Descubren en una cueva de España las cuerdas de arco más antiguas de Europa: tienen 7.000 años y son únicas en el mundo

Han sido encontradas en la Cueva de los Murciélagos (Granada), y están datadas entre 5300 y 4900 a.C.
Las cuerdas de arco más antiguas de Europa están en España
Las cuerdas de arco más antiguas de Europa están en España. Foto: Ilustración artística/Christian Pérez

Las profundas galerías de la Cueva de los Murciélagos, en Albuñol, Granada, guardaron durante milenios un secreto inesperado. En este yacimiento, convertido en un testimonio excepcional de la historia prehistórica, se han descubierto los restos de cuerdas de arco más antiguos de Europa, datados entre 5300 y 4900 a.C. Este hallazgo, detallado en un estudio reciente publicado en Scientific Reports, combina avances en tecnología arqueológica y una preservación casi milagrosa, arrojando luz sobre la vida de las primeras sociedades agrícolas del sur de la península ibérica.

El descubrimiento, liderado por un equipo multidisciplinar de investigadores españoles y franceses, se centra en elementos de tiro con arco que evidencian una precisión técnica y una comprensión de los materiales orgánicos sin precedentes. Entre los objetos recuperados destacan cuerdas fabricadas con tendones de animales como cabras, ciervos y jabalíes, perfectamente torsionados para garantizar resistencia y flexibilidad. Estos fragmentos, conservados gracias a las condiciones áridas de la cueva, nos conectan con un pasado en el que la tecnología no solo era funcional, sino también fruto de un profundo conocimiento de los recursos naturales.

El arte del arco y la flecha en el Neolítico

Los arqueólogos han hallado además flechas elaboradas con una combinación de madera de olivo, sauce y caña, materiales seleccionados con un claro propósito funcional. El olivo aportaba densidad y fuerza para la penetración; el sauce, por su parte, ofrecía ligereza y flexibilidad, ideales para la velocidad y el alcance. Las cañas, utilizadas en la parte trasera de algunas flechas, se destacan como la primera evidencia de su uso en la prehistoria europea.

Estas flechas no solo estaban pensadas para ser efectivas en el combate o la caza. El hallazgo de restos de brea de abedul recubriendo los astiles sugiere que los artesanos neolíticos también cuidaron el diseño y la conservación de estas herramientas. Este material, obtenido mediante un tratamiento térmico controlado de la corteza, tenía propiedades adhesivas y protectoras, además de un posible valor decorativo, lo que apunta a un sentido estético que se ha infravalorado en contextos prehistóricos.

Astiles y puntas de flecha de origen vegetal
Astiles y puntas de flecha de origen vegetal hallados en la Cueva de los Murciélagos. Créditos: I. Bertin et al., Scientific Reports (2024).

Arcos y flechas: más que herramientas de caza

La ubicación de estos objetos en un contexto funerario añade un matiz simbólico a su interpretación. Aunque la utilidad práctica del arco y la flecha en la caza está fuera de toda duda, su inclusión como parte del ajuar sugiere un significado más amplio. En el Neolítico, cuando las sociedades comenzaron a asentarse y a depender de la agricultura y la ganadería, estos artefactos pudieron haber simbolizado poder, estatus o incluso una conexión espiritual con el pasado.

La Cueva de los Murciélagos funcionaba como necrópolis en el Neolítico, albergando no solo restos humanos, sino también una amplia variedad de objetos que revelan la complejidad de estas comunidades. Desde herramientas agrícolas hasta tejidos y cuerdas, el ajuar funerario encontrado ofrece pistas sobre cómo estas sociedades concebían la muerte y la vida después de ella. Los arcos y flechas podrían haber sido un símbolo de protección o un reflejo del rol del difunto dentro de su grupo social.

Técnicas neolíticas que desafían el tiempo

Uno de los aspectos más sorprendentes de este descubrimiento es el nivel de detalle técnico que las cuerdas de arco y flechas revelan. La torsión de los tendones animales para crear las cuerdas demuestra una comprensión avanzada de la resistencia y elasticidad del material. Estos tendones fueron seleccionados y procesados cuidadosamente, combinando fragmentos de distintos animales para alcanzar la longitud y las características necesarias.

Este tipo de producción es extraordinario en un periodo donde los recursos y herramientas eran limitados. Sin embargo, los habitantes del Neolítico ya habían desarrollado un profundo entendimiento de los materiales orgánicos disponibles a su alrededor. La integración de elementos como la madera de olivo, tradicionalmente usada como combustible, y el uso innovador de brea de abedul ilustran una capacidad de adaptación y experimentación que redefine nuestra percepción de estas comunidades.

Fragmentos de cordaje de la Cueva de los Murciélagos identificados como posibles cuerdas de arco
Fragmentos de cordaje de la Cueva de los Murciélagos identificados como posibles cuerdas de arco. Créditos: I. Bertin et al., Scientific Reports (2024).

Más allá de la utilidad

La arqueología tradicional ha interpretado durante mucho tiempo el arco y la flecha como herramientas de subsistencia. Sin embargo, los hallazgos en la Cueva de los Murciélagos sugieren un papel más multifacético. Las flechas, por ejemplo, no incluyen puntas de piedra, lo que abre la posibilidad de que algunas de ellas fueran utilizadas en prácticas ceremoniales o como instrumentos no letales.

El contexto funerario también sugiere que estos objetos no eran meras herramientas de caza. Pueden haber sido representaciones simbólicas del rol del difunto, de su relación con el entorno natural o de su posición en una sociedad donde la caza y la agricultura coexistían como actividades esenciales.

Los descubrimientos realizados en Granada no solo tienen implicaciones locales, sino que también aportan una nueva perspectiva sobre las primeras sociedades agrícolas de Europa. Estas comunidades no solo adaptaron su entorno a sus necesidades, sino que también lo transformaron mediante una tecnología que combina utilidad, simbolismo y estética.

En un mundo donde la supervivencia dependía de una relación estrecha con la naturaleza, los habitantes de la península ibérica demostraron un nivel de ingenio y sofisticación que rivaliza con tecnologías más recientes. Este hallazgo no solo celebra la capacidad de adaptación de nuestros antepasados, sino que también plantea nuevas preguntas sobre cómo se transmitían los conocimientos y habilidades en el Neolítico.

Una cueva que sigue sorprendiendo

La Cueva de los Murciélagos continúa siendo un tesoro arqueológico, a pesar de los saqueos sufridos en el siglo XIX. Cada nuevo hallazgo, como estas cuerdas de arco y flechas, amplía nuestro entendimiento del pasado y nos conecta con la creatividad e ingenio de las primeras comunidades humanas de España.

Mientras los arqueólogos planean experimentos para recrear estas flechas y evaluar su funcionalidad, el descubrimiento ya ha dejado claro que estas herramientas eran mucho más que simples instrumentos de caza. Representan una conexión directa con un pasado donde la supervivencia, la tecnología y la cultura estaban entrelazadas de formas que aún estamos empezando a entender.

Referencias:

  • Bertin, I., Martín-Seijo, M., Martínez-Sevilla, F. et al. First evidence of early neolithic archery from Cueva de los Murciélagos (Albuñol, Granada) revealed through combined chemical and morphological analysis. Sci Rep 14, 29247 (2024). DOI: 10.1038/s41598-024-77224-w

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