Lucio Anneo Séneca, conocido comúnmente como Séneca, fue un filósofo, político, orador y escritor romano nacido alrededor del año 4 a.C. en Córdoba, Hispania (actual España), y murió en el año 65 d.C. en Roma.
Fue uno de los filósofos más influyentes de su época, y la máxima figura del denominado «estoicismo nuevo» en Roma, caracterizado por mantener el interés por las cuestiones éticas y antropológicas y por construir una filosofía que sirviera de guía para la vida. Así, transmitió una serie de normas para vivir conforme a la naturaleza y a la inexorable ley de la providencia:
Los hados nos guían, y la primera hora de nuestro nacimiento dispuso lo que resta de vida a cada uno; una cosa pende de otra, y las públicas y particulares las guía un largo orden de ellas. Por lo cual conviene sufrir todos los sucesos con fortaleza, porque no todas las cosas suceden como pensamos; vienen como está dispuesto, y si desde sus principios está así ordenado, no hay de qué te alegres ni de qué llores, porque aunque parece que la vida de cada uno se diferencia con grande variedad, el paradero de ella es uno (De la providencia).

Su ideología se centra por tanto en el desarrollo de la virtud, la autodisciplina y la aceptación de los sucesos inevitables de la vida con calma. Séneca inculcó estos principios a través de sus escritos, donde además trataba temas como la ética, la naturaleza humana y el papel del individuo en la sociedad.
Para él, carece de sentido hablar de mal o bien en el mundo. Y puesto que nuestro ser es parte de una naturaleza universal, el fin de todas nuestras acciones consistirá en aceptar nuestro propio destino con serenidad de ánimo y autodominio.

Por tanto, Séneca nos conmina a vencer espiritualmente los reveses de la fortuna, absteniéndonos de los placeres, despreciando la posesión de riquezas y eliminando ciertas pasiones como la ira, la angustia o el aburrimiento.
El ideal del sabio es aquel que se somete a la necesidad, sabiendo que pertenece a un universo donde todo hombre es «ciudadano del mundo» (cosmopolitismo). Su filosofía se asimila como consuelo y remedio ante las calamidades de nuestro destino.

Entonces, ¿cómo entendía este filósofo el concepto de felicidad? Por una parte, Séneca sostenía que la verdadera felicidad no depende de factores externos que estén fuera del control de una persona. Abogaba por la “independencia interna”, esto es, cultivar la fortaleza interior y la autodisciplina para enfrentarse a las adversidades de la vida.
Pero, además, para Séneca, la felicidad estaba vinculada al dominio de las pasiones y deseos. Creía que las emociones descontroladas, como la ira y la codicia, eran obstáculos para gozar de una tranquilidad interior. Por eso, entendía que es fundamental la moderación y la autoevaluación constante.
Al mismo tiempo, la aceptación de la naturaleza y del destino desempeña un papel crucial en la filosofía estoica, y en particular, en el pensamiento de Séneca. En ese sentido, recomendaba aceptar las cosas que no podían cambiarse y adaptarse a la voluntad de la naturaleza, incluso en situaciones difíciles.
Así pues, la virtud, según Séneca, era la base para la verdadera felicidad. Es decir, creía firmemente en que la persona sabia y virtuosa, que sigue principios éticos y vive de acuerdo con la razón, puede ser capaz de alcanzar una felicidad duradera y sólida.

Pero si por algo destacan los pensadores estoicos es porque creen en el desapego de los bienes materiales. Por ello, Séneca descartaba la idea de que la posesión de bienes materiales fuera esencial para la felicidad. De modo que prefiere el desapego de las posesiones externas y enfocarse en el desarrollo interno y la mejora personal.
Asimismo, la reflexión y el 'autoexamen' eran prácticas fundamentales para Séneca. Creía que, a través de la ‘evaluación’ regular de nuestras acciones y motivaciones, siendo conscientes de nosotros mismos, podríamos vivir de una manera más consciente y ética, algo que contribuye, según sus ideas, a la felicidad a largo plazo.

Por otro lado, Séneca destacaría también como político, orador y escritor romano. Figura predominante de la política romana durante los reinados de Claudio y Nerón, fue uno de los senadores más admirados, influyentes y respetados. Entre los años 54 y 62, durante los primeros años del reinado de su joven pupilo Nerón, gobernó de facto el Imperio romano.
Con todo, extrañamente, no aplicó lo que propone en sus escritos a su propia vida. No obstante, como escritor, Séneca pasó a la historia como uno de los máximos representantes del estoicismo (luego le sucederían Epicteto y Marco Aurelio). Su obra constituye la principal fuente escrita de filosofía histórica que se ha conservado hasta la fecha.
Referencias:
- Lucio Anneo Séneca. 'Sobre la felicidad'. E-Bookarama Editions (2023)
- VV.AA. 'Gran Enciclopedia Universal'. Espasa Calpe (2004)