Una nueva prueba de que las matemáticas están en todas partes. Unas imágenes de un par de ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae) creando una red de burbujas perfecta en el océano se han hecho virales estos días en las redes sociales. Las ballenas jorobadas fueron captadas por drones mientras creaban una espectacular espiral de Fibonacci en las aguas de la Antártida.

El fotógrafo polar Piet van den Bemd fue quien capturó imágenes de las ballenas trabajando juntas a vista de dron mientras hacía volar su dispositivo sobre las aguas de color azul oscuro de la Antártida cuando, de pronto, la cámara captó un patrón emergente en el agua que se elevaba de las profundidades. La impresión, desde lo alto, recordaba perfectamente a una espiral de Fibonacci, el famoso patrón matemático que aparece a menudo en el mundo natural, desde la vida vegetal hasta la animal.
¿Qué es una espiral de Fibonacci?
Para entender la espiral de Fibonacci, primero debemos introducir la secuencia de la que surge. La secuencia de Fibonacci es una serie de números donde cada número es la suma de los dos anteriores, generalmente comenzando con 0 y 1. Es decir, la secuencia es 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, etcétera.
La secuencia debe su nombre a Leonardo de Pisa, conocido como Fibonacci, quien la introdujo en el mundo occidental con su libro "Liber Abaci" en 1202. Sin embargo, la secuencia había sido descrita previamente en las matemáticas indias.

En esencia, la espiral de Fibonacci es una serie de cuartos de círculo conectados dibujados dentro de una serie de cuadrados con lados de números de Fibonacci. Este patrón comienza con un cuadrado de tamaño 1 y luego continúa agregando cuadrados cuyas longitudes siguen la secuencia de Fibonacci. La espiral se dibuja conectando las esquinas opuestas de estos cuadrados con arcos de un cuarto de círculo, y el resultado es una curva suave y en constante expansión.
Y podemos encontrar muchísimos ejemplos en la naturaleza. Muchas plantas, por ejemplo, muestran patrones en espiral de hojas, semillas y frutos que se adhieren a los números de Fibonacci, optimizando la exposición a la luz solar y la lluvia. De la misma forma, las piñas exhiben un doble conjunto de espirales, cada conjunto enrollando el cono en direcciones opuestas, y cada conjunto sigue una secuencia de Fibonacci en el número de espirales.

Alimentación en red de burbujas
En la toma grabada por el dron se puede ver a dos ballenas trabajando juntas para crear una red de burbujas que rodea a los peces con objeto de alimentarse de ellos posteriormente. Según la investigación, la alimentación con redes de burbujas se observa generalmente en grupos de cuatro o cinco ballenas jorobadas, donde las ballenas se sumergen varios cientos de metros, liberando una corriente de burbujas de aire en forma de espiral "en un momento preciso y en una secuencia exacta". "Luego nadan hacia arriba, atrapando a sus presas dentro de la red de burbujas", explicó Van den Bemd a Storyful.
A pesar de su enorme tamaño, las ballenas jorobadas se alimentan principalmente de presas pequeñas como el krill y peces pequeños, de ahí que esta red de burbujas sea tan interesante para su alimentación.

El fotógrafo de naturaleza Piet van den Bemd capturó la escena y la describió en una publicación de Facebook como un "baile fascinante". "La colaboración perfecta de la naturaleza se desarrolla bajo las olas", dijo, y luego le dijo a Storyful que "nunca olvidaría" lo que vio.
El comportamiento es muy complejo, implica sincronización, coordinación, comunicación y trabajo en equipo, y resalta lo inteligentes que son las ballenas. Si bien algunos ven las formas de Fibonacci en la naturaleza como el resultado de alguna forma más profunda de eficiencia, en casos como este, probablemente sea el resultado de una sincronización muy bien practicada entre estos animales.
Este comportamiento parece ser aprendido culturalmente, pero debido a lo esquivas que son las ballenas jorobadas, rara vez ha sido captado en vídeo.
Las ballenas jorobadas pertenecen al orden Cetacea, que engloba a todas las ballenas, delfines y marsopas. Se cree que estos mamíferos marinos evolucionaron a partir de ancestros terrestres hace más de 50 millones de años, adaptándose gradualmente a la vida en mar abierto. La jorobada, en particular, es conocida por sus largas aletas pectorales, que pueden alcanzar hasta un tercio de la longitud de su cuerpo, y su cabeza nudosa, distintiva entre las especies de ballenas.
Son famosas por sus impresionantes patrones migratorios, ya que suelen viajar miles de kilómetros entre sus zonas de alimentación en aguas polares y sus zonas de reproducción en mares tropicales o subtropicales, una migración que les garantiza poder aprovechar las abundantes fuentes de alimento disponibles en aguas más frías durante los meses de verano y les proporciona un refugio seguro para tener crías y reproducirse durante el invierno.
Referencias:
- ABC NEWS / Storyful
- Piet van den Bemd via Storyful