Un día cualquiera frente al ordenador, tecleando en una pantalla RGB, puede parecer que estamos viendo todos los colores posibles. Pero no es así. El ojo humano, por increíble que sea, no puede percibir toda la gama cromática que la física permite. Eso es lo que pensaron un grupo de investigadores que decidieron ir más allá: crear un color nuevo, nunca antes visto por ningún ser humano. Y lo lograron.
Lo llamaron “olo”, una tonalidad azul-verde tan saturada que hasta el rayo láser de un puntero parece desvaído a su lado. Este avance no es fruto de una ilusión óptica ni de un filtro de Instagram, sino de un complejo sistema científico que actúa directamente sobre las células de la retina, manipulando cómo vemos el mundo.
¿Qué significa ver un color "nuevo"?
Los colores que percibimos son el resultado de cómo nuestros conos retinianos responden a diferentes longitudes de onda de luz. Estos conos se dividen en tres tipos: L (rojo), M (verde) y S (azul). La visión del color, por tanto, se construye a partir de combinaciones de activación de estos tres sensores. Pero hay un límite natural: siempre que se activa un tipo de cono, los otros también responden en mayor o menor medida.
El gran avance del estudio ha sido romper esa regla, activando únicamente los conos M de forma aislada. Esto permite enviar una señal al cerebro que nunca se produce de manera natural. Según el artículo original, “al intentar activar exclusivamente los conos M, se provoca un color más allá del gamut humano natural”.

Así funciona Oz: manipulación celda a celda en la retina
Para lograr este resultado, el equipo liderado por James Fong desarrolló un sistema llamado Oz, que estimula individualmente los fotorreceptores de la retina con microdosis de láser dirigidas con una precisión extrema. Se parte de un mapeo detallado de la retina de cada persona, clasificando sus conos según su sensibilidad espectral con técnicas de imagen de alta resolución.
Luego, mediante un láser de longitud de onda controlada y una interfaz de seguimiento ocular en tiempo real, los científicos disparan luz solo a los conos deseados, evitando los adyacentes. No es tarea sencilla: el ojo nunca está completamente quieto y hay que anticiparse a sus micromovimientos para mantener la precisión.
“Nuestro sistema prototipo puede dirigir 10⁵ microdosis por segundo a una población de 10³ conos”, explican los autores en el artículo científico. Es decir, el sistema es capaz de modular la estimulación punto por punto, a una escala jamás alcanzada hasta ahora.

Nace un nuevo color: olo
El resultado de este experimento fue la percepción de un color inédito, llamado olo. Su nombre proviene de las coordenadas de activación de los conos: (0, 1, 0), es decir, solo el canal M activado. No hay estimulación ni del canal L (rojo) ni del S (azul). El color resultante, según los participantes, se percibe como un azul-verde de saturación sin precedentes.
La existencia de olo no es solo subjetiva. En los experimentos de validación, los investigadores utilizaron métodos clásicos de comparación de color: mostraban a los participantes cuadrados de color olo y luego permitían ajustar otros colores para igualarlos. En todos los casos, los sujetos necesitaron añadir luz blanca para desaturar olo y poder compararlo con colores reales, lo que demuestra que olo está fuera del espectro natural.
“Los sujetos encontraron necesario desaturar olo con luz blanca para conseguir una coincidencia de color”, se señala textualmente en el artículo científico.

Aplicaciones médicas y tecnológicas: ¿y si pudiéramos ver más?
Aunque por ahora Oz es una tecnología de laboratorio, sus implicaciones van más allá de la pura curiosidad. Esta capacidad de estimular de forma precisa cada célula de la retina puede usarse para modelar enfermedades oculares, reproducir sus efectos y estudiar cómo evoluciona la percepción visual en casos de pérdida de visión.
Además, Oz podría ayudar a personas con daltonismo. El sistema permitiría compensar conos defectuosos o ausentesmediante estímulos personalizados, creando experiencias de color completas incluso en quienes hoy no pueden distinguir ciertos tonos.
Otro frente abierto es la exploración de una visión tetracrómica. Algunas personas tienen un cuarto tipo de cono, lo que les da una sensibilidad al color superior. Oz podría simular esta condición en individuos con visión normal y comprobar si el cerebro humano es capaz de adaptarse y aprender a ver una dimensión cromática adicional.

Desafíos técnicos y limitaciones del sistema
A pesar del entusiasmo, el sistema Oz tiene aún limitaciones importantes. El área de visión estimulada es muy reducida (un cuadrado de 0,9°), y los participantes deben mantener la vista fija sin mover los ojos, lo cual no es natural. Esto se debe a que solo se ha mapeado una pequeña parte de la retina.
Además, los conos del centro de la retina, responsables de la visión más precisa, son demasiado pequeños para el sistema actual. Por tanto, la estimulación debe hacerse en la periferia visual, lo que complica aún más la percepción.
El propio artículo reconoce: “Ampliar Oz para permitir un campo de visión libre y natural plantea importantes desafíos técnicos”.
Por otro lado, Oz requiere un equipo muy especializado y voluminoso, con láseres de alta precisión, óptica adaptativa y seguimiento ocular a nivel celular. Esto hace inviable, por el momento, su aplicación en pantallas o dispositivos de consumo como televisores o teléfonos móviles.
¿El inicio de una nueva era para la percepción humana?
El trabajo de Fong y sus colegas no solo ha generado un nuevo color. Ha demostrado que es posible controlar de forma programada las señales que recibe el cerebro desde la retina, abriendo una nueva vía experimental en neurociencia sensorial.
Oz no es solo una herramienta para estudiar la visión: es un sistema que permite expandirla, explorando colores y percepciones que hasta ahora no eran accesibles para nuestra especie. Tal vez estemos ante el inicio de una revolución sensorial que, en el futuro, nos permita ver un mundo más rico y diverso de lo que jamás pensamos posible.
Porque si ahora podemos crear olo, ¿qué otros colores, formas o experiencias visuales nos estamos perdiendo sin saberlo?
Referencias
- Fong, J., Doyle, H.K., Wang, C., Boehm, A.E., Herbeck, S.R., Pandiyan, V.P., Schmidt, B.P., Tiruveedhula, P., Vanston, J.E., Tuten, W.S., Sabesan, R., Roorda, A., Ng, R. (2025). Novel color via stimulation of individual photoreceptors at population scale. Science Advances, 11, eadu1052. https://doi.org/10.1126/sciadv.adu1052.