Ser rico no depende de la inteligencia, sino de la suerte, según un estudio

Un medio de comunicación derivado del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) se hace eco de una investigación que asegura que la suerte juega un papel mucho más relevante en la riqueza de lo que se pensaba.
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La riqueza y el éxito suelen asociarse con el talento, el esfuerzo y la dedicación. Pero un reciente estudio ha contravenido esta idea afirmando que la suerte juega un papel mucho más relevante en la riqueza de lo que se creía hasta ahora.

Se da la circunstancia de que la distribución de la riqueza sigue un patrón bien conocido, a veces denominado regla del 80:20: es decir, se calcula que el 80 por ciento de la riqueza pertenece al 20 por ciento de la población. Un informe del año pasado concluía que sólo ocho hombres poseían una riqueza total equivalente a la de los 3.800 millones de personas más pobres del mundo.

Ser rico no depende de la inteligencia sino de la suerte, según un estudio - Getty Images/iStockphoto

Precisamente, esta distribución desigual ha sido el punto de partida para un grupo de investigadores que ha intentado responder a una vieja pregunta sobre la equidad y el mérito en la sociedad: ¿Por qué tan pocas personas poseen tanta riqueza?

A priori, la respuesta convencional sugiere que vivimos en una meritocracia, donde el talento y el esfuerzo son recompensados con riqueza. Pero mientras que las habilidades humanas suelen repartirse de forma ‘normal’ entre la población (al igual que por ejemplo la altura o el peso), no sucede lo mismo con la abundancia, que se distribuye, según los expertos, siguiendo una ley de potencia, donde la suerte juega un papel crucial.

Ser rico no depende de la inteligencia sino de la suerte, según un estudio - Nicoleta Ionescu

Sin embargo, numerosos estudios han demostrado que el éxito económico no siempre se correlaciona con el talento. Uno de los más recientes es el que publicaba en 2018 un equipo de científicos dirigido por Alessandro Pluchino, de la Universidad de Catania (Italia).

Un trabajo que ha cobrado especial relevancia al ser recogido por el MIT Technology Review, un medio de comunicación derivado del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). En concreto, el mito de que el éxito y la riqueza están ligados al talento y al esfuerzo individual ha sido ‘derribado’ por un nuevo modelo informático de creación de riqueza.

Se trata de un modelo computacional que revela que las personas más exitosas no son necesariamente las más talentosas, sino las más afortunadas. Este descubrimiento, del que informa la reputada institución, tendría importantes implicaciones en distintas áreas.

El equipo encabezado por Pluchino ha creado este modelo informático para comprobar hasta qué punto intervienen factores como el talento humano y la suerte. De modo que simularon la vida laboral de individuos con diferentes niveles de talento durante 40 años.

Durante ese tiempo, los individuos experimentan una serie de sucesos afortunados y desafortunados que afectan a su riqueza. Sorprendentemente, la recreación reflejó que los individuos más ricos no son los más talentosos, sino los más afortunados.

Ser rico no depende de la inteligencia sino de la suerte, según un estudio

De forma paradójica, observaron que la distribución de la riqueza coincidía con la observada en la vida real: el 80 por ciento de la población posee el 20 por ciento de la riqueza. “Se respeta la regla del '80-20', ya que el 80 por ciento de la población posee sólo el 20 por ciento del capital total, mientras que el 20 por ciento restante posee el 80 por ciento del mismo capital”, explicaban Pluchino y compañía.

En efecto, aunque se podría esperar que las personas más talentosas fuesen las más exitosas, el modelo contradice esta suposición. Pluchino y su equipo descubrieron que la mayoría de las veces, la riqueza está más vinculada a la suerte que al propio talento. “El máximo éxito nunca coincide con el máximo talento, y viceversa”, alegan los investigadores.

Ser rico no depende de la inteligencia sino de la suerte, según un estudio

Entonces, si no es el talento, ¿qué otro factor provoca esta distribución sesgada de la riqueza? “Nuestra simulación muestra claramente que tal factor es pura suerte”, afirman Pluchino y compañía. Según los investigadores, las personas más exitosas suelen ser también las más afortunadas, mientras que los individuos menos exitosos suelen ser los menos afortunados.

Por tanto, estos hallazgos ponen en tela de juicio la idea de que el éxito se deba solo al talento y al esfuerzo de cada uno. Asimismo, se considera que la suerte juega un papel fundamental en la determinación del éxito económico, ya que los individuos más afortunados tienden a acumular más riqueza a lo largo de sus vidas.

Un reparto justo y equitativo

De otra parte, los hallazgos de Pluchino y su equipo tienen implicaciones importantes para la sociedad en general, por ejemplo, en áreas como los negocios o la distribución de fondos de investigación científica, tal y como subrayan desde el MIT.

Sobre este asunto, indican, los modelos de distribución equitativa o aleatoria de fondos resultan ser las estrategias más efectivas para maximizar los rendimientos, ya que permiten que los científicos aprovechen descubrimientos fortuitos que pueden llevar a avances importantes.

Ser rico no depende de la inteligencia sino de la suerte, según un estudio

Finalmente, el estudio de Pluchino resalta la importancia de reconocer el papel del azar en el éxito y la distribución de la riqueza. En un mundo donde se valora el mérito y el esfuerzo, es crucial comprender que la suerte también desempeña un papel fundamental, según los expertos. Por ello, remarcan, este conocimiento puede ayudar a informar políticas y estrategias que promuevan la equidad y la justicia en la sociedad.

Referencias: 

  • Pluchino, A; Biondo, A.E.; Rapisarda, A. 'Exploring the role of talent and luck in getting success' Rehabilitation Medicine (2018)
  • Emerging Technology from the arXiv. 'If you’re so smart, why aren’t you rich? Turns out it’s just chance'. MIT Technology Review (2018)

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