Animales extintos: causas y consecuencias en la naturaleza

Científicos del Centro para la Conservación de la Diversidad Biológica estiman que decenas de animales se extinguen cada día.
Animales extintos

Las extinciones de animales pueden ser causadas por eventos naturales como el calentamiento o enfriamiento climático o cambios en los niveles del mar. En los últimos tiempos, sin embargo, la actividad humana ha sido la responsable. La destrucción del hábitat a medida que se expande la tierra agrícola y se talan los bosques es la causa principal de las extinciones modernas, junto con la contaminación, la introducción de especies exóticas y la pesca excesiva o la caza.

Causas de la extinción animal

La extinción de animales es un fenómeno que ha acompañado a nuestro planeta desde tiempos inmemoriales. A lo largo de la historia, diversas especies han desaparecido debido a una combinación de factores naturales y humanos.

Eventos naturales y actividad humana

Las extinciones de animales han ocurrido a lo largo de millones de años, principalmente debido a eventos naturales como cambios climáticos drásticos, erupciones volcánicas o impactos de meteoritos. Estos eventos pueden alterar el equilibrio de un ecosistema, llevando a la desaparición de especies que no logran adaptarse a las nuevas condiciones. Sin embargo, en la actualidad, la actividad humana se ha convertido en un factor determinante en la extinción de especies, superando incluso las causas naturales. La quema de combustibles fósiles, la expansión urbana y la agricultura intensiva son algunas de las actividades humanas que están acelerando el ritmo de extinción.

La destrucción del hábitat es una de las principales consecuencias de la actividad humana que afecta a los animales. A medida que las tierras agrícolas se expanden y los bosques son talados, los animales pierden sus hogares y fuentes de alimento. Sin un hábitat adecuado, muchas especies no pueden sobrevivir. Este problema se ve agravado por la fragmentación del hábitat, donde las áreas naturales se dividen en fragmentos más pequeños, aislando a las poblaciones animales y reduciendo su diversidad genética.

Además de la destrucción del hábitat, la contaminación también desempeña un papel crucial en la extinción de especies. La liberación de productos químicos tóxicos en el aire, el agua y el suelo puede tener efectos devastadores en la vida silvestre. Los animales pueden ingerir o absorber estas sustancias, lo que afecta su salud y capacidad de reproducción. La introducción de especies exóticas y la caza excesiva son otros factores humanos que contribuyen a la extinción. Las especies exóticas pueden competir con las nativas por recursos, mientras que la caza excesiva reduce las poblaciones de animales a niveles insostenibles.

Animales extintos - Midjourney/Sarah Romero

Destrucción del hábitat como factor principal

La destrucción del hábitat es quizás el factor más significativo en la extinción moderna de especies. A medida que las actividades humanas se expanden, los hábitats naturales se reducen a un ritmo alarmante. La deforestación para la obtención de madera, la agricultura y la urbanización son las principales causas de esta pérdida de hábitat. Los bosques tropicales, que albergan una gran cantidad de biodiversidad, están desapareciendo rápidamente, poniendo en peligro a innumerables especies que dependen de ellos para sobrevivir.

La fragmentación del hábitat es un problema relacionado que agrava la situación. Cuando los hábitats naturales se dividen en áreas más pequeñas, las poblaciones animales quedan aisladas. Esta fragmentación reduce la diversidad genética y limita las oportunidades de apareamiento, lo que puede llevar a una disminución en la viabilidad de las poblaciones. Además, los animales pueden verse obligados a cruzar áreas peligrosas, como carreteras, lo que aumenta el riesgo de mortalidad.

El cambio de uso del suelo para la agricultura es otra causa importante de la destrucción del hábitat. A medida que se talan bosques para cultivar alimentos o criar ganado, los animales pierden sus hogares. Esto no solo afecta a las especies que viven en esos hábitats, sino que también altera los ecosistemas en su conjunto. Las cadenas alimenticias se ven interrumpidas, y las especies que dependen de otras para su supervivencia también pueden verse amenazadas.

Contaminación, especies exóticas y caza excesiva

La contaminación es un problema global que afecta a la biodiversidad de múltiples maneras. Los productos químicos tóxicos liberados en el medio ambiente pueden acumularse en los organismos vivos, afectando su salud y reproducción. Por ejemplo, los pesticidas utilizados en la agricultura pueden envenenar a las aves y otros animales que se alimentan de insectos contaminados. Los desechos plásticos en los océanos también representan una grave amenaza para la vida marina, ya que los animales pueden ingerirlos o quedar atrapados en ellos.

La introducción de especies exóticas es otra causa significativa de extinción. Cuando una especie es introducida en un nuevo entorno, puede competir con las especies nativas por recursos como alimento y espacio. Esto puede llevar a la disminución de las poblaciones nativas y, en algunos casos, a su extinción. Las especies exóticas también pueden introducir enfermedades para las cuales las especies nativas no tienen defensas, lo que puede diezmar poblaciones enteras.

La caza excesiva ha sido históricamente una causa importante de extinción. Muchas especies han sido cazadas hasta la extinción por su carne, piel o partes del cuerpo consideradas valiosas. Aunque la caza está regulada en muchos países, la caza furtiva sigue siendo un problema grave, especialmente para especies en peligro de extinción como los rinocerontes y los elefantes. La demanda de productos derivados de animales en el mercado negro alimenta esta práctica ilegal, poniendo en peligro a especies ya vulnerables.

Definiendo la extinción

Leopardo. Gemini. Animales extintos
La caza furtiva y la destrucción de hábitat llevan a la extinción a muchos animales. Imagen: Gemini.

Muerte del último individuo de una especie

La extinción de una especie se define como la muerte del último individuo de esa especie. Este es un proceso irreversible que representa la pérdida total de un conjunto único de características genéticas y biológicas. Aunque una especie puede estar extinta en estado salvaje, todavía puede haber individuos en cautiverio. Sin embargo, si estos individuos no pueden reproducirse con éxito, la especie está condenada a desaparecer por completo.

La extinción puede ser un proceso largo y gradual, donde las poblaciones disminuyen lentamente hasta que no queda ninguno. Sin embargo, también puede ocurrir de manera repentina debido a un evento catastrófico, como un desastre natural o un cambio ambiental abrupto. En ambos casos, la pérdida de una especie tiene impactos profundos en su ecosistema, ya que cada especie juega un papel único en su entorno.

Los esfuerzos de conservación a menudo se centran en prevenir la extinción de especies en peligro mediante la protección de sus hábitats y la implementación de programas de reproducción en cautiverio. Estos esfuerzos son cruciales para mantener la biodiversidad y asegurar que las especies no se pierdan para siempre. Sin embargo, la extinción sigue siendo una realidad para muchas especies que enfrentan amenazas insuperables, tanto naturales como humanas.

Extinciones masivas pasadas

A lo largo de la historia de la Tierra, han ocurrido varias extinciones masivas, eventos en los que una gran cantidad de especies desaparecieron en un corto período de tiempo. Estas extinciones han sido causadas por fenómenos naturales catastróficos, como erupciones volcánicas masivas, impactos de asteroides y cambios climáticos extremos. Uno de los eventos más conocidos es la extinción del Cretácico-Paleógeno, que ocurrió hace 66 millones de años y llevó a la desaparición de los dinosaurios.

Las extinciones masivas tienen un profundo impacto en la biodiversidad del planeta. Aunque resultan en la pérdida de muchas especies, también abren oportunidades para que nuevas formas de vida evolucionen y ocupen los nichos vacíos. Este proceso de recuperación puede llevar millones de años, durante los cuales los ecosistemas se reorganizan y nuevas especies emergen para reemplazar a las que se perdieron.

El estudio de las extinciones masivas pasadas proporciona a los científicos información valiosa sobre cómo los ecosistemas responden a cambios drásticos y cómo las especies pueden adaptarse o sucumbir ante nuevas condiciones. Esta comprensión es crucial para abordar los desafíos actuales de conservación y para predecir cómo las especies y los ecosistemas pueden responder a las presiones humanas y ambientales en el futuro.

Sexta extinción masiva actual

Muchos científicos creen que estamos viviendo la sexta extinción masiva, impulsada principalmente por la actividad humana. A diferencia de las extinciones masivas pasadas, que fueron causadas por fenómenos naturales, la actual se atribuye a factores como la destrucción del hábitat, el cambio climático, la contaminación y la sobreexplotación de recursos naturales. Estos factores están llevando a la desaparición de especies a un ritmo sin precedentes.

La tasa de extinción actual es alarmante, con estimaciones que sugieren que decenas de especies se extinguen cada día. Esta pérdida masiva de biodiversidad tiene consecuencias devastadoras para los ecosistemas y los servicios que proporcionan a la humanidad, como la polinización de cultivos, la purificación del agua y la regulación del clima. La desaparición de especies también reduce la resiliencia de los ecosistemas, haciéndolos más vulnerables a cambios futuros.

La sexta extinción masiva es un llamado urgente a la acción. La conservación de la biodiversidad es esencial para el bienestar del planeta y de las generaciones futuras. Proteger los hábitats naturales, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover prácticas sostenibles son pasos cruciales para frenar la pérdida de especies y preservar la riqueza de la vida en la Tierra.

Tasa de extinción

Paloma. Gemini
La paloma migratoria sufrió una caza intensiva para su carne, considerada una fuente de alimento barato. Imagen: Gemini.

Tasa normal vs. tasa acelerada actual

La tasa de extinción natural, también conocida como tasa de fondo, se refiere al ritmo al que las especies se extinguen en ausencia de influencias humanas significativas. Históricamente, esta tasa ha sido de aproximadamente 1 a 5 especies por año. Sin embargo, debido a la actividad humana, la tasa actual de extinción es significativamente más alta, estimándose que es entre mil y diez mil veces superior a la tasa de fondo.

Este aumento en la tasa de extinción es motivo de gran preocupación para los científicos y conservacionistas. Las actividades humanas, como la deforestación, la contaminación y el cambio climático, están alterando los ecosistemas a un ritmo sin precedentes, superando la capacidad de las especies para adaptarse. Como resultado, muchas especies están desapareciendo antes de que podamos comprender plenamente su papel en el ecosistema o su potencial valor para la humanidad.

La aceleración de la tasa de extinción subraya la necesidad urgente de implementar medidas de conservación efectivas. Proteger los hábitats naturales, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y controlar la introducción de especies exóticas son algunas de las acciones que pueden ayudar a mitigar la pérdida de biodiversidad. La cooperación internacional y el compromiso de los gobiernos, las organizaciones y los individuos son esenciales para revertir esta tendencia y preservar la riqueza de la vida en la Tierra.

Anfibios: las especies más amenazadas

Los anfibios son actualmente uno de los grupos de animales más amenazados del planeta. Se estima que aproximadamente un tercio de las especies de anfibios están en peligro de extinción. Estos animales son especialmente vulnerables a los cambios ambientales debido a su piel permeable y su dependencia de hábitats acuáticos y terrestres. La pérdida de hábitat, la contaminación del agua y las enfermedades emergentes, como la quitridiomicosis, son algunas de las principales amenazas que enfrentan.

La quitridiomicosis es una enfermedad fúngica que ha devastado poblaciones de anfibios en todo el mundo. Causada por el hongo Batrachochytrium dendrobatidis, esta enfermedad afecta la piel de los anfibios, interfiriendo con su capacidad para absorber agua y electrolitos esenciales. La rápida propagación de esta enfermedad ha llevado a la extinción de varias especies de ranas y sapos, y continúa siendo una amenaza significativa para la supervivencia de muchas otras.

La conservación de los anfibios es crucial no solo por su valor intrínseco, sino también por su papel en los ecosistemas. Los anfibios son importantes controladores de plagas, ya que se alimentan de insectos, y sirven como indicadores de la salud ambiental debido a su sensibilidad a los cambios en el entorno. Proteger sus hábitats, reducir la contaminación y controlar la propagación de enfermedades son medidas necesarias para asegurar su supervivencia a largo plazo.

Ejemplos de animales extintos

Dodo

El dodo (Raphus cucullatus) es quizás uno de los ejemplos más emblemáticos de animales extintos. Esta ave no voladora, endémica de las islas Mauricio, fue avistada por primera vez por marineros holandeses en 1598. En poco más de medio siglo, el dodo fue cazado hasta la extinción, con el último avistamiento registrado en 1662. La llegada de humanos a su hábitat, junto con la introducción de especies invasoras como ratas y cerdos, contribuyó a su rápida desaparición.

El dodo se ha convertido en un símbolo de la extinción causada por la actividad humana. A pesar de su extinción hace más de tres siglos, el dodo sigue siendo un recordatorio de la fragilidad de las especies insulares y de cómo las acciones humanas pueden tener consecuencias devastadoras para la biodiversidad. La historia del dodo ha inspirado numerosos esfuerzos de conservación para proteger a otras especies en peligro de extinción antes de que sea demasiado tarde.

A pesar de su extinción, el dodo sigue vivo en la cultura popular y en la ciencia. Su imagen ha sido utilizada en libros, películas y obras de arte, convirtiéndose en un ícono de la extinción. Además, los científicos han estudiado los restos fósiles del dodo para comprender mejor su biología y las causas de su desaparición. Estos estudios han proporcionado información valiosa sobre la evolución de las aves no voladoras y los impactos de la actividad humana en las especies insulares.

Dodo. Gemini. Animales extintos
El dodo está vivo en la cultura popular y en la ciencia como símbolo de la extinción. Imagen: Gemini.

Rana incubadora gástrica

La rana incubadora gástrica (Rheobatrachus silus) era una especie de anfibio australiana con un sistema reproductivo único. Originaria de Queensland, Australia, esta rana tenía la capacidad de incubar sus huevos en su estómago. La hembra ingería los huevos fertilizados, que se desarrollaban en su interior hasta que las crías emergían completamente formadas por su boca. Desafortunadamente, esta fascinante especie fue declarada extinta en 2002.

La desaparición de la rana incubadora gástrica se atribuye a múltiples factores, incluyendo la pérdida de hábitat, el cambio climático y la propagación de enfermedades fúngicas como la quitridiomicosis. La extinción de esta especie es un ejemplo de cómo las amenazas ambientales pueden afectar a las especies de formas inesperadas, llevándolas a la extinción antes de que se puedan implementar medidas de conservación efectivas.

El caso de la rana incubadora gástrica ha despertado el interés de los científicos en la biología y conservación de los anfibios. Su peculiar método de reproducción ha sido objeto de estudio, y algunos investigadores han explorado la posibilidad de utilizar técnicas de biotecnología para intentar su resurrección. Aunque estos esfuerzos aún se encuentran en etapas preliminares, subrayan la importancia de la conservación de especies únicas y la necesidad de proteger a los anfibios de las amenazas actuales.

Leopardo nebuloso de Formosa

El leopardo nebuloso de Formosa (Neofelis nebulosa brachyura) era una subespecie de leopardo nebuloso endémica de la isla de Taiwán, anteriormente conocida como Formosa. Este gran felino era conocido por su pelaje distintivo y su habilidad para moverse sigilosamente a través de los densos bosques de la isla. A pesar de su escurridiza naturaleza, la caza furtiva y la destrucción de su hábitat llevaron a su extinción.

Durante décadas, los científicos se resistieron a declarar extinto al leopardo nebuloso de Formosa, esperando que algunos individuos aún se escondieran en los remotos bosques de la isla. Sin embargo, la falta de avistamientos y evidencia concreta llevó finalmente a su declaración oficial de extinción. La pérdida de esta subespecie es un recordatorio de cómo la expansión humana y la caza pueden tener un impacto devastador en las especies vulnerables.

La extinción del leopardo nebuloso de Formosa ha impulsado esfuerzos de conservación en Taiwán para proteger a otras especies en peligro y restaurar los hábitats naturales. La historia de este felino subraya la importancia de la conservación de la biodiversidad en islas y regiones aisladas, donde las especies a menudo enfrentan amenazas únicas y una mayor vulnerabilidad a la extinción.

Paloma migratoria

La paloma migratoria (Ectopistes migratorius) fue una de las aves más abundantes del mundo, con una población que se estimaba en miles de millones. Estas aves formaban enormes bandadas que oscurecían el cielo durante sus migraciones. Sin embargo, la caza masiva y la destrucción de su hábitat llevaron a su extinción en un tiempo sorprendentemente corto.

Durante el siglo XIX, la paloma migratoria fue cazada intensivamente para su carne, considerada una fuente de alimento barato. A medida que la población humana se expandía y los bosques se talaban para la agricultura, el hábitat de la paloma migratoria se redujo drásticamente. La última paloma migratoria salvaje fue vista en 1901, y el último individuo en cautiverio, conocido como Martha, murió en 1914 en el zoológico de Cincinnati.

La extinción de la paloma migratoria es un ejemplo de cómo la explotación humana de los recursos naturales puede llevar a la desaparición de especies en un corto período de tiempo. Su pérdida ha sido una llamada de atención para los conservacionistas, destacando la necesidad de proteger a las especies en peligro y gestionar de manera sostenible los recursos naturales para evitar extinciones futuras.

Rinoceronte negro occidental

El rinoceronte negro occidental (Diceros bicornis longipes) fue una subespecie del rinoceronte negro que alguna vez habitó las sabanas del África subsahariana. Este majestuoso mamífero fue víctima de la caza furtiva, impulsada por la demanda de sus cuernos, que se creía tenían propiedades medicinales. A pesar de los esfuerzos de conservación, la población de rinocerontes negros occidentales disminuyó drásticamente, y fue declarado extinto en 2011.

La caza furtiva es una de las principales amenazas para los rinocerontes en todo el mundo. A pesar de las prohibiciones internacionales sobre el comercio de cuernos de rinoceronte, el mercado negro sigue prosperando, poniendo en peligro a las poblaciones restantes. La extinción del rinoceronte negro occidental es un recordatorio de la necesidad urgente de intensificar los esfuerzos de conservación y aplicar medidas más estrictas para combatir la caza furtiva.

La pérdida del rinoceronte negro occidental ha tenido un impacto significativo en los ecosistemas africanos, donde los rinocerontes desempeñan un papel crucial en la dispersión de semillas y el mantenimiento de la estructura del hábitat. La extinción de esta subespecie subraya la importancia de proteger a los grandes mamíferos y sus hábitats para preservar la biodiversidad y el equilibrio ecológico.

Otros ejemplos destacados

Además de los ejemplos mencionados, hay muchas otras especies que han sido llevadas a la extinción debido a la actividad humana como la del gorrión costero oscuro. El moho, un género de aves hawaianas, se extinguió debido a la caza y la pérdida de hábitat. El baiji, o delfín chino de río, fue declarado extinto en 2006 debido a la contaminación y la actividad humana en el río Yangtsé. La quagga, una subespecie de cebra, fue cazada hasta la extinción en el siglo XIX.

El tigre de Tasmania, un marsupial carnívoro, fue perseguido hasta la extinción en la década de 1930. La vaca marina de Steller, un mamífero marino gigante, fue cazada hasta desaparecer en el siglo XVIII. Estos ejemplos destacan la diversidad de especies que han sido afectadas por la actividad humana, desde aves y mamíferos hasta reptiles y peces.

Cada una de estas extinciones representa una pérdida irreparable para la biodiversidad del planeta. La desaparición de estas especies subraya la necesidad de tomar medidas urgentes para proteger a las especies en peligro y preservar los ecosistemas en los que viven. La conservación de la biodiversidad es esencial para el bienestar del planeta y de las generaciones futuras.

Factores específicos de extinción

Rinoceronte. Gemini
La caza furtiva es una de las principales amenazas para los rinocerontes en todo el mundo. Imagen: Gemini.

Cada especie y sus causas

Cada especie extinta tiene una historia única y un conjunto de factores que contribuyeron a su desaparición. En muchos casos, la extinción es el resultado de una combinación de amenazas, como la pérdida de hábitat, la caza, la contaminación y las enfermedades. Por ejemplo, la extinción de la cotorra de Carolina se debió a la deforestación, la caza masiva y la introducción de especies invasoras. La desaparición del alca gigante fue causada por la caza excesiva y la explotación humana.

La extinción del antílope azul se atribuye a la caza indiscriminada y la invasión de su hábitat por la agricultura. El pato del Labrador fue víctima de la caza y la destrucción de su hábitat. La huia, un ave endémica de Nueva Zelanda, fue cazada por su piel y afectada por la deforestación masiva. Estos ejemplos muestran cómo diferentes factores pueden interactuar para llevar a una especie a la extinción.

Comprender las causas específicas de la extinción de cada especie es crucial para desarrollar estrategias de conservación efectivas. Al identificar las amenazas que enfrentan las especies en peligro, los conservacionistas pueden implementar medidas para mitigar estos riesgos y proteger a las especies vulnerables. La colaboración entre gobiernos, organizaciones y comunidades locales es esencial para abordar las causas de la extinción y preservar la biodiversidad.

Importancia de la conservación

Evitar extinciones futuras

La conservación de la biodiversidad es fundamental para evitar extinciones futuras y asegurar un futuro sostenible para nuestro planeta. La pérdida de especies no solo representa una pérdida irreparable de diversidad biológica, sino que también afecta la estabilidad y el funcionamiento de los ecosistemas. Los ecosistemas saludables proporcionan servicios esenciales para la humanidad, como la purificación del agua, la polinización de cultivos y la regulación del clima.

Para evitar extinciones futuras, es crucial proteger los hábitats naturales y reducir las amenazas que enfrentan las especies en peligro. Esto incluye la implementación de políticas de conservación, la creación de áreas protegidas y la promoción de prácticas sostenibles en la agricultura, la pesca y la silvicultura. También es importante abordar el cambio climático y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para proteger a las especies de los impactos del calentamiento global.

La educación y la concienciación pública son componentes clave de los esfuerzos de conservación. Al aumentar la comprensión de la importancia de la biodiversidad y los desafíos que enfrentan las especies en peligro, podemos fomentar un mayor apoyo para las iniciativas de conservación. La participación de las comunidades locales y el respeto por los conocimientos tradicionales son esenciales para el éxito de los programas de conservación y para garantizar un futuro en el que las especies puedan prosperar.

Referencias:

  • Paulina Carabajal, Ariana. (2017). Secretos guardados en la cabeza de animales extintos. Universidad Nacional del Comahue, Desde la Patagonia. 14, 23, 14-21. doi: http://hdl.handle.net/11336/65507
  • Arita, Héctor T. (2016). Crónicas de la extinción. Fondo de cultura económica.
  • Prevosti, Francisco Juan; Brandoni, Diego; Tarquini, Sergio Daniel; Romano Muñoz, Cristo Omar. (2019). Los mamíferos extintos de La Rioja: los gigantes ignorados. Consejo Norte Cultura. 107-110. doi: http://hdl.handle.net/11336/132710

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