Pueden hacerlo aunque, dada la anatomía de su aparato urogenital, son incapaces de orientar el "chorrito", así como el nivel de flujo. El hombre lo consigue gracias a que la uretra cruza la longitud de su pene y puede ayudarse con las manos para miccionar. Cuando una mujer intenta orinar de pie, el chorro produce salpicaduras y, a medida que la micción decae en intensidad, el pipí tiende a escurrir por las piernas. Hace años se lanzaron al mercado unos conos de papel para la micción "erguida" que estaban adaptados a la anatomía femenina.
Y los hombres, ¿orinan sentados? En algunas culturas y contextos, es común que los hombres opten por orinar sentados. Este comportamiento se ha vuelto más aceptado en hogares y baños públicos modernos, donde la higiene y la comodidad son consideraciones clave. Además, en algunos países escandinavos, orinar sentado es una práctica socialmente aceptada y fomentada. Aunque tradicionalmente se ha asociado más con las mujeres, los hombres que eligen orinar sentados destacan la comodidad y la limpieza como razones para adoptar esta práctica. La elección de orinar sentado puede variar culturalmente y reflejar preferencias personales y normas sociales en evolución.