Rausiquios: los animales dominaban el mundo antes de los dinosaurios

Reptiles de hasta 10 metros fueron los depredadores más temidos antes de la llegada del Tyrannosaurus rex.
¿Qué animales dominaban el mundo antes de los dinosaurios?

Hace 230 millones de años los dinosaurios todavía eran pocos y pequeños. Por entonces, toda la tierra del planeta estaba unida formando el supercontinente Pangea. La era de los dinosaurios todavía estaba por llegar y hasta entonces vivían bajo el reinado de los rauisiquios: reptiles de entre 3 y 10 metros de largo que dominaron el planeta durante 80 millones de años.

El reinado de los rauisuquios: depredadores del Triásico

Son una de las primeras especies de depredadores de las que se tiene constancia. Los rausiquios fueron inmediatamente anteriores a los dinosaurios, aunque llegaron a coincidir en el tiempo y, si un dinosaurio veía algún rauisiquio, tenía motivos para temer por su vida.

Dominio en un mundo prehistórico

Los rauisiquios son menos famosos que las especies de dinosaurios como Tyrannosaurus rex o Velociraptor, pero fueron depredadores tan fuertes como temibles. Entre su dieta se encontraban los primeros dinosaurios que surgieron en el planeta y los cinodontes, de los que evolucionaron los mamíferos.

Se han encontrado fósiles de rauisuquios en varios puntos del mundo, pero Sudamérica destaca como el mejor continente para estudiarlos. En el yacimiento argentino de Ischigualasto, también conocido como el Valle de la Luna, se detectaron restos de especies como Saurosuchus galilei o Fasolasuchus tenax. Estos reptiles caminaban erguidos sobre sus cuatro patas y portaban dientes curvos y aserrados para devorar las presas con sus poderosas mandíbulas.

Según los expertos, S. galilei pudo medir unos 7 metros de longitud y no descartan que fuera capaz de levantarse sobre sus patas traseras en momentos puntuales. En el caso de Fasolasuchus, los paleontólogos estiman que alcanzó los 8 o 10 metros de longitud, por lo que estaríamos hablando del depredador más grande del planeta antes de la aparición de los dinosaurios carnívoros de gran tamaño como T. rex.

Dibujo de Batrachotomus, arcosaurio perteneciente a la familia de los rauisiquios. Foto: Wikimedia Commons.

Depredadores que comían dinosaurios y cinodontes

A pesar de su menor fama, los rauisuquios eran cazadores tan temibles como cualquier dinosaurio carnívoro de tiempos posteriores. Su dieta incluía a los incipientes dinosaurios y a los cinodontes, lo que les convertía en los principales depredadores de su época. Equipados con mandíbulas poderosas y dientes curvos y aserrados, estos reptiles podían desgarrar carne con gran eficacia, asegurando su supervivencia en un mundo competitivo.

Los fósiles de especies como el Saurosuchus galilei y el Fasolasuchus tenax revelan que estos animales eran capaces de alcanzar tamaños impresionantes, con longitudes de hasta 10 metros. Esta magnitud, combinada con su destreza como cazadores, les permitió dominar el paisaje prehistórico. Aunque su tiempo en la Tierra fue limitado, los rauisuquios dejaron una marca indeleble en la historia evolutiva, sirviendo como un recordatorio de los complejos ecosistemas que existieron mucho antes de que los dinosaurios tomaran el relevo.

La anatomía de un superdepredador

La anatomía de los rauisuquios estaba perfectamente adaptada para su rol de superdepredadores del Triásico. Su estructura corporal les permitía moverse con agilidad y fuerza, características esenciales para cazar en los diversos hábitats que componían el supercontinente Pangea. Sus extremidades robustas y su musculatura potente les conferían la capacidad de realizar movimientos rápidos y certeros, esenciales para capturar presas en un entorno hostil.

Además de su tamaño y fuerza, los rauisuquios poseían una armadura dérmica que les proporcionaba una protección adicional contra otros depredadores y posibles amenazas. Esta característica, junto con su poderosa mandíbula y dientes afilados, les convertía en verdaderos titanes de su tiempo. La combinación de estas adaptaciones les permitió no solo sobrevivir, sino prosperar en un mundo donde la competencia por la supervivencia era feroz.

Fósil de Saurosuchus galilei exhibido en Japón. Wikimedia.

Adaptaciones y características físicas de los rauisiquios

Las adaptaciones físicas de los rauisuquios fueron clave para su éxito como depredadores dominantes. Su cuerpo alargado y musculoso les permitía una locomoción eficiente, mientras que su piel endurecida les protegía de los ataques de otros animales. Estas características físicas, junto con su capacidad para moverse tanto en posición cuadrúpeda como bípeda, les otorgaban una versatilidad sin igual en la caza.

Los rauisuquios también desarrollaron adaptaciones sensoriales avanzadas que les ayudaban a localizar y capturar a sus presas. Su aguda visión y oído les permitían detectar movimiento a grandes distancias, mientras que su sentido del olfato les ayudaba a seguir el rastro de sus presas. Estas habilidades sensoriales, combinadas con su formidable anatomía, les convertían en depredadores implacables en un mundo donde la supervivencia dependía de la adaptación constante.

El hábitat del Triásico: un mundo sin flores

Sabemos que los restos de rauisiquios se han encontrado en zonas que hoy calificamos como áridas. Sin embargo, en su época no había tal distinción, ya que el vasto supercontinente en el que habitaban era desértico en su totalidad, con las primeras plantas de la historia empezando a brotar entonces.

Representación con IA de los primeros entornos terrestres en los que hubo plantas. Foto: DALL-E/Daniel Gómez.

Supercontinente Pangea: la tierra de los rauisuquios

Los rauisuquios dominaron el planeta hace entre 280 y 200 millones de años. El hábitat de estos grandes depredadores era muy distinto al que las películas suelen mostrar cuando los dinosaurios son los protagonistas.

En el mundo en el que vivieron estas criaturas predominaban los desiertos. Todavía no existían las flores, pero había helechos con semilla, que estaban extendidos por todos los continentes. Al ser reptiles, los rauisuquios podían vivir en estos ambientes muy áridos y de escasez de agua”.

Con todo, el conocimiento que tenemos acerca de estos reptiles y su hábitat es limitado, puesto que el registro fósil no es muy amplio y resulta un rompecabezas extraer la información que ofrecen las huellas. En el sur de Bolivia aparecieron icnitas datadas con 235 millones de antigüedad, huellas asociadas a estos depredadores que caminaron por allí en algún momento del Triásico. Sebastián Apesteguía encabezó un equipo de investigación cuyos resultados se publicaron en 2020 en la revista “Historical Biology”. Paolo Citton, del Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología de la Universidad Nacional de Río Negro en Argentina formó parte del estudio y contó que:

“Nos tiramos literalmente al piso y dibujamos todo. Tuvimos la suerte de poder trabajar con trazas bastante informativas: sacamos información por ejemplo sobre el número y la orientación de los dedos y garras, sobre cómo estos animales apoyaban las patas durante la locomoción, y si eran bípedos o cuadrúpedos”.

Condiciones áridas y flora prehistórica

El mundo de los rauisuquios era un lugar de extremos climáticos, con vastas regiones desérticas que dominaban el paisaje. Estas condiciones áridas presentaban desafíos únicos para la vida, pero los rauisuquios, como reptiles, estaban bien equipados para sobrevivir en tales entornos. Su capacidad para conservar agua y regular su temperatura corporal les permitía prosperar donde otros animales no podían.

La flora del Triásico también era distinta de la que conocemos hoy. En ausencia de flores, el paisaje estaba dominado por helechos con semilla, que proporcionaban alimento y refugio a muchas especies. Estos ecosistemas prehistóricos eran complejos y diversos, ofreciendo un telón de fondo para la evolución de los rauisuquios y otros habitantes del Triásico. Aunque el conocimiento sobre estos ecosistemas es limitado debido a la escasez de registros fósiles, los descubrimientos en lugares como Ischigualasto continúan arrojando luz sobre la vida antes de los dinosaurios.

Rauisuquios: huellas en el tiempo

Los científicos procuran aislar algunas historias y comportamientos entre las cientos de huellas fosilizadas. El rastro de un adulto seguido de huellas más pequeñas permite imaginar a una cría caminando tras alguno de sus progenitores. Y estudios venideros tendrán que fijar su punto de vista en responder algunas de las muchas dudas que nos quedan por resolver. No sabemos si se movían en manadas, si respondían a migraciones anuales y, en tal caso, si solían recorrer las mismas zonas cada año.

Esqueleto de S. galilei expuesto en el Parque Provincial de Ischigualasto. Wikimedia.

Fósiles en Sudamérica: el yacimiento de Ischigualasto

Sudamérica es un continente clave para el estudio de los rauisuquios, especialmente gracias al yacimiento de Ischigualasto, también conocido como el Valle de la Luna. Este sitio ha proporcionado una riqueza de fósiles que documentan la existencia y diversidad de estos reptiles durante el Triásico. Los hallazgos en Ischigualasto han sido fundamentales para comprender cómo los rauisuquios se adaptaron y evolucionaron en respuesta a su entorno.

Los fósiles encontrados en este yacimiento incluyen especímenes de Saurosuchus galilei y Fasolasuchus tenax, entre otros, ofreciendo una visión detallada de su anatomía y comportamiento. Estos restos fósiles no solo revelan información sobre la estructura física de los rauisuquios, sino que también proporcionan pistas sobre sus hábitos de vida y su interacción con otros seres vivos. El estudio continuo de estos fósiles promete desvelar aún más secretos sobre la vida antes de los dinosaurios y el papel crucial que desempeñaron los rauisuquios en estos ecosistemas antiguos.

Registro fósil y conocimiento limitado

A pesar de los importantes descubrimientos realizados en yacimientos como Ischigualasto, el conocimiento sobre los rauisuquios sigue siendo limitado debido a la escasez del registro fósil. Los restos encontrados hasta ahora ofrecen solo una visión parcial de su biología y comportamiento, dejando muchas preguntas sin respuesta sobre su vida cotidiana y sus interacciones ecológicas.

La falta de un registro fósil más completo dificulta la tarea de reconstruir con precisión el mundo de los rauisuquios. Sin embargo, los paleontólogos continúan trabajando arduamente para interpretar las pistas que han sobrevivido al paso del tiempo. A través de técnicas avanzadas de análisis y la colaboración internacional, los científicos esperan desentrañar más detalles sobre estos enigmáticos depredadores y su papel en la historia de la vida en la Tierra.

Huellas fosilizadas y comportamiento

Las huellas fosilizadas de los rauisuquios ofrecen una ventana única a su comportamiento y patrones de movimiento. En el sur de Bolivia, se han descubierto icnitas que datan de hace 235 millones de años, proporcionando evidencia de la presencia de estos depredadores en la región durante el Triásico. Estas huellas permiten a los científicos inferir detalles sobre la locomoción de los rauisuquios, como si eran bípedos o cuadrúpedos, y cómo interactuaban con su entorno.

El estudio de estas huellas también sugiere posibles comportamientos sociales, como el movimiento en grupos familiares. Las huellas más pequeñas encontradas junto a las de un adulto podrían indicar la presencia de crías siguiendo a sus progenitores, lo que plantea preguntas interesantes sobre la estructura social de los rauisuquios. Aunque aún queda mucho por descubrir, las huellas fosilizadas continúan siendo una valiosa fuente de información sobre la vida y el comportamiento de estos fascinantes reptiles.

La extinción de los rauisuquios y el ascenso de los dinosaurios

Con el ocaso de los rauisiquios llegaría el albor de otra especie que dominó el mundo durante mucho tiempo: los dinosaurios. La transición de una especie a otra, con sus similitudes y diferencias, evidencia cómo los seres vivos pueden evolucionar y dominar el mismo hábitat en los que otros eran los reyes tiempo atrás.

Extinción al final del Triásico

Pero, como todo reinado, este también llegó a su fin. Estos reptiles se extinguieron hace unos 200 millones de años. Su desaparición dejó nichos ecológicos libres que fueron ocupados poco a poco por los dinosaurios hasta conquistar el planeta.

“Las causas de la extinción de estos animales no son bien conocidas. No ha sido una de las más grandes extinciones pero sí lo suficientemente importante para barrer con los principales depredadores en el Triásico”.

Las razones detrás de la extinción de los rauisuquios no están completamente claras, pero se cree que los cambios ambientales y climáticos jugaron un papel crucial. Las fluctuaciones en el nivel del mar, las erupciones volcánicas y las alteraciones en la composición atmosférica podrían haber contribuido a la desaparición de estos reptiles. A medida que los rauisuquios se extinguían, los dinosaurios comenzaron a diversificarse y ocupar los nichos ecológicos que habían quedado vacantes.

La guerra de los huesos: la apasionante y a menudo turbia historia de la paleontología
La guerra de los huesos: la apasionante y a menudo turbia historia de la paleontología. Imagen: Willgard Krause en Pixabay.

Impacto ecológico y expansión de los dinosaurios

La extinción de los rauisuquios tuvo un profundo impacto en los ecosistemas del Triásico, alterando las dinámicas depredador-presa y permitiendo la expansión de los dinosaurios. Con la desaparición de estos superdepredadores, los dinosaurios encontraron nuevas oportunidades para evolucionar y diversificarse, adaptándose a una amplia gama de hábitats y condiciones ambientales.

El ascenso de los dinosaurios marcó el inicio de una nueva era en la historia de la vida en la Tierra, donde estos reptiles dominarían durante millones de años. La diversificación de los dinosaurios en el Jurásico y el Cretácico fue posible gracias a los cambios ecológicos que siguieron a la extinción de los rauisuquios. Este evento destaca la importancia de las interacciones ecológicas y la capacidad de adaptación como factores clave en la evolución de la vida en nuestro planeta.

Causas de la extinción: misterios del pasado

A pesar de los avances en la investigación paleontológica, las causas exactas de la extinción de los rauisuquios siguen siendo un misterio. Los científicos continúan explorando diversas teorías que podrían explicar este evento, desde cambios climáticos drásticos hasta eventos catastróficos como impactos de meteoritos o erupciones volcánicas masivas.

El estudio de los registros fósiles y geológicos proporciona pistas valiosas sobre las condiciones ambientales del final del Triásico, pero aún queda mucho por descubrir. La investigación en curso busca desentrañar los factores que llevaron a la extinción de los rauisuquios y cómo estos eventos moldearon el curso de la evolución. Comprender estos misterios del pasado no solo arroja luz sobre la historia de la vida en la Tierra, sino que también ofrece lecciones valiosas sobre la adaptación en un mundo en constante cambio.

Referencias:

  • Apesteguía. S. et al. 2020. The Ruditayoj-Tunasniyoj fossil area (Chuquisaca, Bolivia): a Triassic chirotheriid megatracksite and reinterpretation of purported thyreophoran tracks. Historical Biology 33, 11, 2883-2896. DOI: 10.1080/08912963.2020.1833328.
  • Kukso, F. 2020. Tras los pasos de los terribles reptiles que reinaron antes que los dinosaurios. elpais.com.

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