Nada peor que el zumbido de un mosquito a medianoche justo cuando estás a punto de dormirte. Estos insectos voladores disfrutan revoloteando alrededor de nuestro cuerpo, especialmente en los oídos. Pero, ¿te has preguntado alguna vez por qué eligen los oídos en primer lugar y cómo producen ese molesto sonido?
El fenómeno del zumbido de los mosquitos
Causas del zumbido en el oído
El zumbido de los mosquitos, ese sonido tan característico que escuchamos cerca de nuestros oídos, es en realidad un efecto secundario del batir de alas de estos insectos. Según Michael Riehle, profesor de entomología en la Universidad de Arizona, el sonido que producen los mosquitos no tiene un alcance largo, lo que significa que solo podemos percibirlo cuando vuelan muy cerca de nosotros. Este fenómeno ocurre principalmente porque las alas del mosquito se mueven a una velocidad increíblemente rápida, creando vibraciones en el aire que se traducen en el zumbido que tanto nos molesta.
Además, el sonido del zumbido es más perceptible en la noche, cuando el silencio es más pronunciado y cualquier ruido parece amplificarse. Esto explica por qué es tan común que el zumbido de un mosquito nos despierte o nos impida conciliar el sueño. La cercanía del mosquito a nuestros oídos es lo que hace que el zumbido sea tan notorio y molesto, ya que el sonido se amplifica cuando está cerca de nuestras cabezas.
Por otro lado, la estructura anatómica del mosquito también juega un papel importante en la producción de este sonido. Las alas del mosquito están diseñadas para moverse de manera eficiente en el aire, lo que les permite volar con agilidad y rapidez. Sin embargo, esta misma estructura es la que genera el zumbido, ya que el movimiento de las alas crea una vibración constante que se percibe como un sonido agudo.
Características del sonido del mosquito
El sonido del zumbido de un mosquito es un fenómeno acústico que ha intrigado a científicos y entomólogos por igual. Este sonido se caracteriza por ser agudo y constante, lo que lo hace fácilmente identificable. A diferencia de otros insectos voladores, el zumbido del mosquito tiene una frecuencia específica, que varía según la especie y el tamaño del insecto. Esta frecuencia es lo que permite que el sonido sea tan distintivo y, a menudo, molesto para los humanos.

El zumbido de los mosquitos también tiene una función importante en la identificación de diferentes especies. Los investigadores han descubierto que cada especie de mosquito tiene un patrón de zumbido único, lo que les permite distinguirse entre sí. Esto es especialmente útil para los científicos que estudian el comportamiento y la ecología de los mosquitos, ya que pueden identificar especies específicas basándose en su sonido característico.
Además, el zumbido de los mosquitos no solo afecta a los humanos, sino que también tiene un impacto en el comportamiento de otros animales. Algunos estudios han demostrado que ciertos depredadores pueden identificar a los mosquitos por su zumbido, lo que les ayuda a cazarlos de manera más efectiva. Esto demuestra que el sonido del mosquito tiene un papel importante en el ecosistema, ya que influye en las interacciones entre diferentes especies.
El papel de las hembras en el zumbido
Razones del zumbido cerca de los oídos
Cuando escuchamos el zumbido de un mosquito cerca de nuestros oídos, es muy probable que se trate de una hembra. Los mosquitos hembra son los responsables de este sonido persistente, ya que son ellas las que buscan activamente a sus presas para alimentarse de sangre. A diferencia de los machos, que se alimentan principalmente de néctar de flores, las hembras necesitan sangre para obtener la energía necesaria después del apareamiento y para producir huevos.
La razón por la que los mosquitos hembra zumban cerca de nuestros oídos se debe a su capacidad para detectar el dióxido de carbono que exhalamos. Este gas actúa como una señal que atrae a las hembras hacia nosotros, guiándolas en su búsqueda de un hospedador adecuado. A medida que se acercan, el zumbido se vuelve más perceptible, ya que las hembras vuelan alrededor de nuestras cabezas, donde la concentración de dióxido de carbono es mayor.
Además del dióxido de carbono, las hembras también se sienten atraídas por el calor corporal que emitimos. Esto les permite localizar con precisión a su presa y aterrizar sobre la piel para alimentarse. El zumbido cerca de los oídos es, por tanto, una señal de que una hembra está en busca de su próxima comida, utilizando sus sentidos altamente desarrollados para encontrar el lugar perfecto para picar.
La búsqueda de sangre y el zumbido
La búsqueda de sangre por parte de los mosquitos hembra es un comportamiento fascinante que está intrínsecamente relacionado con el zumbido que escuchamos. Las hembras están equipadas con una serie de herramientas sensoriales que les permiten localizar a sus presas de manera efectiva. Una vez que detectan el dióxido de carbono en el aire, comienzan a volar en patrones erráticos alrededor de la fuente, lo que resulta en el zumbido característico que escuchamos.
El zumbido también juega un papel en la comunicación entre los mosquitos. Las hembras utilizan este sonido para atraer a los machos durante el apareamiento, creando un sinfonía de zumbidos que facilita la reunión de ambos sexos. Esto demuestra que el zumbido no solo es un subproducto del vuelo, sino que también tiene una función biológica importante en la reproducción de los mosquitos.
Por último, el zumbido es una herramienta que las hembras utilizan para evaluar a sus posibles presas. A medida que se acercan a un humano o animal, las hembras pueden usar sus sensores del gusto, ubicados en sus patas, para determinar si el individuo es adecuado para alimentarse. Este proceso de detección es crucial para su supervivencia, ya que les permite seleccionar a las presas más nutritivas y evitar posibles peligros.
Mecanismos de detección de los mosquitos hembra

El dióxido de carbono como guía
El dióxido de carbono es una de las pistas más importantes que los mosquitos hembra utilizan para localizar a sus presas. Este gas, que exhalamos con cada respiración, actúa como una señal que las hembras pueden detectar a largas distancias. Cuando un mosquito hembra percibe la presencia de dióxido de carbono en el aire, se activa y comienza a buscar el origen de la emisión, volando en dirección al hospedador potencial.
El uso del dióxido de carbono como guía es un ejemplo de la sofisticación de los sistemas sensoriales de los mosquitos. Estos insectos han evolucionado para ser extremadamente sensibles a las concentraciones de este gas, lo que les permite localizar a sus presas incluso en entornos oscuros o densamente vegetados. Esta habilidad es crucial para su supervivencia, ya que les permite encontrar fuentes de alimento de manera eficiente.
Además, la sensibilidad al dióxido de carbono es tan precisa que los mosquitos pueden diferenciar entre diferentes fuentes, eligiendo aquellas que ofrecen las mejores oportunidades de alimentación. Esto significa que los mosquitos hembra son capaces de seleccionar a sus presas basándose en la cantidad de dióxido de carbono emitido, lo que les permite optimizar su búsqueda de sangre.
Calor corporal y sensores del gusto
El calor corporal es otro factor clave que los mosquitos hembra utilizan para localizar a sus presas. A medida que se acercan a un humano o animal, las hembras pueden detectar el calor que emana del cuerpo, lo que les ayuda a aterrizar con precisión sobre la piel. Este sentido del calor es especialmente útil en la oscuridad, cuando la vista no es suficiente para guiar a los mosquitos hacia su objetivo.
Una vez que han aterrizado, los mosquitos hembra utilizan sus sensores del gusto, que se encuentran en sus patas, para evaluar a su presa. Estos sensores les permiten determinar si el individuo es adecuado para alimentarse, analizando la composición química de la piel y la sangre. Esta capacidad de "saborear" a sus presas es esencial para su supervivencia, ya que les ayuda a seleccionar las fuentes de alimento más nutritivas y evitar aquellas que podrían ser perjudiciales.
La combinación de detección de calor y sensores del gusto hace que los mosquitos hembra sean cazadores extremadamente eficientes. Estos mecanismos les permiten localizar y evaluar a sus presas con gran precisión, asegurando que puedan obtener la sangre necesaria para reproducirse y perpetuar su especie.
Factores de atracción de los mosquitos

Influencia de la genética y la alimentación
La atracción de los mosquitos hacia los humanos no es un fenómeno aleatorio; de hecho, está influenciado por varios factores, entre los que se incluyen la genética y la alimentación. Algunos estudios sugieren que los mosquitos pueden tener preferencias por ciertos individuos basándose en su composición genética. Esto significa que algunas personas pueden ser más propensas a ser picadas debido a características genéticas específicas que las hacen más atractivas para los mosquitos.
La alimentación también juega un papel importante en la atracción de los mosquitos. Se ha observado que ciertos alimentos pueden alterar el olor corporal, haciéndolo más atractivo para estos insectos. Por ejemplo, el consumo de alcohol o alimentos ricos en sodio puede aumentar la probabilidad de ser picado, ya que estos compuestos pueden cambiar la química de la piel y hacer que una persona sea más detectable para los mosquitos.
Además, la genética y la alimentación pueden influir en la producción de ciertos compuestos químicos en la piel, como el ácido láctico y el amoníaco, que son conocidos por atraer a los mosquitos. Estos compuestos son liberados a través del sudor y la respiración, y los mosquitos son capaces de detectarlos a través de sus antenas altamente sensibles. Por lo tanto, la combinación de factores genéticos y dietéticos puede determinar en gran medida la probabilidad de ser picado por un mosquito.
Preferencia por los pies: bacterias y aromas
A pesar de que los mosquitos a menudo zumban alrededor de nuestras cabezas, muchos estudios han demostrado que prefieren revolotear cerca de nuestros pies. Esta preferencia se debe a la presencia de bacterias que habitan en la piel de nuestros pies, las cuales emiten aromas que son altamente atractivos para los mosquitos. Estas bacterias producen compuestos volátiles que los mosquitos pueden detectar fácilmente, guiándolos hacia la fuente del olor.
El olor de los pies humanos es particularmente atractivo para los mosquitos debido a la combinación de humedad y temperatura, que crea un ambiente ideal para el crecimiento de bacterias. Esto significa que los mosquitos son más propensos a ser atraídos por los pies que por otras partes del cuerpo, ya que los aromas emitidos por las bacterias son más concentrados en esta área.
Además, la presencia de ciertas bacterias en los pies puede variar de una persona a otra, lo que explica por qué algunos individuos son más propensos a atraer mosquitos que otros. La diversidad microbiana en la piel puede influir en la producción de aromas específicos, lo que a su vez afecta la atracción de los mosquitos. Por lo tanto, mantener una buena higiene de los pies y utilizar productos que reduzcan el olor puede ser una estrategia efectiva para minimizar las picaduras de mosquitos.
Referencias
- Hansen, G. (2014). Mosquitos (Mosquitoes). ABDO.
- Curcó, N., et al. Picaduras por mosquito tigre. Percepción de la población afectada tras el establecimiento de Aedes albopictus en España. Actas Dermo-Sifiliográficas 99.9 (2008): 708-713. doi: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0001731008761751
- Martinez, I., Vazquez, A., Sánchez-Seco, M. P., & Resino, S. (2024). Preocupación en Europa: cambio climático, mosquitos y virus. doi: https://repisalud.isciii.es/entities/publication/74fc12f3-efad-4be5-a65f-001b8316b7a4