Hace más de dos mil quinientos años que los atenienses establecieron un sistema de gobierno que se sustentaba en el poder del pueblo. Esta invención griega se llamó democracia y vivió sus grandes años dorados de la mano del gobernante Pericles.
Repasamos algunas de las reglas de la práctica democrática que recogió el filósofo Aristóteles en su Política:
- “Elegir todas las magistraturas entre todos”.
- “Que todos manden sobre cada uno y cada uno, por turno, sobre todos”.
- “Que los cargos públicos se designen por sorteo, todos o los que no requieran experiencia y conocimientos técnicos”.
- “Que la misma persona no ejerza dos veces el mismo cargo público o sólo en casos excepcionales”.
- “Que la misma persona ocupe pocos cargos públicos, con excepción de los relacionados con la guerra”.
- “Que todos los cargos públicos sean de corta duración, o al menos aquellos en los que sea posible”.
- “Que todos los ciudadanos, elegidos entre todos, administren justicia. Y que lo hagan sobre todas las materias o sobre la mayoría y, en cualquier caso, sobre las más importantes y primordiales: la rendición de cuentas, la constitución y los contratos privados”.
- “Que la Asamblea del pueblo tenga soberanía sobre todas las cosas, o sobre las más importantes. Ningún cargo público tendrá soberanía sobre nada o, en todo caso, sobre asuntos de escasa importancia”.
- “Que ningún cargo público sea vitalicio, y si alguno queda todavía, procedente de alguna costumbre antigua, debe despojársele de su poder y hacer que sea sorteable en lugar de electivo”.