La ciencia es una estrategia: el razonamiento de Luis Eduardo Aute que resume el método científico

Procrastinar es ceder ante la ilusión de que siempre habrá tiempo, pero el tiempo no se acumula, se desvanece. La ciencia, como herramienta para comprender lo que cambia, exige actuar mientras el presente es aún legible. Estar “de paso”, como canta Aute, no es evadir la responsabilidad, sino asumir que pensar —y conocer— es comprometerse con el instante antes de que se escape.
Fuente: ChatGPT+ Wikipedia

¿Puede una canción resumir el núcleo del pensamiento científico? Puede parecer exagerado, pero "De paso" —una de las composiciones más profundas de Luis Eduardo Aute— ofrece una poderosa reflexión sobre la vida, el tiempo, la incertidumbre y la búsqueda del sentido. Y esos son precisamente algunos de los ejes fundamentales de la ciencia, cuando se la contempla no sólo como un cuerpo de conocimientos, sino como una actitud, una estrategia para vivir en un mundo incierto.

Luis Eduardo Aute insiste, como un mantra lúcido y rebelde: “Que no, que no / que el pensamiento no puede tomar asiento / que el pensamiento es estar / siempre de paso”. Esta es una de las ideas más potentes de esta mítica canción con la que Ana Belén lo homenajeó antes de su fallecimiento. Y constituye una verdadera declaración de principios. Pensar, para Aute, no es instalarse en una certeza, sino mantenerse en tránsito, en duda, en revisión constante.

Este mismo principio está en el corazón del método científico. La ciencia es pensamiento en marcha: ninguna teoría es definitiva, toda explicación es susceptible de ser mejorada o incluso refutada. Popper lo formuló con claridad al decir que la falsabilidad es el criterio de la ciencia: si no puede ser refutada, no es ciencia. Como Aute, la ciencia vive en el movimiento, no en el reposo.

Este rechazo a “tomar asiento” no es superficial; es una actitud frente al mundo. Estar de paso implica asumir que el conocimiento, como la vida, no se posee: se recorre, se construye, se corrige. Y pensar, en este sentido, es caminar sabiendo que la meta no es llegar a la verdad absoluta, sino avanzar con lucidez hacia una comprensión cada vez más amplia, más humana y más ética.

Tiempo, urgencia y presente

Decir espera es un crimen / decir mañana es igual que matar” abre la canción con una fuerza ética indiscutible. Aute denuncia la postergación como un atentado contra lo vital. No se puede aplazar lo importante sin traicionar algo esencial. En la ciencia, esta misma urgencia se ve cuando ignorar un problema, como la crisis climática, se convierte no en neutralidad, sino en complicidad con el daño.

Ayer de nada nos sirve / las cicatrices no curan el mal” continúa este argumento, llamando a desconfiar de la autoridad del pasado. No es que el ayer no tenga valor, sino que no es suficiente. El pasado enseña, pero no exime de actuar hoy. En ciencia, esto se refleja en el abandono de teorías obsoletas: la tradición no es excusa para la inmovilidad. De hecho, el argumento de autoridad fue un problema durante toda la Edad Media en la figura de Aristóteles, no por su figura en sí, sino por el uso que se hizo de ella.

Solo morir permanece / como la más inmutable razón” ofrece una perspectiva que une lo existencial con lo lógico. Si todo cambia menos la muerte, entonces todo lo demás —incluido el conocimiento— debe mantenerse en revisión constante. Aquí también encontramos un paralelismo con la ciencia: la certeza de la muerte es el único absoluto, todo lo demás es hipótesis.

Heráclito es conocido por su principio de que todo fluye (panta rhei), es decir, que nada permanece salvo el cambio. Aunque no habla explícitamente de la muerte como única certeza, su pensamiento establece que la transformación constante es la condición básica del mundo, lo que se opone a cualquier intento de fijar verdades permanentes. 

La vuelta definitiva para nuestra realidad la da Montaigne. En sus Ensayos, Montaigne reflexiona ampliamente sobre la muerte, afirmando que “filosofar es aprender a morir”. Para él, la conciencia de la muerte pone todo en perspectiva: lo que parece importante, inamovible, cae ante la evidencia de nuestra vulnerabilidad. El conocimiento debe asumir su provisionalidad porque está sostenido por seres finitos.

Fuente: ChatGPT / E. F.

Vivir en contradicción

Vivir es un clavo ardiente / un ejercicio de gozo y dolor” expresa, en apenas dos líneas, la complejidad de la experiencia humana. Vivir duele, pero también sostiene. Amar, crear, conocer, pensar… todo implica una mezcla de placer y sufrimiento. Y el conocimiento no es ajeno a esto.

La ciencia no es una actividad aséptica. Es profundamente humana. Investigar implica fallar, insistir, frustrarse, alegrarse, exponerse a errores y revelaciones. Como ese clavo ardiente, pensar científicamente quema, pero también mantiene en pie. Aute no está describiendo un método, pero sí una actitud: la honestidad emocional e intelectual frente a lo que no se puede controlar.

Este equilibrio entre gozo y dolor es también una llamada de atención para no idealizar el conocimiento. La ciencia no salva por sí sola, pero ilumina una parte del camino. No alivia todo el mal, pero puede evitar errores, puede prevenir, puede cuidar. Aute nos recuerda que el sufrimiento no desaparece, pero el pensamiento puede hacerlo significativo.

Fuente: ChatGPT / E. F.

Estrategia frente al caos

Cuando Aute afirma “la ciencia es una estrategia / es una forma de atar la verdad”, está ofreciendo una comprensión profunda y no ingenua del conocimiento. No se trata de alcanzar la verdad absoluta, sino de diseñar estrategias útiles para acercarse a ella. El método científico, con sus pasos organizados —observación, hipótesis, experimentación, análisis— es exactamente eso: una estrategia.

El verbo “atar” aquí es revelador. No se dice “descubrir” o “poseer”, sino atar, como quien intenta sujetar temporalmente algo escurridizo. La verdad no se entrega entera, pero podemos sujetar partes de ella, trabajar con modelos aproximados, crear teorías provisionales. Esta visión instrumental de la ciencia es la que la hace poderosa: no porque garantice certezas, sino porque permite avanzar con responsabilidad.

Que es algo más que materia / pues el misterio se oculta detrás” agrega una dimensión crucial: la ciencia no lo explica todo, y no tiene que hacerlo. El misterio no desaparece porque algo se mida. Al contrario, cada explicación científica abre nuevas preguntas. El misterio no invalida la ciencia, sino que la justifica y la inspira. Aute entiende que el conocimiento auténtico no elimina lo desconocido, pero sí nos prepara para convivir con él.

Contra los falsos discursos

Quien pone reglas al juego / se engaña si dice que es jugador / lo que le mueve es el miedo / de que se sepa que nunca jugó” puede interpretarse como una denuncia clara contra el autoritarismo intelectual. El que impone normas sin participar revela su temor a ser desenmascarado.

En ciencia, esto es una advertencia contra los falsos expertos, los que repiten fórmulas sin comprenderlas, los que usan el conocimiento como herramienta de poder. La ciencia verdadera participa del juego, se expone, se arriesga. No dicta desde arriba, sino que se construye con humildad y debate.

Más adelante, Aute advierte: “Hay demasiados profetas / profesionales de la libertad / que hacen del aire bandera / pretexto inútil para respirar”. Aquí critica a quienes usan conceptos nobles —como libertad, verdad, ciencia— como etiquetas vacías. En el mundo actual, donde el lenguaje científico se manipula con fines comerciales o ideológicos, esta advertencia es más relevante que nunca.

Hablar de ciencia no basta. Usar su terminología sin método es traicionar su espíritu. Divulgar sin rigor, prometer sin prueba, vender sin ética… todo eso convierte el aire en bandera. Aute denuncia esa superficialidad, y el pensamiento crítico —el científico y el poético— debe oponerse a ella con claridad y profundidad.

Luz entre las sombras

En una noche infinita / que va meciendo este gran ataúd / donde olvidamos que el día / solo es un punto, un punto de luz”. La canción termina con una imagen oscura pero reveladora. Vivimos, dice Aute, en una oscuridad que nos adormece. El ataúd no es solo la muerte, es la rutina, el olvido, la conformidad. Y en esa noche, el pensamiento, la lucidez, el conocimiento… son apenas un punto de luz.

Pero ese punto es esencial. Es pequeño, sí, pero suficiente para recordarnos que existe otra forma de estar en el mundo. Que se puede vivir con atención, con crítica, con curiosidad. Esa chispa es lo que justifica todo. En la oscuridad del sin sentido, pensar es iluminar. La ciencia —como la poesía— no elimina la noche, pero nos ayuda a caminar sin tropezar del todo.

Estar de paso, pensar en serio

Luis Eduardo Aute, con esta canción, no construyó un tratado, pero sí una brújula. "De paso" es un manifiesto para el pensamiento libre, móvil, inquieto. La ciencia y el propio conocimiento humano aparece aquí no como autoridad, sino como una estrategia humana para hacer frente al misterio. No se glorifica, se reconoce. No se sacraliza, se utiliza con cuidado.

En tiempos donde el ruido, la velocidad y la propaganda se disfrazan de conocimiento, Aute nos recuerda que pensar es estar de paso, y que la ciencia, como la poesía, no pretende poseer la verdad, sino tocarla un instante antes de seguir caminando.

Letra completa de "De paso" (Luis Eduardo Aute, 1978)

Decir espera es un crimen
Decir mañana es igual que matar
Ayer de nada nos sirve
Las cicatrices
No ayudan a andar

Sólo morir permanece
Como la más inmutable razón
Vivir es un accidente
Un ejercicio
De gozo y dolor

Qué no, qué no
Que el pensamiento no puede tomar asiento

Que el pensamiento es estar
Siempre de paso
De paso, de paso
De paso

Quien pone reglas al juego
Se engaña si dice que es jugador
Lo que le mueve es el miedo
De que se sepa
Que nunca jugó

La ciencia es una estrategia
Es una forma de atar la verdad
Que es algo más que materia
Pues el misterio
Se oculta detrás

Qué no, qué no
Que el pensamiento no puede tomar asiento

Que el pensamiento es estar
Siempre de paso
De paso, de paso
De paso

Hay demasiados profetas
Profesionales de la libertad
Que hacen del aire bandera
Pretexto inútil
Para respirar

En una noche infinita
Que va meciendo a este gran ataúd
Donde olvidamos que el día
Sólo es un punto
Un punto de luz

Qué no, qué no
Que el pensamiento o puede tomar asiento

Que el pensamiento es estar
Siempre de paso
De paso, de paso
De paso

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