Todos los veranos, con la llegada del calor, las aguas costeras se llenan de varias especies de aspecto gelatinoso y con largos tentáculos urticantes, conocidos como medusas. Y con ellas, suele llegar una criatura que llama mucho la atención y despierta la curiosidad: la carabela portuguesa (Physalia physalis).
¿Qué es la carabela portuguesa?
Una colonia de pólipos, no una medusa
La carabela portuguesa es una entidad que desafía las nociones comunes sobre las criaturas marinas. A diferencia de las medusas, que son organismos individuales, la carabela portuguesa es una colonia de pólipos, en concreto, del grupo de los sifonóforos. Cada carabela está compuesta por múltiples pólipos que trabajan en conjunto para sobrevivir y prosperar en el océano. Esta estructura colonial le permite a la carabela portuguesa realizar sus funciones vitales de manera más eficiente al dividir las tareas entre sus diferentes pólipos especializados.
El cuerpo y morfología de la carabela portuguesa
Aunque parece una medusa, no lo es; a diferencia de esta, que tiene un cuerpo más o menos hemisférico y simetría radial, la carabela tiene el cuerpo globoso con una simetría bilateral, y una especie de cresta que lo recorre longitudinalmente. Los tentáculos, acumulados en la parte posterior, cuelgan de ese saco hinchado. Su transparencia, y sus hasta treinta metros de longitud, pueden causar picaduras a distancia sin que el bañista siquiera alcance a ver el animal. ¿Qué hacer ante la picadura de una carabela portuguesa?

El veneno de la carabela portuguesa
Cnidocitos y las toxinas peligrosas
Ya hemos dicho que, la carabela portuguesa (Physalia physalis) no es una verdadera medusa, aunque a primera vista lo parezca. Forma parte de un grupo taxonómico distinto, aunque emparentado con aquellas, y presenta ciertos rasgos en común.
Uno de ellos, probablemente el más característico, son unos tentáculos cubiertos de células urticantes llamadas cnidocitos, que tienen una especie de látigo hueco, enrollado en su interior, denominado nematocisto. Al contacto con un animal, el nematocisto se revierte como los dedos de un guante de látex dado la vuelta que se hincha de repente, y perfora la piel de quien haya tocado el tentáculo, inyectando inmediatamente el veneno.
Efectos del veneno en seres humanos
Las toxinas que presenta la carabela portuguesa tienen capacidad hemolítica —destruye los glóbulos rojos — y neurotóxica, un rasgo que también comparte con las medusas. Pero hay una particularidad en las toxinas de la carabela que, hasta donde sabemos, es exclusiva de esta especie: al llegar a las células beta del páncreas, inducen una sobreproducción de insulina en el cuerpo. También se han descrito efectos cardiotóxicos.

Cómo es la picadura de la carabela portuguesa
Síntomas cutáneos, gastrointestinales y más
La picadura de la carabela portuguesa puede ser extremadamente dolorosa y potencialmente peligrosa. Entre los síntomas nos encontramos:
- Dolor intenso y ardor: La picadura generalmente provoca un dolor agudo e inmediato, acompañado de una sensación de ardor en la piel.
- Marcas en la piel: Aparecen ronchas rojas en la zona afectada, que pueden durar de dos a tres días. En casos severos, pueden formarse ampollas o úlceras.
- Síntomas sistémicos: Aunque menos comunes, pueden incluir náuseas, vómitos, fiebre, dificultad para respirar, taquicardia, y calambres musculares en el abdomen y la espalda. En raras ocasiones, la reacción al veneno puede afectar la función cardíaca y respiratoria.
Por tanto, los síntomas de la picadura de una carabela portuguesa se agrupan en cuatro tipos: los efectos en la piel: erupciones, edema, eritema y urticaria; los gastrointestinales, como dolor abdominal, náuseas y vómitos; los asociados al sistema neuromuscular: calambres, espasmos y ataxia; y efectos cardiorrespiratorios, como disnea, broncoespasmos y arritmias. Aunque la picadura no es mortal, en personas vulnerables estos efectos pueden ser graves, de ahí la importancia de recibir atención médica en cuanto se produzca la picadura. Además, puede desencadenar una reacción alérgica, con el proceso anafiláctico asociado.
Por qué las picaduras no son mortales, pero sí graves
Aunque las picaduras de la carabela portuguesa son notoriamente dolorosas, rara vez son mortales. Sin embargo, esto no significa que no puedan ser graves. La gravedad de una picadura depende de varios factores, incluyendo la cantidad de veneno inyectado, la ubicación de la picadura y la salud general de la persona afectada. En personas sanas, los síntomas suelen ser manejables, pero en individuos vulnerables, como niños, ancianos o personas con alergias, las picaduras pueden tener consecuencias más serias.
Qué hacer en caso de picadura de una carabela portuguesa
Paso a paso: cómo tratar la picadura
Una buena idea en caso de picadura de una carabela portuguesa sería seguir los siguientes pasos:
- Retirar los tentáculos: Usa pinzas o guantes para retirar con cuidado los tentáculos adheridos a la piel. Si no tienes acceso a pinzas, los dedos pueden ser usados con precaución, pero asegúrate de no tocar otras partes del cuerpo.
- No usar agua dulce: Nunca uses agua dulce para lavar la zona, ya que esto puede hacer que las células urticantes restantes liberen más veneno. En su lugar, usa agua de mar para enjuagar la herida.
- Aplicar calor: Sumergir la zona afectada en agua caliente (no más de 45°C) durante 30 a 90 minutos puede ayudar a desnaturalizar las toxinas y aliviar el dolor. Si no hay agua caliente disponible, un paquete de hielo en una bolsa de plástico puede ser un sustituto temporal, aunque el calor es preferible.
- Evitar remedios caseros ineficaces: No apliques vinagre, orina, alcohol, ni hielo directamente sobre la herida, ya que pueden empeorar la situación en ciertos casos. Algunos estudios recientes han sugerido que el vinagre puede ser útil, pero su uso sigue siendo controvertido, por lo que se recomienda precaución.
- Buscar atención médica: Siempre es recomendable buscar atención médica, especialmente si los síntomas son graves o si la persona afectada muestra signos de una reacción alérgica severa.

Errores comunes y mitos a evitar
Existen varios mitos y errores comunes asociados al tratamiento de las picaduras de la carabela portuguesa que deben evitarse para no empeorar la situación. Uno de los errores más comunes es aplicar vinagre, orina o alcohol en la herida. Aunque algunas personas creen que estos remedios caseros pueden ayudar, en realidad pueden agravar la situación y causar más daño a la piel.
Otro mito común es que aplicar hielo directamente sobre la herida es beneficioso. Aunque el frío puede proporcionar alivio temporal del dolor, no es tan efectivo como el calor para neutralizar las toxinas del veneno. Por ello, es mejor optar por agua caliente siempre que sea posible.
Finalmente, es importante buscar atención médica si los síntomas son graves o si la persona afectada muestra signos de una reacción alérgica severa. No subestimes la gravedad de una picadura y asegúrate de recibir el tratamiento adecuado para evitar complicaciones.
No es un individuo, sino una colonia
La carabela portuguesa, además de no ser una medusa, ni siquiera es un solo individuo. Cada criatura que flota en el mar, con esa maraña de tentáculos pendiendo tras ella, es en realidad una compleja colonia de pólipos del grupo de los sifonóforos, un orden de hidrozoos que, con frecuencia, forma colonias flotantes.
Physalia physalis y su extraordinaria organización
La anatomía general de la carabela portuguesa, conocida científicamente como Physalia physalis, está formada por cuatro tipos de elementos bien diferenciados. El más característico es el saco gelatinoso lleno de aire que forma el flotador de la colonia. Se denomina neumatóforo y es un solo pólipo de gran tamaño, cuya función es el soporte de la colonia, y puede llegar a medir 20 o 30 centímetros de longitud. Presenta la vela característica, que facilita su movimiento a favor del viento, y una forma ahusada que le ayuda a orientar su cuerpo para aumentar la velocidad.
Colgando de la parte trasera del neumatóforo, y muy cerca de su base, se encuentran los gonozoides, pólipos especializados en una sola función: la reproducción. El resto de los pólipos de la colonia son estériles. Entre ellos, aunque algo más largos, cuelgan los gastrozoides, pólipos encargados de consumir y digerir los alimentos, y extraer de ellos los nutrientes que, después, se distribuirán por toda la colonia.
Finalmente, los largos tentáculos, que llegan a medir varias decenas de metros, están formados por los dactilozoides, pólipos encargados de defender la colonia, detectar presas y capturarlas. Estos tentáculos son gruesos en la base y en buena parte de su longitud, pero hacia el extremo se vuelven extraordinariamente delgados y transparentes. De toda la colonia, solo estos presentan cnidocitos; esto podría hacer pensar a alguien que tocar el neumatóforo está exento de riesgo, pero nada más lejos de la realidad. Si bien, efectivamente, el ‘flotador’ carece de células urticantes, no hay garantía de que, en un momento dado, haya algún dactilozoide cubriendo parte del neumatóforo.

¿Por qué hay tantas últimamente?
Condiciones climáticas y su proliferación
En las últimas semanas, una gran cantidad de carabelas portuguesas han llegado a las costas españolas, especialmente en las costas del Cantábrico y de Andalucía. No es la primera vez que estas criaturas llegan a las playas, pero no es, en absoluto, lo habitual. Son animales de mar abierto, y no suelen acercarse a las zonas litorales.
El impacto de las corrientes marítimas en su movimiento
La carabela portuguesa depende para moverse de las corrientes, tanto del mar como de la atmósfera, y se reproducen con el calor. Si la temperatura de las aguas sube más de lo habitual, como está sucediendo este año en el Atlántico Norte, se pueden producir eventos de proliferación masiva de carabelas. Si además, en tierra firme, las lluvias son escasas y aumenta la temperatura, las aguas costeras también se calientan más, y los animales tienden a acercarse a las costas.
Referencias
- Canepa, A. et al. 2020. Massive strandings of pleustonic Portuguese Man-of-War (Physalia physalis) related to ENSO events along the southeastern Pacific Ocean. Latin american journal of aquatic research, 48(5), 806-817. DOI: 10.3856/vol48-issue5-fulltext-2530
- Haddad Junior, V. et al. 2010. Skin lesions in envenoming by cnidarians (Portuguese man-of-war and jellyfish): etiology and severity of accidents on the Brazilian coast. Revista Do Instituto De Medicina Tropical De Sao Paulo, 52(1), 47-50. DOI: 10.1590/s0036-46652010000100008
- Munro, C. et al. 2019. Morphology and development of the Portuguese man of war, Physalia physalis. Scientific Reports, 9(1), 15522. DOI: 10.1038/s41598-019-51842-1