Uno de los casos de genitales más fascinantes entre los mamíferos es, probablemente, el del falso pene de las hembras de la hiena moteada (Crocuta crocuta). En el reino animal, pocas estructuras anatómicas son tan intrigantes como el falso pene de las hembras de hiena moteada (Crocuta crocuta). Esta peculiaridad ha llevado a siglos de confusión y mitos sobre la biología de las hienas, pero la ciencia moderna ha comenzado a desentrañar los misterios detrás de este fenómeno único. A diferencia de otros mamíferos, las hienas hembras carecen de una apertura vaginal externa, lo que las hace casi indistinguibles de los machos a simple vista. Esta similitud ha dado lugar a malentendidos históricos, como la creencia de que las hienas eran hermafroditas.
La singularidad del pseudopene en las hienas hembras
La anatomía del falso pene
El falso pene de las hienas hembras es una modificación extrema del clítoris, una característica que las distingue de cualquier otro mamífero. Esta estructura se asemeja tanto al pene de los machos que, sin una inspección detallada, es difícil diferenciar los sexos. La apariencia del pseudopene incluye un saco escrotal falso formado por los labios de la vulva, que se fusionan detrás del clítoris alargado. Este pseudopene puede superar los 17 centímetros de longitud y sirve tanto para la micción como para la cópula y el parto, funciones que complican significativamente la vida reproductiva de las hienas hembras.
La confusión sobre la identificación de género en las hienas se ha perpetuado a lo largo de los siglos. Incluso figuras históricas como el corsario sir Walter Raleigh creían que las hienas eran criaturas quiméricas, resultado de una unión antinatural entre perros y gatos. Sin embargo, las investigaciones científicas han mostrado que las hienas están más estrechamente relacionadas con las mangostas, un grupo de carnívoros de tamaño pequeño a mediano.
Desarrollo embrionario del pseudopene
El desarrollo del pseudopene es un proceso que comienza en la etapa embrionaria. En los mamíferos, el embrión inicialmente posee estructuras sexuales indiferenciadas, lo que significa que puede desarrollar genitales masculinos o femeninos. En condiciones normales, la presencia de testosterona, producida por los testículos en desarrollo, dirige el desarrollo hacia características masculinas. Sin embargo, en las hienas moteadas, una mutación genética impide la degradación de la testosterona en las hembras debido a la falta de la enzima aromatasa.
La presencia de testosterona durante el desarrollo embrionario provoca que las hembras desarrollen una anatomía externa similar a la de los machos. Este fenómeno no es un caso de hermafroditismo, sino una singularidad evolutiva que ha fascinado a los científicos durante décadas. La estructura interna de las hienas hembras sigue siendo femenina, con ovarios y un útero, pero externamente presentan el pseudopene que complica la identificación de su sexo.
Impacto de la testosterona en la formación del pseudopene
La testosterona juega un papel crucial en la formación del pseudopene en las hienas hembras. Durante el desarrollo fetal, la hormona se transporta a través del cordón umbilical, influenciando el desarrollo de los genitales externos. La falta de degradación de la testosterona en las hembras causa que el clítoris se alargue y adquiera la forma de un pene, mientras que los labios vulvares se fusionan para formar un saco escrotal.
Este fenómeno no solo afecta la apariencia externa, sino que también tiene implicaciones en el comportamiento social y reproductivo de las hienas. Las hembras, al presentar características masculinas, pueden adoptar roles dominantes en la manada, lo cual es fundamental para la estructura social matriarcal que caracteriza a esta especie. Además, la presencia de testosterona en niveles elevados puede influir en la agresividad y competitividad de las hembras, aspectos esenciales para su éxito en el entorno salvaje.

Funciones y desafíos del pseudopene
Cópula y parto a través del pseudopene
La cópula y el parto a través del pseudopene son procesos que presentan desafíos significativos para las hienas hembras. La penetración durante el apareamiento es un acto complicado debido a la forma y rigidez del pseudopene, lo que requiere una gran precisión por parte del macho. Este proceso no solo es un reto físico, sino que también permite a las hembras ser selectivas al elegir sus parejas, ya que pueden rechazar a los machos menos hábiles.
El parto, por otro lado, es uno de los momentos más críticos en la vida de una hiena hembra. El largo recorrido que deben atravesar las crías a través del pseudopene puede resultar en complicaciones severas, incluyendo la muerte de las crías o desgarros en la madre. Estos riesgos son especialmente altos en las madres primerizas, y las cicatrices resultantes de los desgarros pueden afectar la salud reproductiva de la hembra en el futuro.
Rituales sociales y el gesto de sumisión
El pseudopene no solo tiene funciones reproductivas, sino que también juega un papel crucial en los rituales sociales de las hienas. Durante los encuentros sociales, las hienas participan en saludos ritualizados que incluyen la inspección de las áreas genitales y anales de sus compañeros. Este comportamiento es similar al de los perros y sirve para establecer jerarquías dentro de la manada.
Uno de los gestos más significativos durante estos rituales es la erección del pseudopene, que actúa como una señal de sumisión. El individuo subordinado levanta su pseudopene en presencia de un miembro dominante, indicando su disposición a aceptar el liderazgo del otro. Este comportamiento es esencial para mantener el orden social y evitar conflictos dentro de la manada.

La estructura social matriarcal de las hienas
Dominancia y agresividad en las hembras
La estructura social de las hienas moteadas es notablemente matriarcal, con las hembras ocupando posiciones de liderazgo y dominancia. Esta organización social se ve reflejada en la agresividad y competitividad de las hembras, que son generalmente más fuertes y dominantes que los machos. Las hembras lideran la manada, deciden las estrategias de caza y son las primeras en alimentarse de las presas.
El pseudopene desempeña un papel en esta estructura social, ya que las características masculinas de las hembras les permiten asumir roles tradicionalmente asociados con machos en otras especies. Esta dominancia femenina es una adaptación evolutiva que ha permitido a las hienas moteadas prosperar en su entorno, asegurando el acceso a recursos y protegiendo a sus crías de amenazas externas.
Implicaciones sociales del pseudopene
El pseudopene tiene implicaciones sociales más allá de la reproducción y los rituales de saludo. Su presencia refuerza la jerarquía matriarcal y permite a las hembras ejercer control sobre la manada de manera eficiente. La capacidad de las hembras para seleccionar a sus parejas y rechazar a los machos indeseables fortalece su posición dentro de la manada, asegurando que solo los machos más aptos contribuyan a la siguiente generación.
Además, la agresividad y el dominio de las hembras sobre los machos reducen la competencia interna y promueven la cohesión grupal. Este sistema social único es fundamental para la supervivencia de las hienas moteadas en su hábitat natural, donde enfrentan desafíos constantes tanto de depredadores como de la competencia por recursos.

Evolución y genética del pseudopene
Mutación genética y herencia del pseudopene
El desarrollo del pseudopene en las hienas moteadas es el resultado de una mutación genética que se transmite de madre a hija. Esta mutación afecta la producción y degradación de la testosterona durante el desarrollo embrionario, lo que lleva a la formación de genitales externos masculinos en las hembras. A diferencia de otras adaptaciones evolutivas, el pseudopene no parece ofrecer una ventaja selectiva directa, sino que es un rasgo mantenido por la deriva genética.
La herencia de este rasgo no implica una presión selectiva activa sobre las hembras, sino que es un efecto colateral de la genética materna. La mutación que causa el pseudopene se ha extendido por toda la especie de manera estocástica, sin que se haya identificado una ventaja evolutiva clara asociada a esta característica.
Cuando la evolución no busca adaptaciones
El caso del pseudopene en las hienas moteadas es un ejemplo de cómo la evolución no siempre busca adaptaciones beneficiosas. En este caso, el rasgo se ha mantenido debido a la falta de presión selectiva en su contra, más que por proporcionar un beneficio evolutivo claro. La estructura social y el comportamiento de las hienas han permitido que el pseudopene persista a lo largo del tiempo, a pesar de los desafíos reproductivos que plantea.
Esta situación ilustra cómo la evolución puede ser un proceso complejo y no siempre lineal, donde los rasgos pueden surgir y persistir por razones que no están directamente relacionadas con la adaptación al entorno. En el caso de las hienas, el pseudopene es una característica única que desafía las nociones tradicionales de adaptación evolutiva, destacando la diversidad y la complejidad del mundo natural.
Referencias
- Arias Deidan, E. (2016). Hienas.
- Carr, A. (2016). La hiena. Weigl Publishers.
- von Eggeling, H. 1922. Anatomischer Anzeiger (Gustav Fischer, Vol. 55). Jena.