Desastres tecnológicos en 2023, una lista para olvidar

2023 ha sido un año de grandes avances tecnológicos. Hemos visto el nacimiento de GPT-4, grandes avances en Neuralink, el nacimiento de un nuevo supercomputador en España y mucho más, pero también hemos tenido fiascos que merecen ser nombrados.
Levitación magnética

Si tuviera que hacer una lista de los fracasos tecnológicos más significativos que han marcado este periodo, de forma objetiva, sin mezclarlo con gustos u opiniones personales, mencionaría a la explosión del submarino Titan, al fin de los robotaxis de Cruise y superconductor LK-99 que resultó no serlo tanto. Pero vamos paso a paso, con los detalles.

El trágico fin del submarino Titan

El submarino Titan representaba una audaz incursión en el mundo del turismo submarino. Este proyecto, encabezado por el visionario Stockton Rush, no era solo una empresa comercial, sino también un sueño de exploración y descubrimiento. Su objetivo era llevar a personas a las profundidades oceánicas para explorar restos históricos como el del Titanic. Sin embargo, este sueño de exploración submarina se convirtió en una pesadilla.

Imagen del submarino Titan de OceanGate. Foto: OceanGate - OceanGate

Desde su concepción, el Titan fue presentado como un hito en la ingeniería submarina. Era una promesa de aventura y descubrimiento a profundidades que pocos han alcanzado. Sin embargo, emergieron preocupaciones sobre su capacidad para soportar las extremas presiones del océano profundo. Estas advertencias, desafortunadamente, fueron subestimadas o ignoradas en el fervor de la innovación y la posibilidad de abrir un nuevo mercado turístico.

La misión para explorar el sitio del Titanic fue el viaje inaugural del Titan, cargado de expectativas y entusiasmo. Pero la tragedia golpeó cuando la nave implosionó bajo la presión, un cruel recordatorio de las fuerzas implacables de la naturaleza. Esta catástrofe se llevó la vida de cinco personas, incluido su creador, Stockton Rush. El mundo fue testigo de cómo un sueño de innovación se convertía en una pesadilla mortal.

El desastre del Titan nos enseña lecciones cruciales. La primera es el imperativo de la seguridad en la innovación tecnológica. La emoción de abrir nuevos horizontes no debe cegarnos ante los riesgos inherentes. Además, resalta la importancia de escuchar y atender las advertencias científicas y técnicas. El océano es un ambiente hostil y desconocido en muchos aspectos, y subestimar sus desafíos puede tener consecuencias fatales.

Las dificultades de los robotaxis de Cruise

El ambicioso proyecto de robotaxis de Cruise, una división de General Motors, buscaba transformar por completo el concepto de transporte urbano. La visión era clara: crear una red de vehículos autónomos que ofrecieran una alternativa segura, eficiente y ecológica a los medios de transporte convencionales. Sin embargo, el camino hacia esta revolución ha estado plagado de obstáculos y contratiempos.

La idea de los robotaxis de Cruise generó una gran expectación. El concepto de poder desplazarse por la ciudad en un vehículo autónomo, sin la necesidad de un conductor humano, parecía sacado de una película de ciencia ficción. Pero la realidad demostró ser más complicada.

Los problemas comenzaron a surgir cuando varios incidentes pusieron en duda la fiabilidad y seguridad de estos vehículos. Uno de los sucesos más alarmantes fue cuando un peatón fue arrastrado por uno de estos taxis autónomos. Este incidente, junto con otros menores, llevó a las autoridades a cuestionar la seguridad de esta tecnología y a suspender temporalmente su funcionamiento.

El hyperloop sería el transporte por excelencia - Midjourney/Sarah Romero

Es interesante comparar la situación de los robotaxis de Cruise con otro proyecto vanguardista de transporte: Hyperloop One. Este último, un sistema de transporte de alta velocidad propuesto por Elon Musk, también prometía revolucionar la forma en que viajamos entre ciudades. Aunque Hyperloop One no ha sufrido accidentes como los de Cruise, su desarrollo también ha sido frenado. Las razones detrás de esta pausa parecen estar más relacionadas con desafíos técnicos y financieros que con problemas de seguridad.

La controversia del superconductor LK-99

El 2023 estuvo marcado también por la intrigante historia del LK-99, un material que prometía ser el próximo gran avance en el campo de los superconductores. La expectación en torno a LK-99 fue inmensa, con informes y publicaciones en redes sociales alabando sus supuestas propiedades revolucionarias. Este material, según los informes iniciales, tenía el potencial de cambiar radicalmente tecnologías desde la energía hasta la computación cuántica.

Muestra de LK-99 mostrando levitación magnética. Foto: Hyun-Tak Kim

La historia de LK-99 es un claro ejemplo de cómo la información científica puede ser fácilmente malinterpretada y exagerada, especialmente en la era digital. Las redes sociales jugaron un papel crucial en la difusión de información sobre este material, a menudo sin el rigor necesario para verificar las afirmaciones. Las plataformas se inundaron de discusiones y especulaciones, muchas de las cuales carecían de fundamentos científicos sólidos.

Sin embargo, la realidad del LK-99 resultó ser mucho menos espectacular. Investigaciones y análisis posteriores revelaron que el material no poseía las cualidades de un superconductor. Este giro en la historia subraya la importancia de una comunicación científica precisa y basada en evidencias. El entusiasmo inicial dio paso a la decepción y al escepticismo, recordándonos que no todo lo que brilla es oro, especialmente en el campo de la ciencia avanzada.

Este episodio nos deja varias lecciones importantes. Primero, la necesidad de una verificación rigurosa antes de difundir información científica. Segundo, la importancia de la paciencia en la ciencia; los grandes avances suelen requerir tiempo y pruebas exhaustivas. Y por último, la responsabilidad de los medios y las plataformas sociales para evitar la propagación de información no confirmada.

Estas tres son las mayores, desde mi punto de vista, pero hemos tenido otras “sorpresas” durante el año:

El cambio de CEO en OpenAI: Sam Altman

Sam Altman fue destituido sorpresivamente como CEO de OpenAI, lo cual generó conmoción dada su popularidad. Sin embargo, tras negociaciones y la intervención del CEO de Microsoft, Satya Nadella, Altman regresó a su puesto cinco días después, demostrando su influencia y la importancia de su liderazgo en la comunidad de inteligencia artificial.

Sobrecalentamiento del iPhone 15 Pro

El iPhone 15 Pro de Apple experimentó problemas de sobrecalentamiento poco después de su lanzamiento. Aunque se resolvió con una actualización de software, este incidente destaca la importancia de un extenso control de calidad en dispositivos de alta gama.

23andMe: acceso de hackers a 6.9 millones de cuentas

Hackers accedieron a millones de cuentas de 23andMe utilizando credenciales de otras brechas de datos. Una cosa es hackear emails y Whatsapps, pero en este caso robaron los datos del ADN de casi 8 millones de personas, la primera vez que ocurre algo así con información tan sumamente sensible.

Precaución con ChatGPT: fugas de código propietario

Por último, no podemos dejar de mencionar al caso de los ingenieros de software de Samsung que utilizaron ChatGPT para solucionar errores. Eso generó un problema serio, ya que terminaron exponiendo código confidencial. Este caso ilustra la necesidad de ser cautelosos al interactuar con inteligencias artificiales y la importancia de proteger los datos confidenciales. ChatGPT usa los datos de entrada para entrenarse, por lo que es mejor no incluir nada remotamente secreto.

Referencias:

  • These were the biggest tech failures of 2023 - MIT Technology Review
  • The 10 Biggest Tech Fails of 2023 - PCmag - Chloe Albanesius

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