Así eran los 'cerdos del Infierno', que vivieron tras la desaparición de los dinosaurios

¿Eran los entelodontes unos temibles y sanguinarios cerdos asesinos de la Tierra primitiva?
Así eran los 'cerdos del Infierno', que vivieron tras la desaparición de los dinosaurios

Los llamados popularmente 'cerdos del infierno', son una familia de mamíferos ya extintos que deambulaban por nuestro planeta hace aproximadamente de 37 a 16 millones durante las épocas del Eoceno tardío al Mioceno (la cuarta época geológica de la era Cenozoica). Son oficialmente entelodontes (Entelodontidae) o entelodóntidos, lo que significa que se encuentran dentro del mismo orden que nuestros actuales cerdos y jabalíes, así como hipopótamos, camellos o ciervos. Curiosamente, a pesar de su parecido con los cerdos, son más cercanos a las ballenas y a los hipopótamos.

Así eran los 'cerdos del Infierno', que vivieron tras la desaparición de los dinosaurios - Midjourney/Sarah Romero

Aunque ya no caminen sobre la faz de la Tierra, el registro fósil nos aporta una información muy interesante acerca de estos mamíferos exterminadores que se encontraban entre los principales depredadores de su época. Estas criaturas no eran verdaderos cerdos ni habitantes exclusivos de paisajes infernales, pero su apodo captura la esencia de su intimidante presencia en los ecosistemas del pasado.

Grandes bestias

Los cerdos del infierno se caracterizaban por su enorme tamaño y su distintiva estructura esquelética. Morfológicamente poseían algunas similitudes con los cerdos modernos aunque no sean ancestros directos de ellos. El entelodóntido más grande que se conoce es Daeodon shoshonensis, que podía llegar a alcanzar 1,8 metros de altura y pesar unos 500 kilogramos. Esto es, imaginemos una bestia tan alta como un hombre y con un cráneo que podría alcanzar los 30 centímetros y una mandíbula capaz de triturar incluso huesos, formada por una hilera de dientes en forma triangular.

Su figura tuvo que ser bastante intimidante. Junto a estas características, los entelodóntidos poseían patas largas y musculosas que terminaban en pezuñas hendidas, lo que sugiere que no sólo eran poderosos, con una constitución muy robusta, sino también rápidos, algo que les habría ayudado a dominar los ecosistemas de la vieja Tierra.

Mandíbula del animal - H. Zell

Los fósiles de entelodontes descubiertos en diferentes regiones y períodos de tiempo indican una amplia gama de especies y géneros que incluyen Archaeotherium (que habitó América del Norte y vivió durante las épocas del Eoceno al Oligoceno), Brachyhyops (que vivió en America del Norte y sureste de Asia durante el Eoceno), Daeodon (que habitó América del Norte durante el Oligoceno superior y el Mioceno inferior) y Entelodon (que vivió en Eurasia en el Oligoceno inferior).

Dieta

Su papel como depredadores los habría colocado en la cima de la cadena alimentaria, y es posible que hubieran competido directamente con otros grandes depredadores de su época, como los perros osos y los primeros grandes felinos. Era lo que pensábamos al principio, pero las investigaciones más recientes apuntan a que no eran precisamente unos asesinos temibles y sanguinarios, sino fundamentalmente amantes de la carroña; aunque eso no quite que hubiesen sido muy agresivos y territoriales y hubiesen luchado tanto para acceder a la comida como para aparearse.

Hell pigs - Heinrich Harder

Por suerte para ellos, su capacidad de consumir todo un abanico de fuentes de alimentos habría sido una ventaja significativa en los diferentes climas y cambios ecológicos de la Tierra prehistórica.

Y es que los estudios más recientes apuntan a que habría comido un poco de todo. Desde plantas y raíces hasta carroña y huesos. Su presencia en el planeta coincidió en un momento en el que se produjo una pérdida de fauna y flora considerable como consecuencia del impacto del asteroide Chicxulub que acabó con la era de los dinosaurios, por lo que la carne no habría sido ni mucho menos su alimento principal, aunque no se descarta que también recurrieran a la carne.

A medida que evolucionaron, su tamaño aumentó y la evolución permitió el desarrollo de características únicas, como colmillos largos y curvos, una poderosa mandíbula y pestañas óseas en las mejillas que les permitieron convertirse en omnívoros eficientes, alimentándose de plantas, invertebrados y vertebrados, incluida la carroña. Es probable que sus colmillos los utilizaran para diversos fines, como luchar, cavar en busca de comida o lidiar en la fase de apareamiento.

Recreación de fósiles - Midjourney/Sarah Romero

Extinción

El reinado de los entelodontos o 'cerdos del infierno', llegó a su fin a finales del Oligoceno, hace unos 16 millones de años, pero la causa exacta de su extinción aún no está clara. Suele ser atribuida a una combinación de cambio climático y competencia con los depredadores más evolucionados. A medida que el mundo se enfrió y los bosques dieron paso a praderas abiertas, sus hábitats disminuyeron a causa de cambios climáticos significativos que redujeran los bosques y los depredadores del momento les habrían superado también en la caza y la recolección de carne podrida, haciéndoles más difícil la supervivencia.

Referencias:

  • Florent Rivals, Ruslan I. Belyaev, Vera B. Basova, Natalya E. Prilepskaya, Hogs, hippos or bears? Paleodiet of European Oligocene anthracotheres and entelodonts, Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology, Volume 611, 2023, 111363, ISSN 0031-0182, DOI: https://doi.org/10.1016/j.palaeo.2022.111363.
  • Ducrocq, S., Chaimanee, Y., & Jaeger, J. (2019). First record of Entelodontidae (Mammalia, Artiodactyla) from the late Eocene of Southeast Asia. Comptes Rendus Palevol. https://doi.org/10.1016/J.CRPV.2018.10.001.
  • Lucas, S., & Emry, R. (1999). Taxonomy and biochronological significance of Paraentelodon, a giant entelodont (Mammalia, Artiodactyla) from the late Oligocene of Eurasia. Journal of Vertebrate Paleontology, 19, 160-168. https://doi.org/10.1080/02724634.1999.10011130.
Así recrea la IA un cerdo del infierno - Midjourney/Sarah Romero

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