Gracias a la IA, un grupo de investigadores identifica cuatro nuevos yacimientos arqueológicos en Mesopotamia

Un innovador modelo de inteligencia artificial ha permitido localizar nuevos yacimientos en Mesopotamia a partir de datos satelitales históricos.
Yacimiento
Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto - Yacimiento arqueológico

En las últimas décadas, el paisaje arqueológico de Mesopotamia se ha visto gravemente amenazado por la situación geopolítica, la expansión urbana y la construcción de infraestructuras. Estas circunstancias han provocado la desaparición y el ocultamiento de numerosos yacimientos, una situación que dificulta enormemente tanto su estudio como su conservación. En este contexto, un equipo de investigadores de la Universidad de Bolonia ha desarrollado un innovador modelo de inteligencia artificial (IA) capaz de detectar restos arqueológicos a partir de imágenes satelitales históricas, en concreto, aquellas tomadas por el programa de reconocimiento CORONA entre 1960 y 1972.

La investigación, cuyos resultados se publicaron en PLOS One en 2025, ha culminado con la identificación de cuatro nuevos yacimientos arqueológicos en la llanura aluvial central de Mesopotamia, al oeste de Bagdad, en una zona hasta ahora poco estudiada: el distrito de Abu Ghraib.

Yacimientos en Mesopotamia
Localización de yacimientos. Fuente: Pistola et al. 2025

Arqueología y teledetección: de la observación humana a la inteligencia artificial

La arqueología del paisaje en Oriente Próximo ha dependido, sobre todo, de la prospección sistemática y la fotointerpretación de imágenes aéreas o satelitales. Entre los elementos visivos más característicos de su arqueología paisajística destacan los tells, montículos artificiales formados por la acumulación de restos de asentamientos a lo largo de siglos. Estas formaciones, visibles desde el aire, constituyen uno de los indicadores clave de ocupación humana en la Mesopotamia antigua.

Hasta ahora, el reconocimiento de tells se basaba en la pericia de especialistas que, con la ayuda de mapas y fotografías aéreas, dedicaban cientos de horas a la identificación manual de los posibles yacimientos. Ahora, la incorporación de la IA ha supuesto un cambio de paradigma, ya que permite automatizar y acelerar este proceso sin desplazar la interpretación arqueológica, que sigue siendo indispensable para validar los hallazgos.

Yacimientos en Mesopotamia
Ejemplo de un mapa generado por IA utilizado para predecir la presencia de yacimientos arqueológicos. Fuente: Pistola et al. 2025

El papel decisivo de las imágenes CORONA

El proyecto ha utilizado como fuente principal las imágenes obtenidas por CORONA, un programa de satélites espías estadounidenses que se desclasificó en la década de 1990. Muchas de estas fotografías en blanco y negro ofrecen una visión privilegiada del paisaje mesopotámico de los años sesenta, antes de que gran parte de los yacimientos se vieran arrasados por la modernización agrícola y la urbanización.

Los investigadores demostraron que entrenar al modelo de IA con imágenes CORONA, y no solo con imágenes modernas, mejoraba sustancialmente la precisión de detección. De hecho, el sistema consiguió un 90 % de acierto en la identificación de yacimientos, que superaban con claridad el 80 % obtenido en estudios previos.

Abu Ghraib: un paisaje transformado

Situado al oeste de Bagdad, el distrito de Abu Ghraib se eligió como área de estudio por dos motivos principales. Por un lado, había sido poco explorado arqueológicamente, salvo por los trabajos pioneros de Robert McCormick Adams en los años setenta. Por otro, se trata de una zona que ha experimentado un alto grado de transformación del paisaje en las últimas décadas, lo que la convertía en un laboratorio idóneo para evaluar el potencial de la IA aplicada a imágenes históricas.

Entre 2023 y 2024, el equipo llevó a cabo varias campañas de prospección de campo con el objetivo de contrastar las predicciones del modelo con la realidad sobre el terreno. El balance fue revelador. De los 96 puntos investigados, 81 resultaron corresponder a sitios arqueológicos, mientras que 15 fueron falsos positivos.

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Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto

El hallazgo de cuatro nuevos yacimientos

El gran logro de este proyecto reside en que, entre los sitios sugeridos por el modelo de IA, se encontraron cuatro yacimientos hasta ahora desconocidos. Catalogados como GHR.036, GHR.077, GHR.078 y GHR.079, estos lugares se identificaron en las imágenes CORONA como montículos con morfologías compatibles con tells.

Aunque muchos de estos enclaves habían sido destruidos casi por completo por la acción humana, los arqueólogos lograron confirmar su carácter arqueológico mediante la recogida de fragmentos de cerámica en superficie. Estos materiales recuperados permitieron tanto datarlos como certificar su autenticidad. El hallazgo, por tanto, demuestra que la IA, debidamente entrenada y monitorizada, puede detectar patrones invisibles incluso para los especialistas.

Entre la máquina y el arqueólogo: una colaboración necesaria

Los investigadores insisten en que el papel de la IA debe entenderse como un complemento y no como un sustituto del trabajo arqueológico. Las máquinas generan hipótesis, pero son los arqueólogos quienes toman las decisiones finales en el terreno. En este caso, los mapas de calor generados por el modelo sirvieron como guías, una suerte de mapa que permitió orientar las prospecciones y optimizar, así, tiempo y recursos.

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Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto

La importancia de rescatar lo que ha desaparecido

El estudio también constató la magnitud de la destrucción arqueológica en Abu Ghraib. Casi el 40 % de los sitios analizados habían desaparecido por completo, mientras que otro 23 % había perdido más de la mitad de su superficie original. En este contexto, las imágenes CORONA permiten documentar un patrimonio ya perdido. La combinación de estas fuentes fotográficas con las técnicas de IA, además de alentar nuevos descubrimientos, también permitirá proteger lo que aún queda en pie y reconstruir lo que ya se ha desvanecido.

Futuras aplicaciones y desafíos

Los autores del estudio han señalado que aplicar este modelo de IA a contextos arqueológicos sin tells supondrá un desafío mayor, pues carecen de rasgos morfológicos recurrentes. Ampliar este método a otros contextos paisajísticos, por tanto, requerirá de bases de datos mucho más extensas, así como de un rediseño metodológico profundo.

Asimismo, la integración de tecnologías como LiDAR o las técnicas de superresolución podría multiplicar las potencialidades de estos modelos. La perspectiva a medio plazo es clara: la IA se convertirá en un socio indispensable de la arqueología, tanto en la detección como en la preservación del patrimonio cultural.

Tell Barri
Tell Barri, en Siria. Fuente: Zoeperkoe/Wikimedia

Una nueva forma de hacer arqueología

El proyecto desarrollado en Abu Ghraib demuestra el potencial transformador de la inteligencia artificial en arqueología. Gracias a la combinación de las imágenes históricas CORONA con las técnicas avanzadas de aprendizaje profundo, fue posible descubrir cuatro yacimientos arqueológicos que habían pasado desapercibidos durante décadas.

Estos resultados confirman que la arqueología del siglo XXI no solo se nutre de la excavación y la prospección tradicional, sino también de herramientas digitales capaces de rescatar del olvido un patrimonio amenazado. Sin la intervención de la IA, los lugares donde se confirmaron los nuevos yacimientos nunca se habrían incluido en las prospecciones rutinarias.

Referencias

  • Pistola, A., V. Orrù, N. Marchetti y M. Roccetti. 2025. "AI-ming backwards: Vanishing archaeological landscapes in Mesopotamia and automatic detection of sites on CORONA imagery". PLoS One 20(8): e0330419. DOI: https://doi.org/10.1371/journal.pone.0330419

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