Barroco español: Un viaje al esplendor artístico del siglo XVII

Así se llama el estilo artístico recargado que siguió al Renacimiento.
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Así se llama el estilo artístico recargado que siguió al Renacimiento. Según algunas teorías, la palabra deriva del griego baros, que significa pesadez; para otras, procede del florentino barochio -engaño-, mientras que la opinión más extendida lo relaciona con la voz portuguesa barocco, "perla irregular con deformaciones". Así figura en el Diccionario francés del siglo XVII. En el XVIII, se amplió el sentido para designar figuradamente lo extravagante, irregular o desigual, y se aplicó a las obras posteriores al Renacimiento consideradas exageradas y confusas por la visión clásica.

En España, el Barroco dejó una huella indeleble, impulsado en gran medida por la Iglesia Católica, que utilizó el arte barroco para transmitir sus mensajes de fe y devoción. Figuras emblemáticas como Diego Velázquez en la pintura y autores como Francisco de Quevedo y Luis de Góngora en la literatura, fueron exponentes destacados de este periodo.

Origen de la palabra "Barroco" y sus teorías etimológicas

Etimología del término barroco

La palabra "Barroco" tiene un origen etimológico que ha sido objeto de debate entre los estudiosos. Una teoría sugiere que proviene del griego "baros", que hace referencia a la pesadez, evocando la densidad y la complejidad propias de este estilo. Otra propuesta es que deriva del término florentino "barochio", que alude a un engaño, reflejando una percepción de artificio en las obras barrocas. Sin embargo, la explicación más aceptada es que el vocablo proviene del portugués "barocco", que se refiere a una perla de forma irregular, simbolizando la extravagancia y la falta de simetría que caracterizan al Barroco.

Esta evolución reflejó la visión clásica que consideraba las creaciones barrocas como exageradas y confusas, oponiéndose a la armonía propia del Renacimiento. - Pixabay

Teorías sobre el origen de la palabra barroco

El término "Barroco" no solo tiene raíces lingüísticas diversas, sino que también ha evolucionado en su significado a lo largo del tiempo. Durante el siglo XVII, el Diccionario francés ya aludía a la palabra para describir lo que se consideraba extravagante e irregular. En el siglo XVIII, el vocablo abarcó no solo lo extravagante, sino también lo asimétrico y desigual en las obras artísticas. Esta evolución reflejó la visión clásica que consideraba las creaciones barrocas como exageradas y confusas, oponiéndose a la armonía propia del Renacimiento.

El Barroco: El estilo artístico posterior al Renacimiento

Relación entre el Renacimiento y el Barroco

El Barroco emergió como una reacción al Renacimiento, etapa que valoraba la claridad, la proporción y la racionalidad. Mientras el Renacimiento enfatizaba el equilibrio y la armonía, el Barroco se enfocó en provocar una respuesta emocional más intensa mediante la grandiosidad y la ornamentación. Esta transición no fue abrupta; fue un proceso gradual en el que las formas renacentistas empezaron a incorporar elementos más dramáticos y dinámicos, desembocando en un estilo que buscaba impactar y emocionar al observador. En España, esta transformación fue especialmente visible, pues el Barroco se erigió en un medio para expresar tanto la devoción religiosa como el poder político.

Según algunas teorías, la palabra deriva del griego baros, que significa pesadez; para otras, procede del florentino barochio -engaño-, mientras que la opinión más extendida lo relaciona con la voz portuguesa barocco, "perla irregular con deformaciones". - Pixabay

Características distintivas del Barroco

Extravagancia y irregularidad

Una de las particularidades más resaltantes del Barroco es su extravagancia. Esta corriente se distingue por un uso profuso de la ornamentación, donde los detalles minuciosos y las formas dinámicas priman. La irregularidad es otro sello crucial: a diferencia de la simetría renacentista, el Barroco abraza lo asimétrico y lo inusual, generando una sensación de movimiento y vitalidad. Esto se observa en la arquitectura barroca, cuyas fachadas a menudo fusionan múltiples elementos decorativos que rompen con la idea convencional de orden y proporción.

Confusión y complejidad

El Barroco también se caracteriza por su complejidad, tanto en el diseño como en el contenido. Las obras barrocas pueden presentar varias capas de significado, utilizando símbolos y alegorías que comunican ideas profundas y a veces contrapuestas. Esta densidad puede generar una percepción de confusión, ya que el espectador es retado a descifrar las intenciones del autor. En la pintura, por ejemplo, los lienzos barrocos tienden a ser densos y abarrotados, con un esmero detallado que fomenta la observación prolongada y la interpretación activa.

Impacto del Barroco en las manifestaciones artísticas en España

Desarrollo del Barroco en los siglos XVII y XVIII

El Barroco en España prosperó a lo largo de los siglos XVII y XVIII, en un periodo fuertemente influido por la Contrarreforma y la consolidación del poder monárquico. Este trasfondo histórico propició un ambiente propicio para el florecimiento del arte barroco, que se utilizó como instrumento eficaz para transmitir mensajes tanto religiosos como políticos. En cuanto a arquitectura, el Barroco español se caracteriza por su monumentalidad y su riqueza ornamental, evidente en catedrales e iglesias que embellecen las ciudades. Por su parte, la pintura y la escultura también alcanzaron gran esplendor, reflejando un equilibrio entre fervor religioso y vida cotidiana de la época.

El papel de la Iglesia Católica en la promoción del Barroco

La Iglesia Católica desempeñó un rol decisivo en la promoción del Barroco en España. Durante la Contrarreforma, el arte barroco sirvió como una herramienta para consolidar la autoridad eclesiástica y atraer a los fieles mediante poderosas representaciones visuales. Los edificios religiosos, en su arquitectura y diseño interior, son clara muestra de esto, con altares recargados, columnas salomónicas y frescos que cubren muros y techos, creando un entorno que invita a la devoción. Esta perspectiva ornamental buscaba asombrar y reforzar la fe, alineándose con las metas de la Iglesia en ese momento histórico.

Ejemplos emblemáticos del Barroco español

La Sagrada Familia en Barcelona

Aunque la Sagrada Familia en Barcelona se reconoce mayormente como pieza del modernismo catalán, es innegable la influencia del estilo barroco en varios de sus rasgos. La ostentación de sus fachadas y la complejidad de las formas arquitectónicas exhiben ese espíritu barroco de gran ornamentación. Este templo, diseñado por Antoni Gaudí, fusiona concepciones modernistas con herencias del Barroco, utilizando la riqueza ornamental y el simbolismo para construir una vivencia visual y espiritual irrepetible. La Sagrada Familia ejemplifica la perdurable vigencia de lo barroco, inspirando a arquitectos y artistas incluso en épocas posteriores.

Aunque la Sagrada Familia en Barcelona se reconoce mayormente como pieza del modernismo catalán, es innegable la influencia del estilo barroco en varios de sus rasgos. - Pixabay

Artistas y su influencia en el Barroco español

Diego Velázquez y la pintura barroca

Diego Velázquez se destaca como uno de los pintores clave del Barroco español, notable por su destreza en plasmar la realidad con detalle y precisión. Obras como "Las Meninas" evidencian la habilidad barroca de utilizar luz y sombra para generar profundidad y dramatismo. Velázquez influyó no solo en sus contemporáneos, sino también en numerosas generaciones de artistas posteriores. Su énfasis en la verosimilitud y la psicología de los personajes ilustra la naturaleza paradójica del Barroco, donde la apariencia y la sustancia se entrelazan de manera cautivadora.

Transformación de la literatura barroca

Francisco de Quevedo y Luis de Góngora

La literatura barroca en España experimentó cambios significativos, ejemplificados en la famosa rivalidad entre Francisco de Quevedo y Luis de Góngora. Quevedo, conocido por su tono satírico y punzante, empleaba el lenguaje para criticar y analizar la sociedad de su época. Mientras tanto, Góngora se distingue por su estética culterana, caracterizada por metáforas suntuosas y una compleja arquitectura sintáctica que reta al lector. Esta dualidad encarna las tensiones estilísticas del Barroco, donde la claridad y la opacidad coexisten en un delicado balance. Ambos autores dejaron una huella indeleble en la literatura española, forjando un legado que influyó en la poesía y la prosa de los siglos posteriores.

Referencias:

  • Maravall, J.A. La cultura del Barroco. Ariel.
  • Wölfflin, H. Renaissance und Barock. Bruckmann Verlag.

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