¿Por qué dicen que las aves son dinosaurios?

Se dice que las aves descienden de los dinosaurios, pero ¿es cierto? Y si lo es, ¿cómo lo sabemos?
Foto doble. Tiranosaurio y colibrí.

Desde hace unas décadas, se afirma que “las aves descienden de los dinosaurios”. Pero no llega a calar en la sociedad y genera dificultades de comprensión. ¿Hasta qué punto es cierto que las aves descienden de los dinosaurios? ¿Y cómo hemos llegado a esa conclusión? La primera ave que conocemos vivió en el período jurásico, hace 150 millones de años, es  Archaeopteryx.

La conexión evolutiva entre aves y dinosaurios

Es bastante conocida la teoría de que aves y dinosaurios comparten una misma línea evolutiva. Es más, cuanto más se ha estudiado a los antiguos habitantes de la tierra, más similitudes se descubren con los animales que hoy conocemos como aves. Por ejemplo, a partir de la caja torácica de antiguos esqueletos, se intuye que los sonidos de los dinosaurios serían más parecidos al canto de un gallo que a los rugidos a los que nos tienen acostumbrados en las películas. Pero, ¿hay una conexión evolutiva?¿Se puede decir que las actuales aves son dinosaurios?

La fundación de una hipótesis

Desde el descubrimiento del primer fósil casi completo de Archaeopteryx en 1861, el llamado ‘ejemplar de Londres’, y posteriormente, en la década de 1870, el descubrimiento del fósil mejor preservado de este animal, el llamado ‘ejemplar de Berlín’, está claro que las aves y los reptiles estaban íntimamente emparentados. Algo que Charles Darwin ya dejó entrever en su cuarta edición de El origen de las especies.

Ya Thomas Henry Huxley, el apodado como ‘bulldog de Darwin’, tras analizar el Archaeopteryx de Berlín, aventuraba, que las aves debían de descender de dinosaurios. Sin embargo, fue una idea a la que se opuso la mayoría de los científicos contemporáneos, encabezados por el profesor Richard Owen, quien dio nombre al grupo ‘Dinosauria’ cierto tiempo antes.Desde entonces, muchas hipótesis fueron y vinieron sobre el tema: Seeley, que decía que se trataba de una convergencia evolutiva y que en realidad no tenían nada que ver, Heilmann y su hipótesis de los tecodontes, Walker y la hipótesis del ancestro del cocodrilo...

Pero los trabajos de John Ostrom con Deinonychus en los años 60 y 70, la aplicación de la cladística a los dinosaurios por Gauthier y los descubrimientos de dinosaurios emplumados de las últimas décadas han terminado mostrando quién tenía razón en este debate. Algo que la brillante mente de Huxley fue capaz de vislumbrar a partir de analizar un solo ejemplar. Y es que, efectivamente, las aves descienden de un grupo muy especializado de dinosaurios del jurásico, que tienen a Archaeopteryx como representante principal.

Las similitudes biológicas han suscitado carias teorías que apuntan a una relación evolutiva entre dinosaurios y aves. Foto: DALL-E/Daniel Gómez.

¿Descienden de dinosaurios o SON dinosaurios?

Así como la expresión “las aves descienden de los dinosaurios” se empieza a popularizar, no ha sucedido lo mismo con otro enunciado, muy similar, pero que incorpora un matiz más categórico: “las aves son dinosaurios”.

Si seguimos las normas de la clasificación basada en filogenia, en realidad esa es la expresión correcta. Simplificando, es como decir que “los perros descienden de los mamíferos” o “los perros son mamíferos”.Cuando se dice que algo desciende de otra cosa, podría parecer que se dice que el descendiente ha dejado de ser aquello que era su ancestro. Una persona desciende de su madre, pero no es su madre, es una persona distinta.

Archaeopteryx: el primer ave conocida

Antes de escalar más alto en el árbol genealógico, detengámonos en el primer ave documentado de la historia. Así podremos comprobar la relación directa entre un animal y otro.

Un vistazo al Jurásico

Al decir que “las aves descienden de los dinosaurios”, implícitamente se da a entender que aquel pequeño grupo de dinosaurios, representados por Archaeopteryx, en algún momento de los últimos 150 millones de años dejó de ser dinosaurio para convertirse en ave.

Pero la evolución no funciona de ese modo. Cuando las poblaciones, cuando las especies evolucionan, cambian y se forman especies nuevas. Con el tiempo suficiente se irán formando nuevos grupos, nuevos linajes que a su vez irán divergiendo como las ramas de un árbol. Algunos grupos se extinguirán y otros continuarán diversificándose. Pero, y esto es importante, una nueva especie, un nuevo grupo, nunca deja de pertenecer al grupo al que pertenecían sus ancestros. Es lo que se denomina  monofiletismo.

Si a los descendientes de una especie que pertenecía a determinado grupo se les excluye de ese grupo, se cae en el parafiletismo, un modo de proceder incorrecto en términos evolutivos —por ejemplo, si se excluyera a los perros de la categoría “mamíferos”—. Del mismo modo, si se forma un grupo de especies sin incluir a sus ancestros, se comete otro error denominado polifiletismo —por ejemplo, si se afirmara que perros y humanos pertenecen al mismo grupo, excluyendo al resto de primates, cánidos, y una buena cantidad de grupos de mamíferos más—.

Foto de 1880 del espécimen de Berlín de Archaeopteryx, mostrando las plumas de las patas que fueron luego retiradas durante la preparación. Wikimedia Commons.

Descubrimientos fósiles y su impacto

El descubrimiento de los fósiles de Archaeopteryx en las pizarras oolíticas de Solnhofen, Alemania, tuvo un impacto significativo en la paleontología y en nuestra comprensión de la evolución. Estos fósiles, excepcionalmente bien conservados, mostraban detalles impresionantes de las plumas y la estructura ósea de la criatura, proporcionando evidencia clara de su capacidad para volar.

Estos hallazgos revolucionaron la forma en que los científicos veían la evolución de las aves. Antes del descubrimiento de Archaeopteryx, se pensaba que las aves habían surgido durante el período Eoceno. Sin embargo, los fósiles de Archaeopteryx demostraron que las aves existían mucho antes, durante el Jurásico, cambiando radicalmente la línea temporal de la evolución aviar.

Además, los fósiles de Archaeopteryx ayudaron a establecer la conexión entre las aves y los dinosaurios terópodos. Las similitudes en la estructura ósea, como la pelvis y las extremidades, respaldaron la teoría de que las aves evolucionaron a partir de un grupo específico de dinosaurios carnívoros. Este descubrimiento fue fundamental para el desarrollo de la teoría moderna de la evolución de las aves.

El papel de Darwin y Huxley en la teoría evolutiva

Los paralelismos entre dinosaurios y aves fue una de las que inspiró 'El origen de la especie', obra clave en la trayectoria de Darwin y fundadora de la teoría evolutiva.

Conexiones entre aves y reptiles

Charles Darwin, en su obra 'El origen de las especies', insinuó la conexión entre aves y reptiles, sugiriendo que estos grupos compartían un ancestro común. Aunque su enfoque principal no era la evolución de las aves, sus ideas sentaron las bases para futuras investigaciones sobre la relación entre estos dos grupos. Darwin reconoció la importancia de los fósiles como evidencia de la evolución, y el descubrimiento de Archaeopteryx proporcionó un ejemplo tangible de esta conexión.

Thomas Henry Huxley, un ferviente defensor de las teorías de Darwin, desempeñó un papel crucial en el desarrollo de la idea de que las aves descendían de los dinosaurios. Huxley fue uno de los primeros en analizar los fósiles de Archaeopteryx y en identificar las similitudes entre las aves y los dinosaurios terópodos. Su trabajo ayudó a establecer el marco para la teoría moderna de la evolución de las aves.

La relación entre aves y reptiles se convirtió en un tema central en el debate sobre la evolución durante el siglo XIX. A medida que se descubrían más fósiles, se hacía evidente que las aves no solo compartían características con los reptiles, sino que también formaban parte de un linaje evolutivo continuo que incluía a los dinosaurios.

En 1859, Charles Darwin publicó El origen de las especies. Fuente: ChatGPT / Eugenio Fdz.

Hipótesis a lo largo de los años

A lo largo de los años, se han propuesto diversas hipótesis para explicar la evolución de las aves y su relación con los dinosaurios. Algunas de estas teorías, como la hipótesis de los tecodontes de Heilmann, sugirieron que las aves evolucionaron a partir de un grupo de reptiles arcaicos conocidos como tecodontes. Sin embargo, esta idea fue descartada a medida que se descubrieron más fósiles de dinosaurios emplumados.

Otra teoría prominente fue la propuesta por Walker, quien sugirió que las aves evolucionaron a partir de ancestros cocodrilos. Esta hipótesis también fue refutada por la evidencia fósil que mostró una conexión más cercana entre las aves y los dinosaurios terópodos. Los trabajos de John Ostrom en los años 60 y 70, centrados en el dinosaurio terópodo Deinonychus, proporcionaron pruebas convincentes de que las aves descendían de dinosaurios carnívoros.

La aplicación de la cladística, un método de clasificación basado en la evolución, también jugó un papel crucial en la comprensión de la relación entre aves y dinosaurios. Este enfoque permitió a los científicos reconstruir el árbol evolutivo de las aves y situarlas dentro del clado Dinosauria, confirmando su estrecha relación con los dinosaurios terópodos.

Foto de un macho de ‘Mellisuga helenae’, el dinosaurio más pequeño conocido (Wikimedia / CC BY-SA 4.0 - C.J.Sharp) - Foto de un macho de ‘Mellisuga helenae’, el dinosaurio más pequeño conocido (Wikimedia / CC BY-SA 4.0 - C.J.Sharp)

Cladística y dinosaurios emplumados: nuevas evidencias

El clado Dinosauria y su importancia

El clado Dinosauria, que incluye a todos los descendientes del último ancestro común de dinosaurios como Tyrannosaurus, Triceratops y Diplodocus, es fundamental para entender la evolución de las aves. La inclusión de las aves en este clado se basa en la evidencia fósil y en el análisis cladístico, que han demostrado que las aves comparten un ancestro común con los dinosaurios terópodos.

La importancia del clado Dinosauria radica en su capacidad para explicar la diversidad y la evolución de los dinosaurios y sus descendientes. Al incluir a las aves en este clado, se reconoce su continuidad evolutiva y se refuerza la idea de que las aves son, de hecho, dinosaurios modernos. Esta clasificación también ayuda a comprender cómo las características aviares, como las plumas y el vuelo, evolucionaron a partir de adaptaciones presentes en los dinosaurios terópodos.

El clado Dinosauria es un ejemplo de un grupo monofilético, que incluye a un ancestro común y todos sus descendientes. Esta clasificación es crucial para la comprensión de la evolución, ya que refleja las relaciones evolutivas reales entre los organismos y evita errores como el parafiletismo, que ocurre cuando se excluyen algunos descendientes de un grupo ancestral.

Monofiletismo y su significado en la evolución

El concepto de monofiletismo es esencial para entender la evolución y la clasificación de los organismos. Un grupo monofilético incluye a un ancestro común y todos sus descendientes, reflejando con precisión las relaciones evolutivas. En el caso de las aves y los dinosaurios, el monofiletismo asegura que las aves sean reconocidas como parte del clado Dinosauria, junto con otros dinosaurios terópodos.

El monofiletismo es importante porque evita errores en la clasificación evolutiva, como el parafiletismo y el polifiletismo. El parafiletismo ocurre cuando se excluyen algunos descendientes de un grupo ancestral, mientras que el polifiletismo se produce cuando se agrupan especies sin incluir a sus ancestros. Ambos errores distorsionan la comprensión de la evolución y pueden llevar a interpretaciones incorrectas de las relaciones entre los organismos.

Al aplicar el principio de monofiletismo a la evolución de las aves, se reconoce su pertenencia al clado Dinosauria y se refuerza la idea de que las aves son dinosaurios modernos. Este enfoque también destaca la continuidad evolutiva de las aves y su conexión con los dinosaurios terópodos, proporcionando un marco coherente para estudiar su evolución.

Las aves: dinosaurios modernos

La afirmación "las aves son dinosaurios"

La afirmación de que "las aves son dinosaurios" es más precisa que decir que "las aves descienden de los dinosaurios". Este enunciado refleja la realidad evolutiva de que las aves no solo comparten un ancestro común con los dinosaurios, sino que también son parte integral del clado Dinosauria. Esta perspectiva es fundamental para comprender la evolución de las aves y su relación con los dinosaurios terópodos.

Al reconocer que las aves son dinosaurios, se destaca la continuidad evolutiva de las características aviares, como las plumas y el vuelo, que comenzaron a desarrollarse en los dinosaurios terópodos. Esta afirmación también resalta la importancia de la clasificación filogenética, que se basa en las relaciones evolutivas y ayuda a evitar errores como el parafiletismo.

La idea de que las aves son dinosaurios también tiene implicaciones culturales y educativas. Al comprender que cada ave que vemos hoy en día es un descendiente directo de los dinosaurios, se aprecia mejor la diversidad y la complejidad de la vida en la Tierra. Esta perspectiva también puede inspirar un mayor interés en la conservación de las aves y su hábitat, al reconocer su legado evolutivo único.

La continuidad de los dinosaurios en las aves actuales

Las aves representan la continuación de la línea evolutiva de los dinosaurios, siendo el único grupo de dinosaurios que ha sobrevivido hasta nuestros días. Esta continuidad es evidente en las características que comparten con sus ancestros dinosaurios, como las plumas, la estructura ósea y el comportamiento reproductivo. Al observar a las aves actuales, estamos viendo a los descendientes directos de los dinosaurios, lo que nos permite vislumbrar un pasado lejano y fascinante.

En términos de filogenia, solo aquellos grupos monofiléticos son válidos, es decir, los que incluyen al ancestro común más reciente y a todos sus descendientes. Si tomamos la definición filogenética de dinosaurio como todo animal que desciende del último ancestro común entre Tyrannosaurus, Triceratops y Diplodocus —tres animales clasificados siempre como dinosaurios—, encontramos que Archaeopteryx está incluido en ese grupo, y con él, todas las aves.

Excluir a las aves del clado Dinosauria implica que este sea parafilético, y, por tanto, incorrecto. El único clado monofilético que cabe bajo la definición de ‘dinosaurio’ incluye a las aves, como condición sine qua non.

Porque las aves son dinosaurios.

Referencias:

  • Gascó Lluna, F. 2021. Eso no estaba en mi libro de Historia de los Dinosaurios. Guadalmazán.
  • Hecht, M. K. et al. 1982. The paleobiology and phylogenetic position of Archaeopteryx. Geobios, 15, 141-149. DOI: 10.1016/S0016-6995(82)80108-3
  • Mayr, G. et al. 2005. A Well-Preserved Archaeopteryx Specimen with Theropod Features. Science, 310(5753), 1483-1486. DOI: 10.1126/science.1120331
  • Ostrom, J. H. 1976. Archaeopteryx and the origin of birds. Biological Journal of the Linnean Society, 8(2), 91-182. DOI: 10.1111/j.1095-8312.1976.tb00244.x
  • Switek, B. 2010. Thomas Henry Huxley and the reptile to bird transition. Geological Society, London, Special Publications, 343(1), 251-263. DOI: 10.1144/SP343.15
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