¿Cómo es posible que todavía haya gente que crea en los videntes? Lo cierto es que el único misterio en torno a ellos es que resulta increíble creer que todavía sigamos siendo tan lilas, porque los psicólogos conocen perfectamente las técnicas que usan para hacernos creer que realmente conocen nuestro complicado futuro -pero son incapaces de predecir algo muchísimo más sencillo como el número de la Lotería de Navidad-. Sin embargo, uno puede llegar a convertirse en un vidente de éxito conociendo todos los entresijos y las trampas de la adivinación.
Entendiendo la mente del cliente: Creencias y predisposición
El vidente de éxito siempre juega con ventaja por una razón bien terrenal: Si alguien va a una consulta para que le digan el futuro y paga por ello, tiene una fuerte disposición a creer en casi todo lo que oiga; nadie paga porque le tomen el pelo. Seguir el ritual que marca el vidente, ya sea mezclar y cortar el mazo, extender la mano o agitar las runas es una forma muy simple de entregarle el poder, en este caso el de conocer el propio futuro: cuando un vidente consigue que creas que lo sabe todo acerca de tu vida, estás perdido. Y lograrlo es muy fácil.
La psicología detrás de la creencia en la videncia
Todo comienza en el momento en que se abre la puerta. El vidente inspecciona a quien acaba de entrar por la puerta. La ropa (estilo, limpieza, coste aproximado, si está nueva o no) proporciona muchas pistas sobre el nivel socioeconómico, conservadurismo o extroversión... Los rasgos físicos del cliente (peso, postura al sentarse, apariencia, ojos y manos) le revelan aún más datos. De hecho, las manos son especialmente reveladoras (si están cuidadas, si realiza un trabajo manual...) y la forma de hablar, el uso de la gramática, los gestos y la forma de mirar son también buenas fuentes. De este modo el vidente se hace una composición aproximada del cliente: es el llamado efecto halo.

Lo primero en lo que se fija es en el sexo y la edad: es obvio que un joven de 21 años no tiene los mismos problemas y las mismas inquietudes que una mujer de 52. Así que el vidente toca por encima algunos problemas generales habituales al grupo de población al que pertenece el cliente (al joven no le va a preocupar un divorcio, pero a la mujer, sí) y observa la reacción del cliente. Enseguida sabrá si sus 'predicciones' van por buen camino, pues verá la reacción del cliente en el movimiento de los ojos, si se dilatan las pupilas...
Aunque la mayoría de las veces no hace falta fijarse en esas sutiles pistas porque es el propio cliente el que te lo confirma. Para hacerlo solo se tiene que utilizar el fishing, hacer una pregunta como si fuera una afirmación del estilo “veo que tuviste un percance, o alguien muy cercano, hace unos años, ¿verdad?”. Con la entonación adecuada el cliente entenderá que el vidente lo ha visto en las cartas y solo espera una confirmación inocente por su parte, cuando en realidad le está proporcionando una información vital al vidente.
La predisposición del cliente como clave del éxito
En esta lista no puede faltar la fuerte predisposición del cliente a creer en una técnica de videncia determinada, ya sea el tarot, la quiromancia... Por otro lado, como nos gusta pensar que somos únicos, al igual que nuestros problemas, no somos conscientes de que nos parecemos mucho al resto de los mortales. Por eso es tan fácil convencer con el efecto Forer (también llamado efecto Barnum), usando descripciones ambiguas y demasiado generales pero que los clientes las perciben como propias y exclusivas suyas.
En el caso de una 'predicción' general como, por ejemplo, “hace unos años le pasó algo importante” se produce en nuestra cabeza un peculiar fenómeno: buscaremos en nuestra algo así en la memoria -por ejemplo una enfermedad-, y seguramente lo encontraremos, con lo que se reforzará nuestra creencia en sus poderes. Y mejor aún, saldremos de la consulta convencidos de que el vidente acertó viendo esa enfermedad y no recordaremos que fue una frase ambigua.
Métodos y técnicas de un vidente de éxito
Una vez alguien haya decidido entregarse a la adivinación para resolver sus inquietudes, el vidente lo tiene fácil para establecer sus propias lógicas y condicionar con ellas a la persona que quieres saber su futuro. Pero un vidente de éxito irá mucho más allá para tratar de fidelizarle.

Lectura en frío y caliente: Herramientas esenciales
Por un lado tenemos la lectura en frío, el método del que se sirve el vidente para predecir ciertos rasgos personales del cliente (su situación personal, su estado anímico, sus expectativas...) a partir de la conducta no verbal (gestos, posturas), y ante preguntas o afirmaciones que van surgiendo en el curso de la entrevista, y la lectura en caliente cuando la información útil llega por vías mucho más claras y directas, como cuando el cliente te cuenta uno de sus problemas. Respecto a cómo recordamos o seleccionamos los hechos nos encontramos con la validación ilusoria, que actúa en todos aquellos que se empeñan en creer en el vidente a pesar de sus fracasos, y el efecto Procusto consistente en reinterpretar los datos a posteriori para ajustarse a lo ocurrido.
Un ejemplo es cuando te predicen que vas a tener un accidente de tráfico pero no lo tienes, sino que derrapas; has pasado de tener un accidente a que podrías haberlo tenido, y eso confirma en tu cabeza el poder del vidente. También suele funcionar el efecto de regresión, muy útil cumple se acude al vidente en momentos de crisis emocional o inseguridad laboral. Si eres buen vidente le darás ánimos y le asegurarás que todo eso se va a pasar, con lo que infundes tranquilidad y moral al cliente. Obviamente, las malas rachas son más fáciles de pasar con la moral alta y, de cualquier forma, nunca son eternas. Por supuesto juega a nuestro favor que el ser humano tiene la memoria selectiva, que hace que recordemos los aciertos y olvidemos los fracasos en las predicciones.
El efecto halo y su influencia en la percepción del cliente
El efecto halo es un fenómeno psicológico que juega un papel crucial en la consulta de un vidente. Se refiere a la tendencia de las personas a juzgar a otros en función de una impresión general, que puede estar influenciada por la apariencia o el comportamiento. Un vidente exitoso aprovecha este efecto para crear una imagen de autoridad y confianza. Desde el momento en que el cliente entra en la consulta, el vidente observa detalles como la vestimenta y el lenguaje corporal, que le permiten ajustar su enfoque y ofrecer una experiencia más personalizada.
Uso estratégico de afirmaciones ambiguas
Las afirmaciones ambiguas son una herramienta poderosa en el arsenal de un vidente. Estas declaraciones, que son deliberadamente vagas, permiten al cliente interpretarlas de manera que se ajusten a su situación personal. Este fenómeno, conocido como efecto Forer, hace que el cliente sienta que el vidente tiene un conocimiento profundo de su vida. Al utilizar afirmaciones como "veo que has enfrentado desafíos importantes recientemente", el vidente deja espacio para que el cliente llene los vacíos con sus propias experiencias, reforzando así la percepción de precisión. Un vidente de éxito sabrá ver esas brechas por las que colarse en la propia experiencia de su cliente, sabiendo así como sonar más convincente.

Factores externos que afectan la consulta
Pero la mano más potente que tiene el vidente es la del consuelo psicológico. De este modo la consulta del vidente se convierte en un consultorio de escucha y consejos de andar por casa más que en el servicio de futurología por el que cobran. Como el cliente llega a la consulta con problemas y un fuerte deseo de resolverlos, difícilmente analizará con objetividad el 'don' del vidente. A esto debemos añadir que en muchas ocasiones la predisposición es tan grande que algunos llegan a ver lo que quieren ver, de forma que una correlación espúrea se ve como significativa sin serlo: es la correlación ilusoria (afirmar que la luna llena influye en la conducta de las personas es un buen ejemplo de ello).
Importancia del contexto socioeconómico del cliente
El contexto socioeconómico del cliente es un factor que no debe pasarse por alto en una consulta de videncia. La forma en que una persona se presenta, desde su vestimenta hasta su forma de hablar, puede ofrecer pistas valiosas sobre su situación económica y social. Un vidente de éxito utiliza esta información para adaptar su enfoque, asegurándose de que sus predicciones y consejos resuenen con las experiencias y expectativas del cliente. Este nivel de personalización no solo mejora la precisión percibida de la consulta, sino que también fortalece la relación entre el vidente y el cliente.
Cómo maneja un vidente las expectativas del cliente
Manejar las expectativas del cliente es crucial para el éxito de un vidente. Desde el inicio de la consulta, es importante establecer un marco de expectativas realista, utilizando un lenguaje que sugiera posibilidades sin hacer promesas definitivas. . Por eso el discurso del vidente está lleno de “puede que”, “quizá”... Por supuesto, el discurso debe estar repleto de frases rimbombantes, que no dicen nada pero impresionan: es el efecto tía Fanny como “no se ve a sí mismo claramente, ni los demás le ven como realmente es”.
Este factor suele venir acompañado por el efecto Dr. Fox que consiste en el empleo de un estilo y una entonación convincentes; por eso es muy importante estudiar la cadencia de voz si quieres llegar a ser un buen vidente. Por supuesto no podemos olvidar que todos buscamos la deseabilidad social, la satisfacción que experimentamos al escuchar cosas agradables sobre nosotros mismos, independientemente de que sean ciertas o no.

Psicología del cliente: Validación ilusoria y memoria selectiva
El vidente de éxito sabrá jugar sus cartas con cada uno de sus clientes para que estos perciban que sus métodos son eficaces. Nada más lejos de la realidad, estas tácticas se suelen retroalimentar de lo que la propia persona haya dicho en la consulta y de sus miedos e inseguridades.
Cómo los clientes perciben los aciertos del vidente
Los clientes tienden a percibir los aciertos del vidente de manera más prominente que los errores, gracias a la validación ilusoria. Este fenómeno psicológico hace que las personas recuerden más los momentos en que las predicciones parecen coincidir con la realidad, y descarten los fallos. La memoria selectiva juega un papel importante aquí, ya que los clientes suelen olvidar los detalles incorrectos o ambiguos, enfocándose en cambio en los aciertos que refuerzan su fe en el vidente. Esta percepción sesgada es una de las razones por las que la videncia sigue siendo popular.
El efecto Forer y su aplicación en la videncia
El efecto Forer es una técnica ampliamente utilizada en la videncia para crear un sentido de personalización y exactitud. Se basa en el uso de descripciones generales que pueden aplicarse a muchas personas, pero que los clientes perciben como únicas y específicas para ellos. Al implementar este efecto, un vidente puede hacer que el cliente sienta que sus problemas y experiencias son comprendidos de manera profunda, lo que refuerza la confianza en las habilidades del vidente. Esta técnica es especialmente efectiva cuando se combina con la lectura en frío, aumentando la sensación de autenticidad de la consulta.

El consuelo psicológico y la profecía autocumplida
La mayoría de las ideas que transmite un vidente de éxito son reafirmaciones de lo que ya ha dicho su cliente, fruto de una exploración psicológica de su estado vital.
El papel del vidente como apoyo emocional
Más allá de las predicciones, el papel del vidente como apoyo emocional es fundamental para el éxito de la consulta. Muchos clientes acuden a un vidente en busca de consuelo y orientación en momentos de incertidumbre o crisis personal. Al proporcionar un espacio seguro para que el cliente exprese sus preocupaciones, el vidente actúa como un confidente y consejero. Este aspecto de la consulta es a menudo más valioso para el cliente que las propias predicciones, ya que ofrece tranquilidad y esperanza en tiempos difíciles.
Predicciones que se cumplen: el fenómeno de la profecía autocumplida
Con los videntes es muy normal que se produzca el fenómeno de la profecía autocumplida de dos formas: uno es el efecto de lo visto a posteriori pues ningún vidente tiene la habilidad de equivocarse siempre; siempre acertará alguna vez por puro azar. Si lo unimos al efecto Barnum (cuando las predicciones son ambiguas) acabamos teniendo tenemos las profecías del vidente más famoso de todos los tiempos, Nostradamus. Pero el factor que mejor representa el fenómeno de la “profecía autocumplida” es la autoatribución: el propio cliente se esfuerza en ajustarse a la predicción.
Referencias:
- Maero, F. (2014). Escribo artículos porque soy de Aries: el efecto Forer y el horóscopo. Compartir, 25, 07.
- Torres, A. Un resumen de los principales efectos psicológicos que han sido descubiertos hasta ahora.
- Ortega-San-Martín, L. (2022). Si alguna vez te preguntas cómo es posible que haya tanta gente que cree en cosas inverosímiles, no debes perderte “Por qué creemos en mierdas”, una gran lectura para comprender cómo nos autoengañamos. Revista de Química, 36(2), 24-25.