El punto más profundo del océano es una depresión de 10 924 metros, conocida como el abismo Challenger situada en el océano Pacífico, en el extremo sur de la fosa de las Marianas (cerca de las islas Marianas) que es una zanja profunda en forma de media luna. Según el proyecto Five Deeps esta es la medición más detallada y fidedigna de este lugar extremo. Es, según estos expertos, el punto más profundo del Pacífico por delante del Abismo Horizon (10 816 metros), en la fosa de Tonga.
El abismo Challenger: la profundidad máxima del océano
Por hacernos una idea, hay vastas superficies al fondo de los océanos que están tan inexploradas para el ser humano como el espacio exterior. El abismo Challenger es uno de los puntos más profundos de los que tenemos conocimiento.
Ubicación en la fosa de las Marianas
Si colocáramos el monte Everest en el fondo del abismo Challenger, este seguiría siendo mas alto que la montaña más alta de la superficie terrestre (que tiene una elevación de 8 849 metros sobre el nivel del mar), es decir, su pico aún estaría a más de 1,6 kilómetros bajo el agua.
La Fosa de las Marianas forma parte de una red global de depresiones profundas que atraviesan el fondo del océano. Se forman cuando chocan dos placas tectónicas. Y, en el punto de colisión, una de las placas se sumerge debajo de la otra en el manto de la Tierra, creando una fosa oceánica. Es parte de una red de depresiones profundas que se extiende por el fondo oceánico. La ubicación precisa del abismo, cerca de las islas Marianas, lo convierte en un lugar de interés tanto para científicos como para exploradores que buscan desentrañar los secretos del océano profundo.
La mayor parte de la Fosa de las Marianas es actualmente una zona protegida de los EE. UU. como parte del Monumento Nacional Marino de la Fosa de las Marianas, establecido por el presidente George W. Bush en 2009.

Confirmación del proyecto Five Deeps
El proyecto Five Deeps ha sido fundamental para confirmar la profundidad del abismo Challenger. Esta iniciativa se propuso mapear los puntos más profundos de cada uno de los océanos del mundo, utilizando tecnología de vanguardia para obtener mediciones precisas. Los datos recabados por este proyecto han permitido establecer con certeza que el abismo Challenger es el punto más profundo del océano, superando a otras depresiones conocidas. La precisión de estas mediciones ha sido posible gracias al uso de ecosondas multihaz de última generación, que permiten cartografiar el fondo marino con un nivel de detalle sin precedentes.
El proyecto Five Deeps no solo ha contribuido a la confirmación de la profundidad del abismo Challenger, sino que también ha ampliado nuestro conocimiento sobre las características geológicas de las fosas oceánicas. La información obtenida se ha convertido en un recurso valioso para la comunidad científica, que busca entender mejor los procesos que dan forma a nuestro planeta. Además, estos datos se están utilizando para crear un mapa completo del fondo oceánico, un esfuerzo que se espera completar para finales de la década.
Debido a su profundidad, no ha habido demasiados descensos al abismo Challenger. Sí que se han producido, unas cuantas misiones científicas y de exploración en la fosa de las Marianas, pero las enormes presiones involucradas lo convierten en un lugar difícil y peligroso tanto para humanos como para robots.

Formación y características de las fosas oceánicas
Detras de fosas como la de las Marianas, donde se encuentra el abismo Challenger, hay un fenómeno sísmico de choques de platas tectónicas que explica su formación.
Colisión de placas tectónicas
Las fosas oceánicas, como la de las Marianas, se forman en las zonas donde chocan dos placas tectónicas. Este proceso, conocido como subducción, implica que una de las placas se sumerge debajo de la otra, dando lugar a depresiones profundas en el lecho marino. Estas estructuras geológicas son fundamentales para comprender la dinámica de la corteza terrestre y los procesos que ocurren en las profundidades del océano. La colisión de placas no solo crea fosas, sino que también genera actividad sísmica y volcánica, lo que añade un nivel de complejidad a estos entornos.
La interacción de las placas tectónicas en la fosa de las Marianas ha dado lugar a una de las fosas más profundas y enigmáticas del planeta. La comprensión de estos procesos es crucial para predecir fenómenos naturales como terremotos y erupciones volcánicas, que pueden tener un impacto significativo en las regiones circundantes. Además, el estudio de estas fosas ofrece una ventana única para explorar la vida en condiciones extremas, ya que albergan ecosistemas adaptados a la alta presión y oscuridad.
Protección de la fosa de las Marianas
La fosa de las Marianas es actualmente una zona protegida por los Estados Unidos, designada como parte del Monumento Nacional Marino de la Fosa de las Marianas en 2009. Esta protección busca preservar la biodiversidad única y los hábitats inexplorados que se encuentran en esta región. La creación de áreas protegidas en el océano es esencial para garantizar la conservación de especies que aún son desconocidas para la ciencia y que podrían tener un valor incalculable para la humanidad.
La protección de la fosa de las Marianas también permite la investigación científica en un entorno controlado, asegurando que las exploraciones futuras se realicen de manera sostenible. Este enfoque es vital para minimizar el impacto humano en uno de los últimos grandes misterios de la Tierra. Las fosas oceánicas, como la de las Marianas, son laboratorios naturales que ofrecen oportunidades para descubrir nuevas formas de vida y comprender mejor los límites de la adaptación biológica.
Exploraciones en el abismo Challenger
Hasta llegar a la misión Five Deeps, han sido varias las incursiones que han permitido conocer en profundidad el abismo Challenger. Estos son algunos de los hitos de la exploración submarina del siglo pasado.
Pioneros: Don Walsh y Jacques Piccard
Las primeras personas que exploraron esta parte remota del océano fueron el teniente estadounidense Don Walsh y el doctor suizo Jacques Piccard en 1960. Usando el Batiscafo Trieste de investigación oceanográfica propiedad de la Marina de los Estados Unidos, descendieron a unos 10 000 metros. El viaje del Trieste duró casi cinco horas y su regreso a la superficie tres horas y 15 minutos. Solo pudo permanecer en el fondo del océano unos 20 minutos, porque la presión extrema provocó una grieta en una de sus ventanas. Su llegada levantó demasiado polvo del lecho marino para que pudieran tomar fotografías, así que fue más un hito simbólico que efectivo.

las condiciones en el fondo del océano limitaron el tiempo que pudieron permanecer allí. La presión extrema levantó sedimentos del lecho marino, impidiendo la captura de imágenes claras y convirtiendo la misión en un logro más simbólico que científico. A pesar de estas limitaciones, la expedición de Walsh y Piccard sentó las bases para futuras exploraciones y demostró el potencial de la tecnología submarina.
Misiones recientes y récords establecidos
Otra visita destacada al abismo Challenger fue realizada en noviembre de 2020 por el submarino chino llamado Fendouzhe que alcanzó los 10 909 metros y estableció un nuevo récord de profundidad. El éxito de esta misión ha inspirado a otros países a invertir en la exploración de las profundidades marinas, reconociendo la importancia de comprender mejor estos entornos extremos.
Las misiones recientes al abismo Challenger han proporcionado información crucial sobre la composición y las condiciones del fondo oceánico. Los datos obtenidos han mejorado nuestra comprensión de las fosas oceánicas y han revelado la presencia de formas de vida adaptadas a la presión extrema. Estos descubrimientos destacan la importancia de continuar explorando las profundidades del océano, un esfuerzo que podría llevar a avances significativos en campos como la biotecnología y la medicina.
Richard Garriott y la exploración del abismo
La visita más reciente a la fosa de las Marianas fue en marzo de 2021 cuando el aventurero y diseñador de videojuegos británico-estadounidense Richard Garriott, se convirtió en la primera persona en visitar los polos norte y sur, orbitar la Tierra a bordo de la Estación Espacial Internacional y bucear hasta la parte más profunda del océano. Todo un récord.
La visita de Garriott al abismo Challenger subraya el creciente interés en la exploración de las profundidades oceánicas por parte de individuos y organizaciones privadas. Este interés podría impulsar nuevas misiones y descubrimientos, ampliando nuestro conocimiento sobre el océano y sus misterios. La exploración del abismo Challenger y otros lugares extremos del planeta es un recordatorio de que aún queda mucho por descubrir en nuestro mundo, y que la curiosidad humana es un motor poderoso para el avance científico.

El futuro de la exploración oceánica
Según The Five Deeps, aproximadamente el 80% del fondo oceánico global queda por inspeccionar con el estándar moderno de tecnología. La información recabada en este reciente estudiose entregará al Proyecto Nippon Foundation-GEBCO Seabed 2030, que tiene como objetivo completar un mapa de profundidad del océano para finales de la década.
Expedición Five Deeps y cartografía del fondo marino
La expedición Five Deeps, llevada a cabo entre 2018 y 2019, fue un esfuerzo monumental para cartografiar los puntos más profundos de cada océano. Durante esta expedición, se mapearon aproximadamente 550 000 km² de fondo marino, de los cuales el 61% correspondían a áreas nunca antes estudiadas. Utilizando tecnología de ecosonda multihaz de última generación, los científicos lograron obtener mapas detallados del fondo oceánico, proporcionando una visión sin precedentes de estas regiones remotas.
Como curiosidad, en el transcurso de 10 meses, la Expedición mundial Five Deeps (2018-2019) cartografió aproximadamente 550 000 km2 de fondo marino, de los cuales el 61% lo conformaban zonas nunca antes estudiadas. Los puntos más profundos de cada océano se cartografiaron utilizando una ecosonda multihaz Kongsberg EM 124 de última generación para profundidades oceánicas completas.
Perspectivas de exploración del fondo oceánico
A pesar de los avances logrados hasta ahora, aproximadamente el 80% del fondo oceánico global queda por explorar con las tecnologías modernas. Este hecho resalta la magnitud del desafío que enfrentan los científicos y exploradores en su esfuerzo por comprender mejor el océano. La exploración del fondo marino es fundamental para descubrir nuevas especies, estudiar procesos geológicos y evaluar el impacto del cambio climático en los ecosistemas marinos.
La creciente inversión en tecnología submarina y el interés por parte de gobiernos y organizaciones privadas auguran un futuro prometedor para la exploración del fondo oceánico. Las innovaciones en robótica y sensores permitirán a los científicos llegar a lugares que antes eran inaccesibles, abriendo nuevas fronteras en la investigación marina. La colaboración internacional será clave para compartir conocimientos y recursos, asegurando que los beneficios de la exploración del océano se extiendan a toda la humanidad.
Referencia:
- High-resolution multibeam sonar bathymetry of the deepest place in each ocean Cassandra Bongiovanni, Heather A. Stewart, Alan J. Jamieson The five deeps expedition
- First published: 05 May 2021 DOI https://doi.org/10.1002/gdj3.122
- Polina Lemenkova Satistical Analysis of the Mariana Trench Geomorphology Using R Programming Language September 2019 Geodesy and Cartography 45(2):57-84 DDOI:10.3846/gac.2019.3785
- K.P. Hand, D.H. Bartlett, P. Fryer, L. Peoples, K. Williford, A.E. Hofmann, J. Cameron, Discovery of novel structures at 10.7 km depth in the Mariana Trench may reveal chemolithoautotrophic microbial communities, Deep Sea Research Part I: Oceanographic Research Papers, Volume 160, 2020, 103238, ISSN 0967-0637, DOI: https://doi.org/10.1016/j.dsr.2020.103238.