¿Qué significado tenían los obeliscos egipcios?

Se han dado diversas explicaciones sobre los motivos que los antiguos egipcios pudieron haber tenido para elevar estos misteriosos monolitos. El mayor de los que conocemos, erigido por el faraón Tutmosis III, alcanza la altura de un edificio actual de doce plantas.
Obelisco
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Los obeliscos egipcios son uno de los monumentos más enigmáticos y fascinantes de la antigüedad. Estos imponentes monolitos, que alcanzan alturas comparables a edificios modernos, han intrigado a historiadores y arqueólogos durante siglos. Aunque el término "obelisco" proviene del griego y alude a un espetón, en el antiguo Egipto eran conocidos como ben-ben, un término que refleja su conexión con el culto solar de Ra. A lo largo de la historia, estos monumentos han sido interpretados de diversas maneras, desde símbolos religiosos hasta manifestaciones de poder político, y su legado perdura hasta nuestros días.

Origen y definición de los obeliscos egipcios

Se han dado diversas explicaciones sobre los motivos que los antiguos egipcios pudieron haber tenido para elevar estos misteriosos monolitos. El mayor de los que conocemos, erigido por el faraón Tutmosis III, alcanza la altura de un edificio actual de doce plantas.

Significado del término "obelisco" y su etimología

El término "obelisco" tiene sus raíces en la lengua griega, donde se utilizaba para describir un espetón o asador en diminutivo. Esta denominación griega, aunque irónica, no refleja el profundo significado que estos monumentos tenían en el contexto egipcio. En el antiguo Egipto, los obeliscos eran conocidos como ben-ben, un término que se asocia con la idea de "alzarse brillando". Esta expresión está íntimamente ligada al culto solar, especialmente al dios Ra, quien era una de las deidades más veneradas en la mitología egipcia.

La elección de la palabra ben-ben no era casual. Este término no solo hacía referencia a la forma y función del obelisco, sino también a su simbolismo espiritual. Los obeliscos eran considerados como manifestaciones terrenales de los rayos del sol, petrificados en piedra. Esta interpretación se alinea con la importancia del sol en la religión egipcia, donde Ra era visto como el creador del universo y el gobernante del cielo. Así, los obeliscos no eran meros adornos arquitectónicos, sino que tenían un profundo significado espiritual.

Además de su significado religioso, los obeliscos también desempeñaban un papel político importante. Eran erigidos para conmemorar victorias militares, honrar a los dioses y celebrar eventos significativos. A través de su imponente presencia, los obeliscos transmitían un mensaje de poder y estabilidad, reflejando la grandeza de los faraones que los mandaban construir. Esta dualidad de significado, tanto espiritual como político, es lo que hace que los obeliscos sean monumentos tan únicos y fascinantes.

¿Qué significado tenían los obeliscos egipcios? Ilustración artística de un obelisco. Foto: Leonardo.ai / Christian Pérez

Primeros obeliscos y su relación con el culto a Ra

El primer obelisco conocido fue erigido durante el reinado de Pepi I, hace aproximadamente 4.500 años, en la ciudad de Heliópolis. Esta ciudad, conocida como la "ciudad del sol", fue un importante centro religioso del Imperio Antiguo de Egipto. La elección de Heliópolis como ubicación para el primer obelisco no fue casual, ya que esta ciudad estaba dedicada al culto de Ra, el dios solar. Los obeliscos, con su forma alargada y su punta afilada, simbolizaban los rayos del sol que descendían del cielo, conectando así el mundo terrenal con lo divino.

La relación entre los obeliscos y el culto a Ra es un aspecto fundamental para entender su significado en la cultura egipcia. Estos monumentos eran considerados como una representación física del poder del sol, y su elevación hacia el cielo simbolizaba la conexión entre los faraones y los dioses. Esta interpretación se mantuvo durante siglos, aunque fue evolucionando con el tiempo. Inicialmente, se pensaba que los obeliscos eran la petrificación literal de los rayos solares, pero esta teoría ha sido descartada en favor de una visión más simbólica.

A medida que el culto a Ra se expandía, también lo hacía la construcción de obeliscos. Estos monumentos se convirtieron en una parte integral de los templos dedicados al dios solar, y su presencia era un recordatorio constante del poder divino. La construcción de obeliscos no solo requería una gran habilidad técnica, sino también una profunda devoción religiosa. Cada obelisco era una obra maestra de ingeniería y arte, diseñada para perdurar a lo largo del tiempo y transmitir un mensaje de fe y poder.

Construcción y transporte de los obeliscos

Proceso arquitectónico en el Antiguo Egipto

La construcción de un obelisco en el Antiguo Egipto era una hazaña de ingeniería impresionante que requería una planificación meticulosa y una gran cantidad de mano de obra. Estos monumentos eran tallados en una sola pieza de granito, generalmente extraído de las canteras de Asuán, una región famosa por la calidad de su piedra. El proceso comenzaba con la selección de un bloque de granito adecuado, que luego era tallado cuidadosamente para darle su forma característica. La precisión era fundamental, ya que cualquier error podría comprometer la estabilidad del obelisco.

Una vez que el obelisco era tallado, el siguiente desafío era transportarlo a su destino final. Este proceso implicaba el uso de trineos de madera y rodillos, así como la fuerza de cientos de trabajadores. El transporte de un obelisco podía llevar meses, e incluso años, dependiendo de la distancia y las condiciones del terreno. Para facilitar el movimiento, los egipcios utilizaban rampas y sistemas de poleas, demostrando un conocimiento avanzado de la física y la mecánica.

El último paso en el proceso era la erección del obelisco, que se realizaba en el lugar designado. Este era un momento crítico, ya que cualquier error podía resultar en la caída y destrucción del monumento. Para levantar el obelisco, los egipcios utilizaban una combinación de rampas y contrapesos, un procedimiento que requería una coordinación precisa. Una vez erigido, el obelisco se convertía en una estructura imponente que dominaba el paisaje, sirviendo como un testimonio duradero de la habilidad técnica y la devoción religiosa de los egipcios.

Obelisco de Pepi I en Heliópolis: El primero conocido

El obelisco de Pepi I, erigido en Heliópolis, es considerado el primer obelisco conocido en la historia de Egipto. Este monumento, aunque no tan alto como los que se construirían en épocas posteriores, marcó el inicio de una tradición que se mantendría durante siglos. Heliópolis, la ciudad donde se levantó, era un importante centro religioso dedicado al culto del dios Ra, lo que subraya la conexión espiritual de los obeliscos con el sol y la divinidad.

La elección de Heliópolis como ubicación para el obelisco de Pepi I no fue casual. Esta ciudad, conocida como la "ciudad del sol", era un lugar de gran importancia religiosa y cultural. El obelisco, con su forma alargada y su punta afilada, simbolizaba los rayos del sol que descendían del cielo, conectando así el mundo terrenal con lo divino. Esta interpretación se mantuvo durante siglos, y los obeliscos se convirtieron en una parte integral de los templos dedicados al dios solar.

El obelisco de Pepi I no solo es significativo por ser el primero de su tipo, sino también por su simbolismo y su influencia en la arquitectura posterior. Este monumento sentó las bases para la construcción de obeliscos más grandes y elaborados, que se convertirían en un símbolo del poder y la devoción de los faraones. A lo largo de los siglos, los obeliscos evolucionaron en tamaño y complejidad, pero su significado espiritual y político se mantuvo constante, reflejando la grandeza de la civilización egipcia.

Simbolismo y función de los obeliscos

Obelisco de Hatshepsut en Karnak. redtea / iStock

Interpretaciones históricas y religiosas

A lo largo de la historia, los obeliscos egipcios han sido objeto de diversas interpretaciones, tanto históricas como religiosas. Inicialmente, se pensaba que estos monumentos representaban la petrificación de los rayos solares, una teoría que ha sido desechada en favor de una visión más simbólica. En el contexto religioso, los obeliscos eran vistos como manifestaciones terrenales del poder divino, conectando el mundo humano con el reino de los dioses. Esta interpretación se alinea con la importancia del sol en la religión egipcia, donde Ra era considerado el creador del universo.

Además de su significado religioso, los obeliscos también desempeñaban un papel político importante. Eran erigidos para conmemorar victorias militares, honrar a los dioses y celebrar eventos significativos. A través de su imponente presencia, los obeliscos transmitían un mensaje de poder y estabilidad, reflejando la grandeza de los faraones que los mandaban construir. Esta dualidad de significado, tanto espiritual como político, es lo que hace que los obeliscos sean monumentos tan únicos y fascinantes.

El simbolismo de los obeliscos también se refleja en su ubicación dentro del paisaje urbano. Estos monumentos eran a menudo colocados en pares a la entrada de templos, actuando como guardianes simbólicos. Su presencia en los templos no solo servía como un recordatorio del poder divino, sino también como una manifestación del poder terrenal de los faraones. Esta combinación de significado espiritual y político es lo que ha asegurado el lugar de los obeliscos en la historia de la civilización egipcia.

Simbolismo del obelisco como rayo de sol

El simbolismo del obelisco como un rayo de sol es una de las interpretaciones más fascinantes y duraderas de estos monumentos. En la cultura egipcia, el sol era una de las fuerzas más poderosas del universo, y su luz era vista como una manifestación del poder divino. Los obeliscos, con su forma alargada y su punta afilada, simbolizaban los rayos del sol que descendían del cielo, conectando así el mundo terrenal con lo divino. Esta interpretación se alinea con la importancia del sol en la religión egipcia, donde Ra era considerado el creador del universo.

La elección de la forma del obelisco no era casual. Su estructura alargada y su punta afilada estaban diseñadas para captar y reflejar la luz del sol, creando un efecto visual impresionante. Este simbolismo se extendía más allá de la arquitectura, influyendo en el arte y la cultura de la época. Los obeliscos eran considerados como un puente entre el mundo humano y el divino, y su presencia en los templos y otros lugares sagrados era un recordatorio constante del poder del sol y su conexión con los dioses.

Además de su simbolismo religioso, el obelisco como rayo de sol también tenía un significado político. Los faraones que mandaban construir estos monumentos lo hacían para demostrar su poder y su conexión con lo divino. A través de su imponente presencia, los obeliscos transmitían un mensaje de autoridad y estabilidad, reflejando la grandeza de la civilización egipcia. Esta combinación de significado espiritual y político es lo que ha asegurado el lugar de los obeliscos en la historia de la humanidad.

Colocación en pares: Guardianes de templos

La colocación de obeliscos en pares a la entrada de templos es una característica distintiva de la arquitectura egipcia que refleja tanto su simbolismo religioso como su función política. Estos monumentos, erigidos en parejas, actuaban como guardianes simbólicos de los templos, protegiendo los espacios sagrados y marcando la entrada al mundo divino. Esta disposición no solo era estéticamente impresionante, sino que también tenía un profundo significado espiritual.

La elección de colocar los obeliscos en pares no era casual. En la cultura egipcia, el número dos tenía un simbolismo especial, asociado con el equilibrio y la dualidad. Al colocar los obeliscos en parejas, los egipcios no solo estaban creando una estructura arquitectónica impresionante, sino también transmitiendo un mensaje de armonía y equilibrio. Esta disposición también reflejaba la dualidad del poder divino y terrenal, simbolizando la conexión entre los faraones y los dioses.

Además de su simbolismo religioso, la colocación de obeliscos en pares también tenía un significado político. Los faraones que mandaban construir estos monumentos lo hacían para demostrar su poder y su conexión con lo divino. A través de su imponente presencia, los obeliscos transmitían un mensaje de autoridad y estabilidad, reflejando la grandeza de la civilización egipcia. Esta combinación de significado espiritual y político es lo que ha asegurado el lugar de los obeliscos en la historia de la humanidad.

Influencia cultural y legado de los obeliscos

Situación actual del obelisco de Letrán. Szilas / Wikimedia

Impacto en otras civilizaciones: De Egipto a Roma

La influencia de los obeliscos egipcios se extendió mucho más allá de las fronteras de Egipto, dejando una huella duradera en otras civilizaciones, especialmente en Roma. Los romanos, fascinados por la cultura egipcia, transportaron varios obeliscos a su capital, donde aún se pueden ver hoy en día. Estos monumentos no solo eran apreciados por su belleza y simbolismo, sino también por su capacidad para transmitir un mensaje de poder y autoridad.

El traslado de obeliscos a Roma fue un proceso complejo que requería una gran habilidad técnica y logística. Los romanos, admiradores de la ingeniería egipcia, desarrollaron métodos innovadores para transportar y erigir estos monumentos en su ciudad. Una vez en Roma, los obeliscos se integraron en el paisaje urbano, adornando plazas y templos, y sirviendo como símbolos de la grandeza del imperio romano. Esta adopción de los obeliscos por parte de los romanos es un testimonio del impacto cultural que estos monumentos tuvieron en el mundo antiguo.

Además de su influencia en Roma, los obeliscos también inspiraron la construcción de monumentos similares en otras partes del mundo. En el siglo XVIII y XIX, se erigieron obeliscos en diversas ciudades, como París y Londres, reflejando la continua admiración por estos monumentos antiguos. A lo largo de los siglos, los obeliscos han mantenido su capacidad para inspirar asombro y admiración, convirtiéndose en un símbolo perdurable de la grandeza de la civilización egipcia.

Conexión entre Karnak en Egipto y Carnac en Francia

La coincidencia entre los nombres de Karnak, en Egipto, y Carnac, en Francia, es un aspecto intrigante que ha capturado la imaginación de muchos. Karnak es conocido por su alta concentración de obeliscos, mientras que Carnac es famoso por sus alineaciones de menhires, monumentos megalíticos que datan de la prehistoria. Aunque no hay una conexión directa entre estos dos sitios, la similitud en sus nombres y su relación con monumentos de piedra ha llevado a especulaciones sobre posibles vínculos culturales o simbólicos.

Karnak, ubicado en la antigua ciudad de Tebas, es uno de los sitios arqueológicos más importantes de Egipto. Este complejo de templos es famoso por sus obeliscos, que se erigen como testigos de la devoción religiosa y el poder político de los faraones. La presencia de obeliscos en Karnak subraya su importancia como centro religioso y cultural, y su conexión con el culto al dios Ra. Estos monumentos no solo eran símbolos de poder, sino también de la relación entre los faraones y lo divino.

Carnac, por otro lado, es un sitio megalítico en la región de Bretaña, en Francia, conocido por sus alineaciones de menhires. Aunque estos monumentos son de una época y cultura completamente diferentes a los obeliscos de Karnak, su presencia en el paisaje ha llevado a comparaciones entre ambos sitios. La coincidencia en sus nombres y su relación con monumentos de piedra ha llevado a especulaciones sobre posibles vínculos culturales o simbólicos, aunque no hay evidencia concreta que respalde esta teoría. Sin embargo, la fascinación por ambos lugares continúa, reflejando el poder duradero de los monumentos de piedra en la imaginación humana.

Continua admiración y legado en la historia

Los obeliscos egipcios continúan siendo una fuente de admiración y asombro en la actualidad, reflejando el legado perdurable de la civilización egipcia. Estos monumentos, con su imponente presencia y su profundo simbolismo, han capturado la imaginación de generaciones de historiadores, arqueólogos y turistas. A lo largo de los siglos, los obeliscos han mantenido su capacidad para inspirar, convirtiéndose en un símbolo de la grandeza y el ingenio del antiguo Egipto.

El legado de los obeliscos se extiende más allá de su significado histórico y cultural. Estos monumentos han influido en la arquitectura y el arte de diversas civilizaciones, desde Roma hasta la Europa moderna. La construcción de obeliscos en ciudades como París, Londres y Washington refleja la continua admiración por estos monumentos antiguos y su capacidad para transmitir un mensaje de poder y autoridad. A través de su presencia en el paisaje urbano, los obeliscos continúan siendo un recordatorio del legado de la civilización egipcia.

Además de su influencia en la arquitectura, los obeliscos también han dejado una huella en la cultura popular. Estos monumentos han sido representados en películas, literatura y arte, reflejando su impacto duradero en la imaginación humana. A medida que continuamos explorando y estudiando estos monumentos, el legado de los obeliscos egipcios sigue vivo, recordándonos la grandeza de una de las civilizaciones más fascinantes de la historia.

Referencias

  • Polverini, L. (2022). La modernización en Egipto pasa por los faraones: obeliscos, momias y sarcófagos: un capital que da fruto. Le Monde diplomatique en español, (318), 10-12. doi: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8386395
  • Alcaine, M. R. L. (2009). Arte y civilización egipcios. Revista de Claseshistoria, (3), 5.

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