¿Pueden los Reyes Magos dispersar especies invasoras?

¿Qué consecuencias ambientales podría tener el viaje de los Reyes Magos por el mundo? Descubre cómo la translocación accidental de especies puede alterar los ecosistemas nativos.
¿Pueden los Reyes Magos dispersar especies invasoras?

A estas alturas del año, muchos ya tienen lista su carta a los Reyes Magos, tres grandes sabios, emblemáticos y muy queridos de la tradición navideña, que viajan desde Oriente Medio hasta los hogares de niños y niñas alrededor del mundo, llevando regalos y alegría. Según se dice, Melchor, Gaspar y Baltasar, montados en sus camellos, recorren vastas distancias atravesando continentes y océanos. Pero más allá del encanto y de la magia rara vez nos paramos a pensar ¿y si, en su travesía global, los Reyes Magos contribuyen, sin saberlo, a la dispersión de especies invasoras?

Caña común — CC Forest & Kim Starr/Wikimedia

Este planteamiento nos brinda la oportunidad de explorar una cuestión ambiental de gran calado. En un mundo global en constante movimiento, la translocación accidental de especies de un ecosistema a otro es un fenómeno creciente, común y problemático. La travesía de los Reyes Magos nos puede hacer reflexionar sobre cómo muchas actividades humanas, similares por su naturaleza a su viaje legendario, pueden tener impactos inadvertidos pero dañinos en los ecosistemas nativos.

Transporte accidental de especies invasoras

Es importante diferenciar entre transporte deliberado de especies y transporte accidental: mientras el primero implica una acción intencionada, el segundo ocurre sin conocimiento o control de los individuos implicados. Hemos de asumir que los tres grandes sabios de Oriente, bien concienciados en el cuidado medioambiental, no van a contribuir conscientemente en la dispersión de especies invasoras; si ocurre sería completamente accidental.

Rana de uñas africana — Freder/iStock

Los Reyes Magos y todo su séquito, atraviesan paisajes y terrenos muy diversos en su viaje. El barro y la tierra que se adhieren a las suelas del calzado pueden contener semillas de plantas o pequeños huevos de insectos que, al depositarse en entornos nuevos, germinarán o eclosionarán, estableciendo poblaciones de especies no nativas. Los camellos, sus compañeros de ruta, son animales herbívoros que comerán diversos frutos por el camino. Muchas semillas soportan el paso por el tracto digestivo y llegan intactas hasta las heces; lo que supone una forma más de dispersar esas semillas en lugares muy alejados de donde originalmente fueron consumidas, con el potencial de crecer en nuevos hábitats, desplazando especies locales y alterando los ecosistemas.

Aunque los Reyes Magos se aseguren de que las plantas que dejan como regalo no sean invasoras, el riesgo de transportar inadvertidamente insectos, invertebrados, hongos o semillas ocultas en la tierra o adheridas a las plantas sigue presente. La planta actúa así como vector de la introducción. También los materiales utilizados para envolver los regalos o empaquetarlos pueden ser vehículo de especies invasoras. Huevos de insectos o esporas de hongos se ocultan en los recovecos de cajas y papeles, encontrando así un camino hacia nuevos entornos.

Mosquito tigre — WikiImages/Pixabay

Algunas especies invasoras que podrían introducir los Reyes Magos

Sin tener muy claro cuál es exactamente el lugar de origen de los Magos, no podemos estar seguros de qué especies son las más probables para su dispersión. Estas son algunas de las especies invasoras que podrían introducir en España, los Reyes Magos o cualquiera que haga un viaje similar.

Arundo donax. Conocida vulgarmente como ‘caña’, esta gramínea procedente del este de Asia se introdujo en Europa en torno al siglo XVI a través de Oriente Medio. Hoy es una especie naturalizada en la España peninsular, pero en Canarias se la considera invasora peligrosa, capaz de desplazar la vegetación de ribera nativa y generar efectos negativos en la estructura de los ecosistemas asociados. Sus semillas son pequeñas y pueden entrar en el barro, aunque su mayor riesgo de expansión es en forma de rizomas, que viajan en la tierra de macetas de otras plantas.

Aedes albopictus. Conocido como ‘mosquito tigre’, es una de las especies invasoras que más atención ha recibido en los últimos años. Sus huevos y larvas pueden entrar infiltradas en plantas —como el mal llamado bambú de la suerte— o en cualquier otra estructura que tenga o haya tenido agua remansada. De hecho, sus huevos son resistentes a la desecación, pueden resistir el viaje en seco y rehidratarse en su destino. Su distribución nativa es el Sudeste Asiático, su entrada en Europa fue a través de Oriente Medio y el canal de Suez, con la llegada de mercancías procedentes de Asia.

Valva de mejillón quagga — CC E. van der Pijll/Wikimedia

Dreissena bugensis. El mejillón quagga es una especie altamente invasora, que de momento no se ha hallado en España, pero, de entrar, podría convertirse en un problema ecológico de primer orden. Procede de las cuencas de los mares Negro y Caspio, y se ha extendido por Alemania, Hungría, Moldavia, Rumanía y los Países Bajos. Aunque su invasión por el viejo continente se debe, probablemente, a la construcción de canalizaciones que interconectan cuencas, ya se ha citado su presencia en Estados Unidos, probablemente introducido a través del agua de lastre de los barcos. Si los Reyes Magos cometieran la imprudencia de transportar grandes masas de agua de un lugar a otro, seguramente contribuirán a su expansión.

Rattus rattus. La rata negra es una vieja conocida de la humanidad. Nativa de Asia, se ha expandido con la misma facilidad que los seres humanos. Entró en las islas Británicas con los romanos en el siglo I, llegó a América con los primeros exploradores europeos a finales del siglo XVI, y desembarcó en la Bahía Botánica, en Australia, con la llegada de la Primera Flota en 1788. Con este comportamiento, no sería sorprendente que entre las ingentes cantidades de regalos que transportan los Reyes Magos y su séquito se infiltrasen ratas. En la España peninsular se considera una especie naturalizada, pero es altamente invasora en Canarias.

Batrachochytrium dendrobatidis. La última especie que queremos destacar es un hongo, parásito de los anfibios, una de las causas de su declive a nivel global, y una de las más serias amenazas a las que se enfrentan. Hasta donde sabemos, procede de África, y comenzó su expansión con el inicio de la exportación de la rana de uñas africana Xenopus laevis, también invasora. El registro más antiguo viene de 1938, en España se detectó por primera vez en 1997. Este hongo se transmite principalmente con ranas y tritones —en ocasiones empleados como mascota—, aunque sus zoósporas acuáticas pueden sobrevivir durante meses en el agua o en tierra húmeda, manteniendo intacta su capacidad infecciosa. Los Reyes Magos podrían transportarlo en el calzado, en las pezuñas o el pelaje de los camellos o escondidas en los recovecos de las mercancías.

Rata negra — CC Kilessan/Wikimedia

Cuidado con lo que pedimos en la carta de Reyes Magos

A través de esta narrativa, hemos explorado cómo incluso las acciones bienintencionadas pueden tener consecuencias no deseadas, como la dispersión accidental de especies invasoras. Esta reflexión se extiende al ámbito de las mascotas, especialmente las exóticas, que pueden convertirse en especies invasoras o en vectores involuntarios de ellas.

Pero incluso cuando no es así, hay que tener en cuenta una cosa más. La tenencia responsable de mascotas implica un compromiso a largo plazo con su bienestar y cuidado. Las mascotas no son objetos de regalo; son seres vivos que requieren atención, amor y recursos continuos. Por lo tanto, al escribir nuestras cartas a los Reyes Magos, es fundamental que evitemos incluir mascotas como parte de nuestra lista de deseos. Las mascotas regaladas son las más abandonadas. En su lugar, optemos por regalos que fomenten la alegría y el aprendizaje sin comprometer el bienestar de ningún ser vivo, ni perturbar el equilibrio ecológico.

Así que, mientras celebramos nuestras tradiciones y disfrutamos de la magia de la temporada, hagámoslo con una conciencia plena del impacto que pueden tener nuestras elecciones en el mundo natural y en los animales que lo habitan. Los Reyes Magos, símbolos de generosidad y bondad, seguramente aprobarían un enfoque tan considerado y respetuoso hacia la vida en todas sus formas.

Referencias:

  • Aranda, C. et al. 2006. First record and establishment of the mosquito Aedes albopictus in Spain. Medical and Veterinary Entomology, 20(1), 150-152. DOI: 10.1111/j.1365-2915.2006.00605.x
  • BOE. 2013. Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, por el que se regula el Catálogo español de especies exóticas invasoras. BOE, 185(Sec. I.), 56764-56786.
  • Gassó, N. et al. 2010. Predicting plant invaders in the Mediterranean through a weed risk assessment system. Biological Invasions, 12(3), 463-476. DOI: 10.1007/s10530-009-9451-2
  • Mcneely, J. 2006. As the world gets smaller, the chances of invasion grow. Euphytica, 148, 5-15. DOI: 10.1007/s10681-006-5937-5
  • Shearer, J. et al. 2010. Predicting the potential for invasive species establishment by using environmental tolerance data. DOI: 10.21236/ada520822

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