Latas
Cada español consume una media de 155 envases de este tipo, que están hechas principalmente de aluminio. Para fabricarlas se gasta una gran cantidad de energía, y, además, si no se reciclan tardan más de 10 años en degradarse en la naturaleza, originando óxido de hierro.
Cuando las latas de aluminio son recogidas para su reciclaje, se transportan a una planta de tratamiento donde se compactan y se funden para formar bloques o láminas de aluminio. Este material se puede utilizar para fabricar nuevas latas o para otros productos como bicicletas, piezas de automóviles, aviones, entre otros. Si se reciclan se pueden convertir en nuevos productos de aluminio, o también se pueden reutilizar en casa y que nos sirvan como un recipiente para los lápices, hacer adornos con las anillas… todo lo que se nos ocurra.

Tetrabriks
Aunque a simple vista parece que solo están hechos de cartón, en realidad contienen partes de aluminio y plástico, dos materiales que contaminan mucho la naturaleza. De hecho, el aluminio tarda en degradarse entre 20-30 años. Si reciclamos los tetrabriks, existe un nuevo sistema que permite separar los materiales y aprovechar cada uno de ellos. Además, en casa también nos pueden servir como macetas, semilleros o para realizar algún tipo de manualidad.
Al ser reciclados, primero son sumergidos en agua para separar estos componentes. El cartón se recicla para producir papel, mientras que el aluminio y el plástico pueden reciclarse juntos para fabricar otros productos como muebles de jardín, láminas de techo y tuberías.

Botellas de plástico
Como sabemos, el plástico es un derivado del petróleo, pero lo que ignoramos es la cantidad de este que gastamos en elaborar botellas. Una única botella necesita un cuarto de su volumen en petróleo para su fabricación. En un año, se estima que se utilizan 17 millones de barriles de este combustible para elaborar botellas, una barbaridad. Además, otro inconveniente importante es que si las tiramos pueden tardar más de mil años en desintegrarse. Las botellas de plástico recolectadas son trituradas y lavadas para eliminar las impurezas. Después, se funden para formar pequeños gránulos de plástico que pueden ser utilizados para fabricar una variedad de productos, como nuevas botellas, muebles, ropa y más.

Bolsas de plástico
Son uno de los residuos cotidianos más contaminantes y de los que menos se reciclan, solamente alrededor de un 11%. Además, hay que tener en cuenta que el plástico es un derivado del petróleo, por lo que para su creación se necesita mucha energía. Otro hándicap es su lentísima degradación: tardan más de 150 años en descomponerse, y mientras tanto contaminan enormemente, sobre todo el mar, donde van a parar la mayoría. Muchísimas aves y animales marinos, como tortugas o delfines, mueren cada año al quedar atrapados en ellas. Existen varias formas de reciclarlas: depositándolas en el contenedor de plástico correspondiente o reutilizándolas nosotros mismos en casa como bolsas de basura.
Las bolsas de plástico se pueden reciclar mediante un proceso similar al de las botellas. Son trituradas, lavadas, fundidas y transformadas en gránulos de plástico. Estos gránulos pueden ser utilizados para producir nuevas bolsas o productos plásticos como cubos, muebles y tuberías.

Aceites
El aceite usado es uno de los residuos más contaminantes que generamos en nuestro día a día. Un solo litro de aceite puede contaminar un millón de litros de agua, y dos el equivalente a llenar un campo de fútbol. Además, es mortal para los seres vivos que viven en este medio. Si acaban vertidos en el mar puede durar entre 10 y 15 años, lo que ocasiona grandes daños medio ambientales. Existen varios mecanismos para la recogida de aceite tanto de uso cotidiano como de uso industrial, y de esa forma, contribuimos no solo a mantener limpio el medio ambiente, sino a ahorrar energía y reutilizar este residuo convirtiéndolo en lubricantes o en biocombustible, un tipo de combustible que es menos perjudicial para el medio ambiente que los combustibles fósiles.

Vidrio
Los envases hechos con este material son los más respetuosos con el medio ambiente pues, aunque su degradación es lenta, durante el proceso no se libera ninguna sustancia perjudicial. Además, su proceso de creación es barato, ya que las sustancias necesarias para ello son abundantes. Otra ventaja del vidrio es que es 100% reciclable, no se pierde nada durante el proceso. Otro punto a su favor es que nosotros mismos podemos reutilizarlo, teniendo vidas infinitas, pudiendo utilizar los tarros, por ejemplo, como vasos para casa o como recipientes para congelar comida.
El vidrio recogido para su reciclaje se tritura en pequeños pedazos llamados cullet. El cullet se funde y se moldea para hacer nuevos productos de vidrio.

Bombillas
Las lámparas y bombillas contienen residuos como el mercurio que aunque están en cantidades ínfimas, si no se recicla y van a parar al medio ambiente, su acumulación puede contaminar el agua y la tierra ocasionando daños considerables. Si las llevamos al punto de reciclaje contribuimos a reutilizar gran parte de los materiales de los que están formadas, como vidrio o aluminio. De esta forma también reduciremos la cantidad de basura.
Las bombillas se trituran para separar sus componentes, incluyendo vidrio, metal y mercurio. Cada uno de estos materiales se recicla por separado.

Pilas
Las pilas están compuestas por materiales tóxicos como el mercurio o el cadmio. Si las tiramos a la basura sin más pueden contaminar (y mucho) el medio ambiente. También provocan graves dolencias en nuestra salud, como cáncer, daños en el sistema nervioso e incluso la muerte. Tan solo una pila puede contaminar 100.000 litros de agua, por tanto es importantísimo llevar las pilas usadas a los puntos de recogida para que se les dé el tratamiento adecuado.
Las pilas se desmantelan para separar los metales pesados tóxicos. Estos metales se extraen y se reutilizan en la fabricación de nuevos productos

Soluciones y Esfuerzos para Reducir la Generación de Residuos
Un enfoque clave para abordar el problema de los residuos es la prevención en la fuente, que implica cambios en la sociedad y en la conducta de los consumidores. Aquí entran en juego conceptos como la economía circular y "cero residuos".
La economía circular se centra en la reutilización de los recursos y la minimización de los residuos. Este modelo abarca el diseño de productos que sean más duraderos, reparables y reciclables, reduciendo así la necesidad de materiales nuevos y disminuyendo la generación de residuos. Empresas y gobiernos de todo el mundo están empezando a adoptar la economía circular, con programas que favorecen productos y servicios sostenibles.
En cuanto a las políticas de "cero residuos", su objetivo es minimizar la cantidad de residuos que terminan en vertederos y en el medio ambiente. Para ello, se promueve la reducción de la generación de residuos, la reutilización de materiales y el reciclaje. Algunas ciudades y empresas han implementado políticas de "cero residuos", que incluyen medidas como la prohibición de los plásticos de un solo uso y la implementación de programas de compostaje.
Otra parte de la solución es reducir el embalaje. El exceso de embalaje es una de las principales fuentes de residuos, especialmente con el auge del comercio en línea. Muchas empresas están trabajando para minimizar el embalaje o para desarrollar embalajes ecológicos y biodegradables.
Por otro lado, la educación y sensibilización del público son esenciales. Los consumidores deben ser conscientes de la cantidad de residuos que generan y de las maneras en que pueden reducir, reutilizar y reciclar. Esto podría implicar campañas de concienciación, programas educativos y sistemas de etiquetado claros en los productos para indicar su impacto ambiental y cómo se pueden reciclar.
Finalmente, es fundamental un cambio sistémico que integre la gestión de residuos en todas las áreas de la sociedad, desde la legislación hasta las infraestructuras de reciclaje. Aunque es un desafío considerable, con el esfuerzo conjunto de individuos, empresas y gobiernos, podemos avanzar hacia una sociedad con menos residuos.
