De tests de embarazo a úteros errantes: estos fueron los remedios ginecológicos más populares del antiguo Egipto

Nos adentramos en los principios de la ginecología y la salud femenina en Egipto a través de textos como el Papiro ginecológico de Kahun.
Salud de las mujeres en el antiguo Egipto
Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto - Mujeres en el antiguo Egipto.

En el antiguo Egipto, existía una tradición médica especializada en la salud de las mujeres que se recogió en los textos médicos de época faráonica. Dentro de este corpus textual, destaca el Papiro ginecológico de Kahun, una obra que, datada hacia el 1825 a.C., se considera uno de los testimonios escritos más antiguos de las enfermedades que aquejaban a las mujeres. Sus 34 párrafos ofrecen tanto diagnósticos como tratamientos centrados en las enfermedades del útero. De hecho, la medicina egipcia atribuía gran parte de las dolencias femeninas al comportamiento de la matriz, un órgano que concebían como móvil y sensible, capaz de influenciar sobre todo el cuerpo.

Aunque la medicina egipcia combinaba la observación empírica con el simbolismo y la práctica ritual, muchos de sus tratamientos pueden parecer hoy extravagantes. Sin embargo, reflejan una cosmovisión coherente, en la que el cuerpo femenino funcionaba como un microcosmos que debía mantenerse en equilibrio, ya fuese mediante remedios naturales, ofrendas o procedimientos rituales.

Embarazo en el antiguo Egipto
Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto

El Papiro de Kahun y el enigma del útero

Uno de los aspectos más llamativos del Papiro de Kahun deriva de su concepción del útero, considerado el centro de la salud y la enfermedad en las mujeres. El texto propone remedios tan curiosos como introducir un diente de ajo en la vagina antes de dormir. Si al despertar, la mujer percibía el olor a ajo en su aliento, significaba que el útero estaba “abierto” y disponible para el embarazo. El caso contrario se interpretaba como un mal presagio.

El papiro también recomienda otros tratamientos como fumigar el útero con incienso y aceite fresco, aplicar grasa de pata de ganso en los ojos para tratar las migrañas o ingerir hígado fresco de asno. Estas prácticas respondían a una concepción holística del cuerpo femenino, donde las dolencias oculares o los dolores de cabeza a menuda se entendían como problemas derivados del funcionamiento uterino.

Papiro Kahun
Papiro Kahun. Fuente: Francis Llewellyn Griffith/Wikimedia

El Papiro de Berlín y el primer test de embarazo

Otro documento médico de enorme relevancia es el Papiro de Berlín. Fechado hacia 1350 a.C., describe un procedimiento que podría considerarse como uno de los primeros tests de embarazo documentados de la historia. La receta prescribía colocar semillas de cebada y trigo en dos sacos distintos, mezcladas con dátiles y arena, que se humedecían con la orina de la paciente. Si ambas semillas germinaban, significaba que la mujer estaba embarazada. Por el contrario, si solo germinaba la cebada, el feto sería varón. Si lo hacía el trigo, nacería una niña. Y si ninguna de las semillas brotaba, no habría gestación.

Aunque resulte sorprendente, lo cierto es que la ciencia contemporánea ha avalado este antiguo procedimiento. Algunos experimentos modernos han demostrado que este método tenía una efectividad cercana al 70 %, pues las hormonas del embarazo pueden acelerar la germinación de las semillas. Este hallazgo parece confirmar que los egipcios intuyeron la relación entre l fisiología del cuerpo femenino y ciertas reacciones naturales.

Ajos
Ajo. Fuente: Pixabay

Peseshet y las médicas del reino

Las mujeres egipcias no solo fueron pacientes, sino que también se pusieron a los mandos de la profesión médica. Así, se ha documentado que, hacia 2500 a.C., existió una figura destacada en este terreno. Se trata de Peseshet, conocida por una inscripción que la identifica como “supervisora de las médicas femeninas”. Su nombre, que se menciona en una inscripción en la tumba de su hijo en Saqqara, demuestra que algunas mujeres alcanzaron reconocimiento profesional dentro del ámbito médico.

Los estudiosos apuntan a que estas profesionales egipcias de la salud probablemente trataron enfermedades vinculadas al útero, dolores abdominales, irregularidades menstruales y problemas reproductivos. Su función se extendía a los diagnósticos, el acompañamiento del parto y la atención a la fertilidad.

Testimonios como el de Peseshet desmontan la idea de que la mujer en el Egipto antiguo estuvo relegada en materia de conocimiento. Aunque los sacerdotes varones dominaron la medicina oficial, es muy probable que el ámbito ginecológico fuera un espacio donde las mujeres ejercieron su autoridad y experiencia. Es probable, además, que muchas mujeres dependiesen de la medicina popular paralela a la institucional, de las curanderas y de los conocimientos orales no recogidos en los papiros para tratar sus dolencias cotidianas.

Mujeres en Egipto
Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto

El útero errante y la fisiología imaginada

El concepto de “útero errante”, común en la tradición médica grecolatina, aparece por primera vez en los textos médicos egipcios. Según esta idea, el útero podía desplazarse por el cuerpo, causando síntomas como la asfixia, las migrañas, la fiebre o la visión borrosa. Esta noción sobrevivió durante siglos y se incorporó, más tarde, al pensamiento médico griego e hipocrático.

El útero, fuente de fertilidad y vida, también se percibía como un peligro potencial si se descontrolaba. Los tratamientos, por tanto, buscaban apaciguarlo o hacer que retornase a su posición en el cuerpo mediante aromas y aceites, como quien atrayese a un perro con la ayuda de un apetitoso hueso.

Este concepto revela cómo la medicina egipcia proyectaba en la anatomía una cosmología al completo. Puesto que el orden del cuerpo reflejaba el orden del universo, el equilibrio uterino equivalía a la armonía del cosmos.

Mujer embarazada
Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto

Registro menstrual y vida cotidiana

Los registros administrativos de Deir el-Medina, la aldea de los trabajadores de las tumbas reales, ofrecen un testimonio insólito sobre la salud menstrual de las obreras. Según los estudios realizados, en uno de los documentos, fechado bajo el reinado de Ramsés II, se anotó que diez jornaleros habían solicitado días de ausencia por hsmn, un término traducido como menstruación. De ser correcta tal interpretación, podría estimarse que, en ciertas circunstancias, el ciclo menstrual y sus consecuencias tenían reconocimiento social y administrativo.

La salud femenina en el Egipto faraónico: entre ciencia, ritual y simbolismo

El estudio de los remedios ginecológicos del antiguo Egipto revela una cultura médica rica y compleja que combina el empirismo con lo religioso y lo simbólico. Textos como el Papiro de Kahun y el Papiro de Berlín muestran que la salud femenina fue un ámbito de observación, experimentación y poder ritual, en el que las mujeres desempeñaron un papel activo. La introducción de un diente de ajo en la vagina para comprobar la salud uterina, la germinación de semillas como prueba de embarazo o la idea del útero errante son ejemplos de cómo la ciencia, la religión y la magia se entrelazaban en una misma lógica médica.

Referencias

  • Inglis, Lucy. 2025. Born: The Untold History of Childbirth. Bloomsbury Publishing.

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