Camuflaje animal: el arte de pasar desapercibido

El arte de la cripsis es una técnica empleada por presas y depredadores. En esta galería te mostramos algunas de las especies mejor camufladas.
Animales miméticos

Algunos animales viven con un permanente disfraz todo el año: son expertos en camuflaje. Se trata de animales con la habilidad del mimetismo, una capacidad que tienen ciertos seres vivos para asemejarse a otros organismos y a su propio entorno para obtener alguna ventaja. Así, pueden parecer hojas, flores, o incluso una criatura feroz para evitar ser atacados. Lo cierto es que es una técnica empleada tanto por depredadores como por presas.

El arte del camuflaje encuentra su denominación correcta en el término cripsis, del griego Kryptos, que signifia ‘lo oculto’ o ‘lo que se esconde’. Existen cuatro grandes categorías para clasificar los diferentes tipos de cripsis: inmovilidad, coloración, patrón y no visual.

Animales miméticos - iStock

¿Qué es el camuflaje animal?

Definición y propósito del camuflaje

El camuflaje animal es una estrategia de protección que permite a los animales ocultarse de sus depredadores o, en algunos casos, acechar a sus presas. Esta técnica se basa en la capacidad de un organismo para asemejarse a su entorno, utilizando colores, formas y comportamientos específicos. La finalidad principal del camuflaje es la supervivencia, ya que reduce las posibilidades de ser detectado por un enemigo o una presa. En el mundo natural, el camuflaje es esencial para muchas especies que dependen de él para cazar o evitar ser cazadas.

Además de la protección, el camuflaje también puede desempeñar un papel en la comunicación entre especies. Por ejemplo, algunos animales utilizan patrones de coloración específicos para atraer a potenciales parejas o para advertir a otros de su toxicidad. Este tipo de camuflaje, conocido como aposematismo, es una forma de señalización que puede ser crucial para la supervivencia y el éxito reproductivo de una especie. En este sentido, el camuflaje no solo oculta, sino que también comunica.

El camuflaje no es una característica estática; puede variar según las necesidades del animal y su entorno. Algunas especies desarrollan camuflajes específicos para diferentes estaciones del año, adaptándose a los cambios en el paisaje. Este tipo de camuflaje estacional es común en regiones donde el ambiente cambia drásticamente entre estaciones, como en el caso del zorro ártico, que cambia su pelaje de blanco en invierno a marrón en verano.

Diferencia entre camuflaje y mimetismo

Aunque a menudo se utilizan indistintamente, el camuflaje y el mimetismo son conceptos distintos en el mundo animal. El camuflaje se refiere a la capacidad de un animal para mezclarse con su entorno, utilizando colores y patrones que le permiten pasar desapercibido. Por otro lado, el mimetismo implica una imitación más específica, donde un organismo adopta la apariencia de otro ser vivo o de un elemento particular del entorno para engañar a otros.

El mimetismo puede ser de varios tipos, como el mimetismo batesiano, donde un animal inofensivo imita a otro que es peligroso o venenoso para evitar ser atacado. Un ejemplo clásico es el de algunas mariposas que imitan a especies tóxicas para disuadir a los depredadores. Otro tipo es el mimetismo mülleriano, donde varias especies peligrosas desarrollan apariencias similares para reforzar el mensaje de advertencia a los depredadores.

En el caso del camuflaje, el enfoque principal es la invisibilidad, mientras que el mimetismo se centra en la imitación. Ambos son ejemplos de adaptaciones evolutivas que han permitido a los animales sobrevivir en entornos hostiles. Estas estrategias son el resultado de millones de años de evolución, durante los cuales las especies han perfeccionado sus habilidades para engañar a otros seres vivos, ya sean depredadores o presas.

Tipos de camuflaje animal

Cripsis: el arte de lo oculto

La cripsis es una de las formas más comunes de camuflaje en el reino animal y se refiere a la capacidad de un organismo para ocultarse en su entorno. Este tipo de camuflaje se basa en la inmovilidad, la coloración y los patrones que permiten al animal confundirse con el fondo. La cripsis es especialmente efectiva en hábitats donde el entorno es complejo y variado, como bosques densos o fondos marinos llenos de coral.

Un ejemplo clásico de cripsis es la técnica de inmovilidad, que utilizan muchos reptiles y anfibios. Al permanecer completamente quietos, estos animales pueden pasar desapercibidos incluso a corta distancia. Esto es particularmente eficaz en especies que dependen del camuflaje para evitar ser detectadas por depredadores que cazan por movimiento. La inmovilidad, combinada con una coloración adecuada, puede hacer que un animal sea prácticamente invisible.

La coloración críptica es otra forma de cripsis que permite a los animales adaptarse a los tonos del hábitat en el que se encuentran. Esta técnica no solo implica la adaptación de colores, sino también de patrones que imitan las texturas del entorno. Algunos animales, como ciertos insectos y reptiles, pueden cambiar su coloración para adaptarse a diferentes fondos, lo que les permite mantenerse ocultos mientras se mueven por su hábitat.

Camuflaje idéntico y disruptivo

El camuflaje idéntico y el camuflaje disruptivo son dos estrategias distintas que los animales utilizan para confundirse con su entorno. El camuflaje idéntico, como su nombre indica, busca que el animal se asemeje lo más posible a un elemento específico del entorno, como una hoja, una rama o una roca. Este tipo de camuflaje es común en insectos como el insecto hoja gigante, que se asemeja a una hoja para evitar ser detectado por los depredadores.

Por otro lado, el camuflaje disruptivo utiliza patrones y colores que rompen la silueta del animal, dificultando su identificación por parte de los depredadores. Este tipo de camuflaje es especialmente efectivo en hábitats donde el entorno es variado y complejo. Los patrones disruptivos pueden incluir rayas, manchas o parches de color que confunden la percepción del observador, haciendo que el animal se mezcle con el fondo de una manera que hace difícil distinguir sus contornos.

Ambas estrategias son efectivas en diferentes contextos y pueden ser utilizadas por una misma especie en distintos momentos o lugares. El camuflaje idéntico es más común en entornos donde los elementos del paisaje son uniformes y previsibles, mientras que el camuflaje disruptivo es más útil en hábitats heterogéneos. Estas adaptaciones han evolucionado para maximizar las posibilidades de supervivencia de las especies en sus respectivos entornos.

Cripsis no visual: más allá de lo que vemos

La cripsis no visual es una forma de camuflaje que va más allá de la simple ocultación visual. En este tipo de camuflaje, los animales utilizan otros sentidos, como el olfato y el sonido, para pasar desapercibidos. Esto es especialmente útil en entornos donde la visión no es el principal sentido utilizado por los depredadores o las presas, como en el caso de los animales nocturnos o aquellos que viven en hábitats acuáticos.

Un ejemplo de cripsis no visual es la alteración de olores, que algunos animales utilizan para enmascarar su presencia. Al modificar su olor, pueden evitar ser detectados por depredadores que dependen del olfato para cazar. Esta estrategia es común en algunos mamíferos y reptiles que viven en entornos donde los olores son más fáciles de detectar que las señales visuales.

Otra forma de cripsis no visual es la alteración de sonidos. Algunos animales pueden modificar sus vocalizaciones o incluso su comportamiento para evitar ser detectados por depredadores que utilizan el sonido para localizar a sus presas. Esta capacidad para manipular el sonido es especialmente útil en entornos donde la acústica es un factor importante, como en los bosques densos o en el océano. La cripsis no visual demuestra la increíble diversidad de estrategias de camuflaje que han evolucionado en el reino animal.

El camuflaje idéntico y el camuflaje disruptivo son dos estrategias distintas que los animales utilizan para confundirse con su entorno. Imagen de PublicDomainPictures en Pixabay

Ejemplos de animales maestros del camuflaje

Mantis orquídea: la reina del disfraz floral

La mantis orquídea es un ejemplo fascinante de camuflaje en el mundo animal. Este insecto, nativo de las pluviselvas de Malasia, Indonesia y Sumatra, ha desarrollado una apariencia que imita a la perfección los pétalos de una flor. Su coloración y forma no solo le permiten pasar desapercibida entre las flores, sino que también atraen a sus presas, como mariposas y moscas de la fruta, que se acercan sin sospechar el peligro que les acecha.

El camuflaje de la mantis orquídea es un ejemplo de mimetismo agresivo, donde el depredador se disfraza para atraer a su presa. Esta estrategia es particularmente efectiva en entornos donde las flores son abundantes y los insectos polinizadores son comunes. Al adoptar la apariencia de una flor, la mantis orquídea puede cazar de manera eficiente sin tener que moverse demasiado, lo que reduce el riesgo de ser detectada por sus propias presas o por depredadores.

Además de su camuflaje visual, la mantis orquídea también utiliza su comportamiento para mejorar su eficacia como depredador. Al permanecer inmóvil durante largos periodos, puede esperar pacientemente a que sus presas se acerquen lo suficiente como para atraparlas con rapidez. Esta combinación de camuflaje y comportamiento estratégico hace de la mantis orquídea un depredador altamente eficiente en su entorno natural.

Geco de cola de hoja: maestro del camuflaje arbóreo

El geco de cola de hoja es un reptil originario de Madagascar que ha perfeccionado el arte del camuflaje arbóreo. Este pequeño animal es capaz de cambiar su piel para coincidir con su entorno, imitando la textura y el color de las hojas secas entre las que vive. Su cola, que se asemeja a una hoja, es una característica distintiva que le permite confundirse aún más con el follaje de los árboles.

El camuflaje del geco de cola de hoja es un ejemplo de cripsis por patrón, donde el animal imita las texturas del entorno para pasar desapercibido. Esta habilidad es crucial para su supervivencia, ya que le permite evitar a los depredadores mientras busca alimento. Al ser insectívoro, el geco de cola de hoja se alimenta de grillos, saltamontes y polillas, que caza utilizando su camuflaje para acercarse sin ser visto.

Además de su camuflaje visual, el geco de cola de hoja también utiliza su comportamiento para mejorar su eficacia como depredador y presa. Al permanecer inmóvil durante largos periodos, puede evitar ser detectado por depredadores que cazan por movimiento. Esta combinación de camuflaje y comportamiento estratégico hace del geco de cola de hoja un ejemplo fascinante de adaptación al entorno en el reino animal.

Sepia: el cefalópodo camaleónico

Las sepias son cefalópodos que han desarrollado una increíble capacidad de camuflaje que les permite cambiar de color y textura en cuestión de segundos. A pesar de ser daltónicas, estas criaturas son capaces de mezclarse a la perfección con su entorno, ya sea en la arena, entre las algas o en los corales. Su habilidad para cambiar de apariencia rápidamente las convierte en maestras del camuflaje en el mundo marino.

El camuflaje de las sepias es un ejemplo de cripsis por coloración, donde el animal adapta su cuerpo a los tonos del hábitat en el que se encuentra. Esta capacidad es posible gracias a las células especializadas en su piel, llamadas cromatóforos, que pueden expandirse o contraerse para cambiar el color y el patrón de su piel. Esta habilidad no solo les permite ocultarse de los depredadores, sino también comunicarse entre sí y con otras especies.

Además de su camuflaje visual, las sepias también utilizan su comportamiento para mejorar su eficacia como depredadoras y presas. Al permanecer inmóviles o moverse de manera sigilosa, pueden acercarse a sus presas sin ser detectadas. Esta combinación de camuflaje y comportamiento estratégico hace de las sepias unos de los depredadores más eficientes en el océano.

Cangrejo decorador: el artista del océano

El cangrejo decorador es un crustáceo que ha desarrollado una estrategia única de camuflaje al cubrir su cuerpo con elementos del entorno, como algas, esponjas y pequeños animales marinos. Esta técnica no solo le permite mezclarse con el fondo marino, sino que también le brinda protección adicional al incorporar elementos que pueden disuadir a los depredadores.

El camuflaje del cangrejo decorador es un ejemplo de cripsis por patrón, donde el animal utiliza materiales del entorno para ocultarse. Esta estrategia es especialmente efectiva en hábitats marinos donde la diversidad de formas y colores es alta. Al incorporar elementos del entorno en su caparazón, el cangrejo decorador no solo se oculta de los depredadores, sino que también puede utilizar su camuflaje para acechar a sus presas.

Además de su camuflaje visual, el cangrejo decorador también utiliza su comportamiento para mejorar su eficacia como depredador y presa. Al permanecer inmóvil durante largos periodos, puede evitar ser detectado por depredadores que cazan por movimiento. Esta combinación de camuflaje y comportamiento estratégico hace del cangrejo decorador un ejemplo fascinante de adaptación al entorno en el reino animal.

Pulpo mimo: el ilusionista del mar

El pulpo mimo es un cefalópodo que ha llevado el arte del camuflaje a un nivel completamente nuevo. No solo puede cambiar su color y textura para mezclarse con su entorno, sino que también es capaz de imitar la apariencia y el comportamiento de otros animales marinos, como medusas, serpientes marinas y peces. Esta habilidad le permite engañar a los depredadores y presas, convirtiéndolo en uno de los ilusionistas más hábiles del océano.

El camuflaje del pulpo mimo es un ejemplo de mimetismo agresivo, donde el animal adopta la apariencia de otros seres vivos para confundir a sus enemigos. Esta estrategia es especialmente efectiva en entornos marinos donde la diversidad de formas y colores es alta. Al imitar a otros animales, el pulpo mimo puede evitar ser detectado por depredadores y acercarse a sus presas sin ser visto.

Además de su camuflaje visual, el pulpo mimo también utiliza su comportamiento para mejorar su eficacia como depredador y presa. Al cambiar su forma y movimiento, puede adaptarse a diferentes situaciones y entornos, lo que le permite sobrevivir en un mundo marino lleno de peligros. Esta combinación de camuflaje y comportamiento estratégico hace del pulpo mimo un ejemplo fascinante de adaptación al entorno en el reino animal.

Pulpo mimo. Imagenn de Steve Childs

Camuflaje en reptiles y anfibios

Serpientes: acechadores invisibles

Las serpientes son maestras del camuflaje, utilizando una variedad de técnicas para ocultarse en su entorno y acechar a sus presas. Su piel, que puede presentar una amplia gama de colores y patrones, les permite mezclarse con el suelo, las hojas y las rocas, haciéndolas casi invisibles para sus depredadores y presas. Esta habilidad es crucial para su supervivencia, ya que les permite cazar de manera eficiente y evitar ser detectadas.

El camuflaje de las serpientes es un ejemplo de cripsis por coloración y patrón, donde el animal adapta su cuerpo a los tonos y texturas del hábitat en el que se encuentra. Esta capacidad es especialmente útil en entornos donde el camuflaje es esencial para la supervivencia, como en los desiertos o las selvas. Al permanecer inmóviles y utilizar su camuflaje, las serpientes pueden acercarse a sus presas sin ser vistas, lo que les permite cazar con eficacia.

Además de su camuflaje visual, las serpientes también utilizan su comportamiento para mejorar su eficacia como depredadoras y presas. Al acechar a sus presas de manera sigilosa y atacar con rapidez, pueden capturar a sus víctimas antes de que estas tengan la oportunidad de reaccionar. Esta combinación de camuflaje y comportamiento estratégico hace de las serpientes unos de los depredadores más eficientes en el reino animal.

Sapo hoja: el imitador perfecto del follaje

El sapo hoja es un anfibio que ha desarrollado un camuflaje impresionante al imitar la apariencia de las hojas del suelo forestal. Este camuflaje le permite pasar desapercibido entre la hojarasca, lo que le brinda protección contra los depredadores y le facilita la captura de presas desprevenidas, como arañas y lagartijas. Su coloración y textura hacen que sea casi imposible de detectar cuando está inmóvil.

El camuflaje del sapo hoja es un ejemplo de cripsis por patrón, donde el animal imita las texturas del entorno para ocultarse. Esta habilidad es crucial para su supervivencia, ya que le permite evitar a los depredadores y cazar de manera eficiente. Al permanecer inmóvil durante largos periodos, el sapo hoja puede pasar desapercibido incluso a corta distancia, lo que le permite acercarse a sus presas sin ser visto.

Además de su camuflaje visual, el sapo hoja también utiliza su comportamiento para mejorar su eficacia como depredador y presa. Al moverse de manera sigilosa y utilizar su camuflaje, puede capturar a sus presas antes de que estas tengan la oportunidad de reaccionar. Esta combinación de camuflaje y comportamiento estratégico hace del sapo hoja un ejemplo fascinante de adaptación al entorno en el reino animal.

Las serpientes son maestras del camuflaje. Imagen de Ondřej Vídenský en Pixabay

Camuflaje en insectos y arácnidos

Insecto hoja gigante: el maestro de la invisibilidad

El insecto hoja gigante es un maestro del camuflaje en el mundo de los insectos. Este insecto palo ha desarrollado una apariencia que imita a la perfección una hoja, lo que le permite pasar desapercibido entre el follaje. Su coloración y forma no solo le permiten ocultarse de los depredadores, sino que también le brindan protección adicional al parecer un elemento inofensivo del entorno.

El camuflaje del insecto hoja gigante es un ejemplo de cripsis por patrón, donde el animal imita las texturas del entorno para ocultarse. Esta habilidad es crucial para su supervivencia, ya que le permite evitar a los depredadores y cazar de manera eficiente. Al permanecer inmóvil durante largos periodos, el insecto hoja gigante puede pasar desapercibido incluso a corta distancia, lo que le permite evitar ser detectado por sus enemigos.

Además de su camuflaje visual, el insecto hoja gigante también utiliza su comportamiento para mejorar su eficacia como depredador y presa. Al moverse de manera sigilosa y utilizar su camuflaje, puede capturar a sus presas antes de que estas tengan la oportunidad de reaccionar. Esta combinación de camuflaje y comportamiento estratégico hace del insecto hoja gigante un ejemplo fascinante de adaptación al entorno en el reino animal.

Araña Paratropis tuxtlensis: el fantasma del bosque

La araña Paratropis tuxtlensis es una especie de arácnido que ha desarrollado un camuflaje impresionante al imitar la textura y el color del suelo forestal. Este camuflaje le permite pasar desapercibida entre las hojas y el suelo del bosque, lo que le brinda protección contra los depredadores y le facilita la captura de presas desprevenidas. Su piel rugosa y su coloración hacen que sea casi imposible de detectar cuando está inmóvil.

El camuflaje de la araña Paratropis tuxtlensis es un ejemplo de cripsis por patrón, donde el animal imita las texturas del entorno para ocultarse. Esta habilidad es crucial para su supervivencia, ya que le permite evitar a los depredadores y cazar de manera eficiente. Al permanecer inmóvil durante largos periodos, la araña Paratropis tuxtlensis puede pasar desapercibida incluso a corta distancia, lo que le permite acercarse a sus presas sin ser vista.

Además de su camuflaje visual, la araña Paratropis tuxtlensis también utiliza su comportamiento para mejorar su eficacia como depredador y presa. Al moverse de manera sigilosa y utilizar su camuflaje, puede capturar a sus presas antes de que estas tengan la oportunidad de reaccionar. Esta combinación de camuflaje y comportamiento estratégico hace de la araña Paratropis tuxtlensis un ejemplo fascinante de adaptación al entorno en el reino animal.

La araña Paratropis tuxtlensis ha desarrollado un camuflaje impresionante al imitar la textura y el color del suelo forestal. Imagen: Wikimedia

Camuflaje en aves y mamíferos

Búho nival: el espectro de la nieve

El búho nival es un ave que ha desarrollado un camuflaje impresionante al adaptarse a los paisajes nevados de su entorno. Su plumaje blanco le permite integrarse perfectamente en estos parajes, lo que le brinda protección contra los depredadores y le facilita la captura de presas desprevenidas. Esta capacidad para mezclarse con el entorno es crucial para su supervivencia en las regiones árticas.

El camuflaje del búho nival es un ejemplo de cripsis por coloración, donde el animal adapta su cuerpo a los tonos del hábitat en el que se encuentra. Esta habilidad es especialmente útil en entornos donde el camuflaje es esencial para la supervivencia, como en las regiones árticas. Al permanecer inmóvil y utilizar su camuflaje, el búho nival puede acercarse a sus presas sin ser visto, lo que le permite cazar con eficacia.

Además de su camuflaje visual, el búho nival también utiliza su comportamiento para mejorar su eficacia como depredador y presa. Al acechar a sus presas de manera sigilosa y atacar con rapidez, puede capturar a sus víctimas antes de que estas tengan la oportunidad de reaccionar. Esta combinación de camuflaje y comportamiento estratégico hace del búho nival un ejemplo fascinante de adaptación al entorno en el reino animal.

Lobo gris: el cazador oculto

El lobo gris es un mamífero que ha desarrollado un camuflaje impresionante al adaptarse a los diversos entornos en los que vive. Su pelaje, que puede variar en color desde el gris hasta el marrón, le permite mezclarse con el entorno, lo que le brinda protección contra los depredadores y le facilita la captura de presas desprevenidas. Esta capacidad para mezclarse con el entorno es crucial para su supervivencia en una amplia gama de hábitats.

El camuflaje del lobo gris es un ejemplo de cripsis por coloración, donde el animal adapta su cuerpo a los tonos del hábitat en el que se encuentra. Esta habilidad es especialmente útil en entornos donde el camuflaje es esencial para la supervivencia, como en los bosques y las praderas. Al permanecer inmóvil y utilizar su camuflaje, el lobo gris puede acercarse a sus presas sin ser visto, lo que le permite cazar con eficacia.

Además de su camuflaje visual, el lobo gris también utiliza su comportamiento para mejorar su eficacia como depredador y presa. Al acechar a sus presas de manera sigilosa y atacar con rapidez, puede capturar a sus víctimas antes de que estas tengan la oportunidad de reaccionar. Esta combinación de camuflaje y comportamiento estratégico hace del lobo gris un ejemplo fascinante de adaptación al entorno en el reino animal.

El camuflaje del lobo gris es un ejemplo de cripsis por coloración. Imagen de Angela en Pixabay

Cripsis estacional y adaptaciones al entorno

Ejemplos de camuflaje estacional: del zorro ártico al camaleón

El camuflaje estacional es una adaptación que permite a los animales cambiar su apariencia en función de las estaciones del año. Esta capacidad es especialmente útil en regiones donde el entorno cambia drásticamente entre estaciones, como en el caso del zorro ártico, que cambia su pelaje de blanco en invierno a marrón en verano. Este cambio de color le permite mezclarse con el entorno en cada estación, lo que le brinda protección contra los depredadores y le facilita la caza.

El camaleón es otro ejemplo de un animal que utiliza el camuflaje estacional para adaptarse a su entorno. Aunque su cambio de color no siempre está relacionado con el camuflaje, algunas especies de camaleones pueden cambiar su coloración para mezclarse con el entorno en diferentes estaciones. Esta capacidad les permite mantenerse ocultos mientras se mueven por su hábitat, lo que les brinda protección adicional contra los depredadores.

Además de estos ejemplos, hay muchas otras especies que utilizan el camuflaje estacional para adaptarse a los cambios en su entorno. Esta capacidad para cambiar de apariencia en función de las estaciones es una adaptación evolutiva que ha permitido a los animales sobrevivir en hábitats donde el clima y el paisaje cambian drásticamente a lo largo del año. El camuflaje estacional es un ejemplo fascinante de cómo los animales pueden adaptarse a su entorno para maximizar sus posibilidades de supervivencia.

El camaleón es un animal que utiliza el camuflaje estacional para adaptarse a su entorno. Imagen de Steffen Wachsmuth en Pixabay

Interesantes estrategias de engaño en animales

Pájaro Pijuí y Pez Roca: maestros del disfraz engañoso

El pájaro pijuí es un ave que ha desarrollado una estrategia de engaño única al imitar el sonido de la serpiente cascabel para ahuyentar a los depredadores. Esta capacidad para imitar sonidos peligrosos le permite disuadir a sus enemigos y protegerse de posibles ataques. Esta estrategia de engaño es un ejemplo de cómo los animales pueden utilizar el sonido como una forma de camuflaje no visual para mejorar sus posibilidades de supervivencia.

El pez roca es otro ejemplo de un animal que utiliza el camuflaje para protegerse de los depredadores. Este pez, que es uno de los más venenosos del océano, se camufla entre las rocas del fondo marino, lo que le permite pasar desapercibido y evitar ser detectado. Su apariencia rugosa y su coloración similar a las rocas le brindan protección adicional, lo que le permite evitar ser atacado por sus enemigos.

Además de estos ejemplos, hay muchas otras especies que utilizan estrategias de engaño para mejorar sus posibilidades de supervivencia. Estas estrategias pueden incluir la imitación de otros animales, la alteración de sonidos o la manipulación del entorno para confundir a los depredadores. Estas adaptaciones son ejemplos fascinantes de cómo los animales han evolucionado para maximizar sus posibilidades de supervivencia en un mundo lleno de peligros.

Conclusiones: el mimetismo como estrategia evolutiva

El mimetismo y el camuflaje son estrategias evolutivas fascinantes que han permitido a los animales sobrevivir en entornos hostiles a lo largo de millones de años. Estas adaptaciones no solo les permiten ocultarse de los depredadores y acechar a sus presas, sino que también les brindan protección adicional al imitar a otros seres vivos o elementos del entorno. Desde la cripsis visual hasta las estrategias de engaño no visual, el mimetismo es una herramienta vital en el reino animal que sigue sorprendiendo a los científicos y naturalistas por igual.

Referencias

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