En el corazón de Jerusalén se encuentra uno de los lugares más sagrados y enigmáticos del cristianismo: la iglesia del Santo Sepulcro. Este lugar, según las principales religiones monoteístas, alberga la tumba donde fue enterrado Jesucristo tras su crucifixión.
La historia del Santo Sepulcro en Jerusalén
La ubicación de la tumba de Jesucristo
Según las principales religiones monoteístas, la tumba en la que se enterró a Jesucristo se encontraba en el lugar donde ahora se alza la iglesia del Santo Sepulcro, en Jerusalén. El Evangelio según San Juan afirma que Cristo fue inhumado muy cerca del lugar de la crucifixión. Sus discípulos José de Arimatea y Nicodemo envolvieron su cuerpo sin vida en un sudario, le aplicaron sustancias aromáticas y lo enterraron en una tumba excavada en la roca mientras el pueblo judío se preparaba para la celebración de la Pascua.
Los dictámenes de la fe sostienen que, al haber resucitado al tercer día, su cuerpo ya no se encuentra en este mundo. Su tumba, sin embargo, sigue siendo el lugar más importante de la cristiandad.
Un cementerio judío antes del siglo I d.C.
El lugar donde, supuestamente, se enterró a Cristo se encuentra en el barrio cristiano de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Sobre él se construyó la iglesia del Santo Sepulcro, un lugar de peregrinación que, a lo largo de los siglos, ha presenciado innumerables batallas y enfrentamientos religiosos. Fue el epicentro de las Cruzadas y el corazón de un reino medieval que encarnaba el espíritu de la cristiandad. El lugar ha vivido enfrentamientos entre los distintos credos religiosos y, actualmente, la gestión del Santo Sepulcro se comparte entre las varias iglesias cristianas en un equilibrio creado durante el siglo XIX.
La arqueología ha demostrado que el área, posicionada fuera de las murallas de la ciudad, se utilizó como cementerio judío en la antigüedad. Hasta el siglo I d.C., aproximadamente, el Gólgota o Calvario funcionó como una cantera de la que se extrajo piedra. Hacia el 136 d.C., el emperador Adriano construyó en él un templo dedicado a Júpiter Capitolino, tras una acción de represión contras los cristianos: con esto gesto, se cree que pretendía minar la sacralidad que las primeras comunidades paleocristianas atribuían al área.
Los primeros siglos: del templo pagano al cristianismo
El primer templo del Santo Sepulcro se construyó alrededor del año 336. Lo hizo Constantino, el primer emperador cristiano de Roma, quien posicionó en el centro de la construcción la tumba de Cristo. El modesto mausoleo fue destruido varias veces a lo largo de los siglos. Los persas, bajo el mando de Cosroes, le prendieron fuego en 614, mientras que los árabes del califa Al-Hákim bi-Amr Al-lah lo destruyeron en 1009. La iglesia, sin embargo, siempre volvió a edificarse y experimentó diversos procesos de renovación, entre ellos, el que realizaron los cruzados en el siglo XII.

La relevancia del Santo Sepulcro para el cristianismo
Importancia como lugar de peregrinación
El Santo Sepulcro nse ha convertido en uno de los lugares de peregrinación más importantes del cristianismo. Desde tiempos inmemoriales, fieles de todo el mundo han viajado a Jerusalén para buscar una conexión espiritual con los eventos centrales de la fe cristiana. La peregrinación al Santo Sepulcro es vista como un acto de devoción y fe, una oportunidad para caminar por los mismos lugares donde se cree que ocurrieron los momentos finales de la vida de Jesucristo.
La influencia del Santo Sepulcro como destino de peregrinación ha sido tal que ha moldeado el desarrollo de Jerusalén como ciudad santa. La constante afluencia de peregrinos ha fomentado el intercambio cultural y religioso y ha convertido a Jerusalén en un punto de encuentro para diversas tradiciones cristianas.
El Edículo, la tumba de Cristo
El lugar de mayor sacralidad del edificio se corresponde con el denominado Santo Edículo, un templete que resguarda el lugar en el que se depositó el cuerpo de Jesucristo. La tumba es de factura sencilla: está excavada en la roca y una pesada losa de mármol colocada en posición horizontal la sella. Los franciscanos renovaron el Edículo en 1555. Para ello, añadieron una antecámara y construyeron una capilla o cella en mármol alrededor de la tumba, probablemente para evitar que los peregrinos se llevaran consigo fragmentos de roca como reliquia.
Reliquias de la pasión de Cristo en el Santo Sepulcro
El Santo Sepulcro, además, alberga otras reliquias de la pasión y la crucifixión de Cristo. La Roca del Calvario, donde se considera que tuvo lugar la crucifixión, se preserva en el Altar de la Crucifixión. Del mismo modo, se sostiene que, en este punto, Helena de Constantinopla, la madre de Constantino, encontró la Vera Cruz en la que clavaron a Jesús. Este hallazgo hizo posible que múltiples fragmentos de la Santa Cruz se repartieran por iglesias y templos cristianos de todo el mundo.
Conflictos y gestión del Santo Sepulcro
Conflictos religiosos a lo largo de la histor
A lo largo de los siglos, el Santo Sepulcro ha sido el epicentro de numerosos conflictos religiosos. Durante las Cruzadas, el control del Santo Sepulcro fue un objetivo clave para los cruzados, quienes consideraban la recuperación de este lugar sagrado como una misión divina. Las batallas por el control del Santo Sepulcro se convirtieron en un símbolo de la lucha por la supremacía religiosa en la región.

La gestión compartida entre diferentes iglesias
En la actualidad, la gestión del Santo Sepulcro se comparte entre varias iglesias cristianas, en un delicado equilibrio que se estableció durante el siglo XIX. Este acuerdo de gestión compartida involucra principalmente a la Iglesia Ortodoxa Griega, la Iglesia Católica Romana y la Iglesia Armenia, cada una con derechos y responsabilidades específicos dentro del complejo del Santo Sepulcro.
Este sistema de gestión compartida ha permitido que el Santo Sepulcro funcione como un lugar de culto y peregrinación para diferentes denominaciones cristianas, a pesar de las diferencias teológicas y litúrgicas. Aunque las tensiones ocasionales pueden surgir, el acuerdo del Status Quo ha sido fundamental para preservar la paz y el acceso a este sitio sagrado para todos los fieles.
Excavaciones y debates sobre su autenticidad
Reformas y modernización en 2016
En el año 2016, comenzaron una serie de reformas en el sepulcro para modernizar las instalaciones y resolver los problemas de filtración de agua en la estructura. Las obras permitieron acceder a un espacio que había permanecido intocado durante siglos.

Descubrimientos arqueológicos recientes
La renovación del suelo del Santo Sepulcro, además, ha posibilitado al equipo de estudio de Sapienza Università di Roma realizar excavaciones arqueológicas para conocer mejor las primeras fases históricas de la estructura. Bajo la dirección de Francesca Romana Stasolla, el equipo ha tenido acceso a los estratos más antiguos de la iglesia que Constantino construyó.
Debate sobre la autenticidad del lugar de enterramiento
La cuestión de si el Santo Sepulcro se corresponde realmente con el lugar en el que martirizó a Jesucristo sigue siendo un tema de debate. Se aduce que los primeros cristianos, perseguidos por el poder romano, tuvieron que huir de Jerusalén y que este exilio forzado les habría hecho perder, probablemente, la memoria geográfica de los espacios en los que Cristo vivió sus últimas horas. La decisión de Adriano de erigir un templo pagano en el lugar como un modo de aplastar a los cristianos, sin embargo, parece desmentir esta hipótesis. En cualquier caso, la iglesia del Santo Sepulcro sigue siendo un polo histórico esencial para comprender el desarrollo del cristianismo en oriente y occidente.
Referencias
- Murphy-O'Connor, J. 2010. The Argument for the Holy Sepulchre. Revue Biblique, 117(1): 55-91. URL: https://www.jstor.org/stable/44090977
- Ousterhout, R. 2003. Architecture as Relic and the Construction of Sanctity: The Stones of the Holy Sepulchre. Journal of the Society of Architectural Historians, 62(1): 4–23. DOI: https://doi.org/10.2307/3655081
- Sudilovsky, J. 2022. Holy Sepulchre Church pavement restoration allows first-time excavation. The Jerusalem Post (acceso: 06/04/2022). URL: https://www.jpost.com/archaeology/article-701249