Desde las costas de Tarragona hasta las costas que asoman al estrecho de Gibraltar, España se enorgullece de un legado romano tan vasto como vital. Más que meros vestigios, las ciudades romanas dispersas por la península son cápsulas del tiempo que aún palpitan en el corazón cultural y estructural de la España moderna. El impacto de Roma se observa en monumentos grandiosos como teatros, templos y acueductos, pero también en el entramado mismo de las ciudades contemporáneas, cuyos planos urbanos todavía susurran historias de hace dos milenios. Estas estructuras destacan por su impresionante arquitectura y por cómo han moldeado la identidad de las ciudades que hoy conocemos, tejiendo un hilo continuo entre el pasado y el presente, entre la antigua Roma y la moderna España. En este viaje a través del tiempo, exploraremos algunas de las ciudades romanas mejor conservadas del país, contando cómo siguen vivas, no solo en nuestras estructuras, sino en nuestro imaginario colectivo.

Tarraco: un viaje a través del tiempo
Tarragona, antiguamente conocida como Tarraco, ofrece un fascinante viaje a través del tiempo con sus monumentos romanos que narran historias de gloria y conquista. El anfiteatro, conjuntado majestuosamente con el azul Mediterráneo, es un relicario de espectáculos antiguos, desde feroces luchas de gladiadores hasta dramas teatrales. No menos impresionante son las murallas de la ciudad, que datan del siglo II a.C., y representan uno de los ejemplos más antiguos y mejor conservados de ingeniería militar romana en España. El paseo arqueológico, un sendero que serpentea a lo largo de estas antiguas defensas, ofrece una vista ininterrumpida de la evolución histórica de Tarraco.
Estos monumentos son puntos de interés turístico y forman un telón de fondo que convive con los ciudadanos de Tarragona. Aquí, la historia antigua y la vida moderna se encuentran, con eventos culturales y festivales que siguen celebrándose en estos espacios históricos, manteniendo viva la herencia romana en la vida cotidiana de la ciudad.

Cartago Nova: recuperaciones y descubrimientos
Cartagena, o Cartago Nova como fue conocida durante su apogeo romano, ha experimentado una revalorización histórica sin precedentes gracias a recientes excavaciones arqueológicas. En la década de los 80, la ciudad fue testigo del asombroso descubrimiento de su teatro romano durante las obras de un nuevo edificio. Esta joya arquitectónica, que data del siglo I a.C., ha sido meticulosamente restaurada, revelando la grandiosidad con la que los ciudadanos romanos se entretenían.
Además, el Augusteum, templo dedicado al culto imperial, fue otro significativo hallazgo que ha cambiado la percepción de la ciudad. Estos descubrimientos han enriquecido el paisaje urbano y han transformado Cartagena en un destino cultural clave, atrayendo a historiadores y turistas fascinados por su rica herencia romana. La ciudad ahora celebra su pasado con un orgullo renovado, integrando estos monumentos antiguos en la narrativa de su vibrante vida moderna.

Augusta Emerita: Roma en Mérida
Mérida, conocida en la antigüedad como Augusta Emerita, alberga uno de los conjuntos arqueológicos más impresionantes y extensos de España. Entre sus joyas se encuentra el majestuoso teatro romano, que sigue siendo un epicentro cultural activo más de dos mil años después de su construcción. Cada verano, este teatro cobra vida con el Festival Internacional de Teatro Clásico, donde las obras de dramaturgos antiguos y modernos se representan ante un fondo de columnas y arcos milenarios.
La interacción de estos espacios con los visitantes es palpable, pues no solo se ofrecen como vestigios de la historia, sino como escenarios vivos que continúan fomentando el diálogo cultural. Mérida aprovecha su herencia romana para enseñar, inspirar y entretener, haciendo que cada piedra y cada arco tengan una historia que contar y una experiencia que ofrecer al mundo moderno.

Itálica y Lucus: capitales de la antigüedad, tesoros de hoy
Itálica, situada en Santiponce, cerca de Sevilla, y Lucus (Lugo) en Galicia, son ejemplos brillantes de cómo el legado romano pervive en el tejido de la España moderna. Itálica, la primera ciudad romana fundada fuera de Italia, fue cuna de emperadores y hoy sus ruinas, especialmente el anfiteatro, evocan la magnificencia de su pasado. Aunque en ruinas, la disposición urbana y los mosaicos detallados de Itálica siguen ofreciendo una ventana a la vida de sus antiguos habitantes.
En contraste, Lugo conserva su muralla romana en su totalidad, un imponente símbolo de resistencia y continuidad. Esta muralla no define el paisaje urbano de Lugo y sigue desempeñando un papel en la protección y definición de la comunidad, al igual que hace miles de años. Juntas, Itálica y Lugo muestran los restos de su grandeza romana y continúan siendo centros vibrantes de cultura e historia.

Otros tesoros por explorar
Más allá de las conocidas ruinas de las grandes ciudades romanas, España alberga otros tesoros que encierran rica historia y cultura. Segóbriga, en la provincia de Cuenca, es un ejemplo destacado. Este parque arqueológico revela la vida cotidiana en una ciudad romana, con su teatro, anfiteatro y termas que muestran la sofisticación urbana de antaño. Las visitas guiadas permiten a los visitantes sumergirse en la historia y visualizar la grandeza pasada.
En el sur, Baelo Claudia, cerca de Tarifa, ofrece una vista espectacular de cómo los romanos integraron su arquitectura con la naturaleza. Famosa por su producción de garum, esta ciudad costera combina restos de templos, el foro y las instalaciones de producción del condimento con vistas al estrecho de Gibraltar, proporcionando una experiencia educativa y visualmente impresionante. Ambos sitios educan sobre el pasado romano y celebran la continuidad de la historia a través de su conservación y estudio.

Preservar estos enclaves romanos va más allá de mantener vivos lugares históricos; es vital para cultivar y enriquecer la cultura e identidad españolas contemporáneas. Cada ruina y cada piedra cuentan una parte de nuestra historia común, invitando a cada generación a redescubrir y valorar su legado.