En la película de John Carpenter La Cosa, remake de otra de los años 50 titulada El enigma de otro mundo, una nave espacial se estrella en la Antártida hace 100 000 años. Al descubrirla uno de los protagonistas menciona que la civilización inca apareció gracias a los extraterrestres. En la película Stargate una especie alienígena, los Goa'uld, vino a la Tierra en el 8 000 a.C., esclavizó a los primeros egipcios y creó su cultura y religión. En la decepcionante Prometheus de Ridley Scott los científicos demuestran que los seres humanos somos producto de la investigación genética de una raza extraterrestre. Y en Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal regresan los extraterrestres-dioses, esta vez dentro de la cultura maya. Todo esto demuestra que para Hollywood los extraterrestres pueblan las antiguas civilizaciones como los aragoneses las playas de Salou en el mes de agosto. ¿De dónde han sacado semejante idea?
La fascinación por los alienígenas ancestrales ha capturado la imaginación popular durante décadas. Este concepto sugiere que seres extraterrestres visitaron la Tierra en el pasado, influyendo en las antiguas civilizaciones. Desde películas de ciencia ficción hasta teorías pseudocientíficas, la idea de los antiguos astronautas ha permeado en diversas formas culturales y académicas. Aun con el debate en marcha, ¿cómo surgieron estas teorías y qué fundamentos tienen en la realidad?
El origen del mito de los antiguos astronautas
La influencia de la ciencia-ficción en los antiguos astronautas
La ciencia-ficción ha jugado un papel crucial en la formación del mito de los antiguos astronautas. Desde finales del siglo XIX, las historias de contacto con civilizaciones extraterrestres comenzaron a aparecer en la literatura. Estas narraciones, aunque ficticias, alimentaron la curiosidad sobre la posibilidad de que los humanos no estuvieran solos en el universo. Obras como La guerra de los mundos de H.G. Wells, presentaban la idea de seres de otros mundos que podrían interactuar con la humanidad, abriendo la puerta a especulaciones sobre encuentros históricos con alienígenas.
El cine también contribuyó en gran medida a popularizar estas ideas. Películas como La cosa de John Carpenter y Stargate han explorado la posibilidad de que las culturas antiguas fueran influidas por extraterrestres. Estas representaciones, aunque ficticias, cautivaron a muchos espectadores, fomentando la aceptación de la idea de los antiguos astronautas. De esta forma, la noción de alienígenas ancestrales se volvió más cercana y sugestiva para un público amplio.
Además, la ciencia-ficción no solo entretiene, sino que también plantea interrogantes filosóficas y científicas sobre nuestro lugar en el cosmos. A medida que la tecnología avanza y la comprensión del universo se expande, las historias de ciencia-ficción inspiran tanto a científicos como a soñadores en su empeño por hallar respuestas acerca de la posibilidad de vida extraterrestre y pruebas de ella a lo largo de la historia.

Harold T. Wilkins y el contacto extraterrestre
El periodista británico Harold T. Wilkins fue uno de los primeros en plantear de forma seria la idea del contacto extraterrestre en la antigüedad. En 1954, Wilkins sugirió que diversas culturas antiguas podrían haber recibido visitas de seres extraterrestres, una hipótesis que inicialmente no fue bien recibida por la comunidad científica. Sin embargo, sus argumentos influyeron en otros autores que comenzaron a rastrear referencias sobre alienígenas en registros antiguos y tradiciones orales.
Wilkins sostenía que construcciones y objetos antiguos eran demasiado avanzados para haber sido obra exclusiva de aquellos pueblos sin ayuda externa. Con ello, abrió la posibilidad de que ciertos logros tuvieran un origen distinto al que usualmente se consideraba. Aunque sus escritos carecían de sustento académico firme, la imaginación de muchos quedó encendida, impulsando teorías que, con el tiempo, fueron clasificadas como pseudoarqueología.
A pesar de las críticas y la ausencia de aceptación mayoritaria entre los científicos, las ideas de Wilkins hallaron eco entre quienes se sienten atraídos por las historias que trascienden las explicaciones convencionales. Sus trabajos continúan siendo mencionados en discusiones sobre la intervención extraterrestre en culturas ancestrales y han mantenido vivo el interés por descubrir si existe alguna prueba real de ese contacto remoto.
El impacto de Eric von Däniken y Recuerdos del futuro
Eric von Däniken, un hotelero suizo, dio un vuelco en la percepción acerca de los antiguos astronautas con su libro Recuerdos del futuro, publicado en 1968. En esta obra, von Däniken planteaba que seres extraterrestres visitaron la Tierra tiempo atrás, ayudando a conformar múltiples civilizaciones. La exposición directa y de estilo atractivo de su libro propició que se convirtiera en todo un éxito de ventas, popularizando a escala mundial la hipótesis de los alienígenas ancestrales.
Von Däniken apuntó a lugares como las pirámides de Egipto o las líneas de Nazca como prueba de la injerencia alienígena, argumentando que dichos monumentos eran demasiado complejos para haber sido realizados sin asistencia de seres de otros mundos. Pese a que sus teorías han recibido duras críticas de parte de arqueólogos y otros expertos, su influjo en la cultura popular sigue siendo notorio.
El éxito de Recuerdos del futuro inspiró a una generación de escritores y directores de cine a profundizar en la noción de los antiguos astronautas. Aunque la mayoría de la comunidad académica desestima los planteamientos de von Däniken por falta de evidencias sólidas, su impronta en la discusión pública está lejos de desaparecer, afirmándose como un hito en la difusión de teorías alternativas sobre la evolución de las civilizaciones humanas.
Perspectivas científicas sobre el contacto extraterrestre
Carl Sagan y Iosif Shklovski: reflexiones sobre el contacto histórico
Los astrofísicos Carl Sagan e Iosif Shklovski abordaron el tema del contacto extraterrestre desde un ángulo científico en los años sesenta. Si bien se mostraban escépticos ante las supuestas pruebas de visitas pasadas, reconocían que la hipótesis merecía ser discutida. En su obra Intelligent Life in the Universe, consideraron cómo podría haberse dado un encuentro con seres extraterrestres en la historia humana.
Sagan y Shklovski se apoyaban en ejemplos de contactos culturales en la Tierra —como la llegada de exploradores europeos a las tribus indígenas— para ilustrar cómo tales acontecimientos pueden dejar huellas en la memoria colectiva de un pueblo. Aunque no encontraron evidencias concluyentes, su enfoque equilibrado sirvió para introducir la idea de los antiguos astronautas en un entorno menos sensacionalista y más abierto al escrutinio académico.
Pese a rechazar la mayoría de las afirmaciones sobre las “visitas alienígenas”, tanto Sagan como Shklovski dejaron abierta la puerta a la posibilidad de que, en un universo tan vasto, exista vida inteligente más allá de nuestro planeta. Su perspectiva, más cautelosa que la de otros autores, contribuyó a legitimar el debate sobre la vida extraterrestre y el posible encuentro con otras civilizaciones.
Zecharia Sitchin y la teoría de los Anunnaki
Zecharia Sitchin, escritor y defensor de la pseudoarqueología, presentó una de las teorías más elaboradas sobre los antiguos astronautas en su obra Crónicas de la Tierra. Según él, una civilización de seres extraterrestres conocidos como Anunnaki habría llegado hace 400,000 años desde un planeta llamado Nibiru para influir en la evolución de la sociedad sumeria. Sus ideas se basan en interpretaciones muy personales de textos sumerios y otros registros históricos, que Sitchin interpretaba como prueba de la intervención de estos seres.
De acuerdo con Sitchin, los Anunnaki crearon a los humanos como una suerte de trabajadores para la extracción de recursos valiosos, como oro. Aunque sus planteamientos han sido ampliamente cuestionados por expertos en lingüística, egipcios y arqueología, muchos lectores siguen cautivados por la posibilidad de que culturas prehistóricas hubieran recibido la visita de extraterrestres avanzados.

En definitiva, si bien las teorías de Sitchin carecen de respaldo científico firme, han sido fundamentales para propagar la noción de que el progreso de las civilizaciones antiguas podría tener un origen “extraterrestre”. Esta conjetura continúa alimentando la discusión alrededor de los antiguos astronautas y la relación entre los logros humanos y la influencia de otros mundos.
Interpretaciones y malentendidos en la historia y el arte
Registros históricos y leyendas de encuentros extraterrestres
El afán por encontrar vestigios de visitas extraterrestres en la historia ha impulsado a algunos investigadores a reinterpretar antiguos relatos y mitologías. Varios sostienen que ciertas narraciones podrían ser testimonios de interacciones con civilizaciones alienígenas, presentes en las tradiciones orales o escritas. Así, leyendas como la del hombre-pez Oannes de la mitología babilónica se han visto como potenciales evidencias de un visitante de otro mundo que habría aportado saberes avanzados a los sumerios.
Los partidarios de la hipótesis de los antiguos astronautas también señalan textos hindúes donde aparecen “carros celestes”, que podrían ser indicios de naves espaciales. Sin embargo, la mayoría de los especialistas en historia y arqueología enfatizan que estos relatos son mayormente simbólicos y deben entenderse en el contexto cultural, más que como descripciones literales de encuentros con extraterrestres.
A pesar de las críticas, el atractivo de pensar que los mitos antiguos pudieran encerrar rastros de seres extraterrestres sigue vivo. Esta óptica invita a una lectura novedosa de los mitos, aunque los científicos coinciden en señalar que los documentos antiguos suelen aludir a realidades más humanas que foráneas.
Interpretaciones erróneas de arte antiguo como tecnología actual
Una de las objeciones más frecuentes a la teoría de los antiguos astronautas es la interpretación equivocada de objetos y manifestaciones artísticas antiguas como muestras de tecnología moderna. Se ha planteado, por ejemplo, que el “pájaro de Saqqara” en Egipto sea un modelo de avión o que los llamados “artefactos Quimbaya” de Colombia se inspiren en aviones contemporáneos. Estas lecturas han sido seriamente discutidas por los expertos, quienes señalan la falta de pruebas concluyentes que vinculen estas creaciones con prototipos aéreos.
Otro caso citado frecuentemente son los supuestos relieves eléctricos de Dendera en Egipto, que algunos han querido asociar con el uso de bombillas, ignorando los estudios que explican su trasfondo ritual y simbólico. Este patrón de sobre interpretación muestra el riesgo de examinar el arte antiguo bajo la óptica de la tecnología actual, sin considerar el contexto cultural. De esta forma, se puede subestimar la inventiva de las antiguas civilizaciones, atribuyendo sus avances a la intervención de seres foráneos.
Reconocer la naturaleza simbólica y religiosa del arte antiguo es crucial para evitar falsas conclusiones. Si bien es comprensible el asombro que despiertan los logros artísticos de culturas pretéritas, resulta necesario situarlos en su entorno histórico y aceptar que la creatividad humana puede explicar muchos de los enigmas que algunos atribuyen a visitantes de otros mundos.
La crítica a la percepción de las capacidades de civilizaciones antiguas
Las hipótesis sobre alienígenas ancestrales a menudo restan mérito a la habilidad de los pueblos antiguos, proponiendo que sin ayuda externa no habrían podido erigir monumentos o desarrollar avanzadas tecnologías. Esta visión ignora las abundantes evidencias arqueológicas que demuestran la sofisticación intelectual y científica alcanzada por esas sociedades, capaces de diseñar y ejecutar grandes proyectos con los recursos disponibles.
Estructuras como las pirámides de Egipto o los vestigios de Puma Punku en Bolivia son ejemplos de la destreza y la determinación de las civilizaciones que las concibieron. El trabajo coordinado de numerosos artesanos, ingenieros y líderes permitió concretar proyectos monumentales, sin que sea imprescindible señalar a seres extraterrestres como autores de dichos logros. La destreza de esas civilizaciones es una prueba clara de su ingenio y conocimientos.
Por ello, cuestionar la supuesta imposibilidad de que las culturas antiguas hayan desarrollado métodos avanzados sin “ayuda alienígena” es fundamental para darles el lugar que merecen en la historia. Asumir que los logros arquitectónicos o científicos del pasado tienen un origen foráneo puede menospreciar las capacidades humanas y el vasto legado de creatividad que las civilizaciones antiguas han dejado.
Casos emblemáticos en la teoría de los antiguos astronautas
Las "pistas de aterrizaje" de Nazca
En el desierto peruano se ubican las conocidas líneas de Nazca, que han sido tema de debate en lo referente a los antiguos astronautas. Algunas personas sostienen que dichas trazas, solo apreciables desde el aire, podrían haber servido como “pistas de aterrizaje” para seres extraterrestres, dadas sus dimensiones y precisión. Sin embargo, tal aseveración no cuenta con aval arqueológico, pues estudios profundos atribuyen su origen a rituales de la cultura Nazca entre el 500 a.C. y el 500 d.C.
Las figuras geométricas y de animales habrían respondido a fines religiosos, quizás vinculados a peticiones de agua o a la veneración de dioses. Entender esto dentro de su contexto histórico y religioso es esencial para no caer en interpretaciones fuera de lugar. Verlas como campos de aterrizaje para naves espaciales ignora la complejidad de la cultura Nazca y la profunda vinculación de estas líneas con sus creencias.
El caso de las líneas de Nazca ilustra la tendencia a buscar explicaciones espectaculares cuando enfrentamos logros difíciles de concebir en nuestras coordenadas actuales. Sin embargo, reconocer la capacidad de estas culturas para plasmar sus cosmovisiones en la tierra es un tributo más preciso a su genio y legado.

Representaciones de extraterrestres en el cine y la cultura popular
El cine y la cultura popular han tenido un rol esencial en la diseminación de la teoría de los antiguos astronautas. Producciones como Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal o Prometheus abordan la posibilidad de que los humanos, desde tiempos remotos, fueran guiados por seres extraterrestres. Este tipo de narraciones, combinando la ficción con ideas de raigambre pseudocientífica, captan la atención de un gran público.
Si bien estas representaciones popularizan la idea de extraterrestres involucrados en los orígenes de la humanidad, también favorecen confusiones y sobre interpretaciones. Teorías poco sustentadas pasan a verse como hechos históricos, pese a las reservas expresadas por la arqueología y otras disciplinas. En definitiva, estas obras alimentan la curiosidad y la imaginación, pero invitan a ser recibidas con una perspectiva crítica.
La permanencia de la temática de los alienígenas ancestrales en la cultura popular refleja el anhelo humano de descifrar nuestros orígenes y buscar vínculos con civilizaciones lejanas. Aunque no exista confirmación científica, las historias de contacto con seres de otros mundos continúan seduciendo a quienes buscan ampliar las fronteras de lo conocido.
La tendencia al simbolismo y la abstracción en el arte prehistórico
El arte prehistórico, con ejemplos notables como las pinturas rupestres de Tassili en Argelia, suele usarse como supuesta evidencia de encuentros con extraterrestres. Sin embargo, los expertos en arte prehistórico resaltan que estas expresiones se caracterizan por un alto grado de simbolismo y abstracción, reflejando las visiones del mundo de sus creadores y no necesariamente la presencia de visitantes cósmicos.
Los artistas prehistóricos demostraban un gran talento creativo, y sus composiciones podían expresar realidades espirituales o rituales, en lugar de describir acontecimientos literales. Proyectar nuestra concepción moderna de “maquinaria alienígena” sobre estas representaciones lleva a malentendidos que desvirtúan el significado original de las obras.
Para evitar interpretaciones desacertadas, es clave reconocer la función cultural de este arte y su trasfondo simbólico. Sólo así podemos aproximarnos genuinamente a los pensamientos y sentires de las comunidades que lo produjeron, sin reducir su complejidad a conjeturas basadas en lo que, hoy día, consideraríamos inverosímil sin el aval de científicos o pruebas concluyentes.
Referencias:
- Seielstad, G. (2012). Cosmic Heritage. Springer.
- Fagan, G. G. (2006). Archaeological Fantasies. Routledge.