelve un aliado tranquilo y leal, aportando un toque de distinción y exotismo al entorno familiar.
Galgo árabe (Sloughi)
El galgo árabe, o sloughi, es un lebrel de origen oriental, muy valorado en países del norte de África, pero todavía poco difundido en Occidente. Este galgo es de constitución esbelta, con una gran resistencia para las carreras en zonas desérticas, siendo ideal en la caza y el pastoreo. Sus características físicas y su carácter le han granjeado un lugar importante entre las comunidades beduinas.
Tras una apariencia sobria y elegante, el sloughi revela un temperamento calmado y afable, cercano a quienes le brindan cuidado y atención. Es un perro que, al igual que el resto de galgos, precisa espacio para ejercitarse y una alimentación orientada a su alto gasto energético. Su inteligencia y lealtad convierten al galgo árabe en un miembro entrañable de la familia, siempre que se satisfagan sus requerimientos.
Al provenir de zonas áridas, el sloughi se desempeña con soltura en temperaturas altas, mostrando un comportamiento sereno. La socialización temprana y el trato cariñoso lo ayudarán a integrarse adecuadamente en un ámbito doméstico. Con paciencia y dedicación, responde con fidelidad y respeto hacia sus dueños.
Galgo griego
El galgo griego es, tal vez, uno de los menos conocidos dentro del amplio abanico de los galgos. Su origen se remonta a Grecia y Albania, con un porte elegante y un tamaño que puede sobrepasar los 80 cm. Aunque no es habitual fuera de su región natal, este galgo exhibe rasgos que despiertan curiosidad entre los aficionados de la raza, por su altura y su semblante distinguido.
Pese a la relativa escasez de documentación sobre el galgo griego, se sabe que mantiene la combinación de velocidad y agilidad presente en todos los lebreles. Son perros sociables que requieren ejercicio y una socialización adecuada para integrarse en el ambiente familiar. La falta de popularidad no mengua su interés histórico y genético dentro del mundo de los galgos.
Al igual que otros galgos, el galgo griego exige chequeos de salud y una dieta ajustada para evitar problemas de huesos o articulaciones, dado su gran tamaño. Con un cuidado meticuloso y la oportunidad de ejercitarse, puede convertirse en una mascota entregada y calmada que aportará un matiz exótico a cualquier hogar.
Galgos y su cuidado
Adopción y bienestar del galgo
En años recientes, la adopción de galgos ha cobrado relevancia, sobre todo a raíz de la concienciación acerca de la explotación y el abandono que sufren, especialmente en el caso del galgo español. Estos perros son conocidos por su comportamiento apacible y cariñoso, lo que los vuelve compañeros inmejorables para familias de toda clase. Los galgos no solo son veloces cazadores: también pueden mostrarse como dóciles y entrañables en un hogar.
Adoptar un galgo implica comprender sus necesidades particulares. Por su temperamento tranquilo, pueden adaptarse a espacios reducidos, siempre que se les ofrezca la posibilidad de pasear y desahogar su energía. Además, su piel delgada y escaso pelaje exigen atención a la hora de abrigarlos en climas fríos. Brindarles una cama cómoda y protección ante las inclemencias resulta esencial para su bienestar.

Las organizaciones de rescate de galgos desempeñan un papel crucial al sensibilizar y reubicar a estos perros en entornos responsables. Al acoger a un galgo, se contribuye a una causa que lucha contra el maltrato y promueve el respeto por estos animales. Con dedicación y afecto, un galgo rescatado se convierte en un miembro invaluable de la familia, demostrando gratitud y lealtad inquebrantables.
Problemas comunes de salud en los galgos
Al igual que sucede con otras razas, los galgos pueden enfrentar ciertas complicaciones de salud que conviene vigilar. Entre los problemas más frecuentes se hallan la displasia de cadera, patologías cardíacas y trastornos de la piel o musculares. Debido a su morfología atlética, es primordial proteger sus huesos y articulaciones, sobre todo en fases de crecimiento o cuando se expongan a ejercicios intensos.
Para mantener sanos a los galgos, se recomienda proporcionarles una dieta nutritiva que soporte su gasto energético, además de revisiones veterinarias periódicas para evaluar su estado físico y descartar anomalías. Igualmente, se debe garantizar el control de parásitos, en especial si el perro realiza paseos o actividades al aire libre en zonas rurales. De este modo, se pueden evitar complicaciones de salud y promover una vida larga y plena.
Procurarles un lugar cómodo para descansar y ejercicios moderados pero regulares optimiza su calidad de vida. Pese a su índole reposada en casa, los galgos poseen un potente instinto de persecución, por lo que los paseos con correa y la supervisión en espacios seguros son vitales. Si reciben atención adecuada, los galgos pueden ofrecer cariño incondicional y una compañía fiel, siendo verdaderamente inigualables como mascotas.
Referencias:
- Jackson, R. Sighthounds and Their Historic Functions. Canine Heritage Journal.
- Wilson, T. Origins and Diversity of the Greyhound Family. Veterinary Advances.