Poincaré se adelantó a Einstein: formuló ecuaciones y principios antes de la famosa teoría de la relatividad de 1905

¿Einstein fue realmente el primero en formular la teoría de la relatividad especial? Un análisis exhaustivo demuestra que Henri Poincaré ya había llegado a muchos de los mismos resultados antes de 1905.
Fuente: ChatGPT / E. F.

En los manuales escolares, Albert Einstein aparece como el solitario genio que revolucionó la física con su teoría de la relatividad especial en 1905. Pero lo que rara vez se menciona es que, en los años previos, otro físico ya había desarrollado muchas de las herramientas necesarias para esa misma revolución. Henri Poincaré, matemático y físico francés, dejó escritos que anticipaban buena parte del aparato conceptual y matemático que haría célebre a Einstein. La historia es más compleja de lo que parece y nos obliga a repensar cómo se construye la fama en la ciencia.

Un reciente análisis firmado por C. C. Su, publicado en pre-print en arXiv, reabre este debate con detalle y evidencia. El artículo compara punto por punto los escritos de Poincaré y Einstein en 1905, demostrando que muchas de las fórmulas fundamentales de la relatividad ya estaban presentes en los trabajos del francés. “Poincaré derivó y utilizó explícitamente las transformaciones de Lorentz”, señala el autor, lo cual pone en duda la idea de que Einstein fue el primero en llegar a estas conclusiones. Lo que está en juego no es solo una cuestión de fechas, sino el reconocimiento de aportes fundamentales a una de las teorías más influyentes de la física moderna.

Una cuestión de prioridades científicas

Henri Poincaré publicó varios artículos clave antes de junio de 1905, el mes en que Einstein presentó su trabajo sobre la electrodinámica de los cuerpos en movimiento. En particular, su comunicación a la Academia de Ciencias de París y su ensayo "Sur la dynamique de l’électron" expusieron ideas esenciales sobre las transformaciones que rigen el movimiento de partículas a velocidades cercanas a la de la luz. En esas publicaciones, Poincaré ya había planteado el principio de relatividad, según el cual las leyes físicas deben ser las mismas en todos los sistemas de referencia inerciales.

El paper de Su subraya que Poincaré no solo enunció principios, sino que también ofreció demostraciones matemáticas rigurosas. Según el autor, “Poincaré no solo descubrió, sino que también aplicó las transformaciones de Lorentz” a problemas físicos concretos. Estas transformaciones son el núcleo matemático de la relatividad especial y explican cómo se deforman las medidas de espacio y tiempo cuando los objetos se mueven a gran velocidad. Einstein también las utilizó en su artículo, pero no explicó de dónde provenían ni reconoció trabajos anteriores. Esta omisión ha sido fuente de debate durante más de un siglo.

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Einstein y el valor del enfoque conceptual

Lo que distingue el trabajo de Einstein no es tanto la formulación matemática como la interpretación radical que ofreció de los resultados. Mientras que Poincaré mantenía el concepto de éter —una sustancia hipotética que llenaba el espacio—, Einstein lo eliminó por completo. Para él, el espacio y el tiempo eran entidades relativas, cuya medición dependía del observador. Esta ruptura conceptual fue profunda, aunque basada en fórmulas que ya circulaban en los ambientes científicos.

El artículo destaca que Einstein no citó a Poincaré ni a Lorentz en su famoso trabajo de 1905, lo cual ha generado interpretaciones encontradas. ¿Fue un acto deliberado de ocultamiento? ¿O simplemente una omisión típica de un joven físico aún no integrado en las redes académicas europeas?

Este enfoque conceptual le otorgó a Einstein una ventaja crucial. La claridad con la que expuso las implicaciones físicas y filosóficas de la relatividad lo hizo destacar en una época en que la física se debatía entre intuiciones clásicas y nuevas evidencias experimentales. Mientras Poincaré escribía para especialistas, Einstein consiguió reformular las preguntas más profundas sobre la naturaleza del tiempo y del espacio de un modo que transformó para siempre la ciencia.

Primera página del artículo de Einstein de 1905: "Sobre la electrodinámica de los cuerpos en movimiento".

Las fórmulas que anticiparon la relatividad

Una de las piezas centrales del debate entre Poincaré y Einstein es el uso de las transformaciones de Lorentz, que permiten traducir cómo se miden el espacio y el tiempo entre observadores en movimiento relativo. Estas fórmulas son imprescindibles para cualquier teoría que quiera ser compatible con la velocidad de la luz como límite universal.

Poincaré ya había utilizado estas transformaciones antes de que Einstein las incluyera en su artículo de 1905. En el paper analizado se cita explícitamente que “Poincaré derivó y utilizó las transformaciones de Lorentz tal como aparecen en la relatividad especial”. Estas son las expresiones matemáticas que relacionan el tiempo y la posición entre dos sistemas de referencia que se mueven uno respecto al otro a velocidad constante v:

donde:

es el factor de Lorentz, y c es la velocidad de la luz.

Este factor γ aparece de forma recurrente en las ecuaciones de la relatividad y refleja cómo el tiempo se dilata y las distancias se contraen cuando un objeto se mueve a velocidades cercanas a la de la luz. Es decir, dos relojes en movimiento relativo no marcarán la misma hora, y una vara en movimiento parecerá más corta para un observador externo. Todo esto se deduce directamente de estas fórmulas.

Poincaré también anticipó la fórmula de adición de velocidades relativista, una corrección necesaria cuando se suman velocidades que se aproximan a cc. Mientras en la física clásica se usaba simplemente u′=u+v, Poincaré escribió una versión que impide superar la velocidad de la luz:

Esta expresión asegura que aunque se sumen dos velocidades altas, el resultado nunca supera c. El artículo recalca que “la fórmula de adición de velocidades fue escrita por Poincaré con la forma correcta antes de Einstein”.

Estos elementos —las transformaciones de Lorentz y la suma relativista de velocidades— son el corazón matemático de la relatividad especial. Que Poincaré los haya utilizado antes, y de forma precisa, cuestiona la idea de que Einstein fue el primero en formular una teoría completa de la relatividad. Aunque la interpretación de Einstein fue más disruptiva en lo conceptual, las ecuaciones que sustentan su teoría ya estaban disponibles y habían sido publicadas por otros.

Fuente: ChatGPT / E. F.

El peso del contexto editorial e institucional

Una parte importante del éxito de Einstein tuvo que ver con el contexto editorial y el acceso al prestigio institucional. Su artículo fue publicado en Annalen der Physik, una de las revistas científicas más influyentes de su tiempo. Poincaré, en cambio, difundió sus ideas en actas académicas y en revistas de menor circulación internacional. Además, Poincaré murió en 1912, cuando la teoría de la relatividad aún no había sido plenamente aceptada, lo que dificultó que su figura creciera al ritmo de los descubrimientos.

El artículo de Su también menciona que Lorentz recibió el Nobel en 1902, y Einstein en 1921, pero Poincaré nunca fue galardonado. Esto alimenta la idea de que su legado fue sistemáticamente infravalorado. La ciencia no ocurre en el vacío: los canales de publicación, las traducciones y las redes de influencia académica condicionan qué teorías se consolidan y cuáles quedan en la sombra. Poincaré, a pesar de sus contribuciones pioneras, quedó relegado a un segundo plano en la narrativa oficial.

El análisis también señala que la comunidad científica tiende a simplificar la historia para hacerla más digerible. Así, el relato de un joven Einstein que revolucionó la física en solitario resulta más atractivo que una red compleja de descubrimientos simultáneos. Este mito de la genialidad aislada ha favorecido a Einstein y ha invisibilizado el trabajo de otros pioneros como Poincaré, cuya profundidad y anticipación merecen una reconsideración.

Relecturas necesarias y preguntas abiertas

Revisar los orígenes de la relatividad especial no es un simple ejercicio académico. Implica revisar cómo se construyen las narrativas científicas, quiénes reciben crédito por los descubrimientos y cómo se distribuye el reconocimiento. El artículo de Su propone que, a la luz de los documentos existentes, la autoría exclusiva de Einstein es discutible, al menos en términos de prioridades cronológicas y matemáticas. La interpretación de Einstein fue sin duda revolucionaria, pero el esqueleto formal de la teoría ya estaba presente en los textos de Poincaré.

Esta reflexión lleva a preguntarse cuántas otras ideas han sido atribuidas a un solo autor cuando en realidad son fruto de desarrollos colectivos o paralelos. Ojo, reparar el legado de Poincaré no implica negar el genio de Einstein, sino reconocer que la ciencia también avanza en red, no solo a golpe de genialidad individual.

Poincaré no fue una figura menor ni un precursor olvidado. Fue un científico que llegó a muchos de los resultados esenciales de la relatividad especial antes de que Einstein presentara su célebre artículo, y cuyo trabajo, como demuestra el paper analizado, merece un lugar más visible en la historia de la física moderna.

Referencias

  • C. C. Su. Convergences and differences in the special relativity theories of Poincaré and Einstein. arXiv, septiembre de 2025. https://arxiv.org/abs/2509.09361.

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