Al observar a un ave alzar el vuelo es casi imposible no sentir una mezcla de curiosidad y envidia. Estos animales emplumados y fascinantes, descendientes evolutivos de los dinosaurios, existen desde hace más de 150 millones de años, pero no fueron los primeros vertebrados voladores. Antes de que el primer ave batiera sus alas, otros animales prehistóricos ya dominaban los cielos: los pterosaurios.
A diferencia de las aves, los pterosaurios no son dinosaurios. Son parte de un grupo distinto de reptiles prehistóricos, aunque cercanamente emparentados con ellos.

Los pterosaurios en la historia de la vida
Todos los pterosaurios conocidos vivieron en la era Mesozoica, que comprende tres períodos: Triásico, Jurásico y Cretácico, y que se extiende desde hace 251 hasta hace 66 millones de años; conocida también como la era de los dinosaurios. Los restos fósiles más antiguos de pterosaurio de que se tienen constancia se encuentran hace unos 220 millones de años, y sorprendentemente, ya tenían una anatomía totalmente adaptada al vuelo, con alas, formadas por una membrana que se extendía desde el tobillo hasta el cuarto dedo de la pata delantera, excepcionalmente alargado.
Algo semejante a lo que sucedió con los dinosaurios, los primeros pterosaurios eran muy pequeños, pero no tardaron en diversificarse de forma masiva. Las únicas criaturas voladoras de la época, aparte de los pterosaurios, eran los insectos. Ante la ausencia de competidores reales, los pterosaurios encontraron una gran cantidad de nichos ecológicos disponibles y pronto conquistaron los cielos del Mesozoico. Al final de su período, alcanzaron tamaños descomunales, el mayor del que se tiene constancia, Quetzalcoatlus, se estima en una envergadura de más de 11 metros.
El origen incierto de los pterosaurios
Hay determinados grupos de animales cuyo origen es difícil de rastrear. Igual que con los murciélagos durante el Eoceno, el patrón corporal de los pterosaurios aparece en el registro fósil casi de repente. Por un lado, sus restos son muy frágiles y su fosilización, difícil y, por otro lado, el desarrollo evolutivo de las alas debió ser bastante rápido. Por esos motivos, los restos fósiles de ese proceso son tan escasos.
Sin embargo, un nuevo esqueleto descubierto recientemente en rocas de 230 millones de años, en el sur de Brasil, ofrece pistas claras de la evolución temprana de esta especie y de sus primos más cercanos, los dinosaurios. El hallazgo, realizado por un grupo internacional entre los que se encuentran investigadores de las Universidades Federales de Santa María y de Río de Janeiro (Brasil), del departamento de geociencias del Virginia Tech (Estados Unidos) y del CONICET (Argentina), fue publicado recientemente en la prestigiosa revista científica Nature.

El ancestro de pterosaurios y dinosaurios
El hallazgo de este nuevo esqueleto en Brasil ha generado gran entusiasmo en la comunidad científica y ha proporcionado información valiosa sobre el origen de los pterosaurios y su relación con los dinosaurios. Esta nueva criatura, bautizada como Venetoraptor gassenae, ofrece una visión única de la evolución temprana de los pterosaurios y sus parientes cercanos, los dinosaurios. Sus características anatómicas, como el pico similar al de un ave rapaz y sus manos agrandadas con garras afiladas, proporcionan pistas fascinantes sobre su estilo de vida y adaptaciones.
Se trata de una criatura ligera y grácil, de no más de un metro de longitud, y con una antigüedad de 230 millones de años, lo que lo sitúa en la edad Carniense, el primer piso del Triásico Superior, apenas 10 millones de años antes de los primeros pterosaurios.
Lo más sorprendente de este hallazgo es que muestra la gran diversidad, en cuanto a adaptaciones anatómicas, comportamientos y formas de vida, de que disfrutaban estos grupos ancestrales. Hasta este descubrimiento, se creía que la diversidad de este linaje de reptiles floreció solo después del origen de los dinosaurios y pterosaurios. Sin embargo, el análisis de Venetoraptor desafía esta idea convencional y sugiere que la diversificación de formas comenzó mucho antes de lo que se pensaba.
El descubrimiento del esqueleto de Venetoraptor gassenae es un hito que brinda una visión más completa de la evolución temprana de los pterosaurios, y uno de los fósiles más completos de este grupo hasta la fecha. Su anatomía bien conservada proporciona información valiosa sobre cómo estos animales se adaptaron y diversificaron a lo largo de millones de años, arrojando nueva luz sobre uno de los temas más enigmáticos de la paleontología: el origen de los pterosaurios y su evolución.
Referencias:
- Müller, R. T. et al. 2023. New reptile shows dinosaurs and pterosaurs evolved among diverse precursors. Nature, 620(7974), 589-594. DOI: 10.1038/s41586-023-06359-z
- Ezcurra, M. D. et al. 2020. Enigmatic dinosaur precursors bridge the gap to the origin of Pterosauria. Nature, 588(7838), 445-449. DOI: 10.1038/s41586-020-3011-4
- Nesbitt, S. J. et al. 2011. A small alvarezsaurid from the eastern Gobi Desert offers insight into evolutionary patterns in the Alvarezsauroidea. Journal of Vertebrate Paleontology, 31(1), 144-153. DOI: 10.1080/02724634.2011.540053