En 2002, el marino y explorador británico Gavin Menzies (1937- 2020) publicó un libro que causó cierto revuelo: 1421. El año en que China descubrió el mundo. Afirmaba en él que la flota del gran almirante chino musulmán Zheng He (1371- 1433) llegó a América 71 años antes que Cristóbal Colón (1492), y que esa misma flota circunnavegó el globo un siglo antes de la expedición de Magallanes y Elcano. Esto último está documentado; lo primero, sujeto a discusión entre historiadores.
Inexplicablemente, las siete grandes expediciones conocidas de Zheng He no tuvieron continuidad ni fueron seguidas por flotas de comerciantes chinos ávidos de abrir nuevos mercados. Quedaron finalmente reducidas a vanos alardes del poderío imperial, para consumo interno y a mayor gloria de la dinastía Ming. De hecho, el emperador Yongle nunca tuvo interés en el mundo más allá de sus fronteras.
Zheng He, ¿El legendario Simbad el Marino?
¿Qué habría sucedido si a la expedición americana de Zheng He –también conocido como Ma Sanbao e identificado por algunos con el legendario Simbad– le hubiese seguido una conquista y colonización, al modo de los españoles y portugueses cuando descubrían nuevos territorios? Una vez que Colón encontró la ruta a las Antillas, cientos de barcos de la Monarquía Hispánica le siguieron. En pocos años, había una ciudad española en Cuba (La Habana, 1514); en apenas una generación, suficientes oriundos con entrenamiento militar para las expediciones de Cortés a México.

La flota de Zheng era impresionante, comparada con sus contemporáneas europeas: alrededor de 30.000 hombres y un número variable de naves, entre cincuenta y trescientas. Sus viajes generaron un importante intercambio diplomático y cultural con el extranjero, pero, a pesar de contribuir a demostrar la capacidad organizativa y el poder tecnológico chinos, no produjeron anexiones territoriales ni conquistas, debido a la falta de tradición colonial china. Además, tras la muerte del almirante, los confucionistas impusieron su visión del mundo y prohibieron la navegación marítima.
Aunque en los posteriores siglos XVI y XVII se impulsó el aislacionismo desde el gobierno de Pekín, Zheng He dejó una profunda huella en la sociedad china y, en general, en todo el sureste asiático. Se sabe que Colón conoció sus expediciones. Y la revista norteamericana Life ubicó al almirante eunuco en el puesto nº 14 de las personas más importantes del pasado milenio.
Poco interés por colonizar
¿Cómo habrían tratado los chinos a los indígenas si hubieran decidido colonizar el Nuevo Mundo? ¿Habrían sobrevivido más tiempo los imperios azteca e inca o sido esclavizados los nativos de Centroamérica? ¿Cómo habría sido su contacto con los españoles un siglo después?
Los chinos nunca han sido un pueblo conquistador ni expansionista; tampoco en el siglo XV. Al igual que los vikingos, eran exploradores natos, pero solo estaban interesados en la colonización de territorios cercanos o que tuvieran frontera terrestre con China. Además, a diferencia de los conquistadores españoles, no disponían de artillería, fundamental en las ajustadas victorias de Cortés frente a los aztecas.

Y, por otra parte, el almirante eunuco no podía competir con el imponente aspecto físico del barbudo extremeño de Medellín, que tanto impresionó a Moctezuma como reencarnación del dios Quetzalcóatl, lo que ayudó a compensar la inferioridad numérica de los españoles. Zheng y sus marinos no habrían derrotado jamás a más de 100.000 guerreros aztecas.
En definitiva, no parece que la conquista y colonización de América hubiesen transcurrido del mismo modo si los hombres de Zheng He y sus descendientes hubieran decidido establecer bases comerciales estables en las costas de Baja California, Jalisco o Michoacán. Probablemente, habrían sido desalojados o exterminados por los indígenas; o, un siglo más tarde, por los conquistadores españoles.
Lo cierto es que China nunca tuvo demasiado interés en el mundo fuera de sus fronteras, ni siquiera comercial. Tampoco en el Nuevo Mundo. Los británicos tuvieron que pelear dos Guerras del Opio para lograr abrir el país al comercio exterior. Incluso ahora, China es una potencia mundial que prefiere ocuparse de sus propios asuntos, entre los que incluye, naturalmente, a Hong Kong, Taiwán y el Tíbet.

‘Ucronología’
Contacto (1421)
En su sexta expedición, la Flota del Tesoro de Zheng He, compuesta por decenas de naves, llega a la isla de California (Baja California) y establece contacto con sus habitantes, los pericúes, los guaycuras y los cochimíes.
‘Spanish connection’ (1535)
Francisco de Ulloa, por orden de Hernán Cortés, explora la costa occidental de México y el Golfo de California y llega hasta la isla de Cedros. Descubre restos materiales y descendientes del desembarco de Zheng He y sus hombres.

‘Chinatowns’ (1850-1860)
A causa de las Guerras del Opio, China queda devastada y sumida en la hambruna. La primera oleada de inmigración a EE. UU. llegará a partir de 1850 y se establecerá en San Francisco, California. Hasta hoy.
¿Quién colonizará a quién? (2020)
Estados Unidos es el país con la economía más potente del mundo (PIB de 20,54 billones de dólares), pero China ya ostenta el segundo mayor Producto Interior Bruto (13,61 billones). Para hacernos una idea: el PIB de España es de 1,41 billones a principios de 2020.