Según el Diccionario de la Real Academia Española, un asteroide es un “cuerpo menor del sistema solar, de dimensiones inferiores a 1000 km de diámetro y que frecuentemente gira alrededor del Sol entre las órbitas de Marte y Júpiter”. Básicamente, hablamos de un objeto rocoso que no tiene el tamaño suficiente como para ser considerado un planeta. Descubre las diferencias entre asteroides, meteoritos y cometas.
Asteroides y su clasificación
Según explica el astrobiólogo Carlos Briones en su libro ¿Estamos solos? En busca de otras vidas en el cosmos, los asteroides que tienen un tamaño menor de 50 metros se llaman meteoroides, y aquellos gránulos por debajo de los 10 micrómetros serían polvo cósmico. Además, los meteoroides también pueden provenir de los cometas.
Definición de asteroides en el sistema solar
Los asteroides son cuerpos menores del sistema solar que giran alrededor del Sol, principalmente entre las órbitas de Marte y Júpiter. A diferencia de los planetas, estos objetos rocosos no tienen el tamaño suficiente para ser considerados como tales. Su estudio es fundamental para entender la formación y evolución del sistema solar, ya que son restos de la nebulosa primordial que no llegaron a formar planetas. Los asteroides pueden variar en tamaño, desde unos pocos metros hasta casi 1000 km de diámetro, siendo Ceres el más grande conocido.

El término "asteroide" se refiere a su apariencia estelar cuando se observan a través de telescopios, ya que parecen pequeñas estrellas debido a su reducido tamaño y gran distancia. Sin embargo, a diferencia de las estrellas, no emiten luz propia, sino que reflejan la luz solar. La mayoría de los asteroides se encuentran en el cinturón de asteroides, una región del espacio que alberga millones de estos cuerpos.
El interés científico por los asteroides radica en su composición y estructura, que ofrecen pistas sobre los materiales primitivos del sistema solar. Además, algunos asteroides contienen metales preciosos y minerales que podrían ser útiles para futuras misiones de minería espacial.
Clasificación según tamaño: meteoroides y polvo cósmico
Los asteroides pueden clasificarse según su tamaño en meteoroides y polvo cósmico. Los meteoroides son fragmentos de asteroides o cometas que miden menos de 50 metros de diámetro. Estos pequeños cuerpos celestes son los responsables de los meteoros cuando entran en contacto con la atmósfera terrestre. Aún más pequeños son los granos de polvo cósmico, que tienen dimensiones inferiores a 10 micrómetros y se encuentran dispersos por todo el espacio.
El polvo cósmico es una parte integral del medio interplanetario y puede provenir de diferentes fuentes, como la colisión entre asteroides o la sublimación de cometas al acercarse al Sol. Este polvo es responsable de fenómenos como las zodiacales, un resplandor que se observa en el cielo nocturno debido a la dispersión de la luz solar.
La clasificación de estos cuerpos celestes no solo depende de su tamaño, sino también de su origen. Los meteoroides pueden provenir tanto de asteroides como de cometas, lo que añade una capa adicional de complejidad a su estudio. Entender estas diferencias es crucial para predecir su comportamiento al entrar en la atmósfera terrestre.
Meteoroides, meteoros y meteoritos
¿Y dónde quedan los meteoritos? En algunas ocasiones, la trayectoria de asteroides y meteoroides intersecta la de la Tierra, y estos cuerpos pueden quedar atrapados en nuestro campo gravitatorio.
Diferencias fundamentales entre estos cuerpos celestes
“En el momento en que un meteoroide entra en contacto con la atmósfera se denomina meteoro”, nos explica Francisco Espartero, director del Máster Universitario en Astrofísica y Técnicas de Observación en Astronomía de UNIR. “La mayoría se desintegran dejando un rastro de luz, y nosotros los vemos como estrellas fugaces. Y, cuando el meteoro es lo suficientemente grande como para lograr sobrepasar la atmósfera completa sin desintegrarse del todo, entonces cae a la Tierra, ahora sí, en forma de meteorito”. De hecho, y tal como recoge Briones en su libro, siendo puristas el nombre de meteorito solo se debería dar a aquellos objetos de los cuales se ha observado y documentado su caída, pero esto se estima que solo sucede en uno de cada diez casos.

Proceso de desintegración en la atmósfera
El proceso de desintegración de un meteoroide al entrar en la atmósfera es un fenómeno fascinante que involucra la interacción de varios factores. Al penetrar la atmósfera a velocidades que pueden superar los 20 km/s, el meteoroide se encuentra con una resistencia significativa. Esta resistencia genera calor debido a la fricción, lo que provoca la vaporización de sus materiales superficiales y la formación de un rastro luminoso conocido como meteoro.
La mayoría de los meteoroides se desintegran por completo antes de llegar a la superficie terrestre, pero algunos logran sobrevivir y convertirse en meteoritos. La capacidad de un meteoroide para resistir la desintegración depende de su tamaño, velocidad, composición y ángulo de entrada. Los meteoritos que alcanzan la Tierra suelen ser más pequeños de lo que eran originalmente debido a la pérdida de masa durante el paso por la atmósfera.
Cometas, gigantes de hielo y polvo
Aclarado el término de los meteoritos, los cometas son los otros grandes astros cuya terminología a veces resulta confusa. Aquí te la explicamos.
Origen en el cinturón de Kuiper y la nube de Oort
Como se explica en la web de divulgación de la NASA Space Place, los cometas son objetos que orbitan alrededor del Sol, igual que los asteroides pero, a diferencia de ellos, están hechos de hielo y polvo. La mayoría de cometas que conocemos provienen del cinturón de Kuiper y la nube de Oort, regiones situadas en el límite de nuestro sistema planetario.
“Cuando los cometas se acercan lo suficiente al Sol sus núcleos se subliman y forman una atmósfera de gas y polvo que se ioniza por interacción con las partículas cargadas del viento solar”, explica Briones en su libro. “Esto da origen a una cola, cabellera o coma, de donde proviene su nombre”.
A lo largo del tiempo, muchos cometas pueden acabar perdiendo sus materiales volátiles, que se irán sublimando y diseminando en el espacio, y en ese momento se convertirán en asteroides rocosos que ya no dejan señales en forma de cola. Y, a la inversa, algunos asteroides son ‘cometas durmientes’, ya que contienen cantidades muy importantes hielo en su núcleo rocoso y se pueden activar si pasan lo suficientemente cerca del Sol.

Formación de la cola por sublimación
La cola de un cometa es una de sus características más distintivas y se forma cuando el cometa se acerca al Sol. El calor solar provoca la sublimación de los hielos en el núcleo del cometa, liberando gas y polvo al espacio. Este proceso crea una atmósfera alrededor del núcleo, conocida como coma, que se extiende hacia el espacio y forma una cola visible.
La cola de un cometa puede dividirse en dos tipos: la cola de polvo y la cola iónica. La cola de polvo está compuesta por partículas sólidas que reflejan la luz solar, mientras que la cola iónica está formada por gases ionizados que brillan debido a la interacción con el viento solar. Ambas colas pueden extenderse millones de kilómetros en el espacio, creando un espectáculo visual impresionante.
El estudio de las colas de los cometas proporciona información sobre la composición del núcleo y los procesos físicos que ocurren durante su acercamiento al Sol. Además, la observación de cometas ha revelado la presencia de compuestos orgánicos complejos, lo que sugiere que estos cuerpos podrían haber contribuido a la entrega de ingredientes esenciales para la vida en la Tierra.
Transformación en asteroides rocosos
Con el tiempo, los cometas pueden perder sus materiales volátiles debido a la sublimación continua al acercarse al Sol. Cuando un cometa agota su reserva de hielo y gases, se transforma en un objeto rocoso que ya no muestra actividad cometaria. Estos cuerpos, conocidos como asteroides rocosos, se asemejan más a los asteroides tradicionales y pueden continuar orbitando el Sol sin desarrollar una cola.
La transformación de cometas en asteroides rocosos es un proceso natural que ocurre a lo largo de millones de años. Algunos asteroides que se observan hoy en día pueden haber sido cometas en el pasado, lo que añade una dimensión adicional al estudio de la evolución de los cuerpos celestes en el sistema solar.
La existencia de asteroides que actúan como cometas, conocidos como cometas durmientes, también es un fenómeno interesante. Estos objetos contienen cantidades significativas de hielo en su núcleo y pueden reactivarse si se acercan lo suficiente al Sol, mostrando actividad cometaria temporal.
Relaciones y diferencias: cometas y meteoritos
Ahora bien, sabiendo que toda la formación de los astros está interconectada, veamos qué diferencia a meteoritos y cometas.
Investigamos las diferencias entre los meteoritos y los cometas
Aunque los meteoritos y los cometas son cuerpos celestes que pueden interactuar con la Tierra, presentan diferencias significativas en su composición, origen y comportamiento. Los meteoritos son fragmentos de meteoroides que han sobrevivido al paso por la atmósfera terrestre y alcanzado la superficie. Suelen estar compuestos de roca o metal y ofrecen información sobre la formación y evolución del sistema solar.
Por otro lado, los cometas son cuerpos helados que orbitan el Sol y se caracterizan por la formación de una cola al acercarse a él. Su composición incluye hielo, polvo y compuestos orgánicos, lo que los convierte en objetos de interés para el estudio de los ingredientes primordiales del sistema solar y la posible contribución de estos cuerpos a la aparición de la vida en la Tierra.
La principal diferencia entre meteoritos y cometas radica en su origen y composición. Mientras que los meteoritos son fragmentos de asteroides o cometas que han impactado la Tierra, los cometas son cuerpos helados que orbitan el Sol y muestran actividad cometaria al acercarse. Ambas entidades ofrecen valiosa información sobre el sistema solar, pero desde perspectivas diferentes.
Asteroides que actúan como cometas
Algunos asteroides, conocidos como cometas durmientes, contienen cantidades significativas de hielo en su núcleo y pueden mostrar actividad cometaria bajo ciertas condiciones. Estos cuerpos son un puente entre los asteroides y los cometas, ya que presentan características de ambos tipos de cuerpos celestes. Cuando un cometa durmiente se acerca al Sol, el calor puede activar la sublimación del hielo, generando una cola temporal similar a la de un cometa.
El estudio de estos asteroides es importante para comprender la diversidad y evolución de los cuerpos celestes en el sistema solar. La existencia de cometas durmientes sugiere que la distinción entre asteroides y cometas no siempre es clara y que algunos cuerpos pueden cambiar su comportamiento a lo largo del tiempo.
El descubrimiento de asteroides que actúan como cometas ha ampliado nuestra comprensión de los procesos físicos que ocurren en el sistema solar. Estos cuerpos ofrecen una oportunidad única para estudiar la interacción entre el hielo y el material rocoso en condiciones extremas.
Diferencia entre cometas y meteoritos para niños
Para explicar a los niños la diferencia entre cometas y meteoritos, podemos decir que los cometas son como bolas de nieve sucia que viajan por el espacio. Cuando se acercan al Sol, el calor derrite el hielo y forma una cola brillante que podemos ver en el cielo. Los meteoritos, en cambio, son como pequeñas rocas espaciales que a veces caen a la Tierra. Cuando una de estas rocas entra en nuestra atmósfera, se calienta y brilla como una estrella fugaz. Si alguna parte de la roca llega al suelo, se convierte en un meteorito.
Los niños pueden imaginar que los cometas son viajeros del espacio que dejan un rastro luminoso a su paso, mientras que los meteoritos son visitantes que llegan a la Tierra desde el espacio. Ambos son fascinantes y nos ayudan a aprender más sobre el universo.
Entender estas diferencias de manera sencilla puede despertar la curiosidad de los niños por la astronomía y motivarlos a explorar más sobre el espacio y los cuerpos celestes que lo habitan.
Imágenes y representaciones
Una imagen vale más que mil palabras. Y para explicar la diferencia entre meteoritos y cometas, las imágenes tomadas por la NASA y otra agencias a través de sus telescopios nos ayudan a comprender la terminología espacial.
Imágenes de asteroides y cometas
Las imágenes de asteroides y cometas capturadas por telescopios y misiones espaciales nos ofrecen una visión única de estos cuerpos celestes. Las fotografías de asteroides revelan su superficie rocosa y cráteres, mientras que las imágenes de cometas muestran sus núcleos helados y las impresionantes colas que se forman al acercarse al Sol.
Las misiones espaciales, como la sonda Rosetta de la Agencia Espacial Europea, han proporcionado imágenes detalladas de cometas, permitiendo a los científicos estudiar su estructura y composición de cerca. Estas imágenes han sido fundamentales para entender los procesos que ocurren en los núcleos de los cometas y la formación de sus colas.

Las representaciones artísticas y científicas de asteroides y cometas también juegan un papel importante en la divulgación y educación. Estas ilustraciones ayudan a visualizar conceptos complejos y a comunicar los descubrimientos científicos de manera accesible al público en general.
Referencias:
- D. L. Buczkowski et al., The geomorphology of Ceres.Science353,aaf4332(2016).DOI:10.1126/science.aaf4332
- Briones, C. (2020). ¿ Estamos solos?. busca de otras vidas en el cosmos. Barcelona: Crítica.
- Espartero, F.; Cubas, J.; Nespral, D.; Pindado, S. New Astronomical Observatory Design for the Detection and Tracking of Satellite Objects: The Satellite Robotic Observatory (SRO). Remote Sens. 2024, 16, 4206. https://doi.org/10.3390/rs16224206