Exploración lunar: ¡volvemos a la Luna!

Nuestro satélite regresa al objetivo de la exploración espacial. Nuevas misiones y experimentos se preparan para rememorar las gestas de las misiones Apolo y rastrear su superficie con diversos fines científicos.
Luna. Gemini
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La Luna podrá no tener océanos criogénicos, volcanes activos o géiseres vistosos, pero contiene otra clase de magia. Quizá alberga los secretos del origen de la vida en la Tierra y hasta unos cuantos fósiles con microbios terrícolas. Ya en 2002, científicos planetarios de la Universidad de Washington, en Seattle (Estados Unidos), decían que el regolito lunar, o sea, la fina capa superior de la corteza, podría estar poblada de meteoritos provenientes de nuestro planeta, Marte y hasta Venus. Habrían aterrizado allí después de haber sido desalojados de su lugar de origen, tras sufrir impactos contra algún cuerpo celeste y vagar por el Sistema Solar durante miles de millones de años.

Lluvia de rocas

Gracias a la baja actividad en materia tectónica, “nuestra luna podría ser un museo de muestras que contienen el registro de la evolución de la química orgánica del Sistema Solar. Y, por qué no, también de la transición de los procesos prebióticos a la vida primitiva terrestre”, escribe Mark Sephton, del Imperial College de Londres, en un artículo publicado en Astrobiology, en 2015.

En su opinión, “el problema es que el registro orgánico de la Tierra anterior a 3.800 millones de años ha sido borrado del planeta, debido a sus procesos geológicos. Pero, afortunadamente, el nuestro no fue el único mundo que recibió un bombardeo de objetos que contenían materia orgánica durante las primeras etapas de existencia del Sistema Solar. De hecho, existe una teoría según la cual ese material está archivado en depósitos de paleorregolitos enterrados entre capas de lava volcánica en la Luna”.

Sephton se refiere a rocas que, al caer, no se habrían evaporado con el impacto –como le sucede a casi todo lo que golpea contra la Luna–, sino que habrían aterrizado a velocidades relativamente bajas, quedando enterradas bajo la superficie. Esto es importante porque, aunque no es tan dinámico como la Tierra, nuestro satélite sufre una continua lluvia de micrometeoritos que con el tiempo terminan pulverizando todo lo que hay sobre el suelo.

Por otra parte, cabría pensar que la lava derretiría el meteorito, pero los científicos dicen que la superficie lunar es un excelente aislante térmico, que disipa el calor y cubre al recién llegado con una gruesa capa de roca.

Apollo 11. Wikipedia
Exploración lunar.
Exploración lunar: Base en la Luna del Apollo 11. NASA-Wikipedia.

La cápsula del tiempo

Ese fragmento de corteza terrestre sobreviviría millones de años sin perturbaciones, guardando celosamente sus compuestos orgánicos en una cápsula del tiempo, algo así como cuando una mosca queda atrapada en una gota de ámbar. Su edad sería con seguridad de más de mil millones de años, porque fue entonces cuando la lava lunar dejó de fluir.

Para probar esa hipótesis, Sephton y su equipo hicieron un experimento en el que calentaron varios compuestos orgánicos mezclados con un material similar al que cubre la Luna y que la NASA usa en toda clase de pruebas. Se trata de una ceniza basáltica, la JSC-1, que proviene de Arizona y que ha demostrado ser un elemento de comparación excelente.

Unos escombros lunáticos

Durante el estudio, las muestras se metieron en hornos y se calentaron hasta los 700 ºC, temperatura que reinaría en el subsuelo lunar, bajo los flujos de lava que existieron alguna vez en nuestro satélite. Los materiales sobrevivieron al ensayo. “El hecho de que estos compuestos puedan resistir a altas temperaturas, en el vacío, da credibilidad a la posibilidad de que existan biomarcadores en meteoritos terrestres en sus estados primitivos, preservados a escasos milímetros bajo los flujos de lava lunar”, escribe Sephton.

Aunque menos del 0,1 % de los escombros interplanetarios de nuestro vecindario caen en la Luna, los expertos calculan que podría haber más de veinte toneladas de rocas terrestres esparcidas por cada cien kilómetros cuadrados.

En 2002, científicos de la Universidad de Washington calcularon que, de los 380 kilos de rocas lunares traídas por el programa Apolo, hay entre dos y tres gramos de material proveniente de la Tierra. Esos mismos 100 km2 lunares contendrían 180 kilos de rocas de Marte, y entre uno y treinta kilos de rocas de Venus –hay menos material procedente de este planeta porque su densa atmósfera y su cercanía al Sol no dejan escapar gran cosa–.

La atmósfera y la velocidad de escape de la Tierra –casi 12 km por segundo– tampoco hacen fáciles las cosas. No obstante, la teoría dice que el mazazo de un asteroide grande podría vaciar temporalmente la atmósfera alrededor del punto de impacto.

Apollo 11. Wikipedia
Exploración lunar
Exploración Lunar: vista del módulo lunar Eagle del Apolo 11. En la parte inferior de la Luna y en el horizonte la Tierra. NASA-Wikipedia.

Cocinar con rayos cósmicos

En verano de 2015, la cuestión de los ingredientes necesarios para la vida en la Luna se puso aún más interesante. Un estudio de la Universidad de Hawái, en Manoa, encabezado por Sarah Crites, lanzó la hipótesis de que los rayos cósmicos que vienen de fuera de la galaxia podrían tener la suficiente energía para convertir simples moléculas encerradas en el hielo lunar en compuestos orgánicos más complejos.

La idea del estudio surgió cuando, en 2009, la sonda LCROSS fue enviada a estrellarse en un cráter del polo sur lunar llamado Cabeus. El impacto levantó vapor de agua, seguramente, por el hielo atrapado en la zona en sombra del cráter. Dicha agua contenía compuestos orgánicos, pero nadie sabe cómo llegaron hasta allí. La teoría más probable es que procedieran de un cometa, aunque Crites piensa que nuestro satélite podría haberlos fabricado a partir de cero.

Para demostrarlo, la investigadora y su equipo hicieron un modelo químico del hielo con información tomada de los orbitadores lunares. Concluyeron así que los rayos cósmicos –partículas subatómicas cuya energía es muy elevada debido a que viajan casi a la velocidad de la luz– que chocan sobre esa superficie tienen la energía suficiente para provocar las reacciones necesarias para crear esa alquimia.

La simulación sugiere que hasta un 6 % de las moléculas básicas halladas en el hielo polar lunar –amoniaco y dióxido de carbono–pueden convertirse en compuestos orgánicos, como metano, tras ser bombardeadas durante mil millones de años por rayos cósmicos. Crites admite que, para ser biológicamente útiles, esos compuestos necesitan ser más complejos. De todas formas, el estudio es importante porque señala que las mismas reacciones podrían darse en el resto del Sistema Solar, incluido Marte.

Los microfósiles viajeros

Según el astrofísico del Centro Espacial Goddard Alexander Pavlov, uno de los problemas es saber cuánto puede durar la materia orgánica en buen estado bajo la radiación del espacio, ya que los mismos rayos cósmicos que supuestamente podrían crearla son capaces de destruirla.

Esta es una de las razones por las cuales los científicos que trabajan con el robot Curiosity en Marte esperan explorar áreas del planeta rojo que no han estado expuestas a los elementos desde hace mucho tiempo. El trabajo de Crites también sugiere que la Luna podría tomarse como el modelo para estudiar la química en los satélites congelados más distantes.

Otras simulaciones de exploración lunar

El equipo de Mark Burchell, de la universidad inglesa de Kent, ha ido más allá al comprobar lo que pasaría si un pedazo de roca con fósiles microscópicos de la Tierra fuese lanzado al espacio y golpeara contra la superficie de la Luna. Para ello, simularon las condiciones bajo las cuales las diatomeas fósiles, unas algas microscópicas, habrían viajado desde aquí a nuestro satélite.

Burchell convirtió una roca llena de estos fósiles en polvo que mezcló con agua y finalmente congeló para replicar un meteoro. A continuación, fue disparado en una bolsa de agua con una potente pistola de gas para hacer que experimentase un impacto similar al que sufre un cuerpo al ponerse en órbita. Después, sometió la mezcla a un choque contra el agua con la misma rápida desaceleración y alta presión que habría experimentado al estrellarse contra la Luna a gran velocidad.

Con la simulación se ha probado que es posible encontrar restos fósiles del pasado de nuestro planeta en meteoritos hallados en la Luna. Aunque ninguno de los fósiles del experimento de Burchell sobrevivió intacto a la colisión, el hecho de poder reconocer algunos de sus componentes así lo confirma.

Apollo 11. Wikipedia
Exploración lunar
Exploración lunar: astronauta Buzz Aldrin en la Luna. NASA-Wikipedia.

Una grabadora ideal

En definitiva, los investigadores actuales coinciden en que es imperativo regresar a nuestro satélite gris y escarbar debajo del hielo y de las rocas de la superficie en busca no solo de cápsulas del tiempo, sino de los mismos compuestos de carbono que son las piezas centrales de la vida en la Tierra. Después de todo, la Luna es una grabadora cósmica que durante los últimos 4.000 millones de años lleva recolectando continua y calladamente una detallada historia de este rincón del universo. Es hora de interpretar esas grabaciones.

Exploración lunar: 9 grandes pasos futuros para la humanidad

La Luna es un destino accesible que aporta experiencia y conocimientos para misiones de larga duración a otros planetas. Agencias espaciales como la ESA quieren crear allí una base de operaciones y repostaje donde pudieran vivir humanos durante periodos largos.

Luna. Gemini
Exploración lunar: La Luna es un destino accesible que aporta experiencia y conocimientos. Gemini.

Además, nuestro satélite guarda misterios por desvelar, como el agua helada de sus polos y los fósiles llegados a bordo de meteoritos desde la Tierra y otros rincones del Sistema Solar. Abajo figuran las nueve misiones a la Luna más probables para los próximos años. En primer lugar, se cita la empresa o agencia espacial que la promueve.

  • Space Adventures - Misión: Deep Space Expedition Alpha (DSE-Alpha) - Objetivo: sobrevuelo turístico de la Luna.
  • Golden Spike - Misión: Golden Spike - Objetivo: alunizaje tripulado por dos turistas - Duración: por decidir.
  • Shackleton Energy CO. - Misión: por decidir - Objetivo: minería robótica supervisada por humanos en el polo sur lunar.
  • NASA- Misión: Exploration Mission 2 - Objetivo: ensayo para tratar de orbitar alrededor de la Luna.
  • Agencia Espacial Europea - Misión: Programa de Exploración Aurora - Objetivo: alunizaje tripulado.
  • Lunar Mission One - Misión: LMO - Objetivo: exploración geológica con un robot del polo sur lunar, financiada por crowdfunding.
  • Agencia Espacial Rusa Roscosmos y ESA - Misión: Luna 27 - Objetivo: instalar una base permanente en la cuenca Aitken.
  • Administración Espacial Nacional China (CNSA) - Misión: CLEP - Objetivo: alunizaje tripulado.
  • Open Luna - Misión: Open Luna - Objetivo: poner a personas en la Luna - Duración: dos semanas sobre la superficie.

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