Descubren la bacteria que eliminó miles de millones de estrellas de mar: el hallazgo pone fin a más de una década de dudas sobre la mayor epidemia submarina registrada

Tras más de una década de misterio, la ciencia revela al enemigo invisible que derritió miles de millones de estrellas de mar en la costa del Pacífico norteamericano.
Una bacteria marina común resultó ser la responsable del colapso masivo de las estrellas de mar en el Pacífico.
Una bacteria marina común resultó ser la responsable del colapso masivo de las estrellas de mar en el Pacífico. Créditos: Bennett Whitnell/Hakai Institute.

Durante más de diez años, la costa del Pacífico norteamericano fue escenario de una tragedia silenciosa. Las estrellas de mar comenzaron a desaparecer sin explicación. En cuestión de semanas, su cuerpo se cubría de lesiones, sus brazos se desprendían y, poco después, solo quedaban restos blandos en el fondo del mar. Era como si el océano estuviera derritiendo su propia vida.

Ahora, científicos —de instituciones como University of Oregon, Cornell University, University of British Columbia y especialistas en invertebrados marinos asociados al Natural History Museum (Reino Unido)— finalmente han identificado al responsable: una bacteria llamada Vibrio pectenicida, conocida hasta ahora como una amenaza menor para los moluscos, pero que resultó ser el enemigo invisible detrás de la peor epidemia marina jamás registrada.

Descubren la bacteria que eliminó miles de millones de estrellas de mar: el hallazgo pone fin a más de una década de dudas sobre la mayor epidemia submarina registrada
El hallazgo científico pone fin a más de una década de incertidumbre sobre la mayor epidemia submarina registrada. Créditos: Grant Callegari/Hakai Institute.

Un misterio que comenzó bajo las olas

Todo empezó en 2013, cuando investigadores notaron que las estrellas de mar desde Alaska hasta México enfermaban al mismo tiempo. En pocos días, millones de ejemplares perdían la forma, se deshacían y morían sin dejar rastro. Nadie sabía por qué. Se habló de virus, contaminación, e incluso del aumento de la temperatura de los océanos. Pero ninguna teoría lograba explicar por completo una desaparición tan masiva.

La enfermedad, conocida como sea star wasting disease o síndrome de desgaste de las estrellas de mar, afectó a más de veinte especies distintas. Algunas morían tan rápido que los científicos apenas podían recoger muestras antes de que se desintegraran. Las sospechas se dirigieron hacia un virus, pero los análisis lo descartaron: estaba presente tanto en ejemplares enfermos como en los sanos. Era un rompecabezas biológico en el que las piezas parecían no encajar.

Finalmente, tras años de investigación, el equipo de científicos en Estados Unidos y Canadá decidió mirar donde nadie había mirado antes: el fluido interno de las estrellas, algo así como su “sangre”. Allí encontraron lo que buscaban. En ese líquido microscópico aparecía un solo nombre repetido una y otra vez: Vibrio pectenicida.

El enemigo oculto del océano

La bacteria Vibrio pectenicida era, hasta ahora, una vieja conocida de los biólogos marinos. Se sabía que afectaba a las vieiras y otros moluscos, pero nunca se había relacionado con las estrellas de mar. Lo sorprendente fue comprobar que podía causar exactamente los mismos síntomas observados en la naturaleza: tejidos que se descomponen, brazos que se desprenden y muerte total del organismo en apenas unos días. El experimento confirmó que este microbio diminuto era capaz de destruir poblaciones enteras.

El hallazgo se logró después de reproducir la enfermedad en laboratorio. Cuando los científicos inocularon a estrellas sanas con Vibrio pectenicida, estas desarrollaron rápidamente las lesiones características y murieron en menos de una semana. Por el contrario, las estrellas que recibieron una versión filtrada o inactiva del microorganismo permanecieron saludables.

Este descubrimiento marcó un antes y un después en la investigación marina. No solo resolvía una década de incertidumbre, sino que abría la puerta a nuevas preguntas: ¿por qué esta bacteria se volvió tan agresiva? ¿Qué la llevó a atacar con tanta fuerza a las estrellas de mar? La respuesta podría estar relacionada con el cambio climático.

Descubren la bacteria que eliminó miles de millones de estrellas de mar: el hallazgo pone fin a más de una década de dudas sobre la mayor epidemia submarina registrada
En pocos días, la estructura de las estrellas se desintegra, dejando solo restos que el mar arrastra. Créditos: Grant Callegari/Hakai Institute.

Cuando el mar se calienta, el equilibrio se rompe

Los Vibrio no son intrusos en el océano. Son parte natural de su ecosistema: ayudan a descomponer materia orgánica, reciclan nutrientes y, en equilibrio, contribuyen a la salud del medio marino. Pero cuando el agua se calienta más de lo habitual, su comportamiento cambia. El calor convierte a estas bacterias de aliadas en depredadoras.

Las temperaturas más altas del océano, producto del calentamiento global, favorecen su reproducción acelerada y debilitan el sistema inmunitario de las estrellas de mar.

Es una combinación letal. Lo que antes era una población controlada de microorganismos se convirtió en un ejército desbocado, capaz de aniquilar miles de millones de animales en pocos años.

Esa pérdida tuvo un efecto dominó. Las estrellas de mar, especialmente la especie conocida como sunflower sea star, son depredadores clave del ecosistema costero. Sin ellas, los erizos de mar —sus principales presas— comenzaron a multiplicarse sin control, devorando las praderas de algas y dejando el fondo marino desierto. El colapso de un depredador terminó desatando una deforestación submarina.

El colapso silencioso de los bosques del mar

Las consecuencias del brote no se quedaron bajo el agua. Al desaparecer las estrellas de mar, los erizos invadieron los bosques de kelp —esas inmensas algas que forman verdaderas selvas submarinas— y los destruyeron. En regiones como el norte de California, se estima que el 90 % de estos bosques desapareció. Lo que era un paisaje de vida se transformó en desierto marino.

Los kelp son mucho más que algas gigantes: son el refugio de peces, crustáceos, moluscos y mamíferos marinos. Además, capturan grandes cantidades de carbono, estabilizan la temperatura y protegen las costas de la erosión.

Sin ellos, los ecosistemas colapsan y las comunidades costeras también sufren las consecuencias, desde la pérdida de biodiversidad hasta el impacto económico en la pesca.

Este tipo de desequilibrios ecológicos se asemeja a lo que ocurrió en tierra firme con la desaparición de los lobos en Yellowstone. Sin sus depredadores naturales, los herbívoros devastaron los bosques. En el mar, el mismo principio se repite: cuando se pierde una especie clave, el resto del ecosistema se tambalea. Cada estrella de mar perdida es una pieza menos en el engranaje del océano.

Descubren la bacteria que eliminó miles de millones de estrellas de mar: el hallazgo pone fin a más de una década de dudas sobre la mayor epidemia submarina registrada
Sin las estrellas de mar, los erizos se multiplicaron sin control y devastaron los bosques de kelp. Más del 90 % de las estrellas de mar girasol desaparecieron, dejando un vacío ecológico sin precedentes. Fuente: Wikimedia Commons / Ed Bowlby.

Un rayo de esperanza bajo el agua

A pesar del desastre, los científicos no se rinden. Ahora que saben qué causa la enfermedad, pueden empezar a buscar soluciones reales. Laboratorios y acuarios del Pacífico norte trabajan en programas de cría en cautiverio para repoblar las zonas más afectadas, como un intento de devolver el equilibrio natural a los ecosistemas costeros.

Aún queda mucho por hacer. El control de bacterias en un entorno tan vasto y dinámico como el océano es casi imposible, pero el conocimiento del enemigo es el primer paso. Con monitoreo, prevención y restauración, los científicos esperan reducir el riesgo de nuevos brotes y proteger las especies más vulnerables frente a las olas de calor que seguirán aumentando con el cambio climático. El caso de las estrellas de mar es una advertencia clara: los océanos no son inmunes. Lo que ocurre bajo la superficie puede transformar nuestro planeta tanto como los incendios o las sequías en tierra firme.

Referencias

  • Prentice, M. B., Gehman, A.-L., Chan, A. M., … (2025). Vibrio pectenicida strain FHCF-3 is a causative agent of sea star wasting disease. Nature Ecology & Evolution. doi: 10.1038/s41559-025-02797-2
  • Ashworth, J. (2025, August 4). Starfish-killing bacteria revealed as cause of biggest undersea disease outbreak. Natural History Museum. https://www.nhm.ac.uk/

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